Capítulo OO9
Al dia siguiente desperté y quise volver a dormir, para no despertarme nunca más.
La cabeza me dolía tanto que tuve que buscar entre mis cajones una pastilla. La tome junto con el agua que Taehyung me dejó en el pequeño mueble de mi cama de inmediato, rogando para que la resaca pasara. La culpa se incrementó dentro de mi y me odie por dejar que me alcoholizara de esa manera tan irresponsable, pues ahora solo queria dejar de existir.
Asi tan pronto como comence a quejarme, tambien comence a recordar la desastrosa noche que tuve. Desde los chicos y las idioteces que comenzaron a hacer, como hacerse apuestas quitarse la ropa y divertirse como niños de cinco años, hasta el hecho de que Jungkook y Jennie dieron un gran paso en su relación y se quedaron hablando solos por varias horas, afianzando su química.
Eso me dolió de tan sólo recordarlo.
Inevitablemente mi pecho se contrajo de forma involuntaria ante el pensamiento, pero decidí agitar mi cabeza ahuyentandolo de inmediato.
Si Jennie era feliz junto a el, yo también lo sería. Me obligué a recordarme que Jungkook fue un enamoramiento bobo e inesperado que me chocó de repente, pero al fin y al cabo nisiquiera conocía tanto al chico así que lo veía estúpido que me afectará tanto como creia.
Suspiré mirando al frente hacia la nada, recordando el resto de la noche para finalmente llegar a Taehyung.
Sus labios, su tacto y su respiración entrecortada besándome como si no hubiera un mañana... todo eso me hizo querer que la tierra me tragara, porque en realidad no estaba en mis planes aprovecharme de el de esa manera. Y no sabia como lo miraría a la cara luego de ello. ¿Como podría explicarle a Taehyung que no queria nada con el? ¿Como explicarle que no me interesaba de esa manera? No queria desilusionarlo, ni mucho menos lastimarlo.
Aunque sabia que ya lo habia arruinado y no habia vuelta atrás.
Era sábado, asi que decidí salir a caminar para despejar un poco mi mente. Debía encontrar trabajo, debia dejar de meter la pata cada vez que me lo proponía y sobre todo debia enfocarme en lo que realmente queria, que esto era terminar mis estudios y demostrarle a mis padres que yo podia hacerlo sola.
Me compre un helado y fui al parque, encontrando una pequeña banqueta en el camino y sentandome allí sin dudarlo. Comence a observar a los niños jugar y correrse de un lado a otro, y sin poder evitarlo elevé las comisuras de mis labios pensando cuanto queria volver a ser una pequeña niña sin problemas ni pesos innecesarios. Aquella que sonreía porque así lo quería y lloraba por cosas tan leves y tontas como un raspón de rodillas.
Y en eso pensaba, en lo mucho que extrañaba ser una niña inocente.
Hasta que de repente, tuve que salir de mis pensamientos cuando una sensacion extraña me invadió al ver a una niña subirse a una de las hamacas amarillas que había frente a mi (y que ahora estaban algo desgastadas por el tiempo).
Entrecerré los ojos con dulzura cuando noté que a la niña le costó subirse a el asiento, para finalmente con ayuda de otro niño que apareció de repente, lograr su objetivo con éxito: y una vez hecho esto, ella sonrio feliz y el niño por lógica la imitó.
Fue tierno, no lo iba a negar. Pero al mismo tiempo eso me dio una sensacion extraña, provocandome escalofríos involuntarios.
¿El porqué? No lo sabía.
Sin embargo no pude pensar demasiado en ello, ya que me sobresalte en mi lugar cuando senti una mano detras de mi espalda baja. Me di la vuelta de inmediato paralizandome.
—Hola.
La sonrisa cuadrada de Taehyung se hizo presente frente a mi. Parpadeé atonita.
—¿Taehyung?—pregunte con mi voz teñida de sorpresa—¿Que haces aqui?
—Hey, no te estoy siguiendo.—alzo una ceja y yo rei a respuesta.
Sabia que eso era totalmente abzurdo, pero aun asi me sorprendia verlo por allí.
—Tonto... ¿que haces aquí?
—Estaba aburrido y decidí caminar.—se encogió de hombros como si no fuera importante—¿y tú?
Entreabri la boca para responder, pero nada salió de mí. Asi que termine cerrandola de repente. Francamente Taehyung era a la última persona que quería ver en estos precisos momentos, pero cuando vi su cálida sonrisa y sus ojos prestandome genuina atención como si nada hubiera pasado la noche anterior... la verdad que no supe como reaccionar por unos segundos.
Afortunadamente la paralisis duro poco y decidí contestar antes de darle la seguridad de que yo era una idiota con todas las letras.
—Salí a despejarme—le dije. Intente no sonar tan borde—¿Hoy no tienes deberes importantes?
—Es mi dia libre.—respondió sentandose a mi lado sin preguntar—y ya era hora que me lo dieran, consideraba que estaba trabajando demasiado.
—Espera. ¿Trabajas?—pregunté con sorpresa. El me miro de reojo con extrañeza y asintió.
—Claro, te lo dije cuando nos conocimos. En un restaurante cerca de aquí.—explicó
Frunci el ceño intentando recordar ese suceso, pero nada llegó a mí. Demonios. Estaba tan metida en mi últimamente que de repente me habia olvidado de algunos detalles que me había confesado de su vida.
Me sentí mas torpe de lo que era y sonreí con mis mejillas calientes, apenada. Francamente no recordaba que me haya dado esa información. Y era extraño que no lo hiciera porque yo solia acordarme de absolutamente todo.
Aún así me sentí mal porque entonces eso significaba que lo había juzgado erróneamente pensando que nunca hacia nada y que era, como ya habia insinuado anteriormente, un vago.
—¡Oh, si! Ya lo recordé—mentí
Taehyung sonrío. A diferencia de mi no parecía haberle importado el detalle de mi despiste. Le agradecí internamente por ello.
—No mientas, no te sale.—murmuró a lo que abrí mis ojos con sorpresa. ¿Cómo se dió cuenta?—al menos ahora sabes que no soy un parásito después de todo.
Me rei, aunque enrealidad si pensaba eso y ahora estaba orgullosa de él.
Había entendido mi referencia a ello después de todo.
—¿Y qué tal todo en ese restaurante?—inquirí sacando un tema de conversación interesante. Al menos para mi.
Tae se encogio de hombros.
—La gente a veces es desagradable pero es un buen lugar. Te tratan bien, hay horarios no tan cargados y la paga es buena.
Hice silencio asintiendo con la cabeza. Y él como si estuviera analizando algo ajeno a mí, miró al suelo y luego se dirigió a mi otra vez.
—De hecho, están buscando ayudantes...—comunicó haciendome prestarle toda mi atención—Como somos pocos en el pueblo y a casi nadie le gusta el labor se les hace difícil encontrarlo.
Taehyung miro al frente perdido en sus propios pensamientos. Parecía ajeno a mi mirada de sorpresa y euforia.
—¿Están buscando personas?—volví a preguntar como una tonta. El asintio.—Tae, ¡yo estoy buscando trabajo!
El alzó una ceja.
—¿Y lo encontraste?
Rode los ojos. Sabía que bromeaba pero aún así me irritó.
—¡No, pequeño tonto! Estoy buscando. Eso significa que me interesa el trabajo de mesera. ¿Podrías llevarme para ver si pueden considerarme?
Junte las palmas de mis manos casi en un ruego. El ladeo una sonrisa.
—Por supuesto que si.—aceptó—¿Porque te diría que no?
Y dicho eso, chille y salte arriba suyo dándole un gran abrazo.
—¡Gracias! ¡De verdad gracias!
El sonrio. Sin esperar dos segundos sus labios se unieron a los míos en un casto beso.
Quede helada por el gesto. Lo miré en sus ojos en busca de una explicación, pero lo que ví fue solo frialdad.
El pareció ver que se había apresurado porque borró la sonrisa. Y yo en cambio, carraspeé sin saber como expresarme del todo.
—Oye, Tae...
—Lo siento. No debi hacerlo.
—Esta bien. Es sólo un beso.—aclaré como si no me afectara, porque no lo hacía en realidad—pero quiero que sepas que...
—Ya lo sé.—me cortó de tajo sin animarse a oirme.—lo sé.
Sonreí con pena dándole un beso en la mejilla con delicadeza. Estaba feliz de que pudiera entenderlo, me ahorraba un peso innecesario.
—Eres un angelito Tae. Te quiero.
El sonrio, aunque fue casi robótico.
—Y yo a ti.
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