Concubino Real

— Baja esa daga Yoongi, si te atreves a amenazar a Suga; yo no dudaré en darte muerte con mis propias manos.

Agust había llegado a tiempo para defender al menor de los tres. Yoongi retrocedió guardando su daga; en ese momento ingresaba la madre de los tres con una sonrisa en la cara.

— Que bueno que los tres estáis aquí, os traigo buenas noticias.

— Dinos madre, ¿que te trae tan alegre por aquí?

— Hace algunos meses, tu padre envió una invitación a nuestros vecinos del norte, y recientemente hemos recibido su respuesta. Han aceptado unir en matrimonio a su primogénito con Suga; vendrán la próxima semana para la ceremonia.

— No es posible, madre, ni siquiera conozco a esas personas como para casarme con alguien.

— No, hijo, así es mejor, ya asustaste a tus anteriores candidatos; tu padre ha tomado la decisión y no hay marcha atrás. Debo irme, necesito preparar todo para su llegada.

— Mira hermanito, te doy la bienvenida al club de la desdicha familiar.

— Lárgate Yoongi con tus bromas donde tú amante.

Yoongi salió de la sala, dejando a Agust y a Suga solos. Justo antes de que el mayor atravesara la puerta, Suga lo detuvo.

— No quiero casarme.

— Suga, ya has oído a nuestra madre, padre ha decidido que te cases, nadie puede hacer nada.

— Agust, yo no amo a esa persona. Ni siquiera lo conozco.

— Lo sé, pero nadie puede interferir en esa decisión.

— Tú, sí.

— ¿Cómo?

— Tómame.

—¿Qué?

— Tómame como tu concubino.

— ¿Qué dices?

— Si tú me tomas como tu concubino, nuestros padres no podrán negarse.

— Pero somos hermanos, esto sería una locura; además tú no aceptarías pasar a ser mi amante.

— Claro que sí, desde hace mucho tiempo he estado secretamente enamorado de tí; pero si tú no sientes lo mismo que yo, lo entiendo y aceptaré lo que padre tiene destinado para mí.

Antes de que pudiera abandonar la habitación Agust lo atrajo a sus brazos y lo besó apasionadamente, era un beso ansioso por probar los labios ajenos, al cual Suga gustosamente correspondió.

— Te amo Suga, me volvería loco si alguien más te tiene.

— No seré de nadie más que tuyo, pero quiero que me tomes.

Acatando lo pedido hizo que enredara sus piernas en su cintura y lo subió encima de la mesa; ahí empezó a desvestirlo despojándolo de la túnica que llevaba hasta que quedó completamente desnudo. En ese momento comenzó a descender sus besos por el cuello deteniéndose juguetonamente en los pezones contrarios; los cuales eran empujados a su boca cuando Suga arqueó la espalda para darle mayor acceso.

Mientras sus manos comenzaron a bombear su miembro y acariciar su entrada; llevó dos dedos a la boca de Suga para que los lubricara, una vez estos estaban lo suficientemente mojados los llevo a la entrada contraria y los deslizó cuidadosamente en su interior aunque un principio los jadeos fueron adoloridos conforme este se iba acostumbrando a la intromisión pasaron a ser gemidos placenteros en el oído contrario; algo que encendía mucho más a Agust quien ya no aguantaba más por lo que se desvistió urgidamente, dejando ver su erecto miembro goteando líquido preseminal. Sin decir nada Suga se acostó de espaldas en la mesa dejando su cabeza fuera de esta, acercó el miembro de Agust a su boca dando primero lamidas antes de introducirlo al completo en esta.

Agust por su parte echaba la cabeza hacia atrás, la vista de su hermano en la mesa tumbado masturbándose mientras chupaba su miembro era increíble; por momentos sentía que estaba próximo a correrse por lo que detuvo a Suga y le dio la vuelta dejandolo sentado en la mesa. Sus labios se buscaron en un beso húmedo donde sus salivas y el sabor del miembro de Agust se unieron, mientras Suga alineó el miembro ajeno en su entrada, enredó sus piernas en la cintura contraria y comenzó a autopenetrarse; Agust lo detuvo un poco, no quería hacerle daño al ser su primera vez por lo que estuvieron en esa posición intercambiando besos hasta que el interior de Suga se acostumbrara.

Cuando esté movió su caderas le dio la aprobación a Agust para que comenzara a embestirlo. Aunque las embestidas comenzaron siendo lentas y profundas conforme pasaba el tiempo se fueron transformando embestidas rápidas y rudas por petición del menor; el cual, para ese momento, era un amasijo de gemidos mientras sus labios seguían entrelazados con los contrarios en una guerra de lenguas en la que claramente el mayor al tener más experiencia estaba ganando, mientras iba explorando la boca ajena.

El miembro de Suga con el roce en el abdomen de Agust era masturbado duramente al mismo ritmo que su entrada era penetrada impaciblemente con bastante rudeza tratando de llevarlos a ambos al orgasmo.

Una vez ambos se corrieron, se mantuvieron abrazados, tratando de recomponerse; sentían sus corazones latiendo desbocados y su respiración acelerada. Agust colocó su dedo en su abdomen y comenzó a untarlo con el líquido blanco y espeso que lo envolvía, para después llevarlo a su boca y degustarlo; acción que cohibió a Suga quien lo observaba con sus mejillas enrojecidas.

— No hagas eso.

— Porqué, si tu sabor me gusta.

— Por Dios Agust, como sigas así creo que vamos a romper el escritorio.

— Me encantaría romperlo si eso significa seguir disfrutando de este momento contigo.

— Ya Agust, tenemos que salir de aquí antes de que alguien nos encuentre aquí.

— Eres mi concubino, a partir de ahora podré tenerte las veces que queramos. No voy a dejarte ir ahora que sé que tú también sientes lo mismo que yo.

— Agust, te amo y sé que esto no esta bien pero no quiero estar con nadie que no seas tú y si esto significa ser tu amante, lo aceptaré.

Suga bajó su mirada sabiendo que jamás estaría al completo su amor, solo sería el tercero en discordia ya que él estaba casado.

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