Capítulo 31

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Les aviso que el día 19 de Febrero ganamos en el concurso San Valentín Awards por PremiosPlanetas el segundo lugar en la categoría Amores Terroríficos, además de la mejor escena romántica y mejor personaje secundario (Dorian y Bishop).


Muchas gracias por su atención y si disfrutan de esta historia no se olviden de votar y de comentar.
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Advertencia: Lenguaje Fuerte

—Listo, ya terminé —argumenta después de hacerme pasar por ese dolor tan desagradable, mi cabeza palpita de dolor. Yo por mi parte, lo único que hago sollozar y esperar hasta que se pase el dolor y la quemazón producida por esas cosas que me enterró—Nos tenemos que ir.

—Me duele—protesto más a la bestia no le importa e intenta ponerse en piel, para no caer, me arrastro hasta otro punto del suelo.

—Dolores peores vendrán, no seas cobarde y ponte en pie.

No lo hago, solo me quedo ahí tendida.

—¡Lárgate solo, déjame en paz!

Pienso que no debería estar molesta pero lo que me hizo no tiene perdón, se sabe que me quiere cuidar, pero desgarrarme las entrañas no es la forma; lo había podido hacer mientras yo estuviese inconsciente.

—¡Levántate, es una orden!

Odio que me grite y él lo sabe.

—Tú no eres nadie para ordenarme que hacer, te podrás parar en los cuernos ¡pero de aquí, de aquí no me muevo! —le grito con la poca fuerza que tengo.

Con la intención de empoderarme, lentamente me voy poniendo de pie, pero duele, duele como nunca mi espalda. En el intento suelto varios gritos, insultos, gemidos, pero maldita sea, eso ahora no me importa.

—Ahora eres uno más de mis demonios y yo soy tu líder, así que me obedeces...

—¿O qué?, qué me vas a hacer, ¿me tirarás en un pozo como la última vez?

—No juegues conmigo, no sabes lo que soy capaz de hacer. Y mejor no te sigo la corriente porqué sé que lo dices porque estás estresada.

—Eres un hijo de...

El sonido de unas alas cortando el aire hace que me calle. Lo primero que llama mi atención es el fuego que estás desprenden, mejor dicho, que todo aquel demonio desprende. Aquel ser se ve tan hermoso que hace que me olvido del dolor que estoy sintiendo.

Alas de fuego.

—Petra tuvo una visión sobre Lilith—habla aquél ser.

—Lo sé, viene para acá.

—Ordene—pide una voz femenina, observo el cielo y veo como cae esta demonio.

—Lleva a Milufer a su habitación y movilicen una legión si es posible para que esté bien protegida. Dejen a Petra liderando allá junto a Aveluz y Guardián, el resto se vienen para acá, le vamos a hacer frente

Todos hablan tan rápido y en otros idiomas, que no sé qué está pasando. En esas la demonia que descendió hace poco, me toma de un brazo y me lleva a rastras hasta la cabaña.

Su agarre es fuerte y quema.

—¡Ah! Ten cuidado, me duele.

Cuando ya estamos frente al espejo espeta—Ilusa, solo espera...—para luego lanzarme por el espejo.

Narra Bishop

Mientras entierro mis plumas en la vértebra de Milufer, por mi mente van y vienen imágenes, son muy distorsionadas cosa que me hace pensar que alguien intenta ocultarlas.

Viajo hasta la mente de una de mis brujas videntes—Calipso—para hacer contacto con mi mejor hechicera.

—Tampoco veo nada—responde Petra.

—Únete a mi y a la mente de Calipso.

Una vez las tres esencias en una sola mente nos concentramos en aquella visión. No se ven muy claras las imágenes, pero no hace falta, sé que se trata de las tropas de Lilith, vienen en camino.

Dado que la mente de Calipso no es tan poderosa, después de dos minutos cae inconsciente.

Vuelvo en si y le pido a Milufer que se levante, pero no quiere, y al parecer no cederá. A veces es tan insoportable, que quisiera reducirla a cenizas, pero no puedo, no antes de lograr mis objetivos, no antes de poseerla a ella y a su poder.

Agradezco la eficacia de mis comandantes, los cuales llegan sin que yo los llame y al menos la presencia de sus alas de fuego hace que Milufer se calle.

—Lleva a Milufer a su habitación y movilicen una legión si es posible para que esté bien protegida. Dejen a Petra liderando allá junto a Aveluz y Guardián, el resto se vienen para acá, le vamos a hacer frente.

Observo que va discutiendo con Masxacre más le resto importancia.

—Todos a sus posiciones, ya están aquí—grito y despliego mis alas—Quita el escudo, Petra.

Lentamente el escudo que nos separa del infierno como tal, se va disipando y lo primero que veo es nuestro cielo más rojo que la sangre seguidamente a Lilith acercándose en una carroza alada por quimeras.

—Y bien querido ¿no te alegra verme? —pregunta la descarada mientras baja de la carroza y se acerca a mí.

—Cuando te arrodilles ante mí, me alegraré de verte.

—En fin, ya tengo al ángel solo falta que fornique con la humana y por supuesto que la embarace para que tengamos el control del mundo—hace una pausa y se quita la serpiente que trae sobre el cuello —La puedo dejar que recorra un rato, es que lleva horas sobre mi.

Lilith y esa serpiente son una sola, puede ver a través de ella, aparecer donde este la víbora, además de que el animal tiene el cincuenta por ciento de su poder. Sé que su intención es colarse por el portal y capturar a Milufer.

—No hay problema—respondo sin quitarle la mira de los ojos.

Lentamente la posa sobre el suelo y el animal se pierde entre la maleza rápidamente.

—¿Cuando llevas a Milufer? —rio.

—Trae al ángel, en eso habíamos quedado.

—En mi territorio o no hay trato...—alza la voz la muy zorra.

—¡Que no se te olvide que yo puedo conseguir otro ángel, en cambio tú, tú no tienes opción, así que las cosas se hacen a mi manera, si no lárgate antes de que te mate!

—Que tenso estas mi amor ¿por qué no vienes conmigo y nos divertimos un rato? apuesto que después de eso cambiarás de opinión—susurra a mi oído y pasa su lengua por mi mejilla—¿Qué dices?

Dirijo la mirada hacia Biltrix y este asiente de una manera muy discreta.

—Quedas al mando—digo en voz baja más sé que él me escuchó—Que cínica eres... no voy a cambiar de opinión.

—Ya verás que si—me besa ferozmente y luego emprendemos vuelo hasta mi mansión.

Narra Milufer

Como me lo imaginé, caí de espaldas dándome un fuerte golpe que me robo el aliento.

Cuando abrí los ojos, estaba rodeada de mujeres con velos y vestidos negros que cubrían la mayor parte de su cuerpo incluyendo sus rostros; ninguna habló, ni parpadeo. Con algo de miedo, me levanté asustada y me subí como puede a la cama y ellas siguieron así, con sus aspectos siniestros observándome.

—¿Milufer?...

Lentamente levanto la vista y me encuentro con otra de ellas, lo bueno es que esta habla.

—¿Quienes... Son?

—Somos las hechiceras de Bishop, tu amo... Nuestro amo.

Quiero reírme, pero el dolor y el tono de seriedad de la bruja no me deja.

Mejor me quedo callada y desplazo mi pensar fuera de mi cuerpo para distraer el dolor.

—¿Quieres saber tú futuro? —habla otra de las brujas.

¿Será que quiero saber qué va a pasar conmigo mañana o dentro de unos diez años?

—No gracias.

—Tendrás momentos buenos y otros muy malos todo depende de...

Aunque le dije que no, quiero seguir escuchando, pero ella simplemente se calla y observa a la que antes me habló. Dicen algo en otro idioma y una a una van saliendo de la habitación.

¿Qué? ¿Por qué se van? Se supone que me iban a cuidar.

—¡Bishop dijo que me tenían que cuidar! — grito antes de que salga la última, pero es inútil.

¿Y si Lilith viene por ti? Pregunta mi conciencia.

Tengo que hacer algo.

Como puedo, me levanto e intento ir en busca de una espada, pero caigo en el proceso. Tomo aire y me pongo de rodillas.

—Levántate Anne tú puedes—me ánimo mutuamente.

Para no hacer mayor esfuerzo voy a gatas y agarro lo primero que veo, un sable. Vuelvo a la cama y me hago en la parte superior y empuño el arma. Pasan los minutos y nada pasa, me siento mareada, fatigada... cansada. Mis ojos se quieren cerrar, pero se que no puedo hacerlo, no puedo dejar que ella me lleve.

¿Y si ya Lilith se fue?

Tal vez si, pero de igual tengo que cuidarme, tengo que demostrarle al demonio que puedo cuidarme sola. Yo sé que yo puedo.

Pasan los minutos y nada acontece, lentamente mis ojos se van cerrando, y me dejo llevar, aunque no lo quiera, simplemente el cansancio y dolor me dominaron.

~°°~

No sé cuánto tiempo ha pasado, abro los ojos y me encuentro bañada en sudor. Mi espalda todavía duele, pero el dolor en de cabeza ha cedido.

Veo que el portal se ilumina y empuño el sable a la vez que me pongo de rodillas sobre el colchón. Segundos después sale una serpiente, no sé si es una pitón o una anaconda, lo único que sé es que es blanca con pintas verde manzana y que mide más de dos metros.

El animal se arrastra hasta subirse a mi cama, yo no bajo guardia.

¿Será otra creación de Bishop? ¿Será que viene a cuidar de mí? Me pregunto más no lo sé. Los segundos pasan y sigue observándome, yo evito mirarla fijamente a los ojos. De la nada, un montón de imágenes comienzan a flotar por toda la habitación, al parecer son visiones ¿producto de mi imaginación? No creo, ¿producidas por la serpiente? Tal vez. Me concentro en una de las tantas imágenes y veo la sombra de una pareja dándose un beso ferozmente salvaje.

Poco a poco la sombra va cogiendo color hasta dejar ver el rostro de una belleza mujer de cabello negro como una noche sin luna; lentamente ella va bajando hasta quedar de rodillas frente al hombre. De ante mano sé que le hará sexo oral y lo hace, lentamente va introduciendo aquel miembro gigante dentro de su boca, aumenta el ritmo y por las lágrimas que veo, se lo esta llevando hasta lo más profundo de su garganta de forma brutal. Aparto la vista de semejante escena.

¿Porque tengo que ver eso? ¿Qué tiene que ver conmigo?

La puerta de la habitación se abre dejando ver a las brujas, cada una trae una vela en la mano y vienen recitando algo en otra lengua. A mí no me afecta, pero a la serpiente si, porque comienza a retorcerse de forma salvaje hasta que cae debajo de la cama casi muerta.

Ellas lo hicieron grita mi conciencia y no se equivoca.

Narra Bishop

—Relájate mientras te hago el mejor oral de tu vida—susurra Lilith a mi oído.

De una manera muy sensual se pone de rodillas y agarra mi miembro. Empieza a masajearlo con ambas manos, después su fina lengua entra al juego, seguidamente se lo introduce hasta la garganta.

—Agárrame del cabello, llévalo hasta el fondo de mi garganta y no pares hasta que salgan lágrimas de mis ojos—la miro a los ojos y hago lo que me pide. Se sabe que es el enemigo, mas tengo que aprovechar y gozar.

La agarro duro y ella posa sus manos en mi trasero. Alterno entre movimientos rudos y lentos. Me detengo cuando siento que ya estoy por llegar y le ordeno ponerse sobre de la cama de cuatro como la perra que es. Mientras espera mi envestida comienza a masturbarse y a soltar ruidosos gemidos.

Disfruta porque ese es el único placer que tendrás hoy.

—Quiero que me folles duro, como nunca antes te hayas cogido a alguien—gimotea e introduce dos dedos en ella para luego llevárselos a la boca.

Pasados varios segundos escucho que comienza a toser en repetidas ocasiones, hasta expulsar sangre. Se lleva los brazos al cuello y se pone de pie.

—Me, tengo que... ir— camina algo desorientada hasta el balcón—Mañana llevas... — se dobla y toma aire —...Llevas a la humana, si no se acaba el–trato.

—No te puedes ir así, no hemos terminado.

—Y una mierda, mañana, seguimos. ¿La llevarás?

Lo dudo, pero al final respondo.

—Mañana la llevo, pero no quiero sorpresas.

Hace un intento por sonreír y luego emprende vuelo, el cual no dura mucho, ya que una de sus alas flaquea y cae, y sus sequitos tienen que venir a llevársela.

Ahora sí ya comenzó el juego por el poder.




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