Cuando se acaba la pasión

Al día siguiente Jimin se levantó, desayunó con sus suegros como era normal y esperó por la llegada de Suga; este lucía una túnica de color rosa pálido y su cabello era adornado por pasadores dorados cubiertos con gemas y diamantes. Al ser visto por sus padres supieron enseguida de lo que se trataba, suadre fue la primera en acercarse con la intensión de abofetearlo pero este acto fue detenido por Agust.

— ¿Qué habéis hecho? Esto no es lo que habíamos planeado para tí, eres una deshonra para la familia.

— No madre, vosotros queríais casarme sin mi consentimiento por eso me habéis llevado a esto.

La vestimenta y los adornos que llevaba Suga lo hacían ver como el concubino real, el amante del emperador. La ceremonia fue algo clandestina, ya que eran conscientes de que sus padres se opondrían, por lo que sus únicos testigos fueron sus más cercanos amigos. Jimin actuó en nombre de Suga, mientras que el secretario Jeon y su esposo, el doncel Taehyung, representaron a Agust. Aunque fue una ceremonia secreta, estuvo llena de amor verdadero. Al finalizar, todos se retiraron para dejar a la feliz pareja disfrutar de su amor libremente.

Ahora estaban delante de sus padres enfrentándolos juntos.

— Hijo, es tu hermano y ahora se pasea luciendo las vestimentas de concubino real, esto nos traerá problemas. Nosotros ya empezamos a pactar su boda, ¿qué se supone que haremos ahora?

— Romper el enlace, Suga no se irá de este reino y si su presencia tanto os incomoda y avergüenza entonces sois libres de marcharos a otra ala del reino o a cualquier otro lugar.

— Min Agust, respétanos, somos tus padres y como tales debes acatar nuestra órdenes.

— Padre, yo soy el emperador; nadie está por encima de mí, no lo olvides. Además, de acuerdo con las leyes imperiales, tengo la libertad de decidir quién puede ingresar en mi concubinato y mis concubinos quedan escentos de cualquier compromiso; su deber es únicamente con su emperador que los ha tomado bajo su protección. Suga vivirá aquí en palacio, el ala norte pertenecerá únicamente a él y nadie puede oponerse o esto significará un desacato al emperador y su expulsión del reino o la muerte.

Cuando terminó de hablar, tomó la mano de Suga y entraron en el palacio, ya todo estaba arreglado para ambos. Se decretaron dos semanas festivas por el enlace con su concubino y se dio a cada habitante del reino un presente monetario en nombre de la pareja.

Jennie Al enterarse de la noticia quiso ir a descubrir quién se hospedaba en el ala norte pero dos guardias le prohibieron el paso. Sintiéndose menospreciada por su marido, se dirigió a su despacho e ingresó hecha una furia.

— ¿Qué significa esto? ¿Acaso quieres burlarte de mí?

— ¿Quién te permitió entrar?

— ¡Soy tu esposa, nadie me puede negar la entrada a tu despacho!

— Yo sí, nadie puede entrar si yo no lo permito, así que sal inmediatamente.

— Dime quién es la maldita zorra por la que me dejado. Por eso nunca me has tocado, porque te ibas a revolcar con esa cualquiera y para colmo la traes a vivir aquí.

— Te he dicho que te largues y no pienso tolerar que le faltes al respeto.

— Es una maldita ramera y voy a sacarla de tu vida, ya lo verás. Solo quiere tener la oportunidad de quedarse con lo que me pertenece.

— ¿Tú te escuchas? Eres patética y una oportunista que solo mira por sus intereses— habló detrás suyo Suga, quien había ingresado en el despacho debido a los gritos.

— Nadie te ha pedido tu maldita opinión cuñado, está es una conversación privada de un matrimonio.

— Ya me cansé.

Sin esperar más Suga agarró a Jennie del brazo y la sacó del despacho de Agust, antes de cerrar la puerta avisó a los guardias que la escoltarán a su dormitorio y que vigilarán que no saliera de este.

— Es tan ridícula, cada día la soporto menos; ya quiero que se pase el tiempo y se rompa el compromiso.

— No te alteres por ella, ven aquí— Agust estiró la mano para hacer que Suga se sentará en sus piernas— ahora dime, ¿a qué debo el honor de que me visites?

— Bueno, digamos que ya te extrañaba y quise venir a verte.

— Bueno, yo que recuerde hace solo un par de horas que estuvimos juntos durmiendo; ¿tanto te hago falta?

— Siempre te necesito cerca, para poder besarte, abrazarte y sentir tu calor.

— Vaya, parece que el frío Min Suga se volvió alguien muy sensible cuando se enamora.

— Nunca he sido frío, ese es el cabezota de Yoongi.

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