Las 5 hermanas que te quieren mucho mucho mucho

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Mi nombre es Uesugi futarou y estoy en mi segundo año de preparatoria, soy el mejor alumno de mi escuela y no es por qué sea un genio, más bien se debe al tiempo y esfuerzo que dedico cada día a estudiar. desde secundaria le he dedicado la mayor parte de mi tiempo libre a estudiar por lo que actualmente siempre me encuentro solo, podría decirse que soy un solitario pero desde hace algunos meses hice algunos amigos con los que hablo debes en cuando, mi vida no es mala ni mucho menos, pero mi familia realmente tiene una gran deuda por lo que el dinero es algo que necesitamos, así que por esa razón hoy me encuentro en un templo por consejo de un amigos que tengo, este lugar es un templo para la gente pueda pedir por dinero y mejorar su suerte, no es que crea mucho en eso, pero hay veces que uno debe de encomendarse a fuerzas mayores.

Pero si por algún casual me hubieran dicho que la visita a este templo cambiaría mi vida, mejor no hubiera venido.

Ya que frente a mi luego de pedir mi plegaria un anciano emergió desde la caja de donaciones.

-¡Oh! Futarou Uesugi, no sabes lo mucho que me sorprende verte por aquí, durante toda tu vida has estado tan concentrado en tus estudios que pensaba que no te interesaban estas cosas.

Miraba al extraño anciado con bastante confusión ya que por alguna razón sabia mi nombre y a lo que me dique la mayor parte de mi vida estudiantil.

-Pero mira que venir al templo del amor y donar me sorprendió tanto que baje yo mismo ha darte las buenas noticias.

Que acaba de decir este viejo, ¿Templo del amor? ¿No es este el templo del dinero?.

-Oye, acaso este no es el templo del dinero, un amigo me dijo que estaba en esta dirección.

Veía como el anciano me veía con curiosidad.

-Si te refieres a este templo está a dos cuadras más enfrente.

Mierda, enserio me equivoqué de dirección.

-Espera, buscabas el templo del dinero pero viniste al templo del amor por equivacion y donaste sin saber...

No quería responder a eso ya que me hacía sentir estupido por equivocarme.

-Bueno me tengo que ir ya que el camino a mi casa es largo y tengo que llegar antes de que anochezca.

Intente irme lo más rapido posible pero fui detenido por el anciano que me tomó de la camisa.

-¡Espera! No puedes fingir que esto no ocurrió e irte sin más.

Quería salir del agarre del anciano pero sorprendentemente no podía, que tan fuerte es este viejo.

-Pero es que yo quería ir al templo del dinero y...

Cuando estaba por explicar todo el mundo a mi alrededor cambió por completo y ahora me encontraba en un espacio completamente rosa.

-Lamento por hacer esto pero no podía dejar que te fueras sin antes darte una explicación.

Ahora si que estaba jodido ya que no podía huir del lugar hasta que el viejo me dijera lo que me tenga que decir.

-puedes tomar asiento y no te preocupes, en este lugar el tiempo no transcurre por lo que podemos hablar el tiempo necesario.

Con movimiento de sus manos un kotatsu con dos cojines y dos tazas de té aparecieron frente a mi.

-¿Pero como...?

Fui interrumpido cuando el anciano levantó su mano y mi boca se cerró de golpe.

-Se que tienes preguntas y yo tengo las respuestas que nesecitas pero deja que antes me presente, básicamente soy un dios del amor, ustedes me conocen como Aizen.

Que está diciendo este viejo loco, debido a mi boca que aún me era imposible abrirla solo pude pensarlo.

-Al parecer mi intervención fue un error pero estaba emocionado ya que pocas almas como la tuya jamás habían presentado un estado de enamoramiento a tu edad, por lo que verte pedir en un templo me permitió poder ayudarte un poco de más.

Por qué siento que esto va a terminar mal.

-Por lo que le pedí a los dioses supremos Izanagi e izanami para que me dejaran intervenir en tu suerte en el amor, ahora que se que fue un error estoy un poco arrepentido.

Si, esto cada vez suena peor, además que es eso de solo un poco arrepentido, además mencionó a los dioses de la creación.

-A lo que quiero llegar es que en este pequeña ruleta se decidió tu futuro en el amor y aquí es donde radica el hecho de que los seres humanos están destinados a tener un Alma gemela, pero en tu caso por mi intervención ese número se aumentó a 5.

Ok, no se a que se refiere pero 5 es un número considerable si dice que por lo general solo es 1.

-Pero no te preocupes, mientras solo veas a los ojos a una de tus almas gemelas bastara, además de que no significa que tengas que conocer a las 5, puede que ni en toda tu vida las conozcas.

Este supuesto dios me dijo algo bastante molesto, aunque no me dio tiempo de quejarme ya que dijo que no era seguro que me tope con las 5 almas gemelas, pero en ese momento pude al fin abrir mi boca.

-Pero aún no entiendo que significa tener un Alma gemela.

El Dios me sonrió descaradamente.

-Entonces te interesa, deja que te explique.

Realmente no es que me interesara, pero ahora que está molesta situación había surgido tenía que saber todo lo posible.

-Un alma gemela se refiere a la persona que de una sola mirada quedarán enamorados uno del otro, no importa nada si es que sus miradas se unen, no es como si estuvieran obligados a estar juntos pero en el momento que se vean no van a querer separarse.

Que dice este viejo pensé acerca de lo que acababa de decir y ahora estaba nervioso de que llegara a conocer a alguna de mis supuestas almas gemelas, estoy muy concentrado en mis estudios como para enamorarme de alguien que no conozco así que cuando pueda irme de este lugar me iré a dormir y haré como si nada de esto ocurrió.

-Entonces que dices, estas feliz de tu suerte- me pregunto el dios de forma tímida mientras jugaba con sus dedos, ver a un anciano actuando tímidamente me provocaron unas ganas de vomitar.

-Oh si, es increíble- dije sarcásticamente aunque al parecer el dios no lo notó o lo ignoró ya que una sonrisa se dibujó en su rostro.

-Es genial, por un segundo pensé en corregir lo que hice pero veo que te gusto.

Creo que acabo de cagar la oportunidad de que nada de lo problemático pasará. Cuándo estaba apunto de corregir mi error el anciano movió su mano y me encontraba parada dónde originalmente me encontraba.

-Si, nada de esto ocurrió- aunque me veía confundido ya que lo que acaban de ocurrir parecía imposible estoy seguro que fue real, pero decidí seguir mi plan original y mejor me fui a mi casa a dormir y olvidar que todo esto paso.

●●●●●●●●●

A la mañana siguiente me desperté y como había acordado nada de lo ocurrido ayer realmente paso, por lo que terminando el desayuno me dirigí a la escuela luego de despedirme de mi hermanita.

Hasta ahora todo se sentía genial por lo que creo que este día será tranquilo.

Cuando al fin llegue por alguna razón en toda la escuela la gente murmuraba cosas que siendo sinceros no alcanzaba a escuchar, cuando llegue al salón de clases pude ver a maeda y takeda juntos hablando por lo que me acerque a ellos para preguntarles de la situación actual.

-Que tal chicos, alguna idea de lo que está ocurriendo en la escuela.

Cuando gane la atención de ambos la reacción fue distinta, ya que por su parte takeda mostró su examen mienrars señalaba el 99 en el a lo que inmediatamente saque mi propio examen mostrando un 100.

-Suerte para la próxima amigo.

-Una vez más un sólo punto me separa de una lucha a la par contra ti- las exageraciones de takeda eran divertidas al igual que siempre.

-Que tal Uesugi, como te fue ayer en el templo- maeda que fue el amigo que me hablo sobre el templo me extendió el puño a lo que procedió a chocharlo con el.

-Prefiero no hablar de eso- siendo sincero quería olvidar todo lo ocurrido el día de ayer. -¿Entonces, que esta pasando?.

No es como si me importará en verdad pero al ser algo que toda la escuela esta hablando tenía que saber al menos, claro, esperando que no fuera nada malo.

-Ya que acabas de llegar no lo sabes, pero al parecer las hijas de un patrocinador muy importante de la escuela van a ingresar a la escuela durante estos días, eso es lo que tiene a toda la escuela vuelta loca, ya que tiempo atrás llegaron para ver unos papeleos, pero el vehículo en el que llegaron llamó mucho la atención ya que llegaron en una lujosa limusina.

Al parecer niñas ricas iban a entrar a la escuela, pero ya que no tienen nada que ver conmigo no importa.

-Si tienen interés puedo presentárselas luego- takeda mencionó que conocía a las niñas ricas, no me importa el como las conoce ya que me puedo hacer una idea si tenemos en cuenta que su padre es el director de la escuela y las nuevas estudiantes son hijas de un patrocinador de la escuela.

-¡Enserio eso sería genial!.

Al parecer a maeda le gustaba la idea de conocer a chicas populares, por mi parte no podría interesarme menos.

-Al menos antes de preocuparte por conocer a alguien céntrate en acabar tus tareas pendientes.

Con lo que dije conseguí que maeda se quedara en shock para luego mirarme preocupado.

-Ayudame por favor.

El lamentable estado en el que se encontraba maeda fue suficiente como para que aceptara ayudarlo aunque de cualquier forma siempre termino ayudando cuando olvida sus tareas. En verdad soy alguien admirable.

El tiempo pasó y las clases continuaron como de costumbre sin que nada o nadie perturbara mi tranquilidad que había formado a lo largo de los años. Cuando las clases terminaron me encontraba de camino a la biblioteca donde me esperaba maeda ya que era el lugar que siempre usábamos para estudiar y ayudarlo con sus tareas.

Habia olvidado todo acerca de lo ocurrido en el templo por lo que caminaba con total calma hasta que al doblar una esquina choque contra una persona que al ser más baja calló al suelo sobre su trasero.

-¡Acaso eres ciego, por qué no te fijas por donde caminas!.

Desde el suelo una voz que se escuchaba molesta comenzó a gritarme, como si la culpa hubiera sido mía aún cuando caminaba lentamente.

-Deberia ser yo el que se enojara ya que no fue mi culpa el que me hayas chocado, nunca te enseñaron a no correr por los pasillos.

Tenia razón para enojarme ya que la fuerza con la que chocamos no tendría que ser tan fuerte a menos que alguno de nosotros corriera, así que estaba claro que no había sido mi culpa.

-No digas idioteces y mejor ayúdame.

De forma déspota la persona me exigía que la ayudara a levantarse, aunque era cierto que había sufrido menos del impacto ya que solo me vi obligado a dar unos cuantos pasos hacia atrás y la otra persona había caído, pero de nueva cuenta recuerdo que no ha sido mi culpa, pero ya que parecía que si me negaba la situación seria más molesta decidí estirar mi mano para ayudarla a levantarse.

Aunque sabia por la voz que se trataba de una chica cuando preste más atención vi una cabellera rosada chicle con unos adornos a los costados de su cabeza bastante particulares en forma de mariposas, al dar un vistazo rapido noté que llevaba un uniforme escolar que no concordaba con el de la escuela ya que el uniforme femenil cuenta con falda verde y camisa blanca que casi todas las chicas modifican agregando un suéter o algo extra. Pero el uniforme de la chica frente a mi era una falda blanca con una camisa negra.

Recordando lo dicho por maeda en la mañana se podría tratar de una de las alumnas nuevas que ingresaron el día de hoy. Cual podría ser la suerte de toparme con una de ellas.

Cuando termine de levantarla la chica sacudía su falda del polvo que se haya podido pegar mientras permaneció en el suelo.

-Si ya te encuentras bien entonces me retiro.

Esperaba con eso poderme retirar ya que aún tenia planes de verme con maeda pero la chica no me lo dejó tan fácil ya que inmediatamente me tomó de la mano haciendo que la mirara.

-No creas que te irás sin antes disculparte.

Lo que quería evitar era que esta chica hostil como había actuado me detuviera pero creo que fue inútil.

-Mirá, no fue mi culpa yo no debería de ser el que pida perdón, así que mejor...

Mientras la afrontaba nuestras miradas se cruzaron ocasionando que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo y que mi vista se perdiera en aquellos ojos azules que tenia la chica, inconscientemente mi mano que era sostenida reforzó su agarre mientras sentía como nuestros dedos se entrelazan.

No se que era lo que me ocurría pero sabia que nunca lo había experimentado, era tan extraño y desconocido que no sabia como actuar a continuación.

-Hola me llamo Uesugi futarou.

Repentinamente termine por decir mi nombre aún cuando esté nunca fue solicitado pero algo dentro de mi me obligó a decirlo.

-Ni..no... Me llamo Nino.

Ella me respondió con una actitud completamente distinta con la que habíamos estado hablando hasta ese momento, sonaba dulce y tierna al hablar, además que el sonrojo en sus mejillas la hacían ver adorable.

-Que linda.

Al parecer no solo cometía acciones inconscientemente si no que mi boca soltaba cosas sin darme cuenta.

La chica se sonrojó aún más por lo que dije a lo que de igual forma me avergonzó al nunca haber ocupado esas palabra con nadie que no fuera mi pequeña hermanita. Trataba de buscar algo para salir de aquella situación que se había tornado muy vergonzosa e incómoda, por conveniencia mi celular comenzó a sonar dándome la oportunidad para escapar, solté su mano suavemente y me separe para poder contestar.

-¡Oh maeda! Claro que voy de camino.

Sin decir nada abandone el lugar evitando verla ya que no podía con mi rostro cubierto en rubor.

-¿Que diablos pasó ahí?- Sin mirar a mi alrededor comencé a huir sin darme cuenta que salí de la escuela sin haber ido a ayudar a maeda. Bueno, el sabrá que hacer como pedirle ayuda a takeda por ejemplo.

Camine sin mirar atrás y solo me detuve hasta que me di cuenta de mis acciones, solo para darme cuenta que había llegado algo lejos y en dirección contraria a mi hogar.

-Ahora tendré que avisarle a Raiha que llegaré algo tarde.

Saque mi teléfono celular para hacer la llamada pero una voz me habló a mis espaldas tratándose de una chica.

-Disculpa.

-¿Nesecitas algo de mi?.

Le pregunte sin mirarla ya que había tenido suficiente el día de hoy, ya que juraría que la chica hablaba como la tal Nino.

-Si, verás es que resulta que no soy de por aquí, acabo de mudarme y cuando salí de la escuela quería ver un poco los alrededores pero creo que me perdí, así que no se si pudieras ayudarme con esta dirección.

Para quitármela de encima iba a ayudarla rapido e irme pero cuando la miré, un cabello rosa chicle me recibió al poder verlo plenamente ya que la chica más baja que yo. El color me recordó a Nino e incluso llevaba la misma ropa y su voz se parecía, pero algo me hacía darme cuenta que no era ella, esto era extraño.

-¿Cual es la dirección?.

La chica sacó su celular e inmediatamente en su pantalla mostró la dirección en un texto.

-No sería más fácil que usaras el GPS.

-Ya lo intenté pero me quedé sin plan justamente hoy.

Debe de tener mala suerte para que el primer día se pierda y no pueda usar su teléfono debido a su plan telefónico.

pero sin más comencé a crear un mapa en mi cabeza de cómo llegar a su destino o al menos que llegara cerca, pero al darme cuenta, ella trataba de llegar a la zona rica de la ciudad, tal vez se trata de una niña rica y por eso es tan idiota.

-De hecho estas más cerca tu de tu destino que yo del mío, solo tienes que caminar sobre esta calle todo derecho y cuando cruces el semáforo gira a la derecha, ahí verás un puente por el que debes subir y al cruzarlo solo debes de caminar un poco mas.

De hecho no estaba tan lejos de su hogar si es a donde se dirige.

-Asi que no está muy lejos... Muchas gracias.

-Ni lo menciones.

Quería irme ya que debía llegar a casa pero fue en un instante que la chica puso un vaso en mi mejilla que se encontraba helado.

-¡Pero que!.

-Aceptalo por ayudarme, no lo he probado acababa de comprarlo. Es café helado.

Queria negarme cortésmente para no ofenderla pero por un segundo la mire a los ojos algo que no había hecho hasta ese momento.

Fue en ese momento cuando una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, algo que había experimentado ese mismo día, me di cuenta de sus ojos azules que me miraban con tanta pasión lo que ocasiono un calor creciendo en mi pecho, tome el café mientras sujetaba la mano de la chica.

-Eres muy linda al ofrecerme tu bebida pero preferiría que tu la tomaras.

Con un extraño tono de voz le regresé el café que me había dado mientras nuestras miradas no se apartaban del otro.

-No te preocupes, no es nada que me cueste realmente, pero has sido muy lindo al ayudarme.

El solo escuchar eso llegar a mis oídos me hizo temblar aun cuando una distancia razonable nos separaba.

-Me llamo Uesugi futarou.

-Me llamo ichika.

Sentía como todo a mi alrededor se relentizaba, quería que ese momento nunca acabara...

...

...

...

...

...

¡¡¡Que estoy haciendo!!!.

Recupere un poco de mis sentidos y me di cuenta de la situación y del como aún sostenía su mano firmemente.

Logre que sujetara adecuadamente el vaso y ya estando seguro hize lo único que mi poco razonamiento me obligo a hacer.

Hui del lugar no sin antes mirarla y una vez más para deleitarme de su lindo rostro completamente Único.

Creo que ese día había corrido lo que nunca en al vida, pero lo bueno es que termine justo enfrente de mí hogar.

Ya que Mamá trabajaba todo el día solo la veía un rato por las noches y eso solo era cuando no doblaba turnos. Por eso solo esperaba encontrar a mi hermana Raiha que desde hace unos meses se ha encargado de hacer la comida mientras yo trabajo a tiempo parcial y ayudo en la casa comprando algunas cosas para ayudar a mamá con su carga luego de que papá falleciera.

Mi padre siempre me enseñó a ser hombre de palabra, el decía que debía ser excepcional pero sin que dejara atrás mis raíces, ya que mucho de lo que me dijo lo aplico para mi vida diaria.

Por eso ahora que me encuentro en esta situación donde mi corazón late por dos chicas quisiera escuchar sus sabios consejos aún cuando la mayor parte de ellos no tenían sentido o eran muy rebuscados.

-Ya estoy en casa.

Solo esperaba ser recibido por mi hermanita pero inesperadamente en la entrada se encontraba un par extra de zapatos, normalmente en casa solo hay 3 pares pero sin mamá en casa eso significa que había alguien más.

Camine al interior solo para toparme a mí hermana junto a una chica que nunca había visto. Como una especie de broma la chica llevaba el mismo uniforme que Nino e Ichika además de tener el mismo color de cabello rosa chicle.

Trate de no alterarme por lo que camine hasta ser visto por Raiha que corrió a saludarme con una gran sonrisa.

-Hermanito regresaste.

Con un salto Raiha me abrazo de la cintura recibiendome.

-Si, ¿por cierto quien es tu amiga?.

Mi pregunta era normal al tener en mi casa a alguien que jamás había visto. Incluso si usaba la misma ropa que las otras dos algo que la diferenciaba era los audífonos que colgaban de su cuello.

Cuando la chica me escuchó lentamente giró a verme y nuestros ojos se encontraron y como las veces anteriores una corriente eléctrica recorrió por completo mi cuerpo.

Tal vez se trataba de una ilusión óptica, pero estoy seguro que esta chica es demasiado hermosa, comparable a Nino y a Ichika pero tiene algo que la hace muy diferente. Ante mis ojos podía ver una obra de arte que tenia que seguir viendo, puede que se tratara de mi cansancio pero mi cuerpo no respondía aún si trataba de desviar la mirada. No fue hasta que sentí un jalón a mi camisa y miré a Raiha con un puchero.

-Deja de mirarla tanto o la vas a espantar.

Aunque no quería Raiha tal vez tenia razón ya que cuando volte de nuevo en dirección de la chica mire como está llevaba su vista a otra parte evitando verme. Para relajar el incómodo ambiente que había creado hice la pregunta que me estaba haciendo desde que llegué.

-Por cierto Raiha ¿Quien es?.

Pude ver como la chica dio un pequeño salto en su lugar lo que me pareció adorable pero sin mirarla fijamente me concentre en Raiha.

-Me ayudó cuando tropecé al venir de regreso a la casa, es muy agradable, fue la única que me ayudó y me acompañó hasta la casa, además que me compró un pan.

Raiha hablaba muy bien de ella por lo que me hacía darme cuenta que no era una mala chica, pero el sentimiento de querer saber más de ella me inundaba como las dos ocasiones anteriores. ¿Enserio que me está pasando?.

-Cierto, olvidaba algo, ahorita vengo.

Raiha dijo eso y corrió a su cuarto aunque el pequeño espacio apenas se podía llamar así.

Me quedé solo junto a la chica que no paraba de verme de reojo, ella se encontraba sentada frente a la mesa por lo que de igual forma hice lo mismo y un ambiente incómodo se formó una vez más.

-Hola, este... gracias por ayudar a Raiha.

La chica saltó en su lugar y con timidez volteó a verme.

-No.. no te preocupes, fue un placer haberla ayudado, por cierto, ¿como te llamas?.

El simple hecho de escucharla preguntar por mi nombre calentó mejillas.

-Uesugi Futarou soltero y libre de compromisos.

Mis respuestas fuera de mi ya comenzaban a ser costumbre durante este día y vaya día ha sido.

-Ya veo, me alegro escuchar eso, me llamo Miku e igual libre de compromisos almenos que quieras cambiarlo.

Luego de la declaración de Miku el ambiente agradable que habíamos construido en un par de frases cayó repentinamente para volverse uno incómodo pero si tuviera que describir en una palabra diría Caliente, ya que la mirada que nos mandamos no era para nada normal, estaba cargada de sentimientos que justo ese día habían brotado pero que intensos eran.

Puse mi mano en sobre la mesa y ya imitando mi acción llevó la suya frente a la mía, a lo que poco a poco comenzamos a acercarnos hasta Rosar las puntas de nuestros dedos y sin detenernos nuestras manos se emtrelazaron sintiendo el cálido tacto del otro, el momento era agradable hasta que de su habitación Raiha salió para sorprendernos.

Miku se levantó con el rostro completamente rojo y tomando sus cosas dejó el lugar sin dar ninguna explicación, aunque no sin antes dedicarme una sonrisa tímida.

En verdad que era linda...

Pero regresando a mis sentidos me di cuenta de lo que había ocurrido y con un recordatorio de evitarla si la volvía a ver por lo incómodo que será.

-¿Que pasó hermanito?.

-No lo sé.

Claro que sabia pero no le diría a Raiha, ella no debía enterarse de lo que me estaba ocurriendo ya que le diría a mamá y ella se molestará conmigo.

Creo que este fin de semana iré a cierto templo ya que lo dicho por el dios del amor está ocurriendo.

Ya con este día de locos llegando a su fin, me decidí a descansar aún cuando no tome mi sesión de estudios habitual, estaba demasiado cansado como para estudiar este día.

●●●●●●●

Cuando desperté tuve que hacer todo lo posible para levantarme para ir a la escuela, la razón era que en la noche apenas pude dormir debido a la aparición en mis sueños de 3 chicas que solo conocí ayer.

Mejor me olvidaré de eso y veré si no me topo a Nino otra vez, aunque creo que estoy olvidando algo importante.

Sin más tome mi desayuno leí la nota que dejó mamá antes de irse a trabajar y me fui a la escuela.

De camino a la escuela al igual que todos los días caminaba mientras estudiaba, aunque esto podría ser considerado peligroso, llevaba años haciendo lo mismo así que había desarrollado las habilidades suficientes como para no tropezarse o chocar con alguien, pero ya que ese día no me encontraba en mis 5 sentidos al momento de cruzar una calle no me di cuenta que el semáforo había cambiado a rojo por lo que apuntó de bajarme de la acera sentí como fui jalado de mi ropa bruscamente.

¡Ahora que!. Estaba apunto de quejarme cuando sentí la ráfaga de aire que creo un camión al pasar frente a mi a alta velocidad.


Sentí mi sangre helarse al darme cuenta lo cerca que estuve de morir.

-Acaso no ves por donde caminas, si no hubiera estado aquí hubieras muerto, debes de valorar más tu vida.

Una chica que no había notado hasta ese momento comenzó a regañarme y aunque nunca dejó que me griten me quedé en silencio dándole la razón, fui muy idiota al no fijarme en el camino.

-Gracias, sí no hubiera sido por ti tal vez no la hubiera contado.

Escuche suspirar a la chica.

-No te preocupes, te vi acercarte sin prestar atención pero como te veías muy concentrado imaginé que estabas acostumbrado, por eso me sorprendió cuando estabas apunto de caminar frente al camión.

No sabia que responder.

-Pero me alegra que tampoco seas un suicida, no quisiera ver un cadáver frente a mi.

En verdad debía de sacar todas esas ideas de mi cabeza y comenzar a concentrarme más o podría afectar en mis estudios.

Ya que no tenía ganas de ver a ninguna chica a la cara solo le agradecí y me fui sin más, pero de inmediato fui tomado de la manga de mi suéter.

-Aunque no nos conozcamos déjame acompañarte hasta la escuela, por tu uniforme puedo ver que vamos a la misma y no te ves muy bien.

Quería irme pero ya que era cierto que no me encontraba del todo bien no muy seguro acepte.

-Esta bien, solo no me hables a la cara.

-¡qué grosero!- la chica se había ofendido pero era claro ya que nadie se alegraría que le dijeran que no le hablara a la cara, eso era grosero, pero ahora no me importa mucho, solo no quiero ver a nadie a la cara.

-Disculpa pero tengo una buena razón.

-Si tu lo dices- la chica lo dijo y comenzó a caminar frente a mi aunque en ocasiones me volteaba a ver, aunque en cada ocasión desvié la mirada, no podía arriesgarme más, 3 veces a ocurrido y se supone que son 5 almas gemelas, así que no puedo arriesgarme más.

El camino fue lento y en momentos bastante incómodo, claro ya que no se había llevado una buena impresión de mi, pero en fin, tenia que sobrevivir y esperar a que nada más pasara de camino a la escuela.

-Oye, sabes de alguna tienda donde podamos comprar pan de melón.

-Deberia de haber un lugar cerca, pasemos rápido ya que no quiero llegar tarde.

La chica... la estúpida chica arruinó todo cuando al momento de llegar y ver su estupido pan salto de alegría lo que me asustó lo que provocó que la mirara a los ojos... y si, la maldita corriente apareció y como arte de magia me acerque a la chica y la tome de la barbilla.

-No te preocupes, el primer pan sale de mi cuenta.

Ella solo me miraba sonrojada y sentí como tomó mi mano.

-No te preocupes, mejor vayamos juntos y yo pago por los dos.

Entramos tomados de las manos y sinceramente se sentía bien el tacto de nuestras manos, pero recupere mis cabales en el momento que pasamos junto a una puerta de cristal y vi la estúpida sonrisa en mi rostro.

-Mira eso- señalé a la nada con la excusa de soltarme. Enserio debería hacer algo con todo esto, han sido los dos días más pesados de mi vida y eso que aún me falta conocer a una chica más y considerando todo lo que ha pasado estoy casi seguro que la conoceré pronto.

Nos detuvimos junto al pan mientras miraba como luchaba por decidir que pan comprar.

-Deberia comprar el relleno de mermelada o el de crema.

Creo que sí hubiera sido cualquier otra persona le hubiera gritado para que eligiera rápido, pero al estar en un estado de enamoramiento solo le dije que llevara ambos.

-Pero si como los dos podría engor...

Pero acostumbrado a que mi cuerpo se mueva solo usando mi dedo no deje que terminara esa oración. -No te preocupes, seguirás siendo hermosa no importa nada. Parecía un bastardo de los que odiaba, pero no podía hacer nada.

La chica me miró y miró el pan y dejó el de crema. -Creo que solo comeré uno. Al decir eso camino donde a la caja y pago el pan sin preguntarme si quería uno aún después de que me haya ofrecido comprarme uno, pero no pensaba decir nada ya que no quería deberle nada.

Cuando regreso sonrio dulcemente por lo que le ofrecí mi mano y ambos salimos juntos del lugar, mientras caminábamos la consciencia regresó a mi y cuando pasamos junto a un callejón entre sin pensarlo y corri hasta llegar al otro lado que me sacó por el camino largo pero al menos me había separado de aquella chica.

Ahora iba tarde y no podía regresar ya que la chica estaba del otro lado, por lo que no me quedo de otra que ir por este camino.

Llevaba buen tiempo pero al no considerar los acontecimientos de hace poco y que cambiaría de ruta ahora tenia que apresurarme o llegaría tarde.

Pensé que que todo estaba perdido cuando faltaban 10 minutos para que cerraran la puerta pero pude ver que había un camino que me haría llegar a tiempo aunque significara ensuciarme un poco, ya que debía atravesar por en medio del parque y si quería llegar debía cruzar por la caja de arena gigante de los niños, enserio por qué era tan grande, el terreno era mayor al edificio donde vivo.

Pero sin quejarme más cruze y ahora tenia arena en los zapatos pero al menos llegaría a tiempo, cuando faltaban escasos 3 minutos pude ver el porton por lo que comencé a correr para llegar a tiempo, y con unos pocos segundos logré entrar y me disponía a ir a mi salón hasta que sentí como me llamaban desde atrás.

-Disculpa, sabes donde se encuentra la dirección.

Como tenia prisa gire rapido y al hacer contacto visual la maldita corriente apareció y esta era la quinta vez. No se como lo había hecho pero habia logrado conocer a mis 5 almas gemelas aún cuando el dios del amor me había dicho que era muy complicado que las conociera... Creo que regresaré para golpearlo en la cara.

La chica me miraba extrañada y tenia unos lindos ojos azules al igual que las 4 chichas que había conocido hasta ahora, de hecho si miraba bien se parecían mucho, aunque puede que lo este imaginando, ya que si lo pienso se ven distintas, pero bueno, haber ahora que pasaba con esta linda chica.

-Si buscas la oficina del director podría llevarte personalmente.

Ella me sonrió pero su respuesta me descolocó. -Te lo agradezco pero no quisiera molestarte.

Creo que al haber experimentado situaciones parecidas con las demás y que ella me rechazara cortésmente me hizo enojar ya que se suponía que aceptara.

-Insisto, no podría estar más encantado de ayudarte.

La chica me miraba tiernamente pero volvió a negar, -No te preocupes, no quisiera molestarte.

Esta bien, esto ya era personal. -Te digo que no es nada- al decir eso la tome de la mano y la lleve por los pasillos a su destino, aunque por el camino hablamos un poco.

-¿Por que buscas la oficina del director?.

-Soy una nueva estudiante y acabo de mudarme a esta ciudad hace poco, por lo que tenia que ir para terminar unos papeleos y empezar clases el día de hoy.

Así que era nueva, creo haber escuchado la historia de la nueva en la ciudad antes pero justo ahora no recordaba donde.

-Asi que eres nueva, ¿Cual es tu nombre?.

-Es Yotsuba Nakano.

-Asi que Yotsuba Nakano, verdad.

-Si, y tú.

-Uesugi Futarou, el mejor alumno de esta escuela.

-Asi que eres un cerebrito.

-Se podría decir.

-Que envidia, yo no soy nada buena en los estudios.

Lo que dijo me sonó interesante, aunque no para mi yo real, si no para mi estado de enamorado. -Asi, si quieres podría enseñarte lo que no entiendas.

Senti el agarre apretarse un poco.

-Lo estaré esperando Futarou san.

Lo dijo con una sonrisa tan inocente y linda que me perdí en sus labios rosas, quería ver a qué sabían aunque mi cuerpo sabia que eso era pasarse mucho y no se movió.

Cuando acabamos frente a la oficina la dejé frente a la puerta no sin antes besar la mano con la que nos sujetabamos. -Espero vernos pronto. Dije eso y solo me alejé.

Al final llegué al salón de clases y como llegué un poco tarde fui regañado por el profesor pero al final me dejó entrar al salón ya que nunca habia pasado, así tome las clases como siempre aunque un poco distraído pensando en las chicas que había conocido. Tanto que no presté atención al anuncio que estaba dando el profesor, cuando volví a la realidad escuché el ruido en el salón que había comenzado, cuando busqué la causa pude escuchar al profesor decir algo que me impacto y seguramente cambiaría mi vida para siempre.

-Denle la bienvenida a las Quintillizas Nakano.

¿Nakano? Ese no era el apellido de Yotsuba... ¡Espera! ¿Acaso dijo Quintillizas?.

Trataba de negar lo que había escuchado pero fue solo cuando las vi entrar por la puerta del salón, justamente las 5 habían entrado al mismo salón donde estaba yo.

Seguramente esto era una broma de ese maldito dios.

Usando toda mi fuerza de voluntad agache mi cabeza y trate de no verlas pero alguien me notó.

-¿¡Futarou san!?.

Maldición, quería gritar.

-Futarou kun.

-Uesugi.

-¿Así qué es Uesugi kun?.

-Hola Futarou.

Quería morirme, todo el salón comenzó a verme y a susurrar desde sus lugares, ¿por qué me pasaba esto?.

Pero lo que me mato fue que Yotsuba saltara sobre mi y al acto sus hermanas hicieran lo mismo.

...¡¿Por que?!... ¡Por qué hay 5 hermanas que me quieren mucho y que yo las quiero! Grite internamente mientras miraba al techo con la mirada perdida y era rodeado por las chicas y el ruido de todo el salón.

Fin de la historia.

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