Charles Xavier #10

Capítulo nueve: felices y juntos.

Después de que se fueran, tú no pudiste dormirte de nuevo. No podías dormirte por los nervios que sentías. ¿Conseguirían detener a Raven? Y si no lo hacían, ¿qué iba a ocurrir?

Te levantaste de la cama, pateando las sábanas lejos de ti. Caminaste hasta el pequeño baño y te miraste en el espejo. Tenías un poco de ojeras. Dejaste de mirarte en el espejo para quitarte la ropa y entrar en la ducha. No había agua caliente por lo que tuviste que conformarte con el agua fría. Al salir, rodeaste tu cuerpo con una toalla y saliste del baño. De la mochila que te habías traído, sacaste unos pantalones, la ropa interior y una camisa con un estampado de flores.

Una vez que te vestiste, desenredaste tu pelo con un cepillo y guardaste todo en tu mochila.

Saliste de la habitación con la llave en la mano. ¿A dónde ibas? Bueno, llevabas sin cenar desde ayer por la tarde por lo que tenías ganas de desayunar.

Tuviste que salir del motel porque este no tenía ni siquiera una cafetería. Cruzaste la calle y entraste en un pequeño café que había en la calle. Te sentaste en la barra y a la camarera le pediste un café (menos mal que te entendió, porque tú no sabías hablar francés).

En una esquina del café, estaba colgada una televisión. Te giraste para verla con atención.

En la pequeña pantalla aparecía dónde iba a ocurrir los tratados y todo eso. Donde los líderes de Vietnam estarían. Y la cámara se movió rápidamente para grabar como un ser de color azul saltaba por una de las ventanas. Se podían oír las exclamaciones del público allí y aquí.

La camarera te entregó el café y dijo algo en francés. Volviste a gírate para mirar a la pantalla de la televisión y te asombraste al ver a Erik saliendo por la misma ventana por la que cayó la mujer (supusiste que ella era Raven) y detrás de él iba Bestia.

No podías creer lo que estaba ocurriendo. ¿Desde cuándo se había descontrolado todo? El final de la grabación fue con Bestia quedando atrapado en la fuente y, Erik y Raven estaban desaparecidos. Después de tomarte el café y haber visto las noticias, saliste del café y volviste a la habitación del motel.

Cuando media hora después entraron en la habitación Hank, Logan y Charles solos, suspiraste.

- Veo que no ha salido tan bien como se esperaba – fue lo primero que dijiste.

- Erik quería matarla y ella simplemente huyó – explicó Hank.

- ¿Y ahora qué vamos a hacer? – preguntaste.

- Volvemos a casa – dijo Charles mirando al suelo. – Y ya veremos qué haremos.

Logan estaba como enfadado consigo mismo y un poco apagado, una mezcla un poco rara.

El viaje de vuelta a la mansión se pasó por lo menos más rápido. Todos estabais callados. Charles y Logan estaban como perdidos en su propio mundo (no sabías qué les había pasado mientras fueron allí) y Hank simplemente permanecía callado por lo que tú decidiste no hablar ni preguntar.

Cuando entrasteis en la mansión, Charles gritó y cayó al suelo, inmóvil. Inmediatamente fuiste en su ayuda, sujetándole para que no estuviera en el suelo.

- Hank puedo oírla, haz que paren – se apretó la cabeza con dolor.

- Lo sé. Ya voy – Hank se separó de él y subió corriendo a su habitación.

Intentaste tranquilizarle, Charles había conseguido mete su cabeza debajo de tu barbilla (como para esconderse) y respiraba con dificultad.

- Eh, eh, eh. Contrólate. Esto todavía no ha acabado – le dijo Logan.

- No lo crees en serio – le dijo Charles, mirándolo a los ojos.

- ¿cómo lo sabes? – preguntó Logan.

- Cuando estas se van. – Se tocó las piernas. – Los poderes vuelven. Vuelven estas voces.

Intentó taparse las orejas.

Relájate Charles.

- No puedo – te dijo con dolor.

- Eh, oye – le llamó Logan. – Aún sigo aquí. Así ue no hemos acabado.

Charles intentaba quitarse la chaqueta así que tú con un suspiro le ayudaste. Se arremangó la camiseta.

En ese momento Hank apareció con la jeringuilla y se la entregó a Charles.

- Pero te necesitamos Charles – siguió hablando Logan. – No así, sino en forma. No podemos encontrar a Raven sin tus poderes.

Charles tenía en su mano la jeringuilla, sin dejar de mirar a Logan. Después te miró a ti, y en su mirada se veía que estaba debatiendo si hacer caso a Logan (y a ti) o no.

Estaba a punto de clavarse la jeringuilla pero las miradas que le dieron Logan, Hank y tú le hicieron tirar la jeringuilla al suelo y taparse la cara. Le acariciaste la espalda para intentar calmarle.

- Hank hazme un favor – le pidió Charles. – Ayúdame a llegar a mi estudio.

- Como quieras – le dijo Hank.

Hank quitó a Charles de tu lado y Logan y tú seguisteis a los dos.

- ¿Estás seguro de lo que haces? – le preguntó Hank abriendo una puerta. Dentro estaba una silla con ruedas.

- Por supuesto que no.

Charles se subió a la silla y después Hank y él os llevaron a un lugar que nunca habías visto.

Las paredes eran azules y todo era tan moderno. Al final del pasillo estaba una especie de puerta de forma circular y una X en el medio.

- ¿Cuándo estuviste aquí por última vez? – le preguntó Logan a Charles.

- La última vez que buscamos a alumnos – dijo Hank.

- Hace mogollón – dijo segundos después Charles.

Al llegar allí, unas luces de color azules aparecieron en la cara de Charles, con forma de cruz.

- Bienvenido profesor – dijo una voz femenina robótica.

Las puertas se abrieron y vosotros cuatro entrasteis.

Te quedaste anonada al ver que hay dentro había como una pasarela que llevaba a una especie de casco.

- Esto es cerebro – te explicó Hank y tú asentiste.

Cuando llegasteis al final, Hank encendió la máquina y Charles se colocó el casco.

- Raven está herida, no irá muy lejos – le comentó Hank.

- Llevo sin ejercitar estos músculos durante mucho tiempo.

Todo a vuestro alrededor cambió. La esfera de color azul se transformó en un lugar negro con varios puntos rojos. Esos puntos rojos lloraban y gritaban. Todo era... abrumador.

Charles sufría, se podía ver en su cara y en sus gestos. Posaste tu mano en su hombro y apretaste suavemente para darle ánimos.

- Vamos Charles – le dijiste suavemente. – Cálmate.

Pero eso no bastó, Charles gritó por última vez y los cristales de la máquina se rompían.

- Charles tranquilo, ya está – le dijiste, mirándole a la cara. Charles temblaba mientras miraba a un punto fijo.

- Voy a comprobar el generador – dijo Hank mientras salía de allí.

- No es un problema de la maquinaria, ¿verdad?

- No puedo hacerlo.

- Sí, sí que puedes – razonó Logan.

Charles seguía negando con la cabeza.

- Solo estás algo oxidado.

- No lo entendéis. Esa no es la cuestión. Puedo encender interruptores, puedo abrir puertas pero mi poder está aquí y viene de... Y está roto. Me siento como uno de mis alumnos.

Charles empezó a salir de allí.

- Perdido – terminó de hablar Charles. – Fue un error venir aquí, fue un error liberar a Erik. Todo esto ha sido un maldito error. Lo siento Logan, pero enviaron al hombre equivocado.

- Tienes razón – dijo Logan cuando Charles estaba a punto de salir de la sala. – Lo soy. De hecho, ibas a venir tú, pero yo era el único que físicamente resistiría el viaje.

Logan caminó hacia Charles, quien se había parado. Tú le seguiste, para no quedarte sola atrás.

- Y no sé cuanto estaré aquí. Pero lo que sí sé es que hace mucho, o sea, dentro de mucho, yo fui un alumno muy perdido. Y tú, liberaste mi mente. Tú hiciste que viera lo que era, lo que podía ser. Y no sé cómo hacer eso contigo. Tienes razón, no sé. Pero sé de alguien que puede. Mira en mi mente.

- Ya viste lo que hice a cerebro-

- Inténtalo, Charles – le animaste.

Charles suspiró antes de mirar fijamente a Logan.

- ¿Encontraste lo que buscabas? – le preguntó Logan al cabo de cinco minutos. En ese momento Hank apareció.

- Ya vuelve a funcionar – os hizo saber Hank.

- Sí, ya funciona – dijo Charles sin dejar de mirar a Logan.

Y esta vez, cuando Charles utilizó a cerebro, funcionó y consiguió averiguar dónde estaba Raven. Incluso llegó a hablar con ella.

- Está cogiendo un avión.

- ¿Hacia dónde?

- Hacia Washington.

- Chicos, tengo algo que enseñaros – habló Hank.

Os llevó hasta su habitación, donde estaba una televisión encendida.

- Grabaciones de todos los canales.

- Tres canales. Guau.

Mañana, ante la casa blanca, el presidente hará un anuncio. Compadecerá junto al secretario de defensa y además tendrá ayuda del conocido científico Bolivar Trask. Su consejero especial de la lucha contra los mutantes.

Hank paró la grabación para girarse hacia vosotros tres.

- Raven no se da cuenta de que si mata a Trask delante de todos y en un evento como este...

- Habré hecho tan largo viaje para nada – dijo Logan.

- Bueno, al menos sabemos a dónde irá – dijo Hank. - Aconsejo que nos vayamos a descansar... Mañana será un día largo.

Todos estuvisteis de acuerdo. Tú fuiste la primera en abandonar la habitación, dejando a los tres hí. Caminaste hasta tu habitación, un poco bastante cansada.

Estabas en tu habitación, ya con el pijama puesto y preparada para irte a dormir cuando te llamaron a la puerta. Abriste la puerta y bajaste la mirada hasta encontrar a Charles, sentado en su silla.

- ¿Charles? ¿Qué ocurre?

- Oh, no era nada – respondió. – Es solo que...

Ahora mismo, Charles parecía hasta tímido.

- No podía dormir – terminó de decir.

- Entonces, pasa. – Abriste más la puerta, para dejarle entrar.

Después de que entrara, cerraste la puerta y luego te tumbaste en tu cama. Charles se acercó hasta tu cama y con un poco de dificultad consiguió sentarse en tu cama.

- ¿Crees que ella estará allí? – le preguntaste.

- No lo creo. Lo sé. Y también sé que Erik estará merodeando por allí – te respondió Charles.

- ¿Qué tal te encuentras? – le cambiaste de tema. Había dejado de inyectarse ese suero, y no parecía estar muy mal.

Se tumbó en tu cama, a tu lado.

- Estoy bien. Tú... tú me relajas – asintió Charles.

Sonreíste.

- ¿Y cómo lo llevas? Lo de las voces...

- No me acordaba que había tantas – esbozó una sonrisa y tú le seguiste.

- Y ahora... ahora, ¿puedes leerme la mente?

Charles asintió.

Sonreíste tímida mientras apoyabas tu cabeza sobre su pecho. Podías notar tus mejillas enrojeciéndose. Charles apoyó su mano sobre tu espalda y te acarició.

- ¿No te duelen? – le preguntaste, refiriéndote a las piernas.

- No, no las siento – susurró. – Todavía no me acostumbro a la silla.

- Pero lo harás, de eso no te preocupes. – te giraste hacia él. Charle estaba tumbado de espaldas y tú bocabajo, para poder mirarle. – Aunque no lo quieras, este eres el nuevo tú.

- Lo sé – asintió. – Pero no me acostumbro.

Y con el latido del corazón de Charles bajo la oreja, te dormiste.

Al día siguiente os tuvisteis que despertar bastante pronto. Charles se fue de tu habitación para ir a la suya (le tuvo que pedir ayuda a Hank para que le subiera) y así poder cambiarse. Tú te diste una ducha rápida, para poder despertarte. Y después, te colocaste un traje (increíble que metieras eso en la maleta) de color naranja: una chaqueta y una falda. Te pusiste unos tacones y te peinaste el pelo para atrás. No pensaste en maquillarte ni ponerte joyas, simplemente saliste así de tu habitación.

Fuera de la escuela se encontraba ya Logan. Y minutos después de ti salieron Hank y Charles.

Utilizasteis tu coche ya que el de Logan era prestado (o eso dijo él). Tú condujiste, con Charles a tu lado y Hank y Logan en los asientos detrás.

- Estás muy guapa hoy – te dijo Charles y tú te sonrojaste, pero no dijiste nada. Charles llevaba puesto una camisa y un jersey de color azul.

El viaje a la casa blanca no fue tan lento como os esperabais. Sí, había tráfico pero se pasó rápido.

- ¿Cómo vamos a hacer para entrar? – preguntaste. – No tenemos las acreditaciones.

- Déjamelo a mí – dijo Charles, desde su silla de ruedas.

Estabas en la cola para pasar, y cuando llegó vuestro turno y el hombre de seguridad pidió vuestras entradas, Charles hizo un truquito mental y os dejaron pasar.

- Increíble – susurraste y Charles sonrió orgulloso.

- Tienes que encontrarla, Charles – le dijo Logan. Charles inmediatamente se puso la mano en la cabeza y empezó a buscar. Tú tenías la mano puesta en su hombro, para no alejarte de él.

- Intento localizarla, sé que está aquí – decía Charles.

El presidente apareció y tras su discurso, la tela detrás de él se cayó, mostrando a los centinelas. Eran máquinas gigantes y grotescas.

En ese momento, los Centinelas empezaron a volar. Logan y Hank se alejaron de vuestro lado para acercarse a Raven, pero uno de los guardias no os permitió entrar.

- La he encontrado – dijo Charles e inmediatamente se puso a hablar con ella.

Uno de los centinelas levantó su mano y empezó a disparar a las personas. El caos se desató, mucha gente corría e intentaba escapar. El presidente y todos los que estaban con él huyeron a esconderse en la casa blanca.

- ¡Erik! – gritó Charles. Charles perdió la conexión con Raven

Y a lo lejos, se podía ver un puto estadio siendo elevado, obra de Erik. Y después, este cayó sobre el suelo, rodeando la casa blanca y por ende a vosotros.

Uno de los escombros cayó, e iba directo hacia Charles y a ti. Tú te tiraste en seguida al suelo y Charles tardó un segundo. El escombro no le mató pero sí que le dejó encerrado. Tenías tu pierna bajo un bloque de hormigón e hiciste fuerza para sacar el pie de esa trampa. Cuando lo conseguiste, viste que tu tobillo estaba rojo, raspado y no en un buen ángulo.

Subiste los escombros y te escondiste detrás de uno, para estar al lado de Charles. Charles tenía la cabeza un poco torcida y un barrote de metal estaba encima de su caja torácica. Y tenía un brazo inmóvil debido a eso. Intentabas quitar los escombros pero no tenías la fuerza suficiente.

Magneto aterrizó en el suelo y miraba atentamente la casa blanca.

- ¿Estás bien, Charles? – le preguntabas. Estabas un poco errática, intentando quitar los escombros, pero sin éxito.

No veías a Logan y Hank por ningún lado. En cambio, un centinela empezó a perseguir a dos hombres y supusiste que eran ellos dos. Por suerte, no os habían visto todavía.

De repente, una especie de caja fuerte gigante salió de la propia Casa Blanca. Erik, quitó una de sus paredes.

Te agazapaste, tumbándote al lado de Charles, para que ningún centinela os viera.

Erik empezó a hablar y después otra persona le interrumpió. Te diste cuenta de que era el presidente. ¿Qué demonios hacía el presidente?

Después sonó un disparo. Pero no podías ver nada ya que estabas completamente tumbada.

- Charles, ¿qué está ocurriendo? – susurraste.

- No es el presidente. Es Raven. Raven ha disparado a Magneto – dijo él con la mano en su sien.

Charles empezó a hablar y apareció Hank, para quitar el barrote de metal. Dejaste de estar tumbada para tirar con él

- Es todo tuyo Charles – fue lo que dijo Raven. Raven le quitó el casco a Erik.

Charles volvió a hacer el control mental, solo que esta vez con Erik. El barrote de metal fue quitado, y Charles quedó libre. Hank suspiró contento y tú corriste para cogerle entre tus brazos. Entre tú y Hank lograsteis ponerle en pie.

- Si dejas que me apresen, me matarán. – dijo Erik.

- Lo sé – respondió Charles.

- Adiós, viejo amigo- dijo por último Erik y se largó de allí volando.

Raven se quedó, para miraros a los tres y después, se fue de allí.

Como si no hubiera pasado nada.

- ¿Estás bien? – le susurraste a Charles, quien tenía bastantes heridas y una muy fea en la cabeza.

- Sí – susurró.

Os mirasteis a los ojos y, como fuerza de un impulso, le dejaste un beso sobre los labios.

- Bueno, creo que esto se acabó – fue lo primero que dijiste al entrar en la habitación de Charles. Le entregaste el periódico donde estaba la noticia. – Los centinelas nunca saldrán a la luz.

- Me alegro la verdad – sonrió Charles.

- Pero los mutantes siguen corriendo peligro – le dijiste. – No tienen ningún lugar donde refugiarse o aprender.

Charles se quedó callado, sabiendo por dónde iban los tiros.

- Podrías... abrir de nuevo la escuela – le diste una idea.

- Pero yo solo no puedo hacerlo – negó con la cabeza.

- No estás solo. Estamos Hank y yo – le cortaste.

- ¿Te quedarás? – preguntó con los ojos abiertos.

Finalmente asentiste.

- Sí, no quiero irme de aquí – le sonreíste y él te devolvió la sonrisa.

Lobezno se despertó en la escuela del profesor Xavier. Se levanto de su cama y salió de su habitación. Frunció el ceño al ver la escuela llena de gente. Bestia pasó a su lado y le saludó.

¿Qué demonios? Se dijo a sí mismo.

Fue al despacho del profesor y se sorprendió al encontrar a Jean ahí, viva. Rozó su mejilla pero Scott le apartó de ella. Logan miró hacia delante y esbozó una sonrisa.

Charles estaba allí, en su silla. Y a su lado estabas tú, con unas cuantas arrugas y el pelo gris. Pero ambos estabais ahí, felices y juntos.




Y aquí acaba esta mini historia de Charles Xavier; espero que os haya gustado y no os haya parecido muy larga. Aquí os dejo la siguiente historia:

Se llama: La Caída De Un Gran Imperio. Y básicamente es Capitán América: el Soldado de Invierno, pero con más personajes e historia :D
Pd: en esta historia Sharon Carter no existe ;)

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