Loki ! #4
Atención: Escena subida de tono.
Capítulo cuatro: Estar alejado de ti es el peor de mis infiernos.
Bajasteis las escaleras mal hechas con cuidado, Loki liderando la marcha y tú la última. El edificio estaba bastante destrozado, las paredes estaban a punto de caerse (al igual que las escaleras). Bajasteis dos pisos y Loki se adentro en una habitación.
Esa habitación era enorme, y estaba llena de personas deambulando por la habitación. Las ventanas estaban tapadas con tablones de madera, para ue nadie viera lo que ocurría dentro. Y, en el centro de la gran habitación, había una gran máquina. Te acercaste a ella, mientras el resto de personas seguían a lo suyo.
Lo único que podías identificar de aquella máquina era el Teseracto; que se encontraba en el centro de la máquina.
Por el rabillo del ojo podías ver que alguien se colocó a tu lado. Giraste la cabeza para ver que era Loki.
- ¿Qué es esto? – le preguntaste.
- Un portal.
Frunciste el ceño, sin comprender.
- Mi ejército nos esperan afuera. Abriré un portal para que ellos puedan entrar – respondió Loki observando la máquina. – Todavía faltan un par de cosas, pero hemos ganado mucho tiempo.
Te mordiste la lengua porque sabías que era inútil replicar. De verdad que te dolía saber que la parte rencorosa y egoísta de Loki seguía ahí, pero qué le ibas a hacer, te habías enamorado de todos los aspectos de Loki como para intentar "corregirle".
Loki se giró hacia ti y te acarició la cara.
- Y cuando conquiste Midgard, tú gobernaras a mi lado. Como siempre he querido y deseado.
Loki agachó su cabeza para conectar vuestros labios, pero una voz os interrumpió a medio camino.
- Loki – le llamó un hombre bastante viejo y que también tenía el brillo azul en los ojos. – Está funcionando. Dentro de poco, el portal podrá abrirse.
- Me alegro – respondió Loki con una sonrisa.
Loki rodeó tu cintura con uno de sus brazos y te apegó a él. Después empezó a caminar y tú solamente pudiste caminar a su lado. Salió de la habitación para caminar por un largo pasillo y entrar en una habitación mucho más pequeña. Te dejó en el centro de la habitación y se fue a cerrar la puerta.
Esta habitación parecía mejor hecha que las otras. Pero aún así tenía las ventanas tapadas con tablones de madera. Una sola bombilla iluminaba brevemente la habitación. Las paredes tenían el color crema, aunque parecían un poco desgastadas. El único mueble que había en aquella habitación era una gran cama, al final de la habitación.
El sonido de la puerta cerrándose te despertó de tu ensoñación y te giraste para mirar a Loki. Se acercó a ti y te susurró al oído:
- Thor debe estar ahora mismo decepcionado, ¿viste su cara?
No respondiste, Loki y tú conectasteis vuestras miradas. Loki te observaba con esa mirada que sabías perfectamente lo que significaba. El problema era si deberías (o no) dejar que ocurriera.
- Te he echado de menos todo este tiempo – habló, acercándose a ti. – Aunque me costara admitirlo, estar alejado de ti es el peor de mis infiernos.
Cuando ya estuvo en frente de ti, te miró de arriba abajo para después mirarte a los ojos.
- Pero que ahora mismo estés a mi lado apoyándome es el mejor de mis cielos – eso último lo susurró. Levantó su mano hasta que quedó en tu nuca y tiró suavemente del pelo que crecía allí. – No puedes prohibirme esto.
Loki consiguió que levantaras la cabeza y aún así le miraras a los ojos. Dejó tu cuello expuesto y ni siquiera dudó de llevar su boca ahí. Tus piernas temblaban mientras Loki mordía y marcaba tu cuello.
Tu mente debatía si debía ceder o si debía luchar contra ello. Pero tu corazón decía que cedieras, que era lo que más habías añorado. Loki te había echado de menos, a ti como persona y a tu cuerpo. Y aunque te costaba reconocerlo, tú también habías echado de menos su cuerpo, su amor. Habías echado de menos durante todo ese tiempo su amor (un amor que no pudiste encontrar en ningún otro), su forma de ser tan galán (como podía engatusarte fácilmente con hablar).
Loki levantó la cabeza del hueco de tu cuello y te miró a los ojos. Y lo único que vio en tus ojos fue deseo y necesidad. Aún con su mano en tu nuca, unió vuestros labios en un beso descuidado. Su otro brazo apresó tu cintura y apegó la mayor parte de tu cuerpo al suyo.
Llevaste tus manos a su pecho y las dejaste ahí apoyadas, lentamente dejándote llevar por el deseo.
Loki empezó a caminar, por lo que tú también fuiste obligada a caminar de espaldas. No tardó mucho hasta que la cama estuvo detrás de tus rodillas. Loki te empujó hasta que quedaste acostada sobre la cama y él encima de ti.
Os separasteis para poder respirar y en ese pequeño tiempo Loki te empujó hacia arriba hasta que tu cabeza se apoyó sobre las almohadas.
Loki se quitó cada una de las prendas de su cuerpo e hizo lo mismo con las tuyas.
Loki estaba entre tus piernas, admirando la gran belleza que podía llegar a ser tu cuerpo. Con las yemas de sus dedos rozó tus costados, las caderas y tus pechos. Tus pezones se endurecieron por los toques que te brindaba Loki y maldición, le habías echado tanto de menos.
Loki se tumbó encima de ti, aguantando un poco de su peso (pero no todo) y volvió a besar tus labios, como si los necesitara para vivir. Sus manos fueron a parar en tus caderas.
Y después de un empujón, Loki entró dentro de ti.
Loki besó y besó tus labios para acallar los gemidos.
-
Loki parecía un rey tumbado en la cama. Así lo sentías desde tu posición al lado de Loki, con la cabeza en su pecho desnudo.
Aunque eso no cambiaba que estabas en contra de su idea de conquistar Midgard.
Ambos estabais desnudos sobre las sábanas removidas. Ninguno de los dos se molestó en cubrir sus vergüenzas. Simplemente yacíais sobre la cama, abrazados el uno al otro. Loki acariciaba tu cadera y tú simplemente acariciabas su torso, con la mente en blanco.
Pero un movimiento brusco de Loki te hizo despertar de tu ensoñación y levantar la mirada.
Loki tenía los ojos cerrados y respiraba con dificultad. Levantaste tu mano izquierda y acariciaste uno de los lados de su cara.
- ¿Loki? ¿Qué ocurre?
- Los chitauri tienen sed de venganza – masculló, abriendo lentamente los ojos. – Están desesperados por venir a Midgard.
- ¿Quiénes son los chitauri? – preguntaste confusa. – Nunca oí de ellos.
- Pequeña, el universo es más grande de cómo lo pinta Odín – respondió Loki mirándote a los ojos.
- ¿Los chitauri son los que quieren conquistar Midgard?
- No – sonrió Loki. – Yo quiero conquistar Midgard, y ellos me ayudarán. A cambio, les daré el Teseracto.
- No tienes por qué seguir haciendo esto, Lo-
Loki rodó los ojos exasperado pero una tercera voz entró por la puerta y te interrumpió:
- Señor, la máquina ya está hecha – habló el mismo hombre que se os acercó con anterioridad.
- ¿Ya puede crear el agujero de gusano? – le preguntó Loki, descentrando su atención de ti.
Aquel hombre asintió.
- Gracias Erik Selvig. Y ahora márchese. Y dile al resto que vaya preparando las cosas. Volvemos a Nueva York.
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