Capítulo OO3
—¿Tu dices que este color se verá lindo en las paredes de mi habitación?
Le mostré el papel de color cereza que había allí (que la tienda usaba como ejemplo para ayudar a los clientes a escoger un color) y Taehyung hizo silencio, lo cual significaba que no le convencía mucho. Suspire indecisa.
Había tantos colores bonitos y raros que no sabia que elegir.
—Yo creo que si las personas fueran representadas por colores, tu serías un rojo. Un dulce y apasionante rojo, Lalisa.—senti inevitablemente la piel de gallina cuando oí su voz suave cerca de mi oido, sujetó un mechón de mi cabello y lo coloco detrás de mi oreja con delicadeza—yo pienso que debes elegir el color que mas se adapte a ti. Y ese se vería bien.
—Me halagas. Entonces el rojo está bien. Me convenciste.—sonrei con entusiasmo.
Y luego de eso, fuimos a comprar las latas finalmente.
Taehyung tenía auto. Así que el viaje fue mucho más divertido y ameno de lo que creí que seria. El a veces golpeaba el volante al ritmo de la música y yo meneaba la cabeza al compás de el, entre risas.
—Debo hacer unas compras—informó mientras estacionaba, apagó la música de repente—esperame aquí y luego de eso iremos a esa preparatoria para ver si fuiste aceptada ¿quieres?
—Claro.—acepté. Si bien era algo incómodo que Taehyung tomara tanta confianza conmigo desde un principio, lo acepté porque apreciaba el gesto. Además así me daría un Tour por el pueblo ¿verdad?
El se bajó del auto y entro a un local extraño que no tenía ni un cartel gigante al frente ni las vidrieras a la vista, mas bien eran ocultas por cortinas negras. Era raro, pero tampoco quería meterme en algo que no me correspondia. Suficiente ayuda recibía de el con mi mudanza como para comenzar a hacer preguntas invasivas.
Lo extraño también fue que Taehyung salió de ahí con una caja de cartón. Adentro sonaban cosas chocando entre si, como si fueran metales. Los coloco en el asiento trasero del auto y luego de volver a acomodarse en el asiento conductor decidió arrancar. La curiosidad pudo más que yo y termine preguntando.
—¿Qué llevas ahi dentro?—intente que no sonará tan interrogatorio. Pero a el no pareció molestarle mi pregunta.
—Estoy trabajando en casa con algo. Esto sólo me ayudará a hacerlo mejor.
—Oh, mi padre una vez hizo una parrilla. ¿es parecido?—me miro de reojo por unos segundos, pero termino asintiendo.
—Hm, algo así.
Cuando llegamos a la preparatoria, el se bajó junto a mi y ambos fuimos directo a la lista gigante colgada a un lado de la puerta de entrada. Ahí anunciaban a todos los ingresados, y si bien estaba segura de que me aceptarían, eso no quito que pegara un grito de euforia al ver mi nombre en la lista.
—¡Realmente ingresé!
Taehyung sólo se limitó a sonreir.
—¿Cuando comienzas entonces?
—Probablemente mañana.—fingí hacer un gesto pensativo—¡Pero es algo muy bueno! ¿¡No crees!?
Taehyung abrió los ojos como platos viendo que sostenía su brazo de manera muy efusiva. Lo solté pensando que quizás le había incomodado.
—Lo siento, no quise ser muy...
—No. Me agradó eso.—aclaró haciendome sorprender. Taehyung podia ser muy sincero y transparente cuando se lo proponía, me parecio curioso—y...¿piensas celebrar esto?
—Claro.—le guiñe el ojo sin poder evitarlo. Y su reacción fue mirarme más de la cuenta con sus ojos impasibles, como siempre desde que lo conocí.
[...]
A
la noche, Taehyung y yo decidimos que el compraría la cerveza y yo las pizzas.
Sin embargo, Taehyung me dijo que vendría más tarde a la casa, ya que tenía asuntos pendientes que tratar y yo dije que no había problema, podía esperarlo.
En su casa comencé a escuchar golpes, como de martillos golpeando maderas y el sonido de muchos metales chocando. Crei oler algo putrefacto al pasar por mis ventanas, pero fue casi imperceptible. Tanto, que dude realmente de si había olido bien.
El tiempo comenzó a pasar y Taehyung aún no llegaba. Así que decidí yo sola comenzar a pintar las paredes.
Puse musica y comence a bailar sola. Me encontraba de buen humor y habia que aprovecharlo, pero justo cuando ya estaba a la mitad de terminar una de aquellas paredes, escuche la puerta ser golpeada. Seguramente era el.
Me limpie las manos con mi uniforme blanco, intentando no ensuciar nada más que eso, y me apresure rapidamente a abrir la puerta. Sonreí mostrando mis dientes cuando vi a Taehyung alli. Parecia haberse dado una ducha, ya que tenía el cabello mojado. No pude evitar encontrarlo un poco mas encantador asi.
—¿Ya empezaste sin mi?
—Crei que no vendrias, parecias ocupado.
—Lo estaba. Pero ya me desocupe.—se encogió de hombros sujetando una brocha.—realmente te está quedando bien el tono.
—¿Verdad que si?—pegué saltitos emocionada.—¿Trajiste las cervezas?
Y tal como habia prometido, mostró bajo su brazo un pack de cervezas. Hice un gesto de triunfo con mis manos mientras le pedía que abriera una. El solo sonreía por mis actitudes de niña loca. Me pregunté por un segundo si realmente le agradaba como era o sólo estaba ayudándome porque no tenía nada más interesante que hacer. Es decir, trabajaba, pero parecia solitario. Y no estudiaba. ¿como sería su día a dia?
Y sin poder evitarlo, se lo pregunté.
—Taehyung ¿No te aburres mucho en el dia?
A la hora de comer las pizzas sentados en el suelo, el me miro con extrañeza.
—¿Porque la pregunta?
Me encogí de hombros.
—Tu vida...hasta donde me has contado parece muy cotidiana.—sin planes a futuro, parasitaria, quise decir. Pero temí ofenderlo—¿no te aburres de eso a veces?
—Suelo aburrirme mucho. Por eso siempre encuentro con que entretenerme.—paso su lengua por su labio inferior al decirlo. Me quede viendo ese punto más de la cuenta y el lo notó porque vi su sonrisa divertida—¿y tú, Lalisa?
—¿Yo?—rasque mi nuca en signo de nerviosismo. De repente y no sabia como, la distancia entre nosotros se había vuelto casi nula—yo tengo un plan de vida. Estoy bien.
—Entonces te molesta que no tenga uno.—asumió, pero no parecía enojado. Dio un paso más cerca de mi.
—No, no es eso. Es sólo que...
Frunci mis labios mirando hacia otro lado. Diablos. Podía oler su aroma a cerveza y a colonia. ¿Porque estaba tan cerca? Yo no sabía como sentirme respecto a eso. No podía siquiera formular una pregunta porque su cercanía me distraía. Me colocaba nerviosa.
—Taehyung...no entiendo que...
No podía mirarlo a la cara sin sentir que estallaria de la vergüenza. A pesar de que no lo veia a los ojos, sentia sus mirada fija en mi sin ningún tipo de pudor.
—No hay nada que entender, Lisa.
Y de repente, senti algo frío tocarme la nariz. Senti su presencia alejarse abruptamente junto con una sonrisa burlona de parte suya.
—Caiste.—dijo
Parpadee atonita.
Fui a mirarme al espejo confusa de lo que había hecho. Abrí la boca en "o" viendo que parecía un reno de navidad, con la nariz roja.
—¡Eres un idiota!
Intente empujarlo con mis manos de forma juguetona, pero para mi sorpresa pudo defenderse en el momento exacto, provocando que no llegara ni a tocarlo.
—Ay Lisa, eres tan inocente...—esta vez, sonrió más que nunca. Mostrandome una gran sonrisa cuadrada que jamas crei saber que tenia. Y me gustó.
—Y tu eres raro.—contradije, porque no sabía que decir.
—Aunque sea un tipo raro para ti, te agrado.—adivinó sin un ápice de duda.
—¿Porque no lo harias?—alce una ceja
El sonrio, pero a juzgar por su rostro, algo pasaba por su mente. Algo serio, porque su mirada se oscurecio varios tonos.
—No lo sé. Eso sabrás respondermelo tú algún día.
Sabía que había evadido la pregunta.
Sabía que aunque quisiera preguntar, el no me diría nada.
Así que ese dia preferí callar, dejándome con muchas dudas en la mente.
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