Capítulo OO7
Me sentía realmente incomoda.
Jennie ese día me habia invitado a su casa para que pasara la noche con ella viendo películas, hablar de tonterías y comer como unas salvajes. Las dos juntas, como si fuera una noche de chicas.
Yo acepté, claro. ¿Quien no lo haría? Era genial pasar la noche con tu mejor amiga, quien diga lo contrario pues... nunca tuvo mejores amigas.
Pero lo que yo que no sabía para nada ese día, era que me había mentido cruelmente. Esto lo confirmé de inmediato apenas entré a la casa y vi que también estaba Jungkook y su grupo de amigos. Y que no seria una noche de chicas, si no una noche de...
¿Cómo se podría llamar esto?
No lo sé.
¿Fiesta?
Lo unica pregunta que inundaba en mi mente mientras veia a los chicos jugar videojuegos y comer papas con queso como unos cerdos era la siguiente: ¿Que demonios hacían ahi? ¿Y porque yo me encontraba metida en esto?
Hoseok y Rosé llegarian más tarde de lo acordado, según lo que habian logrado decirme por teléfono. Y aunque me sentia confundida e incomoda sabiendo que estaba literalmente sola con un grupo de chicos con más ego que cerebro, la verdad me permiti dudar de si estaba haciendo bien en quedarme parada como tonta esperando signos de vida de Jennie.
—¿Tu quien eres?—pregunto de repente uno de los chicos del equipo—Te me haces conocida de algún lado.—entrecerro los ojos observandome. Llevaba el cabello rojo y un rostro atractivo pero analítico. Me incomodó su forma de hablarme tan directamente.
—No lo creo. Me mudé hace una semana.—atine a decir, casi seca.
El murmuró algo ajeno a mis oídos y volvió a examinarme de cerca como si fuera una especie de animal en extinción. Fruncí el ceño dando un paso lejos de el sin molestarme en hacerlo de forma disimulada. El lo notó y se rió.
—Vaya, eres tieeeerna.
No le veia nada de tierno a lo que acababa de hacer. Asi que rodé los ojos internamente rogando para que Jennie diera señales de vida antes de que uno de esos animales borrachos se me abalanzara. Aquel pelirojo me tomó de la mejilla con confianza haciendome pegarle en el brazo con furia.
—Pierdete.
Comencé a impacientarme, pero todo cambio de repente cuando pude oler desde mi punto su olor a cerveza. Arrugué la nariz con desagrado y reprimí las ganas de mandarlo a la mierda de inmediato.
—¡Baekhyun! ¡Deja a la dama en paz!—Jungkook grito desde su lugar en el sofá, y aunque ni se molestó siquiera en mirarme, sentí el rubor adornando mis mejillas. Me sentí una idiota sin tener razones para hacerlo realmente.
Y aún así, no pude ni mirar a Jungkook para agradecer el gesto, ya que oi la voz de Jennie a mis espaldas gritando euforica.
—¡Aqui volvió por quien lloraban!
Me di media vuelta de repente con una mirada asesina, mientras oia como la puerta de calle se cerraba. Rapidamente aparecio ella en la estancia con bolsas de compras entre las manos. Me aleje sin pensarlo de Baekhyun y camine casi corriendo hasta la castaña, mirándola con mi ceño notoriamente fruncido.
—¿Y tu donde demonios estabas?
Jennie me dedico una mirada cargada de irritación.
—¡Calmate! ¡Sólo fui a comprar más comida!—quise golpearla por mirarme como si fuera una loca. Sabia perfectamente lo que me habia hecho.
—¡Dijiste que estaríamos solas! ¿¡Qué hacen esos simios aquí!?
Jennie entonces abrio la boca entendiendo absolutamente todo. Rapidamente junto sus palmas mientras se inclinaba hacia mi en un gesto que intentaba que fuera de arrepentimiento.
—¡Lo siento, los siento! ¡Olvide decirtelo!
Alce una ceja hacia ella sin intenciones de dar mi brazo a torcer por sus lamentos.
—Me mentiste.
—Es solo una pequeña fiesta. Y sé que no te gustan pero yo te queria aquí de todas formas. Y si te lo decía, sabia que te negarías.
Al ver sus ojos de cachorrito arrepentido termine por aceptarlo. Me descruce de brazos y suspire exhausta.
—Idiota.
Sujeté por ella las bolsas y las deje sobre la mesa, aunque con algo de mal humor aún. Automáticamente todos los chicos dejaron lo que estaban haciendo para querer husmear entre lo que habia, y cuando uno de ellos acercó deliberadamente su mano abriendo una de las bolsas, sin dudar dos segundos abofetee la misma provocando que este diera un quejido.
—¿Nisiquiera podemos tomar un poco?—la respiración se me corto al oir la voz de Jungkook detrás de mi oreja izquierda. Su aliento chocó en mi piel y por un segundo todo en mi se desestabilizó.
—No.—me limite a decir armandome de valor, mientras cerraba las bolsas—vuelvan al living.
Todos hicieron gestos de derrota y pucheros, para finalmente hacer lo que les dije.
—Borrachos—gruñí
[...]
Las horas pasaron, e ironicamente, ellos no fueron los unicos que terminaron de esa forma.
Rosé y Hobi llegaron tan tarde que tuvieron que vernos a todos en la penosa situación de estar acostados en el piso y abrazados, como si fueramos unos niños. A mi lado se encontraba Baekhyun que me abrazaba y me repetía que era la mejor madre que nunca habia tenido y de mi otro lado estaba Jungkook, su cabeza colgaba en el aire de alguna forma claramente extraña y estaba apoyandose en mi con su hombro. Yo estaba tan borracha que no podia lograr saber si ese contacto mínimo con él me causaba felicidad, nerviosismo o ya me daba igual. La cabeza me daba vueltas y de vez en cuando reía sola mirando un punto fijo.
Un chico llamado Namjoon estaba vomitando hasta sus órganos en el baño y Rosé regañaba a Jennie quién estaba muy abrazada a Jungkook. Los demas chicos del equipo estaban tirados y abrazados al igual que nosotros.
Recordar que hace unas horas Jungkook y yo estabamos solos en el balcón de la casa hablando de cosas triviales hizo que se me acelerara el corazón, pero saber que luego Jennie lo abrazo por atrás y le dijo que era un buen chico, mientras Jungkook sonreía y la acompañaba a adentro dejandome sola eliminaba todo tipo de sentimiento emocionante, dejando solo la desilusion y decepción.
—Lalisa.
Una voz me llamó entre las nubes borrosas de mi mente, sacandome de ellas para prestar atencion a la complicada realidad.
De forma muy dificultosa, alce la vista hacia Hoseok, quien me miraba con una sonrisa tranquila. Oh Dios. Que vivan Hoseok y sus hermosas sonrisas. No la gritona de Rosé regañandonos. Alguien que, por cierto, estaba alteradísima.
—¿¡Qué!?—grité mas de lo que quería al oir mi nombre, maldecí sintiendo punzadas en mi cabeza.
—Hay un chico que te vino a buscar. Esta en la puerta ahora.
—¿Que me vino a buscar?—repeti como una tonta hacia Chaeyoung. Realmente no lo entendía. ¿Quien podia ser?
Y de repente y en mi visión apareció un chico. En su mirada solo habia frialdad.
Espera...
¿Taehyung?
Note su mirada endurecida y como miraba la escena de forma desagradable. También vio los chicos que se apoyaban en mi y no se si lo imagine, pero arrugo la nariz con mucho desagrado. Casi con odio. Aunque no pude afirmarlo realmente, quizás solo era producto de mi gran borrachera.
—Levantate Lalisa. Nos vamos a casa.
—¿Como me encontraste?—pregunté, muy lentamente. La cabeza me daba vueltas y estaba tan cansada que solo quería dormir.
—Tu me llamaste.—dijo y abri los ojos como platos.
¿Yo lo llame? ¿Como no me di cuenta de ello?
Sin preguntarme agarro mi muñeca y tiro de mi haciendome levantar. Me queje por la brusquedad de su acción. No me podia parar nisiquiera unos miseros segundos sin sentir que todo se tambaleaba y el lo notó, pero no quiso decir nada al respecto.
Antes de llegar a la puerta y largarme, sentí como mi estomago daba un vuelco de repente con todo lo que habia comido.
Lo siguiente que recuerdo fue que vomité en los pies de Taehyung.
Luego estaba en su auto, a punto de ser atrapada por los brazos de Morfeo.
Y luego...
Luego besandolo apasionadamente en mi cama.
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