Único
Dedicado a mi Baby Boy wif111_
Era la noche de Halloween y João estaba emocionado por la fiesta a la que había sido invitado. Se había disfrazado de vampiro y estaba listo para divertirse.
Tan solo llegar, pudo percatarse de que el lugar se encontraba lleno, estaba abarrotado había chicos que, literalmente se estaban comiendo la boca, otros sin pudor alguno se restregaban entre sí.
–¿Será que Pedri ya habrá llegado?–Se pregunta a si mismo, se supone que su novio y él debían encontrarse ahí, era la casa de Feran el mejor amigo de Pedri.
–Bien, beberé un poco hasta que llegue, después el desgraciado no me dejará.
Era solo "un poco", sin embargo, después de tomar un par de copas, se encontró perdido por los pasillos de la casa, abria puertas buscando el baño, una vez encontrado este y haber hecho sus necesidades volvió.
Mientras intentaba encontrar su camino de regreso a la fiesta, fue jalado hacia una de las habitaciones.
–¿Qué estás haciendo aquí? Te estuve buscando desde hace media hora.–Dijo Pedri, había llegado hace poco e intento llamar a su novio, pero lo mandaba a buzón.
–Estoy perdido.–Respondió João.–No sé cómo llegué aquí.
Pedri lo miró fijamente y luego lo jalo, haciendo que el pecho del omega chocarse con el del Alfa.
No se contuvo, le deboro la boca a su lindo novio, era lo que más quería desde que lo vio vestido así.
La mezcla de sus aromas era envolvente, embriagante. Inundaba cada rincón de la habitación.
Pedri lo empujo de apoco para terminar en la cama, con su omega debajo de él.
–No sabes lo que provoca ese disfraz en mi.–Susurro en el oído del omega, que con un poco de lucidez vio que el disfraz de su Alfa irónicamente era el de un lobo.
–¿El lobo feroz me va a lastimar?
–El lobo va a devorarte.
Restregando sus cuerpos contra el colchón.
–João, te amo mucho...–Murmuró Pedri con voz baja, ronca mientras hunde su rostro en su cuello.
El aroma de sus feromonas mezcladas es más intensa ahí, debido a la marca de unión que había puesto en su cuello hacia un año.
–Yo también te amo mucho, Pepi...–Respondió el omega con voz ahogada.
Sentir el peso de su Alfa sobre él le reconfortaba, le hacía sentir seguro.
–Ven... Levántate.–Murmuró, levantándose lo suficiente para que su Omega pudiera sentarse en su regazo.
João lo hizo.
Enredando inmediatamente sus brazos alrededor de su cuello.
Pedri sonrió, y jadeó bajo cuando su entrepierna ya despierta se restregó sin intención contra su trasero mojado.
–¿Deberíamos follar ya?
–Solo mimame un poco más antes de que hagas un desastre de mi.–Dijo.
Y Pedri sonrió, asintiendo y procediendo a darle los respectivos mimos para después destrozarle el culo, eso sí, con protección porque aún no es tiempo para cachorros.
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