Miedo interno


Todo era felicidad.

Smokescreen y yo, su gran pequeña amiga y compañera; siempre permanecíamos compartiendo momentos juntos, buenos y malos, situaciones que se presentaban imprevistas, como aquellas que eran ideadas por ambos. Siempre conviviendo de manera que jamás se nos veía separados, más que en escasos momentos de necesidad.

Sin embargo, esto no duraría...

En una tarde se presentó un imprevisto, uno muy grave...

Smokescreen y yo habíamos ido a Colorado, E.E.U.U.
Hacía mucho que deseaba disfrutar la belleza natural de sus hermosas montañas y paisajes otoñales en los atardeceres del lugar, sin embargo no deseaba visitarlo sola, quería compartirlo con quien era el ser más cercano a mí.

Recorrimos la carretera principal por largas horas, esperando el momento perfecto para detenernos: la hora del atardecer. Durante el recorrido también disfrutamos de un bellísimo paisaje, realmente majestuoso, propio de las películas y videojuegos en los que su belleza era partícipe.
Uno de esos videojuegos era nuestro favorito: Forza Horizon. De ahí nos llegó la idea de visitar el lugar.

Llegado el momento, nos detuvimos en un extenso y llano paraje ubicado a un lado de la carretera. Decidimos permanecer contemplando el crepúsculo y la maravillosa naturaleza del lugar cerca de un lago, nos pareció perfecto.

Sin embargo, algo extraño pareció escuchar Smokescreen en un bosque cercano, por lo que de mutuo acuerdo decidimos que él iría a revisar mientras yo permanecía en la orilla del gran lago. En el momento que permanecí sola, comencé a curiosear el suelo en busca de cualquier cosa, y lo primero que hallé fue una gran sorpresa: ¡zafiros, cuarzos y diamantes! ¡Era increíble!
Estas tres piedras semi y preciosas aparecieron ahí, como si hubiesen estado esperando nuestra llegada. Era fantástico, era un hecho que deseaba compartir con Smoke, por su increíble aparición y porque comparto con él mi pasión por las rocas y minerales (como muchas otras tantas cosas), pero decidí mejor esperar su regreso, cosa que no sucedió hasta diez minutos más tarde que me parecieron una eternidad, cuando decidí por fin ir a verlo, pues me preocupaba que no había regresado.
En el lugar, lo que hallé me llenó de pánico y terror: Smokescreen estaba inconsciente y muy mal herido, un montón de su propio Energon lo bañaba y se encontraba esparcido. Sollozando y desesperada por lo ocurrido, llamé a la base...

En nuestro 《hogar》, ahora protegida, esperaba impaciente el diagnóstico de Ratchet para con el estado de Smokescreen, quien había sido internado en la bahía médica de emergencia.

Pronto, el médico Autobot salió con un gesto que me preocupó aún más, y con razón: Smokescreen se hallaba estable, aunque su sistema asistido por máquinas... sin embargo las heridas internas eran aún más preocupantes. Por esta razón fue mantenido en asistencia intensiva sistemática; esto quería decir que debía mantenerse en vigilancia médica ininterrumpida.

Toda la noche me mantuve despierta, fuera de la bahía médica, nunca logré conciliar el sueño. No sabiendo que la vida de Smoke estaba en peligro...

El maldito culpable había sido un Decepticon, sin lugar a dudas, pues nos había dejado su 《marca》en la pintura de Smokescreen: un distintivo emblema Decepticon de un llamativo color rojo sangre.

En chatarra lo iba a convertir con mis propias manos, así me juré hacerlo.

Pero pronto mis pensamientos le dieron cabida a la culpabilidad... ¡yo tenía que haber ido a por él!
Ahora estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para que el culpable pagara por lo que hizo.

Al día siguiente logré obtener un arma secreta, de propiedad estadounidense, que podía acabar con la vida de cualquier cybertroniano al ser disparado directo en la zona de la spark, gracias a que causaba una potente descarga eléctrica que detenía el campo magnético del cual el mismo mantenía su funcionalidad. Estaba ciega de ira, pero eso acabó dentro de poco...

Días más tarde, estando junto a mis dos buenas y leales amigas en la sala principal de la gran base Autobot recibí la terrible noticia... Smokescreen había muerto.

-No logró soportar las profundas heridas...

Explicó Ratchet.

Fue un golpe duro. Mi corazón dejó de palpitar por un instante.
Horas más tarde me desesperé. Comencé a llorar, maldiciendo. Cada cosa que conseguía a mi paso lo lanzaba con violencia, mejor si se trataba de vidrio o de cualquier material frágil que lograra romperse.
Los bots y las chicas trataban de calmarme, casi sin éxito. Temían por mi actuar, temían que lastimase a alguien, o peor, a mí misma. Pero Navimoon tuvo la valentía de enfrentar mi desesperación y me sostuvo, yo me dejé caer aún siendo sostenida por ella y me eché a llorar, vencida...
Grité, grité con toda la fuerza que pude un profundo No, sin poder aceptar lo que había sucedido, sin lograr aceptar que Smokescreen me había dejado...

Un sobresalto me trajo a la realidad. Sudaba, y sentía miedo. Mis ojos llorosos me recordaron el sentimiento de impotencia que presenté en esa horrible pesadilla, en donde perdía a mi gran Smokescreen. Observé a mi lado y con un profundo suspiro agradecí que sólo se hubiera tratado de un sueño y no de la realidad: Smokescreen estaba ahí, durmiendo a mi lado, en calma, apasible, profundo.

Siempre duermo a su lado, nunca quise apartarme de él ni tener una habitación propia de un humano en la base, por el simple hecho de que despertar junto a él me hace ver que aún está conmigo; porque el simple hecho de imaginar que desaparece me aterra, pues mi miedo interno más grande es que lo aparten de mí, es perderlo para siempre.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top