Capítulo ocho


Para Yoongi llegó el día que más odiaba, el día de la feria, pero ya no puede retractarse porque si no Jimin hará el berrinche de año. Ya eran las 5:30 de la tarde, hora acordada para ir a recogerlo; tocó el timbre de la casa escuchando pisadas de alguien bajando de la escaleras. La entrada fue abierta por un lindo castañito de grandes ojos color avellana.

—¡Yoonie! ¡Estoy muy emocionadito! —luego se tiró a los fornidos brazos del azabache.

—Si, igual yo. —que gran mentira, pero no por eso iba a apagar la felicidad de su pareja.

—Entonces vamos.

Los chicos se encaminaron hacia la motocicleta. Yoongi le entregó un casco al menor por seguridad. —Ten, usa esto.

—No te preocupes por mi, es mejor que tú estés bien. —Jimin viró los ojos, como odiaba que dijera eso— Solo úsalo.

El castañito suspiró pero hizo caso al pedido del pálido, luego se subió a la Harley rodeando las caderas de Yoongi y reposando su cabeza en su espalda. Posteriormente el azabache se dispuso a conducir de manera rápida, amaba la velocidad y sabía que jimin también.

Instantes después se hallaban ya en la fila para comprar los boletos. —Buenas tardes, dos boletos por favor. —dijo Yoongi cuando fue su turno.

—Hyung. —el menor tiró de su chaqueta para llamar su atención— Prometeme que si siento miedo, no me soltaras Yoonie.

El mayor solo lo acercó rodeando su cintura. —Te lo prometo mi bebé precioso. —responde dándole un lindo beso dulce.

El de la taquilla le entregó los boletos, al agradecer los jóvenes se dirigen a la montaña rusa, tomando asiento y Jimin no podía estar más nervioso.

—Tranquilo, estoy contigo mi amor. —aseguró el pálido al menor para que este se tranquilice un poco.

Para se sinceros Min también estaba un poco nervioso, jamás le gustaron este tipo de cosas y eso el castañito lo notó. —Igualmente estaré para ti. —entrelazó sus manos cuando el juego empezó a maquinar.

Al bajar el menor no puedo estar más agradecido con el destino de haber quedado vivo.

—Eres un hermoso bebé dramatico. —sus manos nunca dejaron de soltarse y ambos gratificaban eso.

—Tú no te quedas atrás Hyungie, acepta que igual que yo tenías miedieto.

—Okay, okay quizá un poquito pero muy poquito. —hizo seña con su pulgar e índice.

De forma seguida caminaron por la feria, el menor sintió una gran emoción al ver el carrusel. —¡Oh, Yoonie! ¡Quiero subir ahí por favor, por favor! —insiste uniendo sus manos en manera de súplica para que el azabache no le quedara más remedio que solo asentir.

No podía decirle que no a su pequeño novio, amaba verlo sonreír, su único objetivo era verlo siempre feliz y lo haría hasta que dejara de respirar.

Al ver a su tierno niño mimado subir emocionado al carrusel, saco su teléfono y grabó cada instante en que el menor sonreía montado en su caballito, dando vueltas sin cesar.

—Eres todo para mí Minie. —dice para si mismo, observando la hermosa escena frente a sus ojos.

Y así se la pasaron el resto de la tarde hasta el anochecer, jugando y comiendo. Min Yoongi estaba seguro que un lugar tan concurrido nunca le agradaría pero si está Park Jimin todo sitio se vuelve tan colorido con su hermosa forma de ser.

Espero y les guste el capítulo.

♡♡.

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