Unique
No sabía dónde se encontraba en aquel momento pero por alguna razón su cuerpo se sentía pesado y adormilado. Su boca estaba seca, cada que pasaba su lengua para mojar sus labios los sentía agrietados y secos. Su cabeza no paraba girar; parecía como si estuviera en un interminable sube y baja.
Sus ojos ardían por lo que los abrió de poco a poco para poder observar dónde demonios estaba. Oscuridad. Solo había oscuridad en ese lugar y todo se debía a la fina y tersiopelada tela de color oscuro se encargaba de obstaculizarle la visión.
SooBin levantó su diestra en un movimiento brusco para remover ese pedazo de tela que le impedía ver, no obstante, un inesperado y fuerte tirón en su muñeca lo hizo detenerse. Alzó una ceja confundido sin saber el porqué sus brazos no podían ser levantados. Lo intentó nuevamente, ejerciendo está vez más fuerza que antes, pero el fuerte ardor lo hizo desistir nuevamente al sentir como una delgada cuerda apretaba y rasgaba sus muñecas.
"Pero, ¿Qué demonios?".- Soltó en voz alta al intentar por tercera vez y conseguir el mismo resultado, recibiendo agobiantes apretones contra su magullada piel. Cada que se movía los hilos aumentaban su agarre.
SooBin intentó de mover sus pies, pero estos, al igual que sus muñecas, estaban fijos. Parecían estar atados por algo que parecía sentírse como gruesas cadenas que tintineaban al mover sus extremidades inferiores.
Un sentimiento de agonía y pavor se instaló en su pecho. ¿Porque estaba encadenado? Y más que nada ¿Dónde demonios estaba?. El peli morado no recordaba mucho de lo que había pasado antes de despertar en aquella silla dentro de lo que parecía ser desolada habitación, cuyo interior parecía ser únicamente llenado con el tintineo de las cadenas a sus pies y el sonido que producia su erratuca respiración a causa de su creciente nerviosismo; al parecer su memoria se había puesto de acuerdo con la persona que lo había traído a aquel lugar para hacerle pasar un muy mal rato.
El chico encadenado a la silla dió varias respiraciones profundas para calmar su agitado corazón y su abrumada mente.
"Tranquilo" "Ten calma Choi SooBin. Esto debe de ser un sueño"
"Si es un sueño Hahaha"
"Pronto despertaré y me encontraré en la comodidad de mi cama"
"Todo está bien. Todo está.."
El sonido de una puerta abriéndose hizo que saliera de sus pensamientos y prestará atención a los lentos pasos que poco a poco iban acercándose hasta él. Aguardó silencio y no movió ni un solo músculo, solo escucho el tak tak que hacían los zapatos de la persona desconocida, que con astucia, lo había encerrado en ese lugar. Su oído se agudizó a tal punto de que pudo escuchar la respiración contraria cuando los pasos pararon a unos pocos centímetros a su espalda.
Aquella respiración era debil casi como si aquel ente a su espalda estuviera aguantando la respiración para no ser descubierto, para camuflarse con la nada que los rodeaba.
"¿Quien eres?".- Murmuró con voz mientras la figura seguía detrás de él. Esperó alguna respuesta pero está nunca llegó lo que le hizo volver a repetirla pero está vez con voz fuerte y enojada "¿Quien demonios eres? y "¿Por qué me tienes aquí?".- Bramó con voz llena de irá mientras forcejeaba con las cadenas y las cuerdas en sus extremidades.
El peli morado grito y estiró sus brazos y piernas hasta que su garganta dolió y pudo sentir el cálido líquido sanguíneo caer por sus rasguñadas muñecas hasta llegar al suelo, pero aún así solo el silencio era su respuesta.
SooBin dejó caer su cabeza sobre su pechos mientras respirando con agitación mientras apretaba sus manos.
No quería morir en ese lugar.
"Déjame ir".- suplicó está vez con voz queda y temblorosa. "Por favor".- Un nudo casi afixiante se formó en su garganta.
La misteriosa figura a sus espaldas nuevamente retomo su rumbo. SooBin creyó que se iría de la habitación, no obstante, los pasos se detuvieron al estar en su lado derecho, justo dónde su muñeca y dedos reposaba. cubiertos con una ligera capa de sangre.
Los vellos de su cuerpo se erizaron con terror al sentir que su muñeca era tomada por la mano del chico a su lado. Sabía que era uno puesto que su mano estaba siendo sostenida con fuerza como para ser de una mujer, además los dedos delgados delataban el no tener un dueño viejo.
Los falanges se amoldearon encima del corte aún sangrante,. sacándole a SooBin un jadeo lleno de dolor.
"Suéltame. Eso duele".- Jadeó al sentir como aquellos dedos se enterraban en la carne expuestas para después ser retirados.
Un sonido de lamida fue escuchado después de ese gesto.
"¿Que demonios?".- Pensó al notar la extraña acción.
Más, lo que le hizo en verdad paralizar del miedo fueron las palabras que el chico dijo mientras está vez lo falanges eran sustituidos por una cálida lengua, que con un movimiento sensual lamió la sangre que brotaba de las cortaduras. La carne que aún tenía piel resultó ser raspada por extraños cuerpos afilados que parecían estar pegados a los dientes de quién lamía su muñeca.
"Que desperdicio de sangre es dejar caer si quiera una gota"
SooBin intentó de apartar su diestra pero la fuerza del contrario era mayor. El no era alguien débil, pero la fuerza ejercida en su muñeca era tanta que al momento de forcejear un dolor infernal salió disparado hacía sus nervios. El agarre del desconocido dolió incluso más que las ligaduras que se abrazaban a ellas.
Puntos de color negro se hicieron presente en su visión. Sentía que se desmayaría si no era soltado pronto.
Su cabeza se inclinó hacia atrás, provocando la liberación de su muñeca y el mitigo de su dolor.
- "Ah ah ah. Aún no es momento de desmayarse".- Esa frase sonó juguetona, siendo acompañada por una suave risa.
Los pasos se volvieron a oír. El chico misterioso caminó hasta posarse en frente del chico ensillado. SooBin no pudo evitar encogerse en su lugar con algo de miedo. ¿Que planeaba hacer ese extraño tipo con él?.
"¿Q-quién eres?".- Demandó sintiendo como la voz se le iba por cada palabra que pronunciaba. Carraspeó en un intento por recuperar su voz pero está salió incluso más débil y temblorosa.- "¿Que es l-lo que quieres de mi?".- El miedo estaba en su sistema nervioso.
No hubo respuesta nuevamente pero está vez la suave mano del hombre tocó su mejilla, haciendo sobresaltarse debido a la inesperada acción. SooBin quiso apartarse pero un nuevo agarre en su muñeca lo hizo desistir.
El silencio invadió el ambiente por algunos minutos mientras ligeras y casi amables caricias fueron repartidas en sus mejillas. Los recorridos de lágrimas secas que había escapado de sus ojos y de la tela, fueron barridas con un pulgar.
SooBin no sabía lo que pasaba pero estaba seguro de que algo bueno no saldría de ello. ¿Acaso el tipo era un vendedor de órganos? ¿Alguna clase de loco fetichista? O ¿quizás era un violador en busca de nuevas víctimas?.
El sólo pensar en jamás volver a ver a su fanilia hizo que más lágrimas bajarán por sus mejillas mientras ahogados sollozos salían de sus labios.
No quería morir.
"No llores".- Demandó el misterios chico barriendo las nuevas lágrimas. "Mi intención no es hacerte daño si es lo que piensas. No vas a morir, así que tranquilo".- Respondió como si hubiera leído sus atormentados pensamientos.
Pero eso era imposible ¿No?
Solo entes sobrenaturales y criaturas paranormales podían hacer aquello; y ellos obviamente no existían.
¿No?
"O al menos trataré de que no duela mucho"
"¿Qué?"
El terror se hizo presente en todo su sistema haciéndolo retorcerse en la silla para alejarse del hombre frente a él. Gritó por ayuda varias veces. Dió patadas en el suelo. Incluso se esforzó en liberal su muñecas aunque una estuviera firmemente sujetada y la otra estuviera siendo desgarrada hasta el punto de sentir como la ligadura se incrustaba en su roja e irritada piel.
Si creía que lo mataría sin dar pelea aquel chico estaba equivocado.
"¡Suéltame maldito fenómeno!¡Si crees que no voy a dar pelea estás muy equivocado¡ ¡No sé que es lo que quieres o quien demonios eres pero suéltame de una maldita vez!"
Una tenue y suave risa se oyó a través de la habitación. ¿Acaso se estaba riendo de él?. O ya vería ese bastardo.
"¿Quién soy?".- Alfin una de sus tantas preguntas parecía haber sido escuchada. La tela fue quitada de sus ojos dandole vista al chico frente a él. "Eso es fácil de responder. Puedes llamarme BeomGyu, Choi SooBin"
Una descarga eléctrica paso por su columna al oír su nombre salir de esa teciopelada voz y perteneciente a ese bonito chico, quien parecía estar hecho de porcelana debido a sus finas y bellas facciones. ¿Por qué de repente sentía una hormigueo en todo su cuerpo?. SooBin sacudió la cabeza para que esa extraña sensación se fuera.
El chico frente a él apretó el agarre en su muñeca y la jalo provocando que todo el cuerpo del peli morado se inclinara hacia delante en una inútil búsqueda por balancer el tirón de la ligadura que aún de encontraba en su otra extremidad.
"Y ¿Que es lo que quiero?"
SooBin aguantó la respiración al sentir el aliento ajeno chocar contra su muñeca. Sintió como un diminuto beso era posado en su herida sangrante mientras, que las mismas filosas formas de antes, se incrustaban en su piel antes de que las siguientes palabras desatarán el peor de sus sufrimientos.
"A ti"
Solo esa simplemente respuesta desatado el peor de los dolores alguna vez experimentado para el chico amarrado en la silla. Su piel fue desgarrada por segunda vez en el día haciéndolo sollozar de dolor, más está vez no era a causa de las ligaduras en ellas sino eran a causa de largos y afilados colmillos que se hundían con fiereza en su roja piel expuesta.
SooBin forcejeó con el chico que subsionaba con fervor su sangre. Pateo, dió golpes al aire, incluso intentó de usar su zurda para poder propinarle un golpe, más las ligaduras aún presente en sus extremidades fueron apretadas con un solo movimiento de cabeza del chico que se alimentaba de su sangre. Soltó gritos desesperados, rogó, pidió por ayuda pero nada funcionó.
Nadie vino a su rescate.
SooBin lucho por varios minutos más hasta que su cuerpo comenzó a sentirse más pesado y atrolodado que antes. Su cabeza comenzó a darle vueltas y las náuseas hicieron su presencia. ¿Por qué de repente sentía que todo giraba a su alrededor?.
"B-basta".- Murmuró con voz queda mientras que con sus últimas fuerzas tomaba la muñeca que sostenía su diestra con firmeza.
La subsión en su vena paró. SooBin soltó un suspiro de alivio creyendo que la tortura pararía, no obstante, después de tomar varias respiraciones profundas y mirar al chico frente a él se dió cuenta de que no había parado por su súplica.
Esos ojos dorados casi como si fueran oro del más puro, quienes eran acompañados por una sonrisa casi infantil y juguetona pero que a la vez era terrorífica a causa de las gotas de sangre fresca que caía por los blancos/ carmesí colmillos del chico, lo hicieron temblar en su lugar con miedo.
Con la lengua adormilado y el corazón latiendole a mil SooBin comenzó a suplicar.- "Por favor déjame ir. Y-ya tuviste lo que quisiste. T-tu ya...".- Tuvo que tragar varias veces al ver cómo el contrario soltaba su muñeca y acomodaba su elegante traje. El chico frente a él tomó asiento en sus piernas observado sus movimientos con atención.
"Yo ¿que?".- Cuestionó mientras posaba su diestra en su hombro; salpicando la camisa con la sangre que aún se encontraba fresca en su palma.- "¿Ya tomé lo suficiente?".- Completo para el peli morado quien parecía mudo ante su cercanía.
BeomGyu soltó una diminuta risa mientras delineaba con su dedo índice el cuello expuesto del mayor. Rió un poco más al ver cómo el contrario intentaba de apartarse de su toque sin mucho éxito. Con dos dedos hizo una caminaba imaginaria por la piel del lechoso cuello.
"¿Crees que esa pequeña dosis es suficiente para mi, Choi SooBin?".- El mencionado sintió como los delgados dedos jugaban cerca de su yugular. Trago duro. BeomGyu al ver está reacción se acercó mas- "¿Lo crees?".- SooBin encogió su cuello provocando la risa del chico en su regazo.
El pelinegro tomó a SooBin de la barbilla y sonrió casi con ternura mientras apretaba su mandíbula y lo hacía estirar involuntariamente el cuello dejando su yugular nuevamente expuesta para el chico de filosos y peligrosos colmillos.
SooBin aguantó la respiración al sentir como el chico se acercaba a su cuello. Sintió el roce de los colmillos contra su piel y saltó en su lugar, cualquier intento de escape viendose afectado por sus rígidos músculos.
"¿De verdad crees que es suficiente, Binnie?".- El nombrado cerro los ojos preparándose para el dolor que vendría después pero jamás llegó, en su lugar un diminuto beso fue depositado en el lugar. Haciendo que girará un poco su cabeza para poder ver al chico que le sonreía con gracia.
"Me temo que no lo es".- Respondió por el con una gran sonrisa.- "Jamás lo es"- El chico ensacho su sonrisa para después de un solo empujón volver a tirar del cuello del peli morado; clavando finalmente sus colmillos dentro de la pálida piel.
SooBin dió un alarido de dolor y apretó los ojos lo más que pudo. Sus pies y manos se movieron pero no lo suficiente como para tocar al chico quien sujetaba sus hombros con una fuerza inhumana. Sus ojos de fueron hacia atrás y su cuello se tensó.
Podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su caja torácica. Quizás latía de esa manera por el miedo o por la llana razón de estar siendo obligado a bombear sangre con mucha velocidad. SooBin no estaba seguro. Pero el pensamiento de que en algún momento saldría disparado de su pecho no tardó en invadir su mente. Su vista se tornaba cada ve más borrosa.
Su visión era opacada por puntos negros que lo hacían marearse más de lo que ya estaba. Las náuseas volvieron con más fuerza pero por alguna extraña razón su estómago se negaba a deshacerse de su desayuno. Sus músculos se pusieron rígidos.
No pudo gritar puesto que su garganta se seco de inmediato. No podía respirar. Sentía sus pulmones quemar en busca de oxígeno. SooBin pudo sentir su camisa siendo empapada por su propia sangre, la cuál resbalada de los suaves labios del pelinegro. Se sentían cálidos.
SooBin dejó caer como un peso muerto todo su cuerpo en la silla. Su corazón latía un poco más lento que antes. Sentía como su vida se iba en cada molécula de sangre que era subsionada.
Su propio aliento dejó de ser raquítico para convertirse en uno lento; casi pausado. Sus manos dejaron de sostener los apolladeras de la silla para caer sin vida a cada lado de su cuerpo. Sin la necesidad de que fuera sostenida su cabeza cayó hacia la derecha.
Moriría en manos de eso chico. Estaba seguro.
"P-por que me haces esto?".- Su voz se oyó como un murmuró casi inetedible. BeomGyu dió un último sorbo a su sangre antes de observarlo con una gran sonrisa sangrienta.
"Eso ya te lo respondí".- Comentó tranquilamente mientras se limpiaba un poco con la manga de su chaqueta negra. Tomó la mejilla del contrario y depósito un beso en su mejilla. Hubiera sido tierno para SooBin si solo quien lo estuviera haciendo no fuera un monstruo chupa sangre.
BeomGyu acaricio su mejilla con delicadeza. Lo observó por unos minutos meditando sus deseos más profundos. El tenía una razón para lo que hacia. Era sencilla.- "Quiero todo de ti, SooBinnie..... Hasta la última gota"
Y así sus labios se unieron con los de SooBin en una profundo beso dónde la sangre y saliva se hicieron una. BeomGyu mordió varias veces con sus colmillos los finos labios contrarios para que sangraran y siguiera alimentándose provovando gemidos ahogados que se perdían en medio de sus labios.
BeomGyu al separarse vio por última vez los pequeños ojos de SooBin, sonriendo al recibir una diminuta y cansina sonrisa.
El chico había caído por él.
Compartió la misma sonrisa antes de atacar nuevamente su cuello para saborear hasta la última gota de aquella dulce sangre perteneciente a su única y valiosa presa; quien cerro por última vez sus ojos dejándose llevar a su muerte.
BeomGyu saboreo hasta la última gota de sangre de aquella presa dulce a adictiva llamado Choi SooBin.
- "Ahora eres totalmente mío"
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Ahre
Ni c pq últimamente escribo tanto aghgshs
Btw no c que fue esto But como me gustó el resultado lo publico
Tenia que hacer algo si o si con el SooGyu pq desde Puma los shippeo xD
Yo y mis shipps raras
Anyways~
Se les quiere
Bye
- Yanii 🐰
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