8. Movimientos.
—¿Qué haces aquí?
—Nada, solo... mi auto necesitaba un lavado —Junmyeon murmuró.
El gesto de molestia de Yixing se convirtió en uno de vergüenza al recordar que él había sido quien había ensuciado su auto. Regresó al escritorio en donde organizaba una pila de facturas y Junmyeon lo siguió.
—¿Cómo te sientes hoy?
—Bien —Yixing respondió sin mirarlo e intentó concentrarse en su trabajo.
—Qué bien —Junmyeon murmuró y guardó silencio.
Realmente no sabía qué hacía ahí, pudo haber llevado su auto al lugar de siempre, pero había terminado conduciendo hasta allí, aunque hubiera tenido que atravesar toda la ciudad desde su oficina.
—¿Quieres un café? —Yixing preguntó y se levantó para ir a la cafetera que estaba en una mesa junto a la puerta.
Junmyeon negó.
—No, gracias.
Yixing alzó los hombros y se sirvió un poco para sí mismo.
—¿No deberías evitarlo mientras estás embarazado? —Junmyeon preguntó suavemente.
—Oh, no me digas qué puedo o no llevarme a la boca, tu quisquilloso hijo ya exige demasiado.
Junmyeon lo miró, sorprendido, y no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios al percatarse de que lo había llamado "su hijo", también lo había llamado "quisquilloso" pero se sentía muy feliz como para que le importara demasiado, además, posiblemente sí lo era.
Yixing se sentó en la silla giratoria tras el escritorio y Junmyeon esperó en un sofá junto a la ventana.
Tal vez no debería haber ido, había sido una decisión impulsiva, además, tenía trabajo que hacer.
—¡Oh! —Yixing exclamó de pronto, luciendo sorprendido.
Junmyeon alzó su mirada y lo observó. Yixing tenía una mano sobre su vientre y los ojos bien abiertos.
—¿Sucede algo?
Yixing mantuvo el gesto y la posición y no respondió.
Junmyeon empezó a sentirse ansioso.
—Yixing, me estás asustando —le advirtió—. ¿Estás bien? ¿Te llevo con Jongdae?
Yixing frunció el ceño y lo miró.
—Sh, cállate, estoy bien.
—¿Entonces que...?
—Acaba de moverse —Yixing musitó, sin poder esconder la emoción en su mirada.
En los labios de Junmyeon se formó una encantadora sonrisa que hizo brillar sus ojos marrones.
—¿De verdad?
Yixing asintió, de pronto cohibido.
🌸
—¿Y ahora qué quieres?
Yixing se cruzó de brazos al ver al padre de su hijo entrar a la oficina de Kyungsoo cargando con un par de bolsas de papel.
—Mi auto necesitaba un lavado —Junmyeon anunció sacando un depósito repleto de fruta de una de las bolsas—. ¿Quieres?
Yixing observó las fresas, grandes y rojas, en exceso apetitosas, llenando la mitad superior del depósito transparente y sintió su boca hacerse agua.
—Lo trajiste hace tres días, ¿cada cuánto lo lavas?
—Dos veces a la semana —Junmyeon respondió sin mirarlo, mientras ponía la fruta en el escritorio frente a él.
—¿Y el lugar al que lo llevabas antes? —Yixing preguntó dándole una mirada acusadora.
—Cerró —Junmyeon murmuró desviando la mirada.
Yixing suspiró y tomó la fruta.
—Si vas a mentir, al menos procura que suene creíble —murmuró.
Junmyeon asintió.
—¿Viniste para asegurarte de que no me haya fugado?
Junmyeon alzó su mirada y se encontró con la sonrisa de suficiencia de Yixing.
—Como puedes ver, aún sigo aquí, aunque no puedo asegurarte que seguiré aquí mañana.
—Entonces vendré mañana también.
—De acuerdo —Yixing accedió llevándose un trozo de fresa a la boca—, pero trae algo de comer, por si decido quedarme un poco más.
Junmyeon sonrió y asintió.
—¿Y cómo está el bebé?
—Bien —Yixing respondió mientras masticaba, aunque de pronto el movimiento en su boca se detuvo y su ceño se frunció ligeramente.
—¿Sucede algo?
—No se si le caes bien o mal, pero acaba de moverse —Yixing anunció pensativamente—, no lo había sentido moverse desde la última vez que estuviste aquí.
—Seguro está feliz de que haya venido.
—O quiere que te vayas —Yixing masculló.
Junmyeon, con los nervios a flor de piel, se atrevió a preguntar:
—¿Puedo tocar?
—Solo si prometes que no te lo llevarás.
Junmyeon se cruzó de brazos.
—Podríamos llegar a algún tipo de acuerdo, podría dejarte verlo algunas veces, pero su custodia es mía.
—Entonces no te dejaré tocarlo, así cuando nazca e intentes llevártelo él no te va a reconocer y va a llorar siempre que te vea hasta que te hartes de él y me lo devuelvas.
🌸
—Hola, pensé que hoy estarías con Yixing —Jongin le dijo al verlo llegar.
—¿No está aquí? —Junmyeon preguntó.
—No, pidió permiso para quedarse en casa, dijo que no se sentía bien.
Junmyeon asintió pensativamente y salió del lavado de autos directo a la casa de Yixing, temía que solo fuera una excusa y que en realidad se hubiera marchado con su hijo. Cuando llegó tocó la puerta y al no obtener respuesta empezó a temer el peor escenario. Tocó de nuevo, tal vez cinco veces más, y cuando la puerta por fin se abrió, su corazón empezó a latir de nuevo y todos sus temores se evaporaron de su cabeza.
Yixing estaba ahí. Lucía descolocado, no llevaba encima más que unos pequeños shorts, así que su vientre y casi todo el resto de su cuerpo, incluyendo sus pies, estaban desnudos.
—¿Qué quieres? —preguntó restregándose el rostro.
—Yo... —Junmyeon murmuró sin poder apartar su mirada del vientre abultado del embarazado; su hijo crecía ahí dentro —. Tenía miedo de que te hubieras marchado.
—Estuve vomitando temprano y pedí permiso, ahora estaba durmiendo, pero lo arruinaste. ¿Que no tienes trabajo?
—Te traje desayuno.
Yixing observó sus manos vacías y lo miró acusadoramente.
—Lo dejé en el auto, ya vuelvo.
Yixing lo observó marcharse apresuradamente y se sintió tentado a cerrar la puerta y no volver a abrirle, pero la verdad era que ya tenía hambre. Fue a su habitación, se puso la primer camiseta que encontró y fue al sanitario a lavarse el rostro. Se sentía tan agotado.
Cuando Junmyeon volvió se sentaron juntos a la mesa y comieron en silencio las medialunas que este había traído.
—¿Ya te sientes mejor? —Junmyeon preguntó cuando hubieron terminado de comer, había aprendido el último par de semanas que luego de comer algo, Yixing se volvía una persona más civilizada.
Yixing asintió, efectivamente de mejor humor.
—Voy a tomar una ducha y me voy a ir al trabajo.
—¿Vas a ir?
—Sí, le dije a Kyungsoo que llegaría cuando me sintiera mejor.
Junmyeon asintió. Desearía que todos sus empleados fueran así.
—Me queda de camino, si quieres te llevo.
Yixing se lo pensó por un instante y luego asintió.
—En lo que me baño, ¿quieres ser útil y regar las plantas? —Yixing preguntó—. Ayer me quedé dormido y se me olvidó.
—Claro, ¿los cactus también?
—No, a ellos todavía no les toca.
🌸
Antes de ponerse en marcha, Junmyeon encendió la radio y dejó que su copiloto eligiera la música. Las calles estaban despejadas a media mañana y no tardaron mucho en llegar al lavado de autos.
No discutieron, solo convivieron en silencio. A Junmyeon no le molestaba el silencio, pero le habría gustado preguntarle muchas cosas. Antes de bajarse, Yixing extendió una mano hacia él.
—Dame tu mano —le ordenó.
Junmyeon, aunque confundido, puso su mano derecha sobre la palma de Yixing. Muy sorprendido observó al embarazado dirigirla hacia algún punto sobre su vientre. Junmyeon contuvo el aliento y esperó por unos segundos hasta que algo golpeó su palma suavemente.
—¿Lo sientes? —Yixing le preguntó en un murmullo.
Junmyeon alzó su mirada y por un instante se perdió en los brillantes ojos oscuros, casi negros, que Yixing poseía.
—Sí —musitó captando otro leve movimiento.
Yixing notó la ilusión en los ojos marrones de Junmyeon y se percató de que él era la única persona sobre la faz de la tierra con quien podía compartir la dicha de sentir los movimientos del niño que crecía en sus entrañas.
—¿Crees que sea muy apresurado empezar a comprarle ropa? —Junmyeon preguntó.
—No —Yixing respondió y una sonrisa se desató sobre sus labios—. Yo ya le compré un pijama; es blanco y tiene ovejitas por todas partes.
Junmyeon sonrió. Todos le decían que esperara, se lo había propuesto a su esposa al menos tres veces y esta terminaba convenciéndolo de esperar un poco más. Solo en ese momento comprendió que no debió haber preguntado, debió ir por su cuenta a comprar ese suéter con orejitas de oso y el par de zapatitos a juego, comprendió que tenía derecho a emocionarse de más y también comprendió que la única persona con la que podría compartir aquella ilusión, estaba en ese momento sentado junto a él, obsequiándole una de las sonrisas más bellas que había tenido la oportunidad de conocer.
—¿Puedo venir por ti cuando termines tu turno? —le preguntó impulsivamente—. Quiero que me acompañes a un lugar.
Yixing dejó de sonreír y lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿No estarás planeando secuestrarme?
—Si lo hiciera tendría que devolverte en un par de días —Junmyeon aseguró con una sonrisa—, o menos, no creo aguantarte más de un día entero.
—Idiota —Yixing murmuró, apartó su mano y se soltó el cinturón de seguridad.
La sonrisa de Junmyeon se ensanchó.
—Vendré por ti a la salida, no intentes escapar.
—Lo pensaré.
🌸
Gracias por leer!
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