Una mañana cómo esta nuestra querida perfecta protagonista estaría aún durmiendo plácidamente en su cama con las sabanas de estampados de carpinchos, vaya puta enferma Minerva vete al psicólogo.

Su madre preocupada por tal adicción  decidió que tenía que resolver esto a la fuerza, con todo su pesar hizo sus maletas para luego despertar a nuestra querida Minerva de la manera más suave posible

-DESPIERTA COÑO MADRE MÍA LAS 11:34 AM Y AÚN EN LA CAMA NO PUEDE SER - gritó la mamá de Minerva que por cierto, la llamaremos Manuela - YA ME TIENES HARTITA SIEMPRE COMPRANDO CARPINCHOS EN ALIEXPRESS GASTANDOTE LA PAGA DE LA SEMANA ACHA QUE YA TIENES 18 VETE A ESTUDIA NIÑA- siguió gritando Manuela a su hija que no entendía una putísima mierda ya que aún seguía media dormía la pobre, pero más tarde entendió que su madre la había echado de casa para que por fin de una puta vez estudiara la muchacha.

- pue nada me voy a murcia que esta mu bonito to y tiene una universidad pública lo que significa que no tendré que pagar sii- dijo Minerva feliz yendo a la estación de trenes para pillar un billete e irse.

Tardó muchísimo debido a la compañía llamada renfe ( normal si es del Gobierno) que tuvieron que hacer paradas, pero Minerva no se rindió y tenía esperanza de llegar antes de lo que se estimaba el viaje, claramente, no fue así.

-Cago en Dios me mató el puto zombie de los cojones- exclamó a gritos un rubio con dientes de piraña y ropa formal dando unas pataletas mientras sostenía el móvil(jugaba al plantas vs zombies) Minerva no pudo evitar sonrojarse ya que estaba to bueno el tío pero tenía que evitar que se notara para no parecer una descarada por lo que siguió escribiendo de mientras en su portátil la Biblia de una religión que ella estaba creando sobre los carpinchos, cosa que duró 2 horas, tiempo que hizo el tren llegar a su destino y hacer que los dos jovenes hormonados se separaran en diferentes caminos que en un futuro, se volverían a encontrar.

Y hasta aquí ya que me dió mucha pereza subir y son las 23:01 de la noche,  Minerva espero que estés feliz.