Junto a él bajo las estrellas

~14 F~

Recuerdo que aquella noche era tan hermosa como la de hoy: con un cielo despejado, donde se observaban las hermosas estrellas de nuestra galaxia, y aún más allá, titilantes y brillando como si de diamantes se tratasen.

Me hallaba con él, dedicando nuestro tiempo a admirar el hermoso cosmos, recostados en el pasto, desde un extenso campo, con la única luz de la Luna creciente... y de sus ópticos relucientes.

Pronto, observé una luz en movimiento en aquella extención de cielo.

- Smoke, ¿recuerdas lo que te dije sobre una extraña luz en movimiento que veo cada noche en el cielo?

- Sí ¿por qué? ¿Qué sucede?

Siempre le contaba a Smokescreen todo lo que me sucedía. Aquella situación no era ninguna excepción.

- Pues, mira. Ahí está uno otra vez.

Señalé el lugar por donde se dirigía la extraña luz para que se le facilitara hallarlo. Esta vez, la pequeña luz se había convertido en un gran brillo en el cielo.

- ¿Qué crees que sea, Smoke?

- ¿Un satélite? - rió.

- Ja ja, muy gracioso. No lo es, he estudiado cada noche la dirección de su "vuelo", que no es constante por cierto. Y no es la única que aparece, he visto otras más en el mismo instante. A veces... pareciera que me enviaran un mensaje en código morse. Una de ellas, no siempre, aumenta y disminuye su luz, o titila con rapidez. Sin embargo, normalmente son luces con un resplandor constante.

- Hm, bueno, teniendo en cuenta toda la información que has recopilado, podemos concluir que se trata de... aviones de vuelo nocturno. - volvió a reír.

Su reacción me hizo enojar.

- ¡Smokescreen! Esto no es gracioso.

- Ja,ja,ja, está bien. Lo siento. Oye, tal vez solo te invitan a disfrutar de ellos y ¡nada más! Es un bonito espectáculo.

- No lo sé... no lo creo. Siento que quieren transmitir algo. - Respondí.

Estaba tan segura de mis palabras, que no me fijaba que me había internalizado demasiado en lo intelectual y había abandonado lo que de verdad importaba: lo emocional.

- Tal vez necesites reír para pensarlo mejor...

Dicho esto, me tocó con su gran dedo índice.

- ¡Hey! Ten cuidado, soy muy cosquilluda.

- Aaahh, ¿en serio?

- Oh no, ni lo pienses.

Sí, ya lo había maquinado.
Sin mi consentimiento empezó a hacerme cosquillas, con cuidado de no usar mucha fuerza para no ocasionarme daño alguno.

- ¡Necesitas más risas en tu vida, "hermana"! - nuevamente rió.

Las cosquillas duraron poco. Él sabía que si las perpetuaba sufriría las consecuencias de mi ira.
A decir verdad, la risa me hizo bien. Me sentía mejor, optimista y muy feliz de estar con él. De hecho, me hizo reconsiderar su idea de sólo admirar las luces raras de la noche.

- No negaré que puedes tener razón, Smokey.

- Y yo tampoco puedo negar que probablemente tú también tengas razón. ¿Sabes por qué? No te diría algo con toda seguridad si no supiera algo sobre todo esto.

- ¿A qué te refieres?

Pregunté intrigada.

- Pues... antes de conocerte yo también veía estas luces en el cielo.

Nos observamos luego de aquella platica llena de intrigas, risas y descubrimientos.

Aquel momento fue revelador. Las luces nos mostraron nuestro destino, mucho antes de siquiera poder imaginarlo...

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