Oscuridad


La oscuridad causa miedo a cualquier ser del universo. Justo por ello, los seres pueden cambiar en determinadas situaciones que presionan la razón y el sentimiento del querer.

Jamás permitan que la oscuridad los venza...

Hubo un día que este miedo atacó el procesador del Autobot Smokescreen. No fue posible que lo evitara.

-Jamás debimos... - decía el bot, pero fue interrumpido por su compañera humana.

-¿Qué? ¿Defender la seguridad de mi planeta?

Madeleine lo encaró.

Una fuerte situación los había atrapado, por mantener fuerte la esencia de la meta que debían alcanzar.

El bot azul se encontraba de espaldas a la chica.

-No. Me refería a que... debimos huir al momento. Mira cómo terminamos, todos.

Madeleine permaneció sin inmutarse.

-Todos actuamos correcto y lo sabes. - Dijo.

-No es así... debí darme cuenta a tiempo. De esa forma no hubieramos tenido que...

-¡No sigas por favor! No podías saber todo lo que sucedería, Smokescreen. No podías saber que nos atacarían a traición, yo no podía saberlo, nadie lo podía saber.

El bot se dio la vuelta, visiblemente alterado consigo mismo, y la observó.

-¡Por supuesto que sí! ¡Era muy obvio!

Señaló las ruinas halladas detrás de la chica. Ella no volteó para observar, pues ya sabía lo que él estaba señalando.

-Howler es impredecible. ¡Es un dios oscuro, Smoke!

-¡No por nada el universo me eligió para ayudar con esto! Para ayudarte en tu misión... he fallado.

Dejó caer su mirada al suelo.

Smokescreen podía ser un buen guerrero, pero su debilidad más fuerte era la decepción de sí mismo cuando no lograba la meta a la que debía llegar. Ello lo cegaba y él no se daba cuenta de ello.
No era su culpa.

Madeleine se acercó a él.

-Hey... después de todo seguimos juntos, con vida.

Realizó una leve sonrisa.

Él la miró.

-Nosotros... pero, quién sabe qué habrá sucedido con los demás. Tal vez están heridos, o...

-No, no. No pienses así, Smokey. No permitas que lo negativo alcance tu procesador.

-No se trata de energía negativa, Madeleine. Es la realidad -. Dijo con énfasis esa última palabra - tan solo míralo de este modo.

-Pero...

-¡Howler nos atacó sorpresivamente! Sabía dónde nos hallábamos cuando el equipo estaba unido. ¡Esa fue la razón por la que Optimus decidió que debíamos mantenernos separados!.. todo se acabó, Mady.

-Aún así, el destino...

-¡El destino No existe! Todo sucede por azar... nadie me eligió, nadie te eligió. No eres una heroína que ayuda al universo defendiéndolo de la maldad. Sólo eres una humana que cayó , Por Azar, en todo este alboroto. Llegaste a nosotros por pura suerte...

Madeleine, dolorida por sus palabras, intentó defenderse, con la voz rota.

-...Yo soy Madeleine... una humana que se percató de la gran mentira que ciertas personas montaban sobre la Verdad... y que logró ayudar a algunos seres de otro planeta, evitando su muerte... y llegué al lado de quien he amado siempre... para después lograr una de mis metas: ayudarles a reconstruir su hogar... todo está destinado, así es y será...

Una lágrima no pudo evitar dejar caer por su mejilla. Sin embargo, Smoke siguió lastimándola con sus palabras, por tener su spark lastimada y poseer el miedo en él.

-... no eres nadie.

Dicho esto, el Autobot se transformó y se fue a toda velocidad del lugar. Abandonando a Madeleine.

Ella había quedado ahí, desamparada y adolorida en su corazón.

De repente, el dolor en su pecho fue aún más agudo y más perceptible, pero no se trataba de algo emocional y de ello se dio cuenta cuando miró hacia el lugar de donde provenía el punzante dolor.

Ni siquiera logró decir nada ante esa horrible sorpresa. La herida no lo permitió.

Una especie de apéndice filoso atravesaba su pecho, desde su espalda. Había creado una gran herida que logró perforar pulmones, parte del corazón, venas y arterias importantes.

El responsable de tan espantosa acción se hallaba a sus espaldas, cerca de sus propias ruinas.
El llamado Howler Knight los había localizado, y quería la vida de la humana que había destrozado todos sus planes en la Tierra.

Y eso logró. Absorbiendo su esencia y por tanto, su vida.

Madeleine expiró su último aliento, cayendo de rodillas, mientras lágrimas abandonaban sus ojos vidriosos.

-Smoke...

La última imagen que logró observar fue el deportivo abandonando la zona a lo lejos.

Mientras, que el último sonido que escuchó fue una risa macabra, proveniente del Oscuro.

Luego, cayó al suelo, entrando a la verdadera Oscuridad.

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