Criatura misteriosa.
Una pequeña criatura peluda me dejaron mis hermanos como regalo una tarde de otoño. Era pequeña y de 4 patas. Sus orejas estaban semi levantadas y lanzaba ladridos que no podía comprender. Tenía el pelaje de color chocolate y sus ojos eran marrones. Me dio una sensación muy extraña, como si de alguna manera la conocía. La tomé en mis brazos y la llevé a mi habitación. Ella estaba muy alegre de verme aunque es algo muy inusual ya que era la primera vez que la veía. Me puse a platicar de todos mis problemas. Sentía que tenía el valor y la confianza para hablarle aunque no le entendiera. Me puse muy sentimental y comencé a sollozar pero luego vi como ella comenzó a aullar. Su aullido parecía un llanto amargo. Sentía que era mi culpa que se había puesto de esa manera así que la acaricié su lomo y su cabeza, eso pareció tranquilizarla.
La dejé en ese lugar y fui a darme una ducha. Lo necesitaba después de haberme desahogado. El agua tibia en mi cuerpo desnudo me relajaria mucho y con ese aroma lavanda de mis artículos de limpieza aún más. Al salir vi a ese animalito mirándome mientras meneaba la cola, si que me adoraba pensé. Fui por algo para que comiera en la cocina, rogando porque mis padres no se enteraran.
No tardé mucho y solo pude traerle un trozo de pan y un poco de agua que en unos segundos se había terminado.
Me dio tanta dicha verla tan feliz.
La llevé a mi cama ya que pensé que si durmiera en el suelo de seguro se sentiría incómoda y con frío. La puse cerca de mi, quería compartir calor con ella ya que estaba empezando a hacer frío.
Al despertar estaba a mi lado. Le dije los buenos días y le dije que estaba contenta que no haya huido, de pronto comenzó a lloriquear. Me puso triste y la puse encima mío, la acaricié hasta que se calmó. La puse en donde estaba anteriormente y me estiré los brazos. Mientras estiraba el resto se mi cuerpo pensé que tendría hambre como lo estaba sintiendo en esos momentos así que fui abajo a desayunar. Se encontraban solo mis hermanos y me preguntaron sobre la pequeña. Les dije que estaba bien y que le iba a llevar las sobras del desayuno. Ellos contenían su risa y solo me levantaron el pulgar en aprobación. En ese momento estaba confundida pero no era el momento de preguntarles ya que podría comerse algo si no llegaba a tiempo, por suerte no fue el caso.
Como era de esperarse se comió lo que le traje, que criatura tan comelona. Le pregunté si sabía algún truco y en instantes se levantó en dos patas, que ternura. Luego le lancé un calcetín para que fuera a buscarlo y lo hizo pero para que se lo quitara no fue nada fácil. Mis hermanos presenciaron todo y antes que dijera algo me invitaron a un picnic.
Ingenua fui a ese evento. Estaban todos mis amigos junto a la dama Búho, algo no tan inusual ya que a veces frecuentabamos para hacer algo juntos. Había comida por montones y las charlas que se daban eran de lo mejor pero lo que me dijeron Viney y Jerbo, de parte de Barkus claro, era que aquella criatura era Luz. Casi me morí ese día.
Lo bueno es que pude estar un rato con ella aunque me hubiese gustado que estuviese en su forma de siempre. Ya veremos si hay alguna forma de que vuelva ya que la extraño mucho.
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