🍃Primer beso🍃
Tiene la costumbre de ver una película que le gusta hasta que se cansa de ella, y ese es el caso de Its, lo que una vez lo asusto ahora no le parece la gran cosa y ya se aburrió de tanto repetirla.
Un día soleado común y corriente en la casa de los Senjus, sin nada interesante en la televisión, sin ninguna actividad que tenga deseo de hacer y su compañero no es de gran ayuda para su aburrimiento.
El albino sentado en el suelo, arma un rompe cabezas sobre una mesa pequeña redonda, en ocasiones hace una mueca de dolor por la herida de la operación.
Izuna debe hacerle compañía al albino en lo que su madre regresa del dentista con Itama, y es así como los dos terminaron en un ambiente incomodo y lleno de silencio para el azabache, muy al contrario de lo que piensa Tobirama, quien se encuentra de lo más tranquilo metido en sus asuntos, con ligeras molestias y dolor si hace un movimiento rápido o brusco.
Bosteza fijando su vista en el albino. Es muy blanco, en una ocasión su hermano lo llamo leche con patas, eso le provoca risa. Si hay algo que le gusta físicamente de Tobirama son sus ojos rojos, tiene una mirada intimidante. El albino es muy serio, perfeccionista, intransigente y tienes manías curiosas, como, morderse ligeramente la lengua cuando está concentrado en algo, pensando.
Hace mucho dejo de ver la película y su concentración completa la ocupa Tobirama y sus acciones.
Tobirama se siente observado e incómodo.
- Deja de mirarme, es incómodo. – al girarse se encuentra con la mirada embobada de Izuna. Por momentos le molesta como el uchiha se le queda viendo fijamente, se siente diminuto, inspeccionado, como si el mayor buscara cada una de sus imperfecciones. Su piel muy blanca y en ocasiones reseca, su cabello grisáceo con poco brillo o sus pecas sobre la nariz, no le gusta, le intimida la oscuridad de sus ojos junto a su rostro inexpresivo, no tiene idea de que es lo que pasa por la mente del azabache. ¿Qué estará pensando de su físico? ¿Qué otro defecto habrá descubierto?
Izuna sonríe al ver el adorable rostro molesto del menor. Solo él podría ver algo tierno en un gesto de ''déjame de mirarme o te saco los ojos''
Sigue sin prestarle atención a las amenazas no tasitas del albino mientras con la vista detalla los labios del menor, son rosados y delgados, están algos resecos.
Una vez le comentaron que los labios resecos desaparecen cuando te besan a menudo.
Sonríe con esa idea y con su dedo índice empieza a picarle la punta de la nariz a un frustrado y furioso albino. Bajo otras circunstancias Tobirama se le hubiera tirado encima al azabache para morderlo, pero ahora se encuentra recién operado de una apendicitis y lo único que puede hacer es alejarse de su alcance enojado por no poder desquitarse.
Por minutos una pregunta ronda en la cabeza del azabache, tiempo que el albino cree ingenuamente que Izuna lo dejara tranquilo.
¿a qué sabrán sus labios?
Una pregunta que se repite en su mente como un mantra que le crea una especie de necesidad enfermiza.
Su padre y hermano siempre le han dicho que puede hacer todo aquello que se proponga, pues ¿Qué tan difícil será robarle un beso a Tobirama?
Con aparente inocencia el azabache se levanta del sillón para sentarse junto al menor. Algo anda mal, lo presiente, cuando Izuna se le acerca sonriendo, solo significa que le hará una grosería, ni recién operado se salva de la maldad de los Uchihas.
Tiene miedo, esta débil, recién operado, completamente indefenso frente a un uchiha de 16 años, dos años mayor que él.
Izuna se sienta junto a Tobirama y percibe su incomodidad, le molesta, no le hará nada malo, hasta donde sabe un beso no ha matado a nadie.
- Tobi tienes algo en la mejilla.
- A qué bien. Déjalo estar. – ni de chiste lo ve a la cara, a lo mejor y le pica los ojos.
- Tobi... mírame.
- ¡No!
- ¿me tienes miedo? – intenta tocarle el orgullo, el tic en la ceja del albino, le indica que va por buen camino.
- ¡No! púdrete Uchiha, tú y tu familia están locos.
- Y aun así soy tu amigo. – con un gesto de fingida tristeza abraza por un costado al albino, dejando su mentón en su hombro derecho. – eres malo, yo te quiero y tu llamándome loco. Mírame. – susurra en el oído del albino lo último, erizando el bello insipiente de su nuca.
Titubeante gira su rostro encontrándose con los oscuros orbes del uchiha. Con cuidado Izuna se separa del abrazo y coloca sus manos en las mejillas del albino para juntar sus labios.
Es un simple rose que le provoca un cosquilleo de emoción y agrado al azabache. Sorpresa, miedo y felicidad al albino.
Atónito y sonrojado observa al mayor, entre abre ligeramente los labios, lo que el azabache aprovecha para volver a unir sus labios y profundizar un poco el beso, tal y como lo ha visto en películas, series y sus padres.
Le gusta, le encantan los labios del albino. A falta de aire se separa de los labios del menor y deja besos sobre su frente y mejillas.
Por una tercera vez besa a Tobirama, siendo por primera vez correspondido, la sensación es mejor, le agrada sentir como el albino torpemente intenta seguir o encontrar un ritmo.
Los saltos, fuertes pisadas y gritos de Itama en la entrada de la casa provoca que se separen asustados. Izuna al instante regresa al sillón con el corazón a punto de salírsele por la boca.
- ¡Tobirama! ¡Tobi! Me sacaron un diente. – el niño entra corriendo a la sala y lo primero que hace es sentarse frente al albino, deteniendo de golpe su euforia al notar el rostro de su hermano con un rojo preocupante. - ¿Tobi estas bien? – lleva su pequeña mano a la frente del mayor.
- S-sí, si estoy bien, solo algo cansado. – espera que Itama se crea la mentira y no le haga más preguntas.
- Itama, Tobirama está muy agotado, no lo fatigues. – trata de separar al menor de su hermano, puede notar como el albino aún se encuentra algo confundido por los besos, y piensa que Itama puede que sea, algo molesto.
- Bien, ¿jugaremos en la tarde?
- Si. – el niño sale de la sala corriendo, ambos se observan avergonzados, Tobirama fue el primero en desviar su vista, centrando toda su atención en una pieza del rompe cabeza que sostiene.
- Izuna, cariño, ven. – antes de salir de la sala le da una última mirada a Tobirama, lo nota ido y sonrojado, le gustaría saber en qué piensa.
Camina hasta la cocina de donde cree proviene la voz de la madre del albino, encontrándola sacando algo de un cajón.
- Señora Hanae.
- Izu, toma – le extiende un recipiente envuelto. – son para Madara y tú. – retira un poco la tela que cubre la pana, para encontrarse con galletas.
- Gracias.
- ¿Cómo estuvo Tobirama, fiebre, dolor, algo?
- Él está bien, no hubo nada fuera de lo normal.
- Gracias por hacerle compañía.
- No es nada. Me retiro.
Antes de salir de la cocinase topa con Tobirama, quien solo le da un papel en las manos mientras le pasade lado para ir con su madre.
Una vez en la seguridad de su habitación y con unas cuantas galletas devoradas, abre la nota que le dio Tobirama.
''El beso será nuestro secreto. Si papá se entera las cosas pueden ponerse feas. Te quiero maldito Uchiha''
Sonríe emocionado, solo su pequeño conejito puede ser tan tierno y grosero al mismo tiempo. Por ahora será su secreto, el también considera que a su padre no le gustara la idea de saber que a su hijo le gusta otro hombre y lo peor es que se trata de un Senju.
Con el tiempo está seguro que no resistirá proclamar al Senju como suyo y le sacará los ojos a quien lo mire de más. Aun son jóvenes solo vivirán un lindo romance hasta que pueda secuestrar a Tobirama y casarse con él.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top