Capítulo 23:
—Tranquilo, Darling. Serás un gatito muy afortunado, tu dueño es multimillonario. La ropa es lo de menos, ¿cierto?
Era una incómoda situación que tenía que soportar por culpa de mi estúpida decisión de escapar de casa, y el pasado oculto de mi madre. Enojado decidí sostener las orejas, las retiré de mi cabeza para apartar la caja de mí. No podía creer que me estuviera pasando eso justo a mí, y todo empeoró cuando Dorian meneó la esponjosa cola frente a mis ojos.
—¿Dónde va metida esa cosa...?
—Esto debe ir introducido en tu pequeño agujero trasero, gato tonto... El cretino de mi exnovio será el privilegiado que te estrenará por ese lado —mi amigo falso me apretó ambas nalgas y se lamió los labios—. Serás mi mejor venganza, gatito.
Oh no... ¡Estaba en graves problemas!
—¡No, por el amor a Cristo! Soy homosexual, ¿lo recuerda? ¿Quiere convertirme en heterosexual a la fuerza? No me acostaré con un tipo... ¡Pare!
—¡¿No eres gay, Andy!? —Ponce ingresó de improviso a mi habitación, y se quedó evidentemente alterado por mi imprudencia—. ¿Entonces por qué contrataste los servicios de Sergio?
—Escuchó cosas fuera de contexto, Ponce, Me cansé de acostarme con un tipo, ahora quiero experimentar con dos. Quisiera hacer un trío con ustedes —Brandon se sentó malhumorado, y Leroy sacó de su chaqueta un par de preservativos—. Pregúntale al caballero de cabello extravagante, se lo acabo de decir y aceptó...
—¡¿A qué te refieres, Anderson!? —Brandon caminó bastante enojado hacia Dorian, se notaba que quería lanzarse a mi cuello para estrangularme.
—Recuerdo bien cuando tenía la edad de Anderson, primor. Conozco el bajo mundo donde se mueve la generación de ahora a la perfección, y es de suma importancia que el chico conozca los protocolos para sobrevivir en esa jungla pervertida llamada París. Aquel demonio que sostiene ese infierno sobre sus manos es un viejo amigo mío, y tú lo sabes.
Leroy me entregó un extraño aparato con pequeñas luces parpadeantes, no fue una tarea imposible comprender de qué se trataba. Me deshice del envoltorio con una gran opresión en mi pecho, y cuando soltó un sonido agudo confirmé mi sospecha.
— ¿Un localizador? ¿Qué sigue? ¿Me cortará las orejas porque no se ve estético llevarlas grandes? —Me abracé con fuerza esperando que la tierra me tragara y me escupiera en Holanda, eso era lo más espantoso que me había sucedido en mi vida—. Gracias por traerme a Sergio, no tiene idea de lo que esto significa para mí... Muchas gracias, señor Leroy.
—Es propio ofrecer pleitesía en un intento desesperado por obtener el perdón del caso —Dorian comentó soberbio pero no logré entender nada, él me abrazó para confortarme y yo no pude evitar empujar su brillante traje lejos de mí—. De nada sirve resistirse, niño. Acepto tus disculpas, ya pasó...
—¡Esta noche me los llevaré de fiesta, primores! Deben despedirse de California como es debido, ese es el plan...—Brandon estaba muy emocionado.
—¿Y dónde hiciste aquellas reservaciones, Charme? —Dorian le preguntó curioso—. No me digas que es uno de esos lugares exóticos, ¡espantosos!
—Te equivocas, mi rey parisino. La verdad es la mejor y más exclusiva discoteca gay en la zona principal de Los Ángeles, me la recomendaron mucho. Dicen que hacen los mejores shows del mundo, ¿me acompañas?
—¡¿Gay!? Pero... Es decir… No tengo ropa adecuada para tan exclusiva gala, será mejor que me quede en el apartamento...—Me quedé consternado, no me podía ir peor.
—Pierde cuidado, Andy. Sólo necesitamos un buen traje, ¡y listo! Debemos ir de compras ahora mismo, no queda mucho tiempo...—Ponce se fijó en la hora mirando su precioso reloj de pulsera.
—No te angusties, mi flor. Llevé a Ceniciento de compras ayer y se nos pasó la hora, te debo una disculpa —Entendía el enfado de Ponce, aunque no imaginé a Leroy pidiendo disculpas por eso—. Y tú no te preocupes por tu aspecto, mascotte. Nadie dudará que eres un noble caballero adinerado con los sensacionales trajes que te compré —la cara de Ponce se puso seria, creo que Dorian había metido la pata—. ¿Sucede algo, mi amor?
—No me parece correcto que obligues a Andy a ver hombres desnudos si no quiere, es demasiado sexista de tu parte —por ese momento amé a Ponce, me quería salvar de ser pervertido por Dorian. Aunque no se lo dejaría tan fácil.
—En realidad no sería la primera vez que veo a un hombre desnudo, tuve la desgracia de ver al señor Leroy en esas condiciones esta mañana. Peor experiencia no puedo tener...
—¡Voy a matarte, chat de rue! —Dorian completamente ofendido empezó a perseguirme por toda la suite, mientras Brandon intentaba detenerlo—. ¡Es tu fin, asqueroso gato!
La persecución se extendió hasta el balcón, pero logré escapar de mi atacante entrando velozmente a mi habitación. Con la ayuda de Leroy elegí la ropa más masculina y elegante que tenía entre todos los paquetes, me di una merecida ducha relajante de quince minutos y al salir tenía una actitud diferente. Eric Brennan quería guerra, y acababa de conseguir una bastante intensa conmigo, caminé con una sonrisa lasciva en mis labios hacia el recibidor donde los dos dementes aguardaban pacientemente mi aparición. Ponce soltó un silbido haciéndome girar sobre mis talones, al parecer tenía el visto bueno de los reyes de la moda.
—¡Por amor a Prada! Si no te conociera pensaría que eres un rico heredero inglés, ¡luces realmente fabuloso con ese traje! ¡Quelle folie! —Con una risita nerviosa acompañé las carcajadas del par de hombres trastornados, el sudor empapaba mi espalda, y me hice una nota mental de ser un poco más cuidadoso a partir de ese momento.
—¿Listo, guapo? —Le pregunté a mi comprador al descubrir el orgullo en su mirada—. Es hora de divertirnos.
—Tú mandas, gato callejero. Quedaste perfecto, como para devorarte completo..
Avanzamos a paso firme hacia el ascensor, una vez dentro de la caja metálica mis nervios comenzaron a hacerse visibles en mi frente, y tragué en seco por la tensión. Afortunadamente las puertas se abrieron dejando al preciado oxígeno invadir mis pulmones, a ese paso me desmayaría en cualquier momento. El trayecto hacia el local fue más tedioso que en el elevador, estaba en un grave aprieto, no quería embriagarme y terminar revolcándome con un prostituto. ¡Qué horror!
—¡Al fin llegamos! Muero por admirar el diseño de interiores —Brandon bajó del auto mirando atentamente el letrero del lugar—. ¿*Piso 70? ¿Tendrá algún significado en especial?
—Es el número de tipos que se follan cada hora... —Leroy aseguró con seriedad—. Conozco bien este lugar, larga historia...
—¿Ponce...? —Murmuré observando al fotógrafo, quién apartaba al estilista de mí.
—Negativo, Andy. Lo que pretendes jamás sucederá.
—Escúchame bien claro, Ponce. Yo no intento arruinar tu relación con Leroy bajo ningún concepto, nunca pretendí ofender a mis amigos con mi propuesta.
—Tú no tienes idea de lo que ocurre, Anderson. Aquel elegante tipo que llamas salvador con tanta admiración no es lo que tú piensas, nunca confíes en él. El amor que siento por él no me impide conocer su lado oscuro —el rubio me acarició el rostro, se le notaba contrariado—. Pero olvidemos eso por esta noche, al regresar a la suite veremos si fluye...
—Brandon, yo no soy lo que piensas. ¿Cuándo entenderás...?
—Darling, llevo años en este negocio. Reconozco muy bien a un chico audaz cuando la veo y tú no lo eres. Quiero ver cuánto dura tu oferta de trío cuando entres al "Piso", y conozcas el paraíso.
—¿Paraíso? —Él me lanzó una nalgada, sostuvo mi mano con fuerza y me obligó a avanzar hacia el interior del bonito edificio.
Tenía mucho miedo de entrar a esa discoteca repleta de penes con piernas. ¡Auxilio!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top