[05]


Katsuki preparaba la cena mientras escuchaba las risas del pequeño que jugaba en la sala con su nuevo juguete de All might.
Después del mal sabor de boca que le había dejado su vista al parque, Katsuki decidió alegrar al pequeño comprándole un obsequio.

Izuku estaba realmente feliz.

Mientras todo esto acurría, el celular del rubio sonaba.
De mala gana contestó. Últimamente contestaba todas sus llamadas por si se trataba de algo referente al caso de Midoriya, hasta llegó a contestarle a su madre por error, como ahora: —¡Katsuki, hasta que me respondes pequeño bastardo! ¡Y no te atrevas a cortar!— como si supiera lo que su hijo hacía lo pilló en la movida pues el cenizo estaba a nada de presionar el botón rojo de la pantalla

—¿Qué quieres? Estoy ocupado

—¿Cómo está izuku?

—¿Deku...?

—¡No te hagas el tonto! Ya sé lo que pasa. Inko los vio la otra vez en el centro comercial—.

Con esta declaración un escalofrío recorrió toda su espalda. Su mirada pasó instintivamente al niño que correteaba en la sala ondeando la figura de acción del ya retirado All Might.

¿Lo sabía? ¡¿Su madre y la de Deku lo sabían?!

—Le dije que se hubiera acercado para comprobar, pero dijo que no podía estar equivocada. ¡¿Cuándo pensabas decírmelo?! ¡Ocultarlo algo tan importante a tu propia madre!

Los regaños de su progenitora dejaron de importar. ¡¿Cómo cojones los habían descubierto?! Por algo había ido a uno de los supermercados más alejados de la cuidad. ¡Se suponía que era un jodido secreto! ¿Cómo le iba a explicar esto a la histérica de Inko Midoriya?
Igual, ya no había marcha atrás.

Estaba sudando en exceso y eso era peligroso estando cerca de la estufa, por lo que apagó la flama.
No había de otra, tenía que decirle la verdad ahora que podía, así su madre hablaría con la de Deku y le evitaría la pena de ahogarse en lágrimas.

—Escucha...

—¡Me alegra tanto que Izuku te haya convencido de ir a esa clínica de fertilidad!

—¡¿Q-Qué?!

—Porque, ¿Eso hicieron, no? ¡No te atrevas a engañarme, Katsuki! Inko te vio con un niño pequeño parecido a izuku. ¡Es obvio que te rendiste a sus encantos y siguieron mi consejo de ir a esa clínica! No tienes porqué avergonzarte. Es un alivio que mi nieto se parezca a izuku. Tú eres un jodido dolor de cabeza—. Perdido entre todo lo que salía de boca de su madre, Katsuki se vio salvado por el poder de los malentendidos. ¿Sería bueno aclarar las cosas?—. Bueno, tu papá y yo iremos a visitarlos pronto junto con Inko. Saluda a izuku de mi parte— y así como llamó, colgó.

Katsuki prefirió no complicarse más. Luego vería cómo sacarse de este enredo. Pero ciertamente la llamada de su madre le había perturbado. Había removido en él una llaga abierta.

—Kacchan— la voz de Izuku le sacó de sus pensamientos—. Tengo sueño...

—Vamos a la cama— se saca el delantal y le sujeta la mano para guiarle. Niega cualquier sentimiento de ternura al ver al pequeño bostezar y frotarse los ojos. —Pero antes ve al baño.

[°•°•°]


Le pone el pijama y lo arropa cuidadosamente en la cama.
Izuku abraza al su All Might como si su vida dependiera de ello, y también lo arropa.
Cuando observa que Katsuki tiene intenciones de irse le sujeta de la mano. —Duerme conmigo. Ya no tendré accidentes, lo prometo.

—Aún no termino.

—¿Me puedo quedar contigo hasta que termines?— Izuku parece decidido a no soltarle.

—¿No que tenías sueño?

—¡Se fue!— segura—. ¿Me dejas?

Katsuki asiente en silencio, enternecido por la pequeña mano que solo alcanza a envolver dos de sus dedos.
Carga con el pequeño y lo lleva a la cocina. Lo deja sobre la barra mientras él termina de guardar la cena.

—Kacchan, ¿vives con alguien?— pregunta mientras juega con las uvas verdes del frutero.

La respuesta tarda en llegar, y no es algo que resuelva su cuestión. —¿Por qué?

—Hay dos pares de pantuflas en el cuarto. Dos cepillos de dientes en el baño. Y dos tazas en la barra— desvía la mirada al par de tazas que descansan a unos metros de él—Creí que no te gustaba la mercancía de All Might— alega  al ver el decorado de la porcelana.

Bakugo se siente agobiado por las preguntas del niño. Olvida por un segundo que mantiene la puerta del refrigerador abierta. La cierra despacio.

—Vivía con alguien.

—¿Dónde está?

—Se fue.

—¿Por qué?

—Está molesto conmigo.

—¿Se enojaron muy feo?

—Algo así.

—¿Y te sientes mal por eso?

—Sí.

—Pídele perdón.

Katsuki se encuentra con los brillantes ojos glaucos que le observan con compasión, y siente su corazón encogerse.
—Yo me disculpo cuando hago algo mal. Y me siento mejor. ¿No quieres que regrese?—, ladea la cabeza y lo observa acercarse con lentitud.

—Sí quiero.

—Entonces discúlpate.

—¿Tú me perdonarías...?— nublado su juicio por todo ese montón de emociones asfixiantes se atreve a preguntar.

Izuku sonríe, y acorta los centímetros alcanzando el rostro del contrario con sus pequeñas manos—. Yo jamás me enojaría contigo, Kacchan.

Katsuki siente un nudo en la garganta, sostiene una de las manitas que con cariño le consuelan, y la besa con delicadeza.
Siente un arrepentimiento enorme, y se maldice por ser un idiota la mayoría del tiempo con un ser tan puro como lo es izuku. Su agonía se asemeja al dolor que produce la muerte. Nunca a experimentado algo así, pero creé que es igual de desolador.

Izuku ríe, y se sonroja.

—Lo siento— susurra, envolviéndolo entre sus brazos, confundiendo al niño que en silencio le consuela acariciando con sutileza su espalda.

[•°•°•]

Midoriya se ha quedado dormido hace unas horas, pero Katsuki es lo contrario. No puede conciliar el sueño. Un sentimiento ajeno le nace del pecho. Es la pesadez de sus pecados la que le oprime y no le deja respirar.  Sus ojos se quedan fijos en los folletos de la mesa, y siente el impulso de cubrirse los oídos cuando llegan a él los recuerdos tan vividos de hace tres días.

“¡¿Acaso tomas las decisiones tú solo, maldito bastardo?! Creí que llegaríamos a un acuerdo luego de cumplir nuestras metas!”

“¡Lo sé!”, izuku alzó la voz como pocas veces.

“¡¿Entonces?! ¿Por qué consultas centros de adopción y clínicas de fertilidad a mis espaldas”, furioso empuña las evidencias en la mano.

“¡Tu madre lo sugirió. Tenía qué revisarlo siquiera!”

“¡Esa bruja!” gruñe. “Como sea, no es esto en lo que quedamos, Deku. Estoy a nada de subir al puesto número uno. A nada de superarte y de superar a All Might. No voy a desistir de mi meta por tediosos papeleos y visitas a hospitales, ni mucho menos por estúpidos mocosos”.

“Kacchan... Quiero una familia...”

“¡¿No te basta conmigo, bastardo?!”

“¡No es eso a lo que me refiero! ¡Quiero niños, quiero que tú y yo formemos un hogar! Hay una clínica aquí cerca que puede...”

“¡Deja ya tu estúpido parloteo! ¿Por qué eres tan egoísta, Deku? ¿Es porque te he superado? Tú te has ablandado, no yo. Yo pienso seguir y subir más allá de la cima”.

“¡¿Te estás escuchando siquiera?! ¡Tú eres el más egoísta! Tomándote a ti solo en cuenta. ¡Mi meta ya está casi completa porque te tengo a ti! Porque te amo, porque estoy contigo, y porque no necesito más que ayudar a los demás, no me interesa un título. Quiero tener una familia contigo”.

“¡¿Y te has puesto a pensar que quizá yo no quiero una familia?! ¡No estoy deseoso de cuidar mocosos! Tampoco quiero estar atado a una rutinaria e inútil vida hogareña. ¡Soy quién soy porque trabajé duro para lograrlo! No tiraré todo eso por tierra”

Katsuki suspira. En ese momento no le importó la mirada vidriosa y dolida de Izuku, pero ahora cómo le  calaba por dentro.
Debió calmarse y no exaltarse solo por un par de folletos. Así izuku no se hubiera ido. Pudieron hablarlo y llegar a un acuerdo que hiciera feliz a ambos.

Esa tarde él pecoso empacó una pequeña maleta y decidió pasar unos días en casa de su madre, pero recibió una llamada de emergencia que lo dejó con los planes a la mitad. Katsuki no volvió a saber de él hasta la mañana siguiente cuando un agobiado Kirishima le marcó para decirle que su amado esposo era un niño de cinco años.

[•°•°•°]

Las horas pasan lento. Al fin consigue dormír un rato en el sofá de la sala.
Un dolor de cuello insoportable le despierta.
El reloj de enfrente le hace comprender que es más tarde de lo que creía. Tiene que despertar a izuku para desayunar.
Camina con pesar hasta la habitación, y al abrir la puerta se queda sin habla, encontrándose con el hombre que tanto extraña.

Izuku no se percata de su presencia, o quizá lo ignora.
Se viste con su traje de héroe, dejando a la vista su amplia espalda, adornada por varias cicatrices de batallas anteriores.

Katsuki abrie la boca, pero su garganta no emite ningún sonido. —¿Cuántos días estuve así?— suelta de repente.

—Tres—. Es menos de lo que se esperaba que durara.

—Debió ser una molestia— reconoce en medio de una risa irónica.

—No fue...

—Me voy. Tengo qué reportarme a la agencia— corta de golpe.

—Deku...—sostiene con firmeza su mano. Teme que el guante se le saque.

—¡¿Qué?! No querrás estar un día más sin trabajar, ¿Verdad? Eso te haría bajar en las encuestas de popularidad.

—¡Izuku, escúchame!— llama exasperado y frustrado. El pecoso oculta muy bien la sorpresa de escucharlo pronunciar su nombre. Katsuki parece impaciente, pero a la vez ve una expresión que muy pocas veces ha encontrado en ese imperturbable rostro: la que incita al llanto—. ¡Mierda, estaba tan aterrado!— reconoce en un suspiro apesadumbrado—. Creí que jamás ibas a volver.

—Kacchan...— el enojo de Midoriya se desvanece en las lágrimas de su pareja, y no pierde el tiempo para envolverlo en un cálido abrazo.

—Izuku, tengamos un hijo.

—¿Pero tú...?

—¡Olvida lo que dije! ¡Mierda! No estaba pensando. Aunque me cueste decirlo, y no creo repetirlo a menos que esté en una situación de vida o muerte: eres lo más importante para mí. Y quiero tener una familia a tu lado. Quiero tener un pequeño mocoso que sea igual de llorón que tú, uno al que pueda enseñarle a defenderse, uno que me haga berrinches por estúpidas cajas de cereal, uno que sea igual a ti y a mí y llame "papá" mientras me toma la mano. Estaba asustado porque creí que no podría con la crianza. No estaba seguro de ser bueno con un niño. Sé hacer muchas cosas pero, veía la paterniadad como un reto que iba a aplastarme—admite—Pensé que no sería bueno, pero he aprendió mucho... la compañía es linda, las preguntas son estresantes pero no está mal, a veces van a mojar la cama, arruinarán tu lavadora costosa, pero desarrollarán tu paciencia y crearán momentos lindos que te harán mejorar como persona ...Lo disfruté dentro de todo... es volver a empezar en uno mismo–

—Kacchan— suspira izuku, separándose del abrazo para limpiar las rojas y empapadas mejillas de su compañero. Esta vivencia le había servido de algo, había despertado en él el instinto paternal que nunca creyó poseer—. Te amo, te amo mucho, mucho, mucho— dice mientras le besa la frente repetidas veces—Lo sabes, ¿Cierto, cariño?—Katsuki asiente, calmandose por fin en brazos de su amado esposo— hablaremos de esto con calma, ¿sí mi vida? Respira—besa sus frente—Perdón por hacer esa rabieta ese día. No quise presionarte–le llena el rostro de besos–Perdóname —repite al tomar sus manos y besar el dorso con profundo arrepentimiento–Hablaremos cuando estés tranquilo. Si de verdad quieres podemos planearlo, pero será cuando estés listo, cuando te sientas realizado y cuando de verdad lo quieras. Y si nunca llega ese día no pasará absolutamente nada. Porque te amo y te elegí a ti por encima de todo. Eres mi familia—

Katsuki se deshace en sus brazos. Suspira y siente alivio. Lo había extrañado, había extrañado el consuelo y esa seguridad que le brindaba.
Observa el juguete de All Might sobre la cama y sonríe. La risa infantil llenado la casa era algo que también extrañaría. Quizá no estaba mal dar el paso. Algo había florecido en su corazón estos días.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top