capitulo unico

— " Te ves como la mierda " —.

Fue el saludo que ese día tuvo al entrar a la tienda de mascotas.

Hanemiya Kazutora lo miraba burlonamente.

El pelinegro bufo.

— " Buenos días a ti también " —.

Camino hacia la parte de atrás, en dónde estaban los gatitos, quienes al verlo empezaron un maullido colectivo, Keisuke se emociono, y empezó a acariciar a todos los que se restregaban en sus tobillos.

— " ¿Otra vez te vienes a esconder aquí? " —.

— " No me estoy escondiendo " —.

Kazutora lo miro como si fuera un idiota.

El pelinegro lo miro mal.

— " que hiciste mal está vez " —.

Baji rechino los dientes, molesto consigo mismo y con la situación.

Dejo de acariciar a los gatos, mirando seriamente a su amigo, quien ya se espera algo grave en la relación de su casi hermano, preparado para dar el apoyo moral y emocional.

— " El quería una ración de taiyakis..... Se lo  negué " —.

Kazutora frunció el ceño, mirando al pelinegro, quien soltó un suspiro molesto.

— " Me corrió " —. Esquivo rápidamente un peligroso y veloz bolígrafo.

— " Imbécil, estaba preparado para ofrecerte asilo en mi casa y seas eternamente la tercera rueda en mi nido de amor con Chifuyu " —.

— " ¡Oye! " —.

Ya más tranquilos, ambos fueron hacia la parte de área de descanso, Kazutora puso a preparar café, mientras Baji se sentaba en el pequeño sofá.

— " Entonces, ¿Cuando tienes permitido regresar? " —.

— " Cuando le lleve su ración de taiyakis " —.

Kazutora emitió un pequeño asentimiento con la cabeza, sirviendo el café en dos tazas en conjunto con imágenes de gatos, regalo de Chifuyu.

— " Por que se los negaste para empezar " —.

Baji se quedó en silencio, sin atreverse a dejar que su amigo se burlara de el, la razón era algo tonta, (para los demás, jamás para el).

Y es que a pesar de los años, y sabiendo que aquellos nunca pasaría, siempre le terminaba por molestar hasta el punto de castigar a su enano negandole sus deseados dulces, y con el embarazo se volvió aun más posesivo, (algo que a Mikey le encanta, mas aún en la intimidad), es algo con lo que trata de lidiar, pero le es imposible hasta cierto punto, Baji dejo de molestarse con eso cuando su enano le admitió que eso le encantaba de el.

Pero aún así es molesto, por qué hay veces en las que como ahora, tiene que estar lejos de su endemoniado enano, ya que los castigos del rubio pequeño son esos, lo priva de su presencia.

— " Me puse celoso de Draken, y lo castigue negando sus dulces " —. Para esta etapa de la vida, Baji ya no se guardaba tantas cosas con tal de salir bien de la situación, aún si es demasiado vergonzoso admitir a sus 29 años que se sigue poniendo celoso de su amigo tatuado. Quien fue un ex de su esposo, cuando recuerda eso Baji, la vergüenza se le va y le da más razón a sus celos.

Kazutora le dió su taza con café, y tomo de la suya, Baji lo imitó, saboreando el rico sabor de la cafeína, sin poder evitarlo un suspiro de satisfacción lo hizo olvidarse por un momento de su situación.

Kazutora miro en silencio a su mejor amigo y hermano.

— " Lo tienes bastante mimado " —.

— " Oh, cállate " —.

En silencio Baji agradeció a Kazutora.

Así era su amistad, Baji no necesitaba consejos ni palabras de ánimo, Kazutora de todas formas no sabía muchas, siempre que alguno de los dos tenia problemas, solo dejaban al contrario soltarlas, y ya.

Baji miro la hora en el reloj de la pared.

Su celular sonó, le había llegado un mensaje.

"Vuelve rápido Ed".

Sin poder evitarlo sonrió.

— " Gracias Tora, pero ya me tengo que ir " —.

El contrario solo sonrió, divertido de presenciar como el matrimonio Baji-Sano no podía estar enojado en uno con el otro por demasiado tiempo.

— " Mándale saludos de mi parte, dile que siga tomando la leche, hay posibilidades de que pegue un estirón a su edad " —.

— " No me culpes si viene a verte solo para desnucarte " —.

Sin más Baji salió de la tienda.

Kazutora soltó un suspiro.

— " Creo que va siendo hora de ponerle mi apellido a mi gatito " —.

Con una sonrisa, se levantó para continuar trabajando.
















                          💓BajiKey💓

Apenas ingreso a su hogar, fue rápidamente abrazado, el pequeño rubio envolvió sus extremidades con sus brazos y piernas, dejandolo sin escapatoria.

— " Por que tardaste tanto, idiota " —.

Termino de cerrar la puerta, con su mano desocupada de una bolsa con taiyakis, tomo la cintura del rubio, y camino hacia su sala, terminando sentado en el sofá, Mikey aún no lo soltaba.

— " Me equivoqué, si había algo de fila en la tienda " —. El rubio separó su rostro del cuello del más alto, viendo de reojo la bolsa que estaba aún agarrada por Baji.

Sus ojitos se pusieron brillosos, se separó con cuidado, aún sentado en el regazo de su esposo, mirándolo con una grande sonrisa.

— " Perdonado " —. Termino con un beso en los labios.

Baji suspiro con alivio, salvado de dormir esa noche en el sofá.

Mikey tomo la bolsa, sacando rápidamente su dulce para llevarselo a la boca.

Baji mientras tanto, acariciaba con demasiado amor y cariño la pancita redonda de 7 meses de Mikey, quien pese a los años, seguía sonrojándose por actos como estos de su esposo.

Ambos se sumergieron en un cómodo silencio.

Mikey de vez en cuando llevaba pedazos del dulce a la boca contraria, las caricias en su vientre no pararon, y se sumaron besos por todo su rostro, sacándole una que otra sonrisa ante las pequeñas cosquillas que sentía.

Baji amaba estos momentos.

Amaba cada pequeño momento junto a ese enano (ahora pelinegro), quien siempre le hacia berrinche por cada negativa a sus antojos extremadamente dulces, quien le hacia despertar en las peores horas de la madrugada para saciar su hambre, quien en un momento le sonreía y pedía mimos y al siguiente le puchereaba acusándolo de todas las cosas que se le ocurriera.

Amaba con locura a Manjiro Sano, quien no se cansaba de hacerlo feliz, quien le daría un hijo.

Si Baji tuviera que vivir por segunda vez, elegiría el mismo camino para llegar a su final feliz.

— " Te amo " —. Sonrió con ternura, acariciando las mejillas sonrojadas, disfrutando de todavía lograr tan linda reacción.

— " También te amo " —.

Mikey se acomodo para descansar su cabeza en el pecho contrario, restregandose con una petición para ser mimado completamente.

Baji más que feliz cumplió con el silencioso pedido, rodeándolo con sus brazos completamente, besando la coronilla, mejillas y nariz, murmurando lo bonito que estaba, aumentando el bonito color rojo.

Baji suspiro feliz.

Apesar de vivir en constante peligro por una posible patada voladora de su muy embarazado y hormonal esposo ante una negativa.

Amaba su vida.















Estoy con fiebre por esta pareja, así que no se sorprendan por más actualizaciones, jejeje.

Las demás actualizaciones de mis demás obras como " los más fuertes " y " como conquistar a un Kiryuu " ya están casi listas para disfrutar.

Saludos

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