Capítulo O22


Cerré los ojos fuertemente mientras sentía sudor frío en mi nuca. Mi corazón latía con cada segundo que transcurría y el miedo era tanto que comencé a hiperventilar. La nieve caía, e iba dejando rastros de sangre por el camino. Gritaba tanto que me ardía la garganta, pero nadie me oía.

—¡NO!—grité, mientras me incorporaba de repente de la cama.

Me toqué el pecho, sentía que en cualquier instante que el corazón subiría por mi garganta y saldría corriendo. Pero solo era otra pesadilla, una que conforme pasaban los segundos se iba volviendo mas borrosa.

Me asaltaron unas terribles ganas de llorar, pero las contuve. En cambio, me propuse a observar la hora en el reloj y darme cuenta de que eran las 3 a.m.

Me senté al borde de mi cama y con manos temblorosas tomé un lápiz y mi diario íntimo. La verdad era que quería recordar aquel sueño lo más que podía. Pero cuando me di cuenta que era estúpido seguir escribiendo cosas ahí, en un ataque de furia repentina, me incorporé y arrojé el diario al cesto de basura mas cercano.

Era solo un sueño. Debía deja de darle vueltas al asunto.

(...)

No había dormido bien y con toda la información que me había soltado Yoongi esa mañana, todos se dieron cuenta que estaba mas callada de lo normal. Jennie no me dirigió la palabra en todo el día y Jungkook solo se encargaba de otorgarme miradas preocupadas. Rosé por otro lado, como siempre tan atenta, intentó darme animos toda la tarde, pero yo no tenía el humor suficiente nisiquiera para dejar de preocuparla, así que decidí volver temprano a casa ese día.

Toqué la puerta de Taehyung y esperé unos segundos para ver si abría, ya que él aún tenía a Café consigo. Fue entonces cuando al cabo de un rato él me abrio, su rostro estaba serio. Tanto que sentí que en cualquier momento le daría un puñetazo a la pared y por un instante sentí miedo.

De un segundo para otro, Taehyung me tomó del brazo y me arrojó hacia adentro antes de que pudiera al menos peguntarle que sucedía. El movimiento fue tan repentino que caí directo sobre su pecho.

—¿Qué demonios, Taehyung?

Me alejé de él y lo miré molesta. Abrí la boca para preguntarle qué demonios sucedía, hasta que él me mostró su otra mano (que hasta ese momento era escondida detrás de su espalda) y puso delante de mí una flor.

El gesto fue tan repentino que me tomó por sorpresa y me congelé en mi lugar. Miré la rosa y miré a Taehyung por unos largos instantes, intentando descifrar porqué fue eso.

—Es para ti.—explicó.—siento haberme comportado como un idiota el otro dia.

—Oh...—dije, sin saber que decir realmente. Entonces, tomé su rosa lentamente y la olí. Olia excelente, sonreí sin poder evitarlo. Me había gustado el regalo—es hermosa, gracias.

Me sentía extraña. No se suponía que tuviera que sentirme así a su alrededor. Solo quería acostarme con él, y era difícil cuando me hacía detalles tan lindos y me decía cosas bonitas cuando no me lo esperaba.

Acto seguido, me dio un beso en la mejilla. Mi corazón aleteó por unos instantes. Y antes de que pudiera decir algo, comenzó a hablar de nuevo.

—Aquí esta Café. Estaba inquieto porque tu no estabas. Le compré una cama, ya que al parecer se quedará mucho tiempo conmigo.—bromeó.

—¡No tenías porqué hacerlo!—chillé en su lugar agradecida y avergonzada en partes iguales.

—No es nada para mí.—hizo un ademán con la mano—hoy volviste temprano de la escuela.—observó, cambiando de tema radicalmente.

Asentí, acercándome a su sofá para acariciar a Café.

—No me sentía bien.—me limité a decir.

—¿Ocurrió algo?

Su rostro se ensombreció. Y me miro fijo, esperando cauteloso que le dijera lo peor.

—Jennie se enojó conmigo.

Evité tocar el tema de Yoongi. No era que no confiara en Taehyung. Y aunque una parte de mí quería contárselo y llorar de miedo en sus brazos, la otra no quería tocar más el tema porque era una llorona y miedosa. Quería fingir al menos por unos instantes que un asesino no estaba relacionado conmigo y que no mataba gente a mi alrededor. Además, le había prometido a Yoongi que no se lo diría a nadie.

Taehyung parecía algo.. ¿aliviado? De mi respuesta. Entonces asintió entendiendo mi explicación.

—¿Por qué se enojaría contigo?

—Cree que su novio y yo la traicionamos por la espalda.—expliqué con cierta tristeza.

—Entiendo.—dijo, aunque sonó mas brusco y seco de lo que debería. Como si no le sorprendiera oírlo. Eso me confundió.—¿y a ti te gusta?

—¿Y esa pregunta?

—No lo sé. Jennie parece intuitiva.

—Taehyung, comienzan a molestarme tus comentarios.

—Solo digo la verdad. ¿Te es molesto escucharlo de mi boca?—también me contesto con brusquedad.

Callé.

—Creo... creo que estoy cansada—balbucee tocando mi cuello. Su tono me afectó un poco, no iba a mentir. Sujeté a Café y volví a mirarlo. No quería pelear de nuevo con el, no esta vez—nos vemos entonces por ahí.

Taehyung me observó fijamente. Y antes de que pudiera salir, me tomó del brazo y se acercó a mi.

—Lo siento. No sé que es lo que tiene tan preocupada, pero sabes que puedes contar conmigo ¿bien?—Taehyung aclaró.—para lo que sea.

—Lo sé, gracias.—asentí—por todo.

Taehyung acarició mi cabello y me dio un beso en la cabeza. El gesto se sintió tan lindo que quise congelarme en ese momento para siempre.

—Lisa...—llamó y alcé la vista para observarlo.

—¿Sí?

—Sabes que te amo ¿verdad?—soltó de repente dejándome sin respiración por un instante—mis sentimientos por ti siguen ahí y no cambiarán fácilmente. Pero si tú jamás estarás dispuesta a darme una oportunidad, lo mejor es que lo dejemos como amigos.

Fruncí el ceño. ¿Dejarlo como amigos significaba no encontrarnos más en la imitidad? Suponía que si. Aunque eso no fue realmente lo que me terminó de herir.

Si no el hecho de que era cierto. Taehyung siempre se preocupaba por mí e intentaba que yo esté bien. Me ayudó a construir la casa, me acompañó a ver si había ingresado la escuela, me ayudó a conseguir trabajo, cuidaba a Café cada vez que no estaba en la casa y yo aún libremente jugaba con sus sentimientos aún sabiendo lo que él sentía. Miré la rosa y luego lo miré a él. La culpa y la confusión inundaron mi mente.

—Taehyung, yo...

De repente sonó la puerta, haciendo que el pequeño momento se esfumara y ambos miraramos en esa dirección. Yo, con confusión. Taehyung suspirando. El rápidamente se soltó de mi y abrio la puerta.

—¡Taehyungie!

¿Taehyungie? Una voz chillona se presentó y mi alarma se hizo presente.

Una peliroja se acercó y abrazó a Taehyung. Fruncí el entrecejo. ¿Quién era?

—Creí que llegarías mas tarde.—dijo Taehyung, algo sorprendido.

—Decidí que no esperaría más. Moría por verte.

Taehyung se dio media vuelta y me miró. Entonces, me hizo un ademán para que me acercara.

—Lisa, ella es Hana. Hana, Lisa.

Ambas hicimos una corta reverencia. La miré de ceca sin perderme ningún detalle. Alta, esbelta, bonita y de piel suave. Maquillaje sutil y sonrisa amistosa.

Pero había algo en ella que no me agadaba.

—Taehyungie te extrañe mucho.—hizo un puchero hacia el y tomó su mano. Oh, ya sabía porque no me agradaba. Era muy atrevida.

—Yo también.—dijo Taehyung y lo miré sorprendida. Él no era de los que expresaban sus sentimientos fácilmente.—Lisa, luego te veo ¿sí? Saldré con Hana.

Apreté la mandibula de inmediato, pero fingí una sonrisa de boca cerrada y asentí con la cabeza.

¿A dónde saldrían? ¿Y porque? ¿Era su novia?

—Luego te veo.—me dirigí a Taehyung y luego de eso salí por la puerta.

Al ingresar a mi departamento, cerré la puerta con más fuerza de la necesaria y suspiré, sintiendo el corazón desbocado dentro de mí. Solté a Café y me quedé con la rosa en mano, mientras cerraba mis manos en puños.

El teléfono celular sonó de repente asustándome. Pero lo tomé de inmediato. No sin antes inhalar hondo varias veces, intentando calmar mis nervios alterados.

—¿Hola?

—Hola, Lisa. Siento llamarte tan tarde.

Yoongi. Lo reconocí por su voz.

—Oh, hola. Veo que conseguiste mi numero.—intenté bromear, no tenía la suficiente confianza con él para ello, pero estaba tan nerviosa y confundida por Taehyung que no se me ocurrió que decir.

—Así es.—no captó mi broma para nada—Tengo que hablarte sobre Lee Nathan. Sus padres accedieron a verte. ¿Estas bien con eso?

—Oh... yo...

—Si sientes que es muy rápido solo dimelo. Creo que sería bueno que hables con ellos, ya que seguramente te recuerden aunque tú no y a lo mejor encontremos información valiosa. ¿Tienes tus resultados médicos para verificar tu condición de pérdida de memoria?

—Sí. Los he encontrado.—afirmé.—y no, no tendré problema en hablar con ellos. Estaremos en contacto Yoongi. Te diré cuando tendré tiempo para verlos.

—Así es. Descansa. Mañana estaré por ahí.

—Pero...

Sin embargo él ya había cortado.

Miré la pantalla con cierto enojo, Yoongi hacía lo que quería. Maldita sea.

Sin embargo terminé suspirando mientras me arrojaba a la cama y Café se situaba a mi lado.

—Tú eres mi única compañía a fin de cuentas.—sonreí apenas. Y como si mi teléfono ese día estuviera dispuesto a comunicarme con todos, volvió a sonar.

Era un mensaje.

"Compré cosas para Café. ¿Puedo pasar en unos días para darselas? Además, tenemos que hablar de Jennie." JK.

"Ok" fue mi única respuesta. No sabía que decir.

Tenía muchos pensamientos confusos en la mente. El asesino, el hecho de que accedí a ayudar a Yoongi con el caso, lo que sentía por Jungkook, mi discusión con Jennie, mi relación con Taehyung...

Estaba casanda, confundida, agobiada... hasta en algun punt desilusionada. ¿De que? No lo sabia con exactitud.

Pero solo se me vino una cosa a la mente que me preocupó más que todo ello.

Así que Hana... Pensé de inmediato. Taehyung y ella juntos, besándose... tocándose.

Mi corazón se estrujo de tan solo pensarlo. 

(...)

Yoongi me vino a buscar a la mañana. Estaba nublado y hacía frío, y yo estaba mas ojerosa y desganada que de costumbre. Yoongi me pregunto si me sucedía algo a lo que yo negué sin animos de decirle. La verdad era que me inquietaba estar investigando a un asesino que vaya a saber Dios porqué estaba relacionado conmigo. Me daba miedo, sentía que en cualquier instante yo sería otro cadáver. Pero en efecto, si luego de la información que me dio Yoongi del caso yo decidía ignorar lo que sucedía, probablemente terminaría muerta de todas formas. Y ese pensamiento me ponía los cabellos de punta. Y aunque Yoongi me haya prometido protección nada ahuyentaba el temor.

—Yoongi. ¿te puedo preguntar algo?—inquirí, comenzamos a caminar por el bosque. Era realmente algo inquietante. Aún más al notar que sobre el cinturón de sus vaqueros, Yoongi llevaba un arma.

—Claro. Dime.

—¿Qué ocurrió con Jennie?—por un instante, lo vi congelar su rostro—siento si sueno entrometida, yo...

—No, esta bien. Yo decidí que lo mejor sería dejar de ser amigos.—soltó rápidamente interrumpiéndome—Jennie sabe cuán enamorado estoy de ella y si bien no la culpo por elegir a Jungkook, no puede culparme a mí por poner como prioridad mi bienestar. Yo sufría viéndola hablar de Jungkook y de lo que sentía por él, así que decidí que sería mejor distanciarme de ella.

Esbocé una mueca apenada.

—Lo siento. Debe ser horrible estar en esa posición...

—Sí. No es lindo. Y tú también lo sabes, te gusta Jungkook. ¿cierto?

Me paré en seco y abrí los ojos como platos.

—¿Cómo has dicho?

Yoongi se dio media vuelta y me observó como si fuera obvio.

—Se nota. La manera en que lo miras y como te callas cuando lo ves junto a Jennie...—abrí la boca pasmada— A fin de cuentas son cosas que pasan. Como sea, no importa. Mejor sigamos el camino o nos perderemos. ¿bien?

Asentí con la cabeza torpemente con las mejillas calientes, avergonzada de lo que me dijo y de la manera tan natural con lo que soltó aquello. Afortunadamente Yoongi estaba mas concentrado en llegar a aquella cabaña que en los sentimientos que ocultábamos ambos por la pareja. Por lo tanto la vergüenza fue menos penosa.

Una vez que llegamos abrí los ojos sorprendida. La anteriormente mencionada cabaña estaba a pocos pasos de distancia, desde sus ventanas veía a una mujer yendo de un lado a otro, imagino que haciendo limpieza. Mientras el hombre ayudaba. Me dieron de cierta forma mucha tristeza. Para una madre, perder a un hijo era desgarrador. No me imagino el infierno que habrán vivido ambos en estos días, incluso sin encontrar al presunto asesino ni tener sospechas de nadie realmente.

Nos situamos frente a la puerta. Yoongi tocó dos veces haciéndola crujir un poco.

—Familia Lee. Soy Min Yoongi. Estoy aquí con una persona para hacerle unas preguntas.

Me arreglé el cabello un poco y me saqué lacapucha que cubría mi cabeza. Yoongi sonrió de forma ladina al verme hacer eso.Supongo que le era divertido. Sin embargo luego recordó para que estábamos ahíy volvió a la seriedad de siempre.

—Hola.—dijo la mujer al vernos. Tenía ojos cansados y con sus comisuras arrugadas cuando sonreía, pero sus pupilas eran de un muy lindo café dorado.

—Me da gusto verla señora Lee. Ella es Lalisa. La chica de la que les hable.

—Oh, por supuesto..—dijo de repente y me tomó de las manos, apretándolas con aprehensión—eres tal y como te recuerdo pequeña. ¡Estas muy sana y fuerte! No sabes la alegría que me da verte.

Sonreí en silencio, sin saber que decir.

—Lisa tuvo una pérdida de memoria y al parecer jamás la recuperó,lamentablemente tampoco la recuerda a usted señora Lee—explicó Yoongi—pero confío en que si usted nos habla un poco de la infancia de Nathan y Lisa, podremos encontrar algo que pasamos por alto.

—Claro.—dijo mirándome con tristeza—Bueno, pasen.—dijo. Comenzando a caminar hacia adentro. Yoongi cerró la puerta detrás de nosotros. El olor a hogar y la calidez de la chimenea me dieron una extraña sensación de familiaridad.

Yoongi y yo nos sentamos frente a una silla. Su padre, el señor Lee, saludó y luego subió a su habitación sin tener animos de vernos a la cara. Gracias a ese gesto ya sabía quien era el mas atormentado por la muerte de su hijo.

—Siento eso. Ambos tratamos de manejar como podemos esta situación.—la señora Lee se disculpo, y por un segundo vi mucho dolor en su mirada. Suspiro y sacó su álbum de fotos.—pueden mirarlo a gusto. Ahí están todas las fotos de ambos jóvenes.

Abrí el álbum de inmediato curiosa y asustada de lo que llegara a encontrar.Mientras tanto, la señora Lee comenzó a hablar.

—Tú venías de pequeña a jugar a esta casa. Amabas estar en el bosque, al igualque Nathan, Lisa.

Entonces, vi una foto de ambos. Estabamos jugando en la nieve, en el mismo bosque por el que acabábamos de pasar. Intuía que era a pocos metros de esta casa, porque de fondo veía el lago. Ambos sonreíamos y nos tomabamos de los brazos,juguetones.

—¿Cada cuanto tiempo venía?—pregunté

—De los 7 días probablemente 5 estabas aquí.—sonrió y yo la miré sorprendida.—se habían conocido en la escuela. Nathan decía que eras muy divertida. Fuiste su primer amiga ¿sabes? Él nunca fue muy sociable de pequeño.

Sonreí a duras penas. Odiaba no recordarlo, porque parecíamos muy buenos amigos. Y de cierta forma me entristeció, porque el ya no estaba entre nosotrosy estaba segura de que no merecia la horrible muerte que tuvo.

Mientras tanto miré otra foto. Nathan estaba durmiendo en la cama y yo le habías acado una foto con el dedo en la nariz. Sonreí. Parecía que nos divertíamos mucho.

Luego pasé otra, pero esta vez, fruncí el ceño. Ambos estábamos en la escuela,sonriendo para la cámara, y muy detrás de todo, había algo. Un niño escondido.Era casi imperceptible, pero yo logré verlo.

—¿Señora Lee, él era alguien conocido?—le mostré el álbum y señalé la foto. Ella negó con la cabeza. Aquel pequeño se me hacia muy familiar.

—La verdad es que ese chico era extraño. De vez en cuando pasaba por ahí solo simplemente a mirar. Un día mi esposo le pregunto que hacía, pero al parecer luego de ese día no volvió a aparecer. Apenas lo conocía.

—Oh...—Yoongi me quitó el álbum y miro ese detalle menor de cerca.—¿no sabe su nombre?

—Solo sé que se llamaba Hwang Minho. Era unos mas adelante que tú y Nathan.

La señora Lee hizo una pequeña pausa y yo frunci el entrecejo. Minho, Minho...

La señora Lee continuó hablando.

—Como dije, eran muy unidos. Hasta que un día simplemente dejaste de venir por aquí. Nathan nunca quiso comentar al respecto pero intuía que, como cualquier par de amigos, habían peleado. Luego te fuiste del pueblo, y jamás te volvimos a ver Lisa. No hasta hoy. ¿Qué irónico no? Ahora que mi pequeño ya no esta...—de repente su voz se fue apagando, y su mirada se quedó en un punto fijo en lanada. Su mente ya había viajado a recuerdos del pasado.

—Lo siento mucho. Me gustaría haberlo recordado. No sabe cuanto lo deseo.—tomé sus manos e intenté darle las fuerzas que le faltaban. Sabía que estaba por dentro sufriendo mucho, solo que ahora no quería demostrarlo.—pero debe estar tranquila, porque ahora el esta en un lugar mejor, y no le gustaría verla asi por él.

Ella puso sus manos por encima de la mía y asintió.

—Gracias, Lisa. Si quieres llévate el álbum de fotos. A lo mejor podrás descubrir algo más. Pero esto es todo lo que yo sé. Siento no poder aportar mas.

—Gracias. De verdad fue lindo verla. De todas formas volveré a visitarla.—informé guardando el álbum en mi mochila.

Ella asintió. Yoongi y yo entonces nos incorporamos y sin querer molestar más, nos fuimos.

—Bueno, parece que realmente no conseguimos información importante.—al salir, mi acompañante sonó decepcionado. Acto seguido suspiró frustrado y yo sonreí nerviosa mientras negaba con la cabeza.

—Yo no diría eso.—afirme y el me miró con sorpresa—ella está mintiendo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top