01
Llegar a la escuela es como si fuera la mayor condena de mi día, pero creo que es peor todavía estando ahí.
—Oye, Han ¿Tienes mi tarea? - escucho esa maldita voz detrás de mí.
Mierda, ni siquiera he abierto mi casillero.
—Te dije que no la haría, deja de ser un inútil por una vez y haz las cosas sólo. - respondí sin mirarlo.
Creí que solamente me insultaría y se iría con la bola de idiotas de sus amigos, pero fui muy estúpido al pensar eso.
De un momento a otro me dió la vuelta y estampó mi espalda contra mi casillero, el ruido atrajo unos cuantos metiches que querían saber qué estaba pasando.
No es nada del otro mundo, es solamente Han Jisung siendo intimidado, a nadie le interesa.
Y en efecto, estoy en lo correcto, todos al ver que se trata de mí simplemente vuelven a sus cosas dejando de lado lo que está pasando.
—¿Qué dijiste? Repítelo, idiota.
—¿También eres sordo aparte de idiota?
Mierda Han, deja de ser tan boca suelta o te va a ir peor que la última vez.
El puño de aquel idiota estaba a punto de estamparse contra mi cara, hasta que uno de sus amigos lo interrumpió.
—San, ahí está Minho.
Automáticamente después de escuchar aquel nombre bajó su mano y soltó mi camisa.
No es la primera vez que ese nombre me salva de una buena golpiza.
—No creas que te has salvado por completo. - me apunta con su dedo índice antes de irse.
Todos ellos van como perros detrás de un hueso al ver a Minho, veo como lo saludan animadamente y él les corresponde con una sonrisa amable. No sólo ellos lo están rodeando, sino varias personas más quienes parecen no tener nada que hacer.
A diferencia de mí, Minho es inteligente, importante, y relevante para los demás, todos los adoran, aunque no sea la persona más sonriente del mundo y la mayoría de veces ni siquiera te voltee a ver, tiene algo que todos aman. Es tan sólo un año menor que yo, pero parece que ha vivido su vida al máximo siendo el centro de atención a donde sea que vaya. Hasta donde sé es bailarín y participa en algunas actividades escolares, nunca lo he visto pero supongo que debe de ser bueno. Saca buenas calificaciones, tiene una buena apariencia y ha conseguido muchos logros y premios, tanto fuera como dentro de la escuela.
Es perfecto. Él es todo lo contrario a mí.
—Sólo es un modelo más, no entiendo por qué se emocionan tanto. - dice alguien a mi lado.
Kim Seungmin, he hablado unas veces con él, es una persona muy reservada, pero aún así es muy amable y lindo. Aunque no hable mucho si tú le das una sonrisa, él te da una de regreso.
—¿Modelo?
—Apareció recientemente en una revista de moda, alguien de aquí lo descubrió y todos se volvieron locos.
—No parece agradarte mucho.
Seungmin encoge sus hombros y acomoda su cabello.
—Simplemente es estúpido que todos los idolatren.
—Supongo que estar cerca de alguien famoso los hace sentirse importantes también.
—Como sea, no dejarán de ser unos inútiles.
Sin decir nada más Seungmin se va hacia su salón tratando de pasar entre la multitud que se ha generado en el pasillo.
Yo regreso a mi casillero sacando mis cosas, escucho muchas risas y cuando volteo veo que es por algo que había dicho Minho, él no estaba riendo, solamente estaba serio viendo cómo todos se tenían absolutamente de todo lo que decía. ¿Que se sentirá que se rían contigo y no de ti? A veces pienso que hice algo malo para que me trataran así, algo debí de haber hecho para que nadie quiera acercarse a hablar conmigo.
Son todos una maldita bola de imbéciles.
🐶🐶🐶
La vida en la escuela es aburrida, todo en mi vida lo es realmente, no hay ningún sentido en ella. Las clases pasan lento y sin chiste, a veces me salgo al baño solamente para perder tiempo y distraerme un poco con mi celular para después volver y no perderme absolutamente de nada porque el profesor no sale del maldito tema una y otra vez.
Escucho unas voces acercarse a los baños, al principio no le dí importancia, pero después de escuchar mi nombre me alteré un poco.
Sólo he escuchado a pocas personas decir mi nombre en esta escuela.
—Sé que estás aquí Jisung, sal.
¿Por qué? En serio ¿Qué quiere este idiota?
—San ¿Seguro que está aquí?
—Lo ví entrar hace rato y estoy seguro de que no ha salido. Ese maldito imbécil tiene que pagar por no hacer lo que le digo.
Jodete, era una tarea de matemáticas, yo no sé ni una mierda.
Escucho las puertas de los otros cubículos ser azotadas, creo que estoy completamente jodido ahora. Cuando llegó a dónde estaba, solamente soltó una risa, y es ahí cuando empecé a temblar.
No, por favor.
—Te voy a dar tres segundo para que abras la maldita puerta, si no lo haces yo mismo te sacaré.
¿Cuál de las dos opciones es peor?
Uno...
Mi corazón latía rápido, espero que esto solo sea una pesadilla.
Dos...
Quiero despertar ya, no quiero esto. No otra vez.
Con mi mano aún temblando quité el seguro de la puerta y la abrí por completo, traté de ocultar mi miedo, pero tal parece que es un maldito depredador que parece olerlo, y solamente sonríe.
—Que obediente eres. - se acercó a mí y dió unas palabras en mi cabeza. —Sujetenlo.
Oh, no.
Sus dos perros vienen rápido hacia mí y sostienen mis brazos, no puedes llorar ahora Han, te vera aún más débil de lo que ya eres. Sólo aguanta, despertarás pronto.
—¿Por qué haces esto?
Me miró un poco confundido, pero luego entendió a lo que me refería. Se acercó a mí y tomó mi mandíbula en un agarre fuerte.
—Porque odio los días soleados.
El primer día en una nueva escuela siempre es el peor, y eso lo sé. Sin embargo hoy es un día soleado y el clima es agradable, por lo que me acerco a aquel chico con una bebida en la mano. Está desde hace un rato sentado en las gradas sudando un poco, no ha hablado con nadie desde que llegó y quizás un poco de compañía le venga bien.
Quizás hasta yo pueda hacer un amigo.
Se veía un poco amargado, serio, pero quizás sea porque no sabe cómo convivir o con quién hablar, así que me atreveré por primera vez y yo tomaré la iniciativa.
—Hoy hace un buen clima. El día está soleado. - digo mientras le extiendo la bebida.
Él voltea a verme y frunce el ceño, me siento un poco intimidado, así que sonrió un poco esperando que él haga lo mismo.
—Hace calor.
—Eso es bueno, así puedes tomar algo refrescante.
Él se levanta de dónde estaba y me mira, me mira por mucho tiempo realmente, da un poco de miedo.
—Odio los días soleados.
No sabía que eso iba a ser el detonate para que él recordara mi rostro y comenzara un martirio. ¿Por qué tuve que acercarme?
San tronó los dedos de sus manos mientras sonreía, hice de todo para tratar de que los dos idiotas me soltaran pero ninguno de mis intentos funcionó. En serio quiero gritar con todas mis fuerzas, pero sé que sólo empeoraré las cosas.
Cerré los ojos con fuerza antes de que el primer golpe llegara, pero nuca pasó.
—San, es Minho. - dice uno de ellos quien se quedó vigilando la puerta.
A veces pienso que la vida no es tan mala conmigo.
—¿Por qué justo ahora? - dice frustrado.
Hizo que sus dos perros me soltaran y es cuando pude respirar de nuevo correctamente, todos ellos salen del baño no sin antes darme una amenaza.
—En la salida no te vas a escapar.
Bien, tengo exactamente dos horas para planear una excelente huida. Me acerco al lavamanos para mojar mi rostro y en eso veo a Minho entrar a uno de los cubículos, yo trato de calmarme un poco, mi respiración sigue siendo agitada y mi corazón late como si hubiera corrido un maratón. Levanto mi mirada al espejo y lo veo salir del cubículo, nunca había estado tan cerca de él.
Su piel luce muy linda y limpia, su cabello está bien peinado, es de color negro y parece muy suave y sedoso; aún con el saco del uniforme puedo notar que hace ejercicio, ¿No es obvio? No estás tonto Jisung, es bailarín.
Todo en él parece perfecto, es todo lo que yo no podría llegar a ser.
—¿Seguirás mirándome? - su voz me toma por sorpresa.
Mierda, hasta su voz suena bien.
—¿Qué? Ah...no, yo sólo estaba pensando en algo.
—¿Tienes que mirarme para pensar?
Está bien, definitivamente no es la persona más agradable del mundo.
Pero de cierta manera sigue siendo estúpidamente perfecto.
—No era mi intención.
Él voltea a verme levantando ligeramente una ceja. Puedo notar que me ve de abajo hacia arriba, ¿Me está juzgando acaso? Debe de estar pensando en que nunca ha visto a una persona más desaliñada que yo, lo sé.
No es mi culpa, siempre trato de venir lo más presentable posible, pero el idiota de Choi San y su bola de perros hacen que todo mi esfuerzo se venga abajo.
Mi cabello está revuelto, mi saco lo dejé en el salón, mi camisa está desfajada y arrugada y ni mencionar de cómo se ve mi cara ahora.
—Mhm, ya veo.
—Bueno, compermiso. - digo antes de salir.
Dios, me sentí tan intimidado a su lado, es una persona que definitivamente no puedes dejar de ver. Está claro que alguien como yo nunca va a poder ser como él, ni siquiera un poco.
Por más que un alien quiera integrarse en el mundo nunca podrá.
Nunca podré ser igual de perfecto que Minho.
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