🍃Secuestrado🍃
Izuna, tiene los ojos vendados.
Izuna, está encadenado.
Izuna, a pesar de estar encerrado, encadenado y privado de la vista, se encuentra bien alimentado y vestido, cautivo en el ático de una cabaña a mitad del bosque, en cuya zona próxima se encuentran trampas para evitar la llegada de invitados no deseados y a la vez el posible escape del azabache.
Años antes, previo a que su cuerpo fuera cremado, su enemigo lo robo, sustituyéndolo y logrando engañar a Uchiha Madara. Afortunadamente, Izuna, no había dado su último suspiro y con ayuda del ADN de su hermano logro que se recuperara y así evito usar el edo tensei, técnica que en esos momentos aún estaba en fase de prueba.
La intención del enemigo de Izuna, era torturarlo para que le revelara conocimientos de las debilidades y técnicas del clan Uchiha, y así exterminarlos, después mataría a Izuna y examinaría su cuerpo. En algún punto ese plan se corrompió, teniendo como resultado la relación del presente.
Izuna está enamorado.
Suspira melancólico y con su índice hace círculos sobre el suelo, acurrucándose en su cuerpo, agobiado por la ausencia de su captor, lo extraña, odia sentirse solo en completa oscuridad. Por momentos la calma del bosque es como si alguien presionara con fuerza su pecho, el canto de las aves es una tortura, el aire asfixiante y los aromas nauseabundo, constantemente se siente cansado y asustado, todo mejora cuando Tobirama regresa y lo acuna en sus brazos, los colores regresan a su mundo gracias a él.
Él le lleva kimonos, joyas y frutas. Lo alimenta y consiente, lo llena de caricias suaves y besos dulces. Comparten largas conversaciones en las cuales los dos encuentran empatía en las anécdotas contadas. Su compañía es lo único que anhela y mitiga la sensación de desolación producida por la asfixiante calma del bosque.
Tobirama, siempre le menciona que ya nada le queda, Madara murió después de enfrentarse a Hashirama y su clan se restaura bajo la protección de los Senju, con un nuevo líder.
Izuna, se ha convencido que no tiene a nadie más que a su secuestrador y este siempre le dice que ha aprendido a amarlo, es hermoso, cálido y su compañía es una pequeña luz en su oscuro mundo lleno de miseria. Tobirama, lo acuna en sus brazos y le susurra como un mantra que solo se tienen uno al otro en la vida.
Empezó a creer en lo que le decía y en sus promesas de amor, pues ¿con que otro motivo lo mantendría con vida si no lo ama?
Sus palabras son placebos para los sentimientos negativos que lo abruman de estar vivo y sin aquellos que amo genuinamente y ya no están, él es el único a quien conoce y a pesar de que lo odio, es lo único que le queda, lo único conocido y puede aferrarse a él.
Dos días han pasado desde que no está entre sus brazos.
Dos días de soledad en una cabaña a mitad del bosque, el sabor de sus labios se desvanece con cada hora que pasa, llenándolo de ansiedad que crece a cada minuto por no tenerlo cerca.
Él solo quiere escuchar su voz.
Él solo desea oler el aroma que desprende el cuerpo y cabello del mayor.
Él solo anhela sentir en su piel el tacto de sus manos cálidas y el sabor de sus labios suaves y dulces. Inundar su memoria con palabras tiernas que adulan su belleza.
Su corazón se detiene de momento. Las pisadas y sonido en la planta baja anuncian su llegada. Su voz llamándolo con un tono de seriedad y cariño impregnado provoca que las piernas le tiemblen. Se pone de pie y camina el poco trecho que las cadenas le permiten.
Escucha la puerta de madera crujir al ser abierta. Su respiración se detiene expectante por los movimientos del mayor. Unos brazos lo rodean, brindándole el calor tan deseado en esos dos largos días con sus noches.
Izuna, se deja envolver por la sensación de bienestar y calidez que le produce los besos, caricias y palabras afectivas del mayor.
La negación es un analgésico para un alma corrompida que se engaña a si misma, un alma que intenta esconder su estado putrefacto detrás de emociones y sentimientos falsos.
¿Es eso amor?
¿Cuándo las cosas cambiaron?
¿En qué momento su objetivo fue corrompido?
¿Por qué se siente apegado al menor?
¿Es amor lo que siente?
Tobirama, se niega a aceptar la verdad de sus sentimientos y emociones, se convence así mismo que es amor puro hacia al menor, no esta dispuesto a ver lo repulsivo que es su interior, pues no desea compararse con su padre, quien, en vida juro amor a una mujer que destruyo de todas las formas humanamente posibles, una historia que Hashirama no conoce. El mayor separa de su pecho al joven tembloroso que le exige cariño, acaricia sus mejillas y después la da un beso en la frente.
Durante el periodo que torturo al menor, empezó a indagar en su vida, encontrando empatía en algunas cosas que le contaba y en una noche, la piel de Izuna dejo de parecerle asquerosa, así que dejo de cortarla, cuando volvió a ser blanca y suave la beso y se maravilló de su sabor y lo cálida que era. Cuando el color del cabello de Izuna empezó a gustarle, lo lavó, corto y peino, descubrió que amaba su textura y comenzó a dormir aspirando su aroma. En una tarde de verano en la que Izuna simplemente llevaba un trapo alrededor de su cintura, Tobirama, comparo el estado de su físico escuálido con la musculatura que lucía en la época en la que luchaban en el campo de batalla, así que, empezó a alimentarlo tres veces al día. Cuando Izuna regreso a ser algo parecido a su pasado, descubrió que le gustaba mucho su aspecto, su piel suave y blanca, su cabello largo, lacio, oscuro y limpio, su cuerpo esbelto que encajaba a la perfección con el propio, las noches lejos del ser complaciente y en busca de afecto se volvieron terribles.
Tobirama, ama el cuerpo del menor y le gusta su compañía, no quiere dejarlo ir, desea conservarlo junto a él toda la vida, por eso decidió dejarlo con vida, encerrarlo en esa cabaña y negarle ver a Madara, quien no ha podido superar la pérdida del menor, sin embargo, eso lo tiene sin cuidado, devolvérselo, solo provocara que lo aleje de él.
Considera a Izuna una especie de tesoro que resguarda del mundo solo para su propio deleite, encerrándolo en una jaula y únicamente para su placer el gallardo ruiseñor viste alhajas y kimonos exquisitos que exaltan su belleza, la cual solo él puede admirar.
Vuelve acariciar con delicadeza sus mejillas y lo besa en los labios, ganándose una sonrisa del menor ''simplemente hermoso'' pensó, ''simplemente mío'' agrego.
Suelta las cadenas y lo sienta sobre un futón junto a la ventana, retira las vendas de sus ojos. Ojos que trasplanto de otra persona una vez logro la sumisión del menor. Camina hasta una mesa donde enciende una lámpara de gas, y empieza a colocar comida en dos platos.
Todo ese tiempo Izuna observa cada movimiento ansioso por recibir más mimos del mayor.
Izuna, ya no intentaba huir.
Izuna, ya no llora por las noches.
Finalmente, ambos se sientan a comer sobre el futón, empezando una de las tantas conversaciones que inicio esa relación dependiente de uno del otro, destruyéndose.
Y así ambos siguieron profesándose amor. Enfermo o sano, no les importa.
Solo viven en su burbuja gris que insisten en pintar de rosa, una alucinación de lo quebrantado y marchito que se encuentra la mente del artífice de esa ilusión.
En sus momentos de lucidez desea que las cosas se hubieran dado de manera diferente, pero ya no hay vuelta atrás y no renunciara a Izuna.
*
Bienvenido a este libro. Espero sea de su agrado.
Gracias por el apoyo. 😊
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