Jimin estaba enfadado, no solo recibió insultos de Jennie sino que le recalcó que ella era más importante para Yoongi que él; por ese motivo decidió sacarla del despacho.

— Creo que te has dejado a alguien— dijo Yoongi señalando a Suga quien veía divertido a su amigo hasta ese momento.

— No, yo me quedo como apoyo a mi mejor amigo— protestó Suga apuntando a su hermano con la vara.

— Suga, por favor. Enseguida salgo, solo espérame fuera, ¿si?

Acatando lo pedido el doncel salió de la habitación, tan pronto como lo hizo Jimin cerró con llave la puerta; momento que aprovechó Yoongi para apresarlo contra la puerta, cuando este quiso darse cuenta tenía el cuerpo contrario inmovilizándolo.

—¿Qué es lo que quieres?

— Te quiero a tí, sé que es algo que no merezco pero solo te quiero a tí, quiero a mi esposo.

— ¿Me quieres a mí, Yoongi? ¿O quieres que volvamos a tener relaciones sexuales? Porque si es eso ya te puedes ir olvidando, nunca más volveré a dejar que me toques.

— no es eso, no lo entiendes..., yo te quiero a ti a mi lado. No tiene nada que ver con el hecho de que te haya desposado.

— Si no es así entonces ¿por qué me arrastrastes a tu cama y empezaste a besarme de esa manera?

—Yo..., es un poco difícil de explicar Te estuve buscando todo el tiempo y no supe nada de ti; al verte salir de esa área, solo quise volver a besarte. No es que desconfíe de ti, pero me sentí inseguro al verte salir específicamente de esa zona.

—¿ Te pusiste celoso al verme salir del ala donde se encuentra Suga?

— No fue precisamente por él sino por lo que significa estar ahí. Es el ala donde está el concubinato del emperador.

—Ah, entonces me consideras un promiscuo como tú y pensaste que me fui a entregar a tu hermano igual que su esposa se entregó a tí— la mano de Jimin volvió a impactar en la cara de Yoongi dejando la pequeña huella de esta señalada de rojo en su rostro— no voy a tolerar que vuelvas a faltarme el respeto Yoongi, yo jamás te he sido infiel como lo eres tú conmigo y con tu hermano. No sé por quién me has tomado pero jamás sería alguien desleal como tú.

Abrió la puerta y la cerró azotándola a su marcha, cuando quiso ir tras él Jennie se lo impidió haciendo que volviese a entrar al despacho.

— Al fin se fue ese incordio, no quiero volver a verlo cerca tuyo. ¿Por qué no lo devuelves a su reino y vivimos tranquilos los dos?— dijo de manera dulce y coqueta comenzando a aflojar la ropa contraria— te veo muy estresado, debería ayudarte a sentirte mejor.

Para ese momento Jennie ya se había deslizado hasta quedar de rodillas frente a Yoongi, pero este lejos de seguir la detuvo alejándola.

— Detente.

— Solo quiero relajarte, deja que te demuestre lo que estoy dispuesta a hacer por tí.

— No, no quiero nada de tí. Lo nuestro no tiene futuro, además ya me harté de esperar ser uno más en tu cama— la cara de Jennie estaba roja por el enfado, iba a replicar pero Yoongi la paró en seco— ¿me creías más idiota? Siempre supe que no era el único en tu cama y sobre todo que solo me usabas con un fin. Así que mejor deja de humillarte y sal de este despacho.

Sin decir nada, Jennie salió echa una furia y directa a su dormitorio; no podía creer que Yoongi se hubiera dado cuenta que estaba asegurando su futuro como esposa del emperador.