el olvidado
Miro nuevamente su copa para encontrar otro método a sus problemas, Perú estaba quejándose.
A pesar de ser un gran país y tener de hombre a un señor admirado por todo el continente. Gran Colombia tenía sus miedos y necesidades en cuanto a su mente.
Estuvo nervioso cuanto se enfrentó contra aquel imperio pero el miedo desapareció cuando vio la actitud de el español.
No fue mucho cuando el imperio lo declaró propiedad suya y inventaba la excusa para pelear o más bien para coquetearle, Dios . Cuanto odiaba la actitud de don juan del español.
– ¿ Pasa algo?.
Se despertó de aquel pensamiento pero miro con una sonrisa a su compañero,– ¿ has tenido una persona que odies y temes más que nada ?.
Peru no supo contestar,no odiaba a nadie por ahora,– no tengo ha nadie que odie señor.
Se despidió y se fue a su cas para ver como estaba aquel nuevo objeto suyo, Sabia que se había encontrado con Francia y españa salió herido para enfrentarlos a ellos.
Miro nuevamente a el español encadenado para verlo más de frente. Su pelo castaño y sus ojos dorados, era demasiado bonito y una actitud que odiaba.
Se acomodó entre sus piernas despertando al imperio por el agarre de las cadenas, despertó.
Lo primero que hizo la española fue sonreírle con esas típicas sonrisas que siempre tenía.
– ¿ Que miras?.
– Obviamente a la única persona de esta casa, obviamente a ti.
La española se río al ver que la Gran Colombia desvió la mirada avergonzado, Se sonrojo. Tomo un plato y libero un poco aquellas cadenas.
– ¿ Que es eso?.
El independentista no dijo nada. Agarro la cuchara tratando de ponerla en la boca del imperio.
Para su sorpresa esta no se trató de rebelarse contra el.
El indio tomó otro te preocupado, ¿ dónde está?. Obviamente no quería molestar a México con preguntas de su madre.
Miro el día m,totalmente soleado. Miro a su gente y les sonrió.
Pero no dejaba de sentir aquella sensación de peligro.
Tomo otro trago tratando imaginar que el imperio estaba bien.
Alguien tocó a su puerta.
‐– Hi, have you seen Spain?–.
El imperio Inglés no le dirigía por su nombre y ignoraba su persona varias veces , tal vez por que era indio.
Suspiro.
– No yo no lo e visto señ...–.
Cuando el indio no tenía idea sobre el español el imperio británico ya no estaba interesado en el, típico. Tomo el barco preocupado.
– Ojalá estés bien señora España.
Como se equivocaba.
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