Última vuelta
Era ya la última vuelta, tenía que darlo todo y así ganar la carrera, empieza a acelerar con una ligera presión en el pecho y ansiedad, pero también emoción.
Pocos segundos después un auto se acerca, claramente algo estaba mal, todos lo sabían, su equipo estaba preocupado por lo que pasaba, Jhon tenía esposa y un hijo en camino, pero no podían hacer nada.
Y lo que menos querían que llegara, llegó, el conductor del otro auto se empezó a acercar más y más, Jhon sabía que si intentaba acelerar más habría problemas.
Lamentablemente para Jhon, el auto piso el acelerador impactando contra el suyo, perdió el volante y se estrelló de forma brutal.
El auto se había vuelto chatarra junto con Jhon, la carrera se detuvo y todo el equipo de el condujo al lugar solo para presenciar la horrible escena.
/3 años después/
Una mano salió de la tumba, mano a la que le seguiría el resto de aquel cuerpo que, misteriosamente, estaba en un perfecto estado.
— Yo... ¿Dónde estoy?, ¿Por qué estoy en un cementerio?— se tocaba el cuerpo y se dió cuenta de que estaba desnudo, con pena y prisa se tapo su parte íntima y recorrió los alrededores viendo si podía encontrar algo para ponerse, y justo momentos después llegó a la casa funeraria que dirigía este cementerio. Evitando la poca seguridad del lugar se coló y busco si había alguna ropa y tal vez sandalias o lo que sea que evitará que sus pies se lastimaran.
Justo cuando iba a salir de la casa, escucha que el vigilante iba a abrir la puerta por la que iba a salir, improviso y se metió en lo que parece ser un armario, escondiéndose detrás de unas cuantas cajas.
— ¿Umh?, Estoy seguro que escuché algo, nah, probablemente sea mi imaginación, si no lo fuera daría un puto miedo, quien sabe que podría hacerle a este saco de huesos viejos — mencionó el viejo mientras se fuma un cigarro, dice algunas tonterías más y se va a otra habitación.
Jhon sabe que no debe dejar pasar esta oportunidad, con rapidez mueve las cajas sin hacer mucho ruido, abre la puerta y justo ahí estaba el anciano.
— Tu... ¿Cómo es que sigues vivo?, Yo te ví morir —dijo el anciano mientras lo miraba.
— Yo... No lo sé, solamente me desperté y estaba desnudo y cubierto de tierra en este cementerio. Espera, ¿Cómo que morí?
— Oh, parece que no recuerdas, bueno, es un tanto obvio, siéntate primero, te contaré cómo ocurrió todo, es más, tengo una cinta de vídeo.
— Eh, ¿o-ok?— inmediatamente después agarró una silla que estaba cerca y siguió a un viejo a lo que parecía una sala de cine casera, ¿Por qué demonios hay una sala de cine en este lugar?
— Bueno, empecemos —dijo el viejo para colocar la cinta.
“El corredor John Hudson perdió la vida en una carrera, al parecer uno de los corredores fue secuestrado y el perpetrador le quitó el uniforme para ponérselo a si mismo; tal parece que murió junto a John, pero se cree que tenía nexos con los narcos"
Justo ahí es cuando el vídeo se acaba, el no creía lo que acababa de ver, ¿Había muerto?, ¿Por qué entonces estaba con vida?, ¿Le había hecho algo a los narcos para que lo mataran?, No lo sabia, no tenía respuesta a las preguntas, el viejo solo lo observaba en silencio, esperando que John digiera la información.
— Yo... Creo que debo ir a casa— dijo levantándose del asiento —. Estoy seguro que mi esposa me está esperando, si, y debo ver a mi hijo.
— John, no, se que no puedes creer lo que acabas de ver, pero en este momento dudo que sea buena idea — el anciano enseguida se paró a interferir con el paso de el y hacer que se calmara, cosa que no pasó.
— ¡Que te quites, maldita sea! — enseguida empujo al pobre viejo, abrió la puerta y se fue caminando sin mirar atrás.
El pobre viejo, más que enojado con John, sentía lastima, lastima por lo que tendría que ver.
Ya en la salida del pueblo el empezó a reconocer algunas cosas, dándose cuenta de que estaba en su ciudad natal; el lugar donde había comprado una casa para el y su esposa.
Avanzaba el paso mientras recorría algunas calles, notó que la tienda en la que compraba dulces había cerrado.
Poco a poco miraba como todo había cambiado, vaya, cuatros años si que sentaron bien a esta ciudad.
Con cada paso se acercaba más a la casa que compartió con su esposa, cuando llegó a la esquina, inseguro de sí seguir, de si en verdad deseaba ver lo que había sido de ella después de su muerte. Pero tenía que hacerlo, tenía que avanzar.
.
.
.
.
.
Estando ya frente aquella casa, alzó su mano para tocar la puerta, justo entonces escucha unos ruidos provienen de su casa, los ruidos de un niño.
— Mamá, mamá, ¿A qué hora regresa papá del trabajo?
¿Qué?, El claramente había muerto, entonces... ¿Tan rápido encontró a alguien?, ¿Tan rápido lo reemplazó?
— Ya te lo dije, Tim, el llega dentro de una hora.
— No es justo, el me prometió que llegaría temprano hoy.
— Lo sé, lo sé, pero trata de entenderlo, el trabaja en una importante empresa, y eso lo mantiene ocupado.
— ... Si, lo entiendo.
Desde que empezó la conversación hasta que terminó, el estuvo ahí, parado, escuchando como la mujer que amó y con la que se casó ahora estaba con otro, estaba enojado, quería romperlo todo, golpear a alguien. Pero no podía, es como si no tuviera la fuerza para eso, no quería armar un escándalo y que ella lo viera, no quería ver al niño llorar a causa de su verdadero padre, no podría soportar el verlo llorar, por mucho que le doliera que le dijera padre a otro hombre, el sabía que no hacía parte de su mundo, así que con odio, tristeza y desesperación, regreso al lugar donde despertó.
— Por eso no quería que te fueras, sobre todo en tu estado, quería que te tranquilizaras para que pudieras digerirlo —le dijo el viejo, quien estaba recostado en la entrada de la funeraria.
— …
— Ven, vamos a tomar un café
Empezó a caminar hacia la casa funeraria, siendo seguido por John, el anciano, del cual no sabía su nombre, al cual había golpeado y gritado ahí estaba, para brindarle ayuda, el fue lo mejor que le pasó en todo el día, y tal vez eso fue lo que hizo que terminara llorando.
— Hey, vamos John, suéltalo todo —le sobaba suavemente la espalda mientras lo veía desahogarse— si, eso es, suéltalo todo.
————
Los minutos habían pasado y John se había calmado, ahora estaba sentado en una silla justo frente a aquel viejo que lo ayudo.
— ¿Desde hace cuánto lo sabes? —soltó aquella pregunta que tomó por sorpresa a aquel anciano.
— Desde hace unos meses... Hubo un rumor que circulaba por la ciudad sobre que tu esposa había encontrado a otro hombre, la verdad no lo creí al principio, pero un día la ví con otro hombre, besandose en el parque. Si te soy sincero, iba a ignorar a aquella pareja creyendo que se trataba de una típica pareja de adultos, pero entonces ví su rostro y supe que los rumores eran ciertos... Lo lamento.
— Oh... Ya veo, por cierto, con tanto que ha pasado se me ha olvidado tu nombre, ¿Cual es? — cambio rápidamente el tema, queriendo ya no hablar del pasado, y el viejo claramente lo sabía.
— Mi nombre es Arnold, perdón por no presentarme antes, pero es tal y como tú dices, pasaron demasiadas cosas, ¿Te imaginas mi sorpresa al ver que mi idolo que había fallecido apareció frente a mí?, Es claro que eso no es algo de todos los días.
— Dímelo a mi, no es como que muy común morir para levantarse de la tumba.
— Ja, supongo que estamos igual.
— Si, oye, ¿Quieres una cerveza?
— Si, creo que necesito una, por cierto, ¿Por qué tienes cervezas acá? ¿Qué no eres el guardia?
— Y lo soy, pero también soy un hombre viejo, al igual que también se que no pasa mucho en estos lares, además, dudo que alguien más salga de su tumba y se aparezca frente a nosotros.
— Cierto, cierto.
————
Tras un par de cervezas, John salió a la terraza a ver las estrellas, estaba preocupado por el futuro, ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Dónde iba a vivir?
Sus pensamientos se vieron interrumpidos con la salida de aquél anciano, quien se dirigía a dónde el.
— Supongo que te estás preguntando que vas a hacer con tu vida, ¿Verdad? —inmediatamente saco una cajetilla de cigarros para sacar uno, lo prendió y empezó a fumar— No te preocupes tanto, te puedes quedar acá, claro, no es el lugar más cómodo, pero es una funeraria.
— ¿Vivir en un cementerio?, Umh, no lo sé.
— Ambos sabemos que no tienes muchas opciones, además, no lo mires tan mal, yo vivo en este lugar.
— ¿Qué?, ¿Aquí?
— Sip, vaya sorpresa que te pegaste, aunque ya estoy acostumbrando a qué reaccionen asi.
— Umh— estuvo en silencio durante unos segundos, mirando las estrellas a la vez que sopesaba sus opciones— acepto, no creo que tenga otro camino, por lo menos no de momento.
— Buena elección muchacho, pero por ello también trabajarás acá, que no te voy a mantener de vago, ja, ja, ja.
— Ja, ja, ja, que buen chiste.
— ¿Cual chiste?
— No, espera, ¿Tengo que trabajar?, ¡Nooooooooooooooo!, ¡Justo después de volver a la vida no!
El anciano solo pudo reír ante la reacción tan exagerada de aquel hombre — Ven, volvamos adentro, ya es tarde y mañana tengo que madrugar. John lo siguió, con un rostro de resignación sabiendo que en esta vida no hay descanso.
Y justo después de cruzar aquella puerta, está se cerró.
El fin.
Está va pal Carloszombie4 sintió que al final le faltaba algo, a ver si esto está mejor.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top