🍃¿Enemigos?🍃

Camina a paso lento y firme por el bosque. Aún que no lo demuestre por dentro muere de ansiedad. Hace dos meses que no lo ve y siente con cada día que pasa una horrible necesidad que amenaza con nublar su juicio, empujándolo a cometer algún acto impulsivo.

¿Cómo termino en esa posición tan desesperante? Guardar un secreto no es cosa sencilla, y menos cuando involucra a una persona, a la cual anhela dar un poco de cariño, una caricia discreta, unas palabras dulces, proclamarlo como propio ante el mundo entero, para que nadie ose poner sus ojos o manos sobre él. Dándose a sí mismo el derecho de llamarse su dueño.

Pero es imposible, ante los ojos de la aldea eso sería aberrante. El amor pasional solo puede darse entre dos individuos de diferente sexo, aquel que se manifestará fuera de las normas impuestas, es considerado cómo algo perverso, inmoral e incorrecto.

Claro eso le pueden decir, una y otra vez. No importa, nada de lo que le digan tiene relevancia para él, está seguro que lo que siente hacía el mayor es el más puro y sincero amor.

Bufa molesta mientras camina, no le parece correcto imponer la biología y línea sanguínea antes que los sentimientos. Es un hecho que como hombres no podrán tener hijos biológicos, pero al menos se salvarán de un matrimonio arreglado destinados a la monotonía. Con respeto, pero carente de amor pasional. En su opinión, aburrido y motivo por el cual los hipócritas que dictan lo que es correcto y moral se la pasan en prostíbulos, mientras sus esposas aguantan la humillación y callan, todo por mantener las apariencias.

"Guardar las apariencias y comportarse adecuadamente" lo tiene molesto y abrumado, todo por ser el segundo al mando de su clan, debe actuar y fingir que las mujeres lo hacen feliz y no montar y ser montado por otro hombre, ante eso sonríe con sorna, conoce a algunos hijos de hipócritas que han disfrutado entre sus sábanas dejando que los profane y también siendo sometido por ellos.

Detiene su caminar por unos minutos y levanta la vista hacía la copa de los árboles, tan frondosos que le impiden ver el cielo. Suspira para luego sonreír y cuestionarse.

¿Cómo termino enamorado de su enemigo?

Todo inicio con una serie de eventos tontos, primero ellos ignorándose después de la guerra y primeros años de la fundación de Konoha. Luego vino un periodo de insultos y pequeñas agresiones por parte de ambos comparadas a jugarretas de infantes.

Una misión en conjunto hiso que ambos pusieran su vida en manos del otro, para una noche terminar insultándose a más no poder. Reclamándose el uno al otro las muertes de sus hermanos, padres, primos, amigos.

Esa noche ambos dejaron salir parte de la frustración y rabia que se tenían. A partir de eso el trato entre ellos fue osco, pero lo suficientemente bueno para no matarse en medio de la misión.

Simplemente las muertes de sus familiares provenían de los ideales de venganza por la sangre derramada de sus antepasados. Pero ninguno conoce el conflicto original que inicio todo. Solo les enseñaron a odiar a aquellos que no conocían y les decían que es el enemigo. Y eso fue lo único que importaba, sobrevivir a una guerra, recuperarse y regresar al campo de batalla, en nombre del orgullo, honor y bienestar del clan.

Genuinamente nunca pensó que una alianza fuera a funcionar, ambos clanes se han atacado mutuamente por años que jamás imagino que pudieran convivir en un solo lugar por mucho tiempo y cuando eso paso, se sintió traicionado por parte de su clan al olvidar la sangre derramada de sus antepasados.

Madara fue quien le mostro la luz y anhelos por terminar con la masacre de años, no más muerte, permitirle a su gente vivir en relativa paz.

Con la perspectiva que le ofreció su hermano decidió darle una oportunidad a su sueño.

Después de la dichosa y tortuosa misión, siguió encontrándose con su enemigo aliado en bares donde después de ingerir suficiente sake, se animaban a intercambiar palabras, insultos y hasta piropos de mal gusto. Lo último lo hacían a manera de diversión y con el tiempo en ocasiones sus bromas eran acompañadas con toqueteos e insinuaciones nada inocentes, conforme se tomaban mas confianza.

Un par de estaciones después compartieron su primera conversación sin insultos o comentarios sarcásticos, mientras la magia de los cerezos hacía de la suya.

- ¿Cómo soportas sus cambios de humor?

- He vivido 30 años con él, te acostumbras a sus extrañas manías, cambios de humor y sonambulismo.

- interesante, es más que bipolar.

- Madara no es ningún santo ¿Cómo es vivir con él?

- Es como ser su sombra. Todo el tiempo nos comparan que, si uno logra esto, ¿Que hará el otro? Si él es más rápido, yo debo esforzarme más. Siempre están al pendiente de los dos, y lo único que quieren ver es como competimos. Es molesto.

Y fue así como las conversaciones se hicieron más íntimas, la complicidad surgió, y el primer beso entre ambos fue una sensación agradable, tierno, evocando la calidez en sus pechos que anteriormente no habían sentido.

De ser adolescente hubieran hecho un escándalo por lo que sentían, pero al verse como adultos racionales priorizaron lo positivo que aquellos encuentros dejaban el uno al otro.

Si se sentían felices ¿Por qué negarse a hacerse compañía? Merecían un poco de luz en ese oscuro mundo, y si el otro era su alegría, no permitiría que se lo quitarán.

Si lo que sentían era lo que llamaban amor y no le veían como algo aberrante, por ser dos hombres, no les tomarían importancia a palabras nefastas, solo se limitarían a perderse el uno en el otro.

**

Al final llegó a la entrada de la cueva, con antorcha en mano. La noche había llegado hace mucho y calcula es cerca de la madrugada.

No es un hombre con gran altura, pero aún con eso tiene que caminar encorvado los primeros metros de la entrada de la cueva, el tonto de su amante no pudo buscarse un motel más acogedor.

Bufa molesto por golpearse la cabeza al menos en cinco ocasiones. Finalmente llegó a un punto en el cual la cueva se dividía en dos, en ese lugar puede caminar erguido. Toma el túnel hacia la izquierda y en otra intercepción el de la derecha. Luego la entrada de en medio para continuar recto y girar a mano izquierda.

Finalmente, por todos los cielos, deidades o lo que sea llega al lugar donde descansa su crisis existencial después del sexo y durante las madrugadas de insomnio.

Dormitando desnudo sobre unas mantas, apenas cubierto por una sábana de ceda blanca. Entre abre sus hermosos rubíes, para observar a su némesis llegar, sonríe con burla.

- ¿Te perdiste otra vez?

- ¿Por quién me tomas idiota? - con molestia observa al albino, quien no pierde oportunidad para molestarlo y lo odia por eso, lo toma como su bufón personal. - No pudiste buscar un mejor lugar. Está húmedo, oscuro y hace frío. Vine a coger, no a morir de neumonía.

Tobirama roda los ojos algo irritado Izuna puede ser muy caprichoso y molesto. Le había repetido un centenar de veces que esa cueva esta lo suficiente alejada de Konoha. Es privada y cuenta con un laberinto de túneles, que evitaría que los encontrarán.

Por cierto, la primera vez que Tobirama lo cito ahí, Izuna termino perdido y le costó encontrarlo. Cuando lo hizo tuvieron una larga... Pelea, que el de cabellos blancos considero estúpida. Aún que cada tanto le gusta picar al azabache con el susto que se llevó ese día, el menor es de mecha corta y disfruta hacerlo rabiar.

Son amantes, viejos enemigos, aliados, amigos, el trato entre ellos no es el de las típicas parejas, que no pierden oportunidad para demostrarse amor, no les molesta insultarse y menos ser algo brusco el uno con el otro, sus sentimientos los consideran como algo extraño e inesperado, a diferencia de sus hermanos mayores ellos nunca fueron amigos en el pasado y su objetivo siempre fue matar al otro, por eso en el presente aún se sorprenden por sentir algo más que atracción por el otro.

Se incorpora aún con ojos soñolientos, sosteniendo con sus manos la barbilla. Es divertido hacer enfadar al Uchiha. Automáticamente adoptaba un comportamiento de niño, a pesar de sus 28 años.

Izuna bufa por centésima vez en ese día y empezó a desvestirse lentamente, en lo que mantenía el contacto visual con el otro.

- Eres un idiota, y solo por eso te tocará ser el primero en ser el pasivo.

- Como quieras Uchiha, a cambio debes hacer "eso" para mí.

- ¡Eres un enfermo! Solo tú puedes tener fetiches tan raros.

- lo dice el que me vistió de gato y me pidió maullar en vez de gemir. No seas hipócrita, a estas alturas creo que eres zoofílico.

- idiota. Ponte en cuatro.

- ¿Dónde quedó el amor?

- En Konoha así que te jodes.

Tobirama sonríe, realmente disfruta molestarlo, es tan lindo, malcriado y orgulloso, se considera un masoquista por enamorarse de semejante caprichoso, odioso, intransigente. Bueno, en parte él también lo es, pero si lo admite, sus peleas infantiles no tendrían sentido.

Izuna termino de desvestirse y camino hacia el albino, quien lo jalo para besarlo, mientras el menor seguía maldiciéndolo por tener frio. Por largas horas se entregarán en el silencio de esa cueva.

Por un tiempo olvidaran las exigencias de un matrimonio que les imponen los mayores y pensarán únicamente en ellos, en su extraño amor y nada más.

Al anochecer del día siguiente se volverán a tratar como enemigos, pues les resulta mucho más sencillo insultarme y menospreciar se en público, que tratarse como amigos. Los amigos se abrazan, hablan con simpática frente a todos, son muy cercanos, pero ellos no podrían hacer eso, el amor los traicionaría y terminarían exponiéndolo frente a todos.

Es mejor que todos piensen que no pueden respirar el mismo aire y continuar viéndose a escondidas.

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