Capítulo O23
—¿Qué?
—El chico no se llamaba Minho. Se llamaba Jiwoo. Lo recordé luego de que la señora Lee comenzara a explicar. Bambam, él y yo eramos amigos. Y en ese tiempo yo ya no me juntaba con Nathan, de lo contrario lo recordaría. ¿Por qué será?
—No creo que sea posible que la señora Lee haga esto. Estamos hablando del asesinato de su propio hijo.¿Porque mentiría? Debe de estar confundida.
—Yoongi, si solo apuestas por la gente que crees que es buena, jamás seras un buen oficial como tu padre.—Me miró de forma brusca y sonreí apenada. Sé que fui directa e hiriente, pero estaba siendo sincera—aquí todos son sospechosos hasta que se demuestre lo contrario. ¿No crees?
—No me digas como hacer mi trabajo, Lisa.—gruñó arrebatándome el álbum de fotos. Yo suspiré.
—Solo estoy ayudándote. Tal y como me lo has pedido. Mira, no es agradable saber que alguien esta matando a mi alrededor. ¿bien? Tengo gente a quien quiero proteger, así que quiero hacer esto bien. Y si hacerlo bien significa decir lo que pienso y herirte, pues lo lamento mucho pero asi serán las cosas conmigo.
Dicho esto comencé a caminar.
Oi un suspiro cansino. Y luego los pasos de Yoongi seguirme.
—Bien, tienes razón. Trabajemos juntos en esto. ¿Mañana estas libre para..?
Fue entonces, cuando de repente, pasó.
Ambos vimos un cuchillo pasar a la velocidad de la luz frente a nuestros ojos.
Ahogué un gemido mientras me iba hacia atrás y Yoongi al mismo tiempo, también. Luego de eso, vi a Yoongi tomarme de la cintura y apoyar mi espalda en un movimiento brusco contra el árbol mas cercano. Tapó mi boca y miró hacia todos lados alerta. Mi corazón comenzó a bombear fuerte y mi pecho comenzó a subir y a bajar sin control. Mierda. ¿Quién demonios estaba con nosotros ahí?
Yoongi de repente desenfundó su arma y yo comencé a sentir que las piernas me fallaban. Me sujeté de árbol tan rápido como pude mientras miraba a Yoongi como si fuera mi única salvación, mientras él estaba en busca de algo que pudiéramos hacer para huir de esa situación.
—Yo ire a revisar el lugar. Tú quédate aquí y agachate. No hagas el mas minimo ruido.
Negué con la cabeza desesperada.
—Por favor no me dejes aquí sola Yoongi. No quiero.
Estaba a punto de ponerme a llorar. Me aferré tanto como pude a su chaqueta. El me miró y frustrado, accedió.
—Bien. No me iré, pero debo revisar el perímetro.
Asentí con la cabeza, incapaz de hablar.
Cuando se soltó de mis manos yo me abracé fuertemente temblando mientras miraba hacia todos lados. Estaba tan aterrada que nisiquiera me perscate de que a los pocos minutos Yoongi volvió.
—Al parecer no hay nadie.—asumió y me mostró un cuchillo. El mismo que nos había atravesado.—hay una nota en el mango.
Me la mostró.
"DETENTE". Decia con papel y marcador negro, con una caligrafía bastante mala.
Me tapé la boca y comencé a llorar asustada. Esto era oficial. Nos estaban amenazando, y sabían lo que estábamos haciendo.
—Lisa, ya no puedes caminar por ahí como si nada sucediera luego de esto. Vamos a tu casa, ordenaré que haya personas cuidándote en la puerta.
Dicho eso me agarró de mi inestable hombro y comenzamos a caminar apurados hasta el pueblo.
El camino fue angustiante, pero una vez que llegamos, al intentar abrir la puerta con mis temblorosas y sudadas manos para subir con Yoongi, me encontré con algo que no me esperaba.
Jungkook estaba ahí, en la puerta. Al verme sonrió y se acercó tímido.
—Hey.—dijo.
Tenia una mochila en su hombro y al verme callada al verlo, frunció el entrecejo de inmediato.
—¿Ocurrió algo?—inquirio, esta vez su sonrisa se fue de inmediato mientras miraba a Yoongi de soslayo.—¿Lisa?
—Creí que vendrías mañana.—solte rápidamente.—¿Que haces aquí tan tarde?
—Queria...verte.—dijo en voz baja con algo de inseguridad, como si supiera que no era el momento adecuado para decirlo.—quería hablar contigo.
—Por si no lo notaste, esta ocupada. Pierdete Jungkook.
Yoongi, quien no tenía problema en expresar su odio contra el, habló. Yo estaba casi al borde de la histeria. No tenia tiempo para que unos malditos hombres que venían a verme cuando se les daba la condenada gana discutieran por mujeres. ¡Si el asesino hubiera querido asesinarme, lo hubiera hecho sin problemas! ¡Dios! No estaba de animos para estas estupideces.
Jungkook miró a Yoongi y frunció el entrecejo. Ese gesto enojado era la primera vez que lo veía en él, y la verdad que quitaba esa apariencia adorable y la reemplazaba por una mas ruda, lo hacía ver incluso mas grande.
—No estaba hablando contigo ¿cierto?
Rodé los ojos. Cuando por fin pude abrir la puerta, como si no fuera suficiente tener a Jungkook y a Yoongi fulminándose con la mirada, apareció Taehyung a punto de sacar a pasear a Café.
—Lisa bonita, hola.—me sonrojé al instante a pesar de mi enojo repentino, sin embargo, Taehyung que parecía de buen humor, se detuvo en seco cuando vió a Jungkook y a Yoongi detrás de mí.—vaya, esto no es usual.
Los tres se miraron entre si. Y yo simplemente me quedé en el medio sin saber que hacer. Solo quería entrar a mi maldita casa y fingir que lo de hoy no sucedió.
—No saques a pasear a Café. Entra.—ordené y él alzó las cejas con sorpresa.
—¿Por qué están ellos tan tarde por aquí?
—¿Acaso importa?—Jungkook contestó y yo me sorprendí. Eso sonaba mas como una respuesta de Yoongi. No algo que diria el tranquilo y amable Jungkook.
—¡Bueno ya, entren todos a la maldita casa!—chillé haciéndolos callar.
Los tres terminaron por acceder en silencio detrás de mi, mientras yo cerraba la puerta y me dirigía al ascensor.
El momento fue tan incómodo que quise desaparecer. Yoongi estaba cruzado de brazos con un humor de perros gracias a Jungkook. Jungkook estaba detrás de mí con su mochila, probablemente con los juguetes para Café y Taehyung sostenia a Café quien le lamía la mano.
Entendía el malhumor de Yoongi por Jungkook, ya que en el medio estaba Jennie. E incluso de Taehyung hacia Jungkook por mí aunque ahora parecía tener novia. ¿Pero porque Jungkook estaría enojado por la presencia de Taehyung? No le encontraba lógica a esa reacción.
Cuando subí y abrí la puerta, me congelé en mi lugar al ver lo que antes era mi living, al mismo tiempo que entreabría la boca y ahogaba un gemido.
Mi casa estaba destrozada de pies a cabeza.
Era como si hubieran estado buscando algo. Mis fotos tiradas, mis pequeñas cosas guardadas en los estantes, todo en el suelo, roto y hecho pedazos. Los sillones también estaban destrozados, los focos de luz rotos. Las cortinas del balcón en el suelo, y otro mensaje en la pared, con sangre.
DETENTE.
Debajo de este había un conejo muerto, con su estomago absolutamente abierto de lado a lado, donde se veían también sus órganos internos.
Me tome la cabeza comenzando a tener un ataque de pánico. Mi respiración comenzó a ser irregular, las nauseas me tomaron por completo y me di media vuelta, comenzando a llorar. Unos brazos me tomaron de repente y creí que eran los de Taehyung, pero no, eran los de Yoongi.
—Tranquila, no dejaré que nada malo te suceda.
Entonces, la presión en mi pecho se hizo tan fuerte, tan dolorosa y aterradora que mi cabeza no pudo soportarlo. Yo podría morir, podría ser Lee Nathan, podría ser Park Christopher, podía ser incluso ese indefenso y pequeño conejo en el suelo.
La presión en mi cabeza fue tanta, que no pude soportarlo. Mis piernas fallaron, y caí rendida. Todo se volvió oscuro, todo se tornó de un silencio tan ensordecedor, que no pude hacer mas que dejarme llevar.
(...)
Cuando comencé a ser un poco consciente de mi misma, oí voces lejanas. Voces feroces, enojadas y otras llenas de calma. No las reconocí hasta unos segundos después, sin embargo. Respire hondo e intente moverme. En mis manos pude sentir una especie de sabana que me cubría y que mis pies estaban descalzos. Estaba en un sofá, pero no sabía en el de quién. El mio no podía ser, lo ultimo que recuerdo es haberlo visto hecho pedazos luego de..
Cuando los últimos sucesos llegaron a mi mente como un rayo, me incorporé de golpe, alarmando a la gente a mi alrededor. Me quité la sabana de inmediato yvi todo lo que mi vista alcanzó a ver; las decoraciones minimalistas y el tipo de combinación de colores los reconocería a cualquier lado donde vaya, eran los de Taehyung.
Mis ojos de inmediato lo buscaron. Y en efecto, lo encontré. Taehyung estaba sobre su mesa, con ambas manos apoyadas sobre este mirando y señalando con el dedo a Yoongi. Luego estaba Jungkook sentado, con las manos apretadas y posición analítica. Por otro lado estaba Yoongi, como siempre imponiendo autoridad incluso aunque no lo quisiera, con sus brazos cruzados y entecejo fruncido, mirando a Taehyung como si pudiera matarlo.
El primero en verme fue Jungkook. En sus ojos vi el alivio y de pronto corrio hasta mi y me ofreció un vaso de agua.
—Ten, debes hidratarte.
—¿Qué esta...?
—Nada. Estabamos hablando de lo que sucedió. Estamos en la casa de Taehyung ahora, tu casa será zona de investigación por unos días.
Frunci los labios preocupada. Fue entonces cuando Jungkook sin pedírmelo, me abrazó.
—Siento todo esto. No tenía idea. Yoongi nos ha contado que hay alguien que te persigue y estás en peligro. Pero no tengas miedo, prometo que estoy aquí para apoyarte y protegerte, cueste lo que cueste. ¿bien? Te quiero, me preocupo por ti.
-—No, no debes...—susurré. Jungkook era tan dulce. Verlo así por mi dolía, y al mismo tiempo me confundía.—debes volver con Jennie, yo...
—Jennie y yo ya no estamos juntos.—aclaró y lo miré por unos segundos casi eternos.—nuestra relación ya no funcionaba. Jennie había cambiado mucho.
Asentí, a pesar de que me sentí mal por Jennie una parte de mi dijo que no debía. Ni siquiera se dignó a dirigirme la palabra, solamente pasó de mí sin pedirme una explicación. Y eso aun dolía. Yo era su mejor amiga.
—Deja de tocarla, esta aún inestable.—Taehyung apareció de repente y sin ganas de disimular la brusquedad, lo separó de mí. Jungkook entonces apretó la mandíbula.
Aún me parecía algo increíble verlo enojado.
—Deja de tocarme tú, demonios.—gruñó Jungkook zafándose de sus manos. Entonces se incorporó, y los tres se colocaron frente a mi.
—Bueno, mientras ustedes se pelean por Lisa yo estoy intentando salvar su trasero. ¿Qué tonto no?—ironizó Yoongi a lo que confundida, lo observé.—ya no tienes casa, Lisa. Te vienes conmigo.
—¿Y cuando se decidió eso?—inquirió Jungkook.
—Desde ahora.
—Ni loco dejaré que pise tu casa. Intentaste protegerla y mira como esta ahora,Min. Es evidente que contigo no debe quedarse.—farulló Taehyung.
—¿Acaso no puedo decidir yo?—me quejé fastidiada. Los tres callaron.
—Tienes razón. Es tu decisión.—accedió Yoongi.
—Quiero quedarme aquí.—solte. Taehyung era la persona mas cercana de los tres y si bien nada era seguro, estaría comoda con él. Tampoco quería estar lejos de mi casa, temía poner en peligro a mas personas.
Taehyung me miró serio y asintió, aunque por alguna razón que desconozco sentí que quería sonreir en grande y presumirlo frente a los chicos. Especialmente Jungkook.
—¿Sabrás protegerla? —preguntó Jungkook desconfiado.
—Sé karate y jiujitsu, si es que te sirve. Practicaremos algún día, serás misaco de boxeo.—contestó Taehyung burlón.
—Eso quisieras.
Y mientras ellos seguían discutiendo, yo solo fruncí los labios y miré mis manos preocupada.
Comencé a pensar que aquello solo era el comienzo, y que iba a tener que prepararme para cosas peores, cosas que nunca habría de saber antes si no fuera por esta situación y que al hacerlo, nada tendría arreglo.
Nada volvería a ser lo mismo para mi.
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