Allí estaba en ese acantilado, sin compañía. Desde lo alto veía a todos los brujos ir y venir, se veía como una compleja maquinaria en donde cada uno de los individuos hacían sus tareas bastante bien en esa gran tierra llamada Bonesbourgh.

Yo solía pertenecer en ese lugar, tenía un hogar junto a mis padres y mi hermana. Tenia amigos y una vida conflictiva pero normal en la escuela y fuera de esta. Todo era perfecto hasta que me arruinaron la vida dándome esta horrible apariencia que mi cuerpo va envejeciendo más rápido a pesar de mi edad.
No sé quién haya sido pero debió odiarme. No culpo a la persona ya que siempre he sido una buena y poderosa bruja. En fin tengo que estar medicada con una poción que alguien me había dejado un día.
Actualmente me dedico a vagar junto a un pequeño demonio que encontré mientras buscaba basura en una babosa muerta. Dice ser el rey de los demonios pero no parece matar a alguien a no ser que sea por su dulzura.

He pensado instalarme en medio del bosque y construir una casa a mi semejanza, ya que me conocen como la dama buho a causa de esa maldición que me transforma en un monstruo sediento de sangre y venganza. Ese lugar, al que llamaré hogar será bueno para protegerme del sol, la lluvia y el frío. Ah y también invitar a ese odioso demonio ya que no tiene a nadie, en eso tenemos en común. Como digo "los raros hay que apoyarnos".

Tengo la esperanza que mi vida mejore pero para ello tengo que esforzarme al máximo. He pensado buscar baratijas humanas y venderlas a gente incauta porque ya no puedo vivir robándole a la gente, quizás en varias ocasiones lo haría pero quiero un trabajo "honesto". De igual manera haria pociones diversas para vender ya que estuve demasiado tiempo en ese aquelarre que me se uno o varios trucos. En fin iré a prepararme que la casa no se construirá sola.