Cargando mundo. . . Generando terreno. . .

-Ale se ha unido a la partida.

Ale era un pequeño humano de 1.5 metros de altura, de aspecto muy joven, sus prendas eran algo particulares, vestía un uniforme verde, botas negras y lentes obscuros.

Cargando estadísticas del jugador...

*fuerza x10

*Hp 100

*Velocidad x4

*Hambre 10

*Armadura 25

Iniciando partida...

Ale aparece en un bioma de bosque de roble, muy denso en vegetación y con una buena cantidad de fauna.

–Bienvenido al nuevo mundo jugador –una voz extraña resuena en la cabeza de Ale–. Para comenzar, ve y empieza a talar algo de madera, usa tus manos para golpear un árbol.

Ale obedece a esa extraña voz que le estaba guiando ya que no tenía idea de lo que debía hacer; este camina hacia el árbol de roble más cercano y con tan solo dos golpes logra derribar lo, haciendo un buen escándalo por las aves que salen volando a todas direcciones. El árbol recién talado, en cuanto es tocado por Ale, estalla en una nube de aserrín, dejando unicamente un gran tronco de madera en forma de cubo, era una gran cantidad de madera compactada y refinada, también habían algunas hojas, palos, brotes y manzanas en menor cantidad que el resto de cosas.

–Excelente, ya tienes los recursos básicos para empezar y algo de comida, te daré un pequeño regalo para que pases bien tus primeros días –dijo aquella voz.

Una extraña luz blanca cae del cielo cerca de Ale, dejando en el suelo un pequeño cofre y una nota que confirmaba que era el regalo de Aquella voz. El cofre contenía más madera, algo de pan y manzanas, un pico de madera y un hacha de madera, pero lo más importante, un libro guía que se equipa en Ale de forma automática

–Con eso podrás empezar tu aventura, recuerda conseguir recursos, comida y herramientas para poder sobrevivir y defenderte de loas bestias que asechan en las noches, has amigos y aliados, explora y descubre nuevas cosas, hasta entonces, buena suerte, pequeño Ale.

Al terminar de decir esas palabras, Ale cae dormido en el suelo...