Capitulo O12
A veces me siento extraña. Como si no estuviera viviendo la vida que realmente deberia vivir.
Tomé la decisión de irme apenas cumpla dieciocho. Quiero conocerme a mi misma y encontrarme, pero no lo haré si sigo aquí. De eso estoy segura.
—Aquí es.
Miré con atención el lugar que se presentaba frente a nuestros ojos y silvé, demostrando mi asombro. Era grande y tenía dos pisos. Vidrieras enormes y relucientes, con personas del otro lado felices mientras comían y charlaban. También había varios camareros con sus delantales atendiendo, era el único restaurante en todo el pueblo así que se entendía su fama.
Miré a Taehyung cuando su mano se colocó en mi espalda baja y el a cambio me miró arrugando la comisura de sus ojos.
—¿Entramos?
Asentí con la cabeza mordiendo el interior de mi mejilla nerviosa. Tae me ofreció su brazo caballeroso y se lo agarré insegura. Acto seguido ingresamos. El aire caliente de las estufas fue bien recibido por nuestro cuerpo.
El lugar era sencillamente impresionante. Tenia que admitir que creí que sería peor. Taehyung me llevó del brazo directo con su jefe, el cual se encontraba en una pequeña recepción sentado frente a su computadora y cajero automático sonriente. Al vernos, me dio la impresión de que hizo tambalear esa sonrisa. Pero aquello que creí ver se fue tan rápido como vino.
—¡Muchacho!—le dijo a Tae con alegría alzando las manos. Vaya, Tae si que parecía agradarle a la gente.
Sonreí sin mostrar mis dientes viéndolos saludarse, luego el señor me miró notando mi presencia y de forma caballerosa besó el dorso de mi mano.
—Un gusto señorita. Soy Christopher Park.
—El gusto es mío, soy Lalisa.—dije, era tan agradable persona que me emocioné de la idea de trabajar ahí—muchas gracias por considerarme para el trabajo. No sabe lo importante que es para mí.
—No hay ningún favor que no pueda hacerle a Taehyung. Gracias a el hay muchos clientes por aquí.—sonrió mostrando sus dientes—bueno, adelante. Aquí lo único que debes saber hacer es tratar bien a tus clientes, saber moverte, limpiar y cocinar. ¿Crees que puedes con ello?
—Si.—respondí de inmediato—soy muy capaz de todo, señor.
—Entonces no hay más nada de que hablar.—dijo—empiezas en unos días ¿de acuerdo? Le indicaré a algún otro del personal que te ayude a orientarte. Espero que te sientas cómoda aquí.
Me ofreció su mano de inmediato y yo entreabrí la boca ligeramente sorprendida, sorprendida por su tranquilidad, pensando que rapido habia accedido a darme el empleo sin conocerme a fondo.
Fue extraño, lo admitía, pero aún asi estreché su mano de inmediato sin querer perder tiempo.
Era increible que ese hombre con solo verme al rostro, intercambiar palabras conmigo y saber mi nombre ya me diera por contratada.
—Gracias...
—Los espero a ambos en estos días. Cuidense mucho.—dijo soltando mi mano rápidamente, casi como si nos echara.
No pude ni pensar en lo extraño de sus acciones cuando Taehyung rápidamente me hizo voltear para salir de ahí.
—Wow. Fue más rápido de lo que creí—anunció Tae justo lo que ya pensaba hace unos segundos, acompañado de una sonrisa extraña.
Asenti con la cabeza sorprendida.
—¿Verdad que si fue rapid...?
Fue entonces, cuando de golpe, sentí como mi hombro era empujado con fuerza y me tambaleaba unos pasos hacia atrás. Taehyung me terminó por sujetar la mano para que no cayera de trasero al piso y frunció el ceño al igual que yo.
Ambos miramos a la persona causante de eso con molestia. Se trataba de una chica de un poco más de mi edad. Dió zancadas grandes hasta el señor Park y se posicionó frente a el, furiosa.
—¿Cómo pudo despedirme así como asi? ¿Quien se cree que es para no darme una excusa válida, eh?—le gritó enfurecida al señor Park, frente a toda su clientela, quienes miraron confusos la escena.
Apenas mis oidos la escucharon abrí los ojos como platos. Dejando pasar a segundo plano el hecho de que me hubiera empujado de forma abrupta.
¿Quien era ella?
—Nae ya hablamos de esto.—el señor Park rechinó entre dientes visiblemente alterado, las mejillas le ardían de la vergüenza.—vamos a mi oficina si quieres discutir ¿bien? Pero no aquí...
—¡No! ¡Usted es un monstruo!—volvio a gritar acusandolo con su dedo. Lágrimas amenazaron con salir de sus ojos—¡usted sabe que me falta el trabajo y aún así me deja varada en la nada! ¡Maldito, mil veces maldito!
Y asi, una escena lamentable se creó en el restaurante. Volteé a ver a Taehyung alarmada y lo tomé del brazo, viendo su mandibula apretada, viendo la escena al igual que todos.
—Taehyung ¿ella trabajaba aquí? ¿la conoces?—pregunté rápidamente en busca de respuestas. La chica ya comenzaba a llorar y el señor Park no sabia que hacer al respecto con la situación.
Taehyung me tomó del codo instantáneamente, como si recién hubiera podido salir de su ensimismamiento.
—Eso creo. Vamonos de aquí, Lisa.
Sin decirme nada más comenzó a guiarme hacia la salida, como si quisiera huir de esa escena repentina lo más rápido posible.
—Taehyung, ¿Porqué crees que la ha despedido?—le pregunté finalmente a la salida del lugar, estando entre curiosa y triste por la chica.
—Ella siempre llegaba tarde y nunca hacia bien su trabajo.—dijo rápidamente encogiendose de hombros.—no te sientas realmente mal por ella. Se lo merece.
—No digas eso, Tae. Pobre chica.
Hice una mueca apenada ante la situación y mordí mi labio nerviosa
Y si bien me angustié, Taehyung se encargó de que ese sentimiento no durara demasiado: me tomó del brazo entusiasmado y me regaló una de sus típicas y ladeadas sonrisas que escondian sorpresas. Como si nunca hubiera pasado la escena anterior.
—¿Quieres ver algo increíble?
Parpadeé confundida.
—¿Cómo que?—inquirí dudosa, sabiendo que capturó con éxito mi atención.
[...]
Taehyung me llevo del brazo hasta dicho lugar obligándome a mantener los ojos cerrados. Muchas veces casi me caigo en el trayecto provocando sus sonoras risas, seguido de mis regaños. El se disculpaba y continuaba con lo suyo, como si sólo con sus vagas disculpas mi enojo se disipara por completo cuando estaba lejos de eso.
De repente entre la bruma de mis pensamientos asesinos, siento como sus frías manos se posan en mis hombros y hacen que detenga mi caminata de inmediato.
--Quedate quieta.--me susurró lentamente en el oido haciendo que su aliento chocara de lleno en la zona. Mi piel se erizó al oírlo casi por instinto, y suspiré nerviosa por saber que estaba a punto de descubrir la sorpresa. O quizás por su cercanía. Todavía no lo tenía muy claro.
Taehyung entonces poco a poco comenzó a quitarme la venda de forma lenta. Un vez que abrí mis ojos y estos se acostumbraron a la luz, ahogue un gemido de sorpresa, cortando mi respiración por unos instantes.
Mis ojos captaron rápidamente lo que había frente a mi y se habían sorprendido por ello: había un muelle, donde las olas del mar golpeaban suavemente como si fuera una gran melodía para mis oídos, con gaviotas al rededor de este. El sol ya se estaba escondiendo en el cielo, dejando que el paisaje se pintara de un azul anaranjado. No había nadie presenciando tan hermoso paisaje. Y aunque la ausencia de personas era un hecho, eso no provoco que fuera menos atractivo a mis ojos.
—Taehyung...—susurré—es...
—Lo sé.—dijo, y pude sentir su sonrisa complacida aunque no lo viera—ven.
Más tarde, Taehyung y yo nos encontramos finalmente tomando un helado cerca del muelle. Taehyung insistió en pasar tiempo conmigo y yo acepté encantada de esa idea a pesar de que ya estaba algo cansada.
Y siendo sincera él tenía toda la razón con respecto a la sorpresa. Me fascinó. El sonido del agua moviéndose entre olas y la brisa del viento pegandome en la cara me transmitieron tanta tranquilidad que me quise quedar ahí en ese momento para siempre. Ambos nos sentamos al borde del muelle mirando como el atardecer iba bajando, mientras Taehyung me miraba de reojo y yo, siendo consciente de su mirada, decidí mirarlo con una sonrisa.
—¿Te gustó la sorpresa?—preguntó de repente, rompiendo el silencio que nos abordaba.
—Realmente me encantó.—respondí de inmediato mirandolo agradecida—es un lugar hermoso y de verdad me alegra que me hayas traído. No tenía idea de que este lugar existía, Tae.
—Muchos no lo conocen. Son tan cuadrados aquí que nadie se molestaría en buscar algo diferente que los llene de esta forma. ¿entiendes? Pero te lo muestro a ti porque sé que eres una de las pocas personas que sabría apreciar un lugar así.
—¿Y que te hizo pensar que a mi me gustaría estar aqui?—bromeé—no me conoces tanto como para saberlo.
El se encogió de hombros.
—Porque eres diferente al resto.—afirmó sin un ápice de duda en su voz, provocando que ante esas palabras se ne colocara la piel de gallina—eres la única persona aquí con un brillo especial. Lo noto cada vez que pongo mis ojos en ti.
Al oirlo decir esas palabras, lo mire por unos segundos con sorpresa y desconcierto. Mi corazón entonces, se agitó un poco dentro de mi caja torácica y me removí en mi lugar con nerviosismo.
—¿De verdad crees eso tan lindo de mí?
Taehyung miró hacia el mar por unos instantes y luego se relamió los labios, como si estuviera decidiendo que decir.
Y entonces, solo en ese momento, me miró directo a los ojos enviándome una oleada de escalofríos a todo mi sistema.
—Si, Lisa. Hoy y siempre.
Sonreí, sin saber que decirle. Él a respuesta, acercó su mano hasta la mía y comenzó a acariciar el dorso de esta con cariño.
Yo solo en ese momento pude reaccionar de forma logica, alejandome de su tacto. Borré la sonrisa.
¿Qué estaba intentando?
Carraspeé y lo miré con una sonrisa incomoda. El pareció notar todo eso en mi porque hizo de su sonrisa una fina linea.
—¿Te estoy incomodando?
—No, es solo que...—intenté buscar un pretexto creíble, pero nada surgió de mí—yo... lo siento mucho Tae. Pero debo irme.
Dicho eso me incorporé de repente rompiendo la calma que nos inundaba a ambos. Taehyung me imitó con el entrecejo fruncido.
—Luego te veo ¿si? Recordé que tengo que hacer un mandado.—mentí de vuelta. Aquello se estaba volviendo una tediosa rutina.
—De acuerdo.—su rostro se distorsionó en una mueca, más no dijo nada más al respecto y solo se limitó a verme salir de su vista.
No era tonta. Las señales eran tan claras y al mismo tiempo tan confusas para mi, pero no significaba que no supiera que sucedía. Taehyung coqueteaba de una forma abierta conmigo. Realmente me sentía halagada al respecto pero no podía corresponder sus sentimientos. No cuando sabía que estaba Jungkook rondando en mi mente. Y así fuera que este ultimo no estuviera en ella, no significaba que Taehyung me atraeria de esa forma algún día.
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1 like y le pegamos a Lalisa por ser tan ingenua e indecisa
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