—¿Estás bien? —su esposa preguntó con preocupación al verlo salir del sanitario—. Últimamente tienes muchos problemas estomacales. ¿Has estado comiendo algo distinto? Antes no te enfermabas.

—Sí he estado comiendo... cosas nuevas —Junmyeon respondió acariciándose el estómago distraídamente.

—Pues intenta no hacerlo.

Junmyeon asintió.

—Y acerca del viaje...

—¿Cuál viaje? —Junmyeon preguntó con confusión.

—El que hacemos todos los años en estas fechas —ella le recordó suavemente—. El que reservamos hace meses.

Era cierto, siempre se iban de vacaciones cerca de la fecha de su aniversario, como una luna de miel anual.

—Lo siento, no lo recordaba, pero no creo que debamos hacerlo ahora.

—¿Por qué no? —su esposa preguntó casi alarmada.

—El... bebé...

Ella lo miró incrédula.

—El bebé ni siquiera ha nacido.

—Sí, pero no me gustaría irme sabiendo que algo puede pasar mientras no esté.

—Si algo sucede Jongdae puede llamarte y si es necesario tomas un vuelo de regreso.

—Pero...

—Oh, por dios —ella murmuró a punto de perder la paciencia—. Todo en lo que piensas últimamente es en ese niño; que el bebé esto, que el bebé lo otro, no te importa nada más... por eso no quería que contrataras a alguien...

Junmyeon la miró con confusión.

—¿Qué? Pero tú dijiste que estabas de acuerdo. Incluso fuiste tú quien eligió a Yixing.

—¡Porque no quería mostrarme tan insensible con tus deseos! La paternidad es tu sueño, Junmyeon, no el mío.

—¿Es decir que no quieres al bebé?

—¿Cómo puedo querer a alguien que ni siquiera ha nacido?

Junmyeon la observó incrédulo; estaban hablando de su hijo. Ella se llevó los dedos al puente de la nariz y suspiró.

—Perdón —musitó con lágrimas en sus ojos—. No es lo que quise decir, pero es algo difícil para mí. Ese hijo siempre será tuyo, pero nunca será realmente mío. Yo nunca sabré lo que se siente ser madre en realidad, llevar a un hijo en mis entrañas y amarlo desde el primer instante...

—Lo siento —Junmyeon dijo suavemente, sintiéndose culpable, y la rodeó con sus brazos—. Desearía, más que nada, que tú pudieras traer nuestros hijos al mundo.

—Fui yo quien falló...

—No es cierto, no digas eso —Junmyeon buscó su mirada—. No es tu culpa y te prometo que cuando el bebé nazca vas a enamorarte de él y serás la mejor madre del mundo.

—¿Eso crees? —ella lo miró luciendo esperanzada.

—Por supuesto —Junmyeon musitó y volvió a abrazarla.

Sin embargo, sin ser capaz de comprender la razón aún, Junmyeon se sintió deshonesto. Más que deshonesto, detestable; quería robarle su hijo a Yixing para dárselo a su esposa y llenar aquel espacio que la genética le había negado... No, Yixing había tomado una decisión por voluntad propia, había comprometido a su hijo incluso antes de tenerlo, cualquiera que fuera la razón, y el cumplimiento de su contrato no era sino su obligación. 

—Entiendo si quieres cancelar el viaje por ahora —su esposa murmuró, separándose suavemente—, si quieres podemos ir después, no hay problema.

Junmyeon pensó en decir que sí iba, pero sabía que no debía alejarse de Yixing.

—O también podría ir sola...

—¿Cómo vas a ir tú sola?

—Puedo pedirle a mi hermana que venga conmigo...

—¿Te parece bien?

—Claro.

—¿Estás segura? Siempre podemos cancelar e ir juntos después, podríamos llevar al bebé.

—Cancelar todo sería tedioso, cuando el bebé nazca podemos planear otro viaje, un destino más apropiado para bebés.

—De acuerdo.

—Tengo que irme ya.

Junmyeon asintió y la liberó.

—Te veo en la noche.

—No me esperes para cenar, después de la boutique iré a ver a mi hermana para convencerla de que venga conmigo.

—De acuerdo.

Cuando ella se marchó, Junmyeon se dejó caer en su cama y dejó que la marea de pensamientos lo absorbiera, pasados unos minutos solo tenía una cosa en mente.

Buscó el número de Yixing y le envió un texto.

¿Puedo cenar contigo esta noche?

Yixing leyó el mensaje de inmediato, pero tardó un par de minutos en responder, aunque en todo momento su estado había aparecido como "Escribiendo..."

Trae burritos.

Junmyeon suspiró y observó el techo por algunos minutos, sintiéndose muy tentado a buscar a Yixing en ese momento en lugar de esperar al anochecer.

No sabía bien a qué se debía esa necesidad que sentía por estar a su lado y aunque normalmente se excusaba diciéndose que solo quería estar cerca de su hijo, sabía que esa era solo parte de la verdad. Lo cierto era que también deseaba estar con Yixing, aunque no entendía bien por qué.

🌸

¿Puedo cenar contigo esta noche?

Yixing leyó el mensaje con el ceño fruncido y se apresuró a escribir.

¡NO! ¿Por qué crees que querría desperdiciar una noche de viernes viendo tu cara de idiota?

Yixing suspiró, borró su respuesta antes de enviarla y empezó de nuevo.

Disculpa, no estoy en casa...

No tengo que disculparme ni inventar excusas para no querer verte, idiota roba hijos...

Yixing lo borró de nuevo.

Trae burritos.

Yixing envió el mensaje y se acurrucó contra su almohada. Junmyeon no tenía la culpa de que los pantalones ya no le cerraran y de que ahora se sintiera obeso.

Su móvil vibró de nuevo. Esta vez se trataba de Minseok que le preguntaba cómo se encontraba.

—Min, ya no me quedan mis pantalones —Yixing dijo lastimeramente a la grabadora de voz—. Soy un gordo y Junmyeon debe tener la culpa, seguro pone engordantes en todo lo que me compra.

—No estás gordo, pero mi sobrino ha crecido mucho. ¿Por qué no vamos al centro comercial este fin de semana y buscamos ropa para embarazados? Al paso que voy, dentro de poco mis pantalones ya no van a cerrar tampoco.

—Somos unos gordos.

La respuesta de Minseok empezaba con una musical risa.

—Yo voy a ser un gordo caliente, Dios... todo lo que deseo es que Jongdae me de como cajón que no cierra.

El siguiente audio de Yixing también empezaba con una risa.

—Bueno, aprovechen, pero no me hables de eso.

—Lo siento. ¿Y tú? ¿No te has puesto cachondo?

—Sí, mucho, pero como no tengo con quien, me aguanto.

—Manuela debe estar trabajando horas extras...

Yixing iba a responder, pero una llamada entrante lo detuvo. Observó el número registrado a nombre de "Patán" y contestó.

—¿Sí?

—Yixing —Junmyeon lo saludó animado—. ¿Te parece bien si llevo todos los ingredientes y preparo los burritos yo mismo?

—Como quieras —Yixing musitó.

—¡Ah! —Junmyeon se quejó de una forma tan sugerente que hizo volar la imaginación del embarazado.

—¿Qué pasó? —Yixing preguntó en un hilo de voz.

—Estaba afeitándome y me corté con la navaja.

—Apunta a la yugular —Yixing murmuró.

Junmyeon rio suavemente.

Yixing no supo si era su propia calentura, pero la risa de Junmyeon al teléfono le pareció muy sensual.

—No gracias, estaba a punto de meterme a la ducha y solo llevo una toalla puesta. ¿Te imaginas que los forenses me encuentren desnudo en mi ducha? Qué vergüenza, prefiero morir con ropa de ser posible... ¿Sigues ahí?

Yixing soltó un lento suspiro e intentó deshacerse de la imagen mental antes de responder.

—Sí, solo estoy un poco ocupado —murmuró.

—Oh, disculpa, sigue en lo tuyo. Te veo en la noche, ten un buen día.

—Tú también —Yixing se obligó a responder antes de desconectar la llamada.

Dejó caer su móvil al colchón y fue consciente de la sangre acumulada en su pelvis. Puso sus almohadas contra el respaldar y se acomodó. Separó sus piernas y se acarició un poco por sobre la tela de la ropa interior. Suspiró pesadamente y cerró los ojos. Ni muerto lo admitiría, pero solo había un rostro en su mente. El rostro estúpidamente perfecto de un completo imposible al que detestaba con todo su ser, aunque en ese momento contradictoriamente estuviera usándolo como inspiración.

No tenía mucho tiempo, pues debía alistarse para ir a trabajar, así que fue al grano. Tiró rápidamente y dejó escapar uno que otro gemido. Pensar en ese imbécil estaba ayudando de verdad, pronto estuvo muy cerca de su orgasmo.

Y entonces su móvil empezó a sonar de nuevo.

🌸

—¿Yixing? —Junmyeon preguntó al no escuchar más que su pesada respiración.

—¿Qué? —Yixing respondió en un murmullo carente de aliento.

—Solo quería preguntarte si quieres que pase por ti cuando termine tu turno —Junmyeon preguntó.

—De acuerdo—Yixing musitó.

—De acuerdo.

Junmyeon iba a desconectar la llamada, pero la voz de Yixing lo detuvo.

—¿Junmyeon? 

—¿Si?

—¿Estás desnudo en tu ducha?

Junmyeon sonrió.

—Sí.

—Maldito depravado —Yixing siseó antes de desconectar la llamada.

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