La historia de Vee parte 2.

Vivir rodeada de humanos es interesante, al principio desconocía todo pero poco a poco fui aprendiendo sobre ellos gracias a un campamento algo estricto pero no era nada que no podía manejar. Por momentos extrañaba la vida en el reino de los demonios siendo una basilisco rodeada de seres de mi misma especie que se suponía que estuviéramos extintas, conviviendo pacíficamente cuando no estábamos siendo vigilados por esos tiranos del aquelarre del emperador.

Los humanos son seres excepcionales. Suelen construir cosas y se las arreglan sin magia. También noté como hay jerarquías dentro de su sociedad y eso me recordó a mi antiguo hogar. Eso lo descubrí en el campamento donde estaba, como nos obligaban a hacer tareas algo inusuales como hablar sobre hipotecas, moderar el comportamiento "irrespetuoso" hacia las demás personas y cosas que mataban de aburrimiento y hartaban a mis compañeros, por mi parte lo encontraba fascinante al ser algo nunca antes visto. Conocí muchos chicos geniales en "la cárcel" como solían decirle sobre todo mis compañeros de la mejor cabaña, la número 7. Juntos vivimos mejores momentos allí y nos ayudabamos en todo pero más a mi al no comprender muchas cosas del lugar. Ellos no se molestaron ni vieron nada extraño sobre mi comportamiento al contrario fueron amables como la señora Noceda. Le mandaba cartas de todo lo que me pasaba para notificarle que me estaba divirtiendo. De solo pensar que se pondría feliz me alegraba.

Los días pasaron muy rápido hasta finalizar el campamento. Mi "madre" fue a recogerme, traía unas galletas que tenían una pinta deliciosa y si que lo eran. Me contó que me extrañó mucho y que quería que le contará lo que había vivido en el campamento y eso hice. Gustosa me llevó a un lugar donde tenían olores exquisitos en el aire, restaurante le decían. Me pidió "mi platillo favorito" y me hizo sentarme en una silla. Como había aprendido modales me senté correctamente y usé los utensilios adecuadamente. Ella se sorprendió al verme actuar tan sofisticadamente y me felicitó por ello.

Después de tener esa agradable comida y charlar un poco nos fuimos a casa, al fin tenía un hogar o eso pensaba hasta que Luz apareció. Ella salió después de que fuera al armario a tirar ropa vieja. Me empezó a reclamar que había robado su vida y exigió saber mi nombre pero no quería hablar con ella por lo que salí huyendo hacia la casa donde había salido aquella vez. Ella volvió a preguntarme quien era, esta vez apareciendo en una vieja cosmetiquera. Había entrado en pánico pero al intentar escapar mi pierna humana se enredó con una trampa deshaciendo mi disfraz. Amablemente me ayudó a quitarme la trampa y le tuve que decir quien era como agradecimiento.

Le conté que si tenía que volver a la forma que tenía antes debía consumir magia sino estaría en problemas. Ella me habló de la dama búho y que venía a este lugar a menudo, posiblemente dejando cosas mágicas en el proceso así que juntas pasamos por muchos embrollos para conseguir algún objeto mágico. En el camino me reencontré con mis viejos amigos del campamento y a un loco obsesionado con los demonios supo mi apariencia real y me tenía como su prisionera. Por suerte Luz pudo contactar a su madre para que viniera a rescatarme aunque no entendía porqué había dejado abandonada a la señora Noceda ya que noté que se preocupaba mucho por ella y la quería mucho pero al ver que éramos tan similares pude sentir empatía. Al principio ella pensó que era un juego pero al ver que todo era real decidió darle su merecido y liberándome en el proceso.

Ella amablemente me llevó a su hogar y permitió quedarme pero sentía un gran vacío al no tener a su verdadera hija aquí por eso trato de ser buena con ella por todo lo que ha hecho por mi. Trato de tener buenas calificaciones y buen comportamiento pero esto último es algo imposible de realizar. Todo ocurrió al iniciar las clases. Yo entré algo temerosa pero feliz por conocer más cosas humanas. Allí estaba caminando por los grandes pasillos admirando las cosas que lo adornaban cuando una chica rubia se me acercó y me llamó "Luzer". Todos los que se encontraban allí empezaron a reírse de lo que había dicho pero yo no entendía nada. ¿Por qué me llamaría así?.

Sonreír era lo único que podía hacer antes de irme a buscar mi primera clase. Escuché murmullos detrás pero los ignoré. Los días fueron pasando y todo era igual. Al llegar se acercaba la rubia a la que le dicen Abby o capitana a decirme cosas o sucesos que no comprendía, siempre le sonreía a pesar de tener una actitud tan negativa. Yo no quería tener problemas con nadie ni ponerme tan nerviosa, lo que menos quiero es perder nuevamente mi disfraz, conseguir magia es muy escaso por aquí.

Una vez me arrastró al sanitario de mujeres y me reclamó por nunca hacerle caso a sus insultos y amenazas como antes, que parecía alguien totalmente diferente y eso extrañamente le gustaba. Entonces me besó durante unos minutos y al ver lo que hizo me dijo que si le cuento esto a alguien me iba a hacer sufrir y salió huyendo sonrojada. Yo me quedé allí unos instantes tratando de procesar todo lo que había ocurrido.

Después de ese suceso la dinámica entre nosotras no había cambiado mucho. Ella continuaba diciéndome cosas malas en público pero cuando estábamos solas me halagaba y trataba de besarme. Su actitud me confundía mucho, ¿que se suponía que debía de sentir por ella?...todo esto era algo nuevo y confuso para mi. Los humanos realmente son muy misteriosos y a veces pienso que se complican las cosas. Por ahora seguiré con su juego, tengo curiosidad sobre este dilema ¿que es lo peor que podría pasar?.

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