Capítulo 9
Opening:
♫ Volvemos a empezar, la historia se escribirá de nuevo.
A poca velocidad, lo sabemos bien.
Teñirse tú veras de rojo las nalgas de Milo y Kanon,
Salvarlos todos debemos, con valor. ♫
♫ Paraíso nunca fue, los 12 templos ya debes conocer.
Llevamos adentro, un putazo dormido.
¡Disfrútalooooooo!
♫ Atravesemos con decisión,
Los anos de los Dioses,
Difícil será sin perder,
¡No nos tienen que coger!
Y los putazos en acción,
Deja que te conmuevan el corazón,
Aquel mañana que se olvidó,
Volvamos todos a recordar,
En la nueva temporada que va a iniciar. ♫
Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon XX... Los chicos habían quedado atrapados en una feroz batalla pedorra con el espectro en el ascensor, quien luego se echó un cagality, y una vez terminado ese pequeño problema que casi los mata del mal olor, fueron al reencuentro con sus amigos. Más tarde, descubrieron que todo estaba patas para arriba en Grecia. Sin embargo, aun cuando todos fueron a enfrentar a Abel, Atenea se metió en el medio y Saga seguía oponiéndose a ellos. ¿Sera posible que Saga le deje de tener miedo a Atenea? ¿Los papeles se invertirán y le sangrará el culo a Abel en lugar de a los caballeros? ¿Estarán ustedes re podridos de escucharme repetir que espero el beso de Mu y Aioria? ¡Todo esto y más en el nuevo capítulo de hoy!
En cuanto fue retomada la batalla pudimos divisar cómo el poder de Kanon se estaba transformando en rayitos mágicos de colores que no hacían daño a nadie, aunque podrían servir para alguna fiesta.
—¿¡Pero qué está pasando!? —gritó el Geminiano, y fue entonces cuando Abel rio.
—¡Incrédulos! ¿Se creían que no iba a hacer nada en su ausencia? —se levantó de su trono y los señaló con su mano—. Como dice el dicho, cuando ustedes van, yo fui y volví más de 20 veces.
—A la mierda, este chavón tiene más años que la escarapela —mencionó Milo, quien luego se mandó unos palitos de la selva.
—¿Qué decís, Milo? Él no se ve más grande que nosotros, además, ese dicho sólo lo usan tus padres para cagarte a pedo —Mencionó Mu.
—¡Cuidado! —gritó Oliver al ver que empezaban a atacarlos con algo que caía del cielo, y sí, eran penes.
—¡¿Qué son esas cosas?! —preguntó alarmada Ladybug, quien esquivaba esos bichos con su yoyo, mientras Chat Noir lo hacía con su palo.
—Creo que no le gustaría saber que son, My lady —mencionó el rubio, quien cubría a Milo y a Kanon, y Ladybug cubría a Mu y Aioria, incluyendo a Oliver.
—¡Va siendo hora de que use mi poder! —el castaño se levantó después del ataque, y poniendo una pose bien fachera, hizo lo que mejor sabía hacer—. ¡Rayos de plasma! —los efectos sin dudas eran mejores que los que había logrado hacer Kanon, y para su suerte, obtuvo como resultado la desaparición de los penes cortados que habían quedado regados por el piso. Aun así ese poder no le hizo ningún efecto a Saga, ni al resto del partido político de Abel.
—Ilusos, ¿se creen que van a derrotarme con semejante ataque? —mencionó Apolo, y enseguida le lanzó un rayo verde al Leonino.
—¡A la mierda, está vomitando por las manos! —exclamó Kanon al ver salir disparado a Aioria, y cómo después caía al suelo indefenso.
—¡Aioria! —Mu fue a buscarlo y lo tomó de los hombros—. ¡Resiste compañero!
—¿Qué decís, Mu? Me estoy muriendo —tosió el León dramáticamente—. Y sólo hay una cosa que puedes hacer —tomó al de pelo violáceo del hombro.
—¿Qué cosa? —preguntó preocupado.
—Dejar de frienzonearme y darme un beso —hizo el gesto de piquito de pato con los labios, pero Mu puso mala cara.
—¡NO!
—Bueno, entonces me muero —y se murió.
—¡NOOOOOO! —gritó largamente el caballero de Aries.
—Deja de gritar boludo, se está haciendo el muerto -w- —le notificó Kanon.
—Bueno, alguien le tenía que poner drama al asunto —Mu se puso de pie—. Ahora me toca a mí.
—¿Qué te hace pensar que vos le vas a poder pegar si Aioria no pudo? —le preguntó Milo a Mu.
—Cállate, tenemos que hacer lo que está en el guion —notificó Mu—. ¡Revolución de estrellas! —y lanzó su ataque hacia a Abel. Sin embargo, el Dios sacó un saco y metió ahí el poder de Mu.
—Muchas gracias flaco, ahora tenemos pa vender en el mercado negro, y hacernos más ricos de lo que ya somos —mostró la nueva mercancía a los chicos.
—¡Qué no es droga, subnormales! —exclamó Mu.
—¡Atrápenlo así tenemos una fuente infinita! —ordenó Apolo.
—¡Sí! —dijeron al unísono Atenea y Saga.
—Yo te daré apoyo con mi cosmos Saga, vos cagalos a palos —le ordenó Atenea.
—¡Bien! —se puso frente a los chicos—. Por fin me vengaré de ustedes por todos lo que me hicieron.
—Y vos de dominado seguís dándole bola a Atenea, quien para colmo, te tiene cagando —dijo Kanon, y se puso en frente de su hermano—. ¡Yo lo venceré, así que no interfieran!
—¡Entendido! —pero quien sabe cómo pasó esto, pero Mu logró ser capturado por sus enemigos sin haber luchado aún Kanon.
—¡Lo siento chicos, no sé cómo pasó! —explicó el Ariano.
—No importa, siempre pasan incoherencias en esta serie —notificó Kanon.
—¡Ya me Tenés hasta la verga con tus pendejadas! ¡Explosión galáctica! —al fin podemos ver otra de las grandes técnicas de los gemelos.
—¡Esquivo, esquivo y esquivo! —decía Kanon, quien evitó el ataque de Saga, menos sus compañeros que estaban detrás suyo—. ¡Evité tu ataque!
—¡Ja, sí, pero tus amiguitos no! —señaló el gemelo.
—¿Qué? —volteó dramáticamente Kanon.
—Hug, me duele todo —se quejó Chat Noir en el suelo y con el vestido rasgado.
—Kanon, no olvides que me debes... ¡chocolate! —cae inconsciente Milo, mientras tanto, Ladybug desapareció, o más bien, se escondió detrás de un bote de basura junto a Oliver, evitando así la explosión de galaxias.
—¡Sólo quedas tú, Kanon, ríndete! —le ordenó Saga.
—¡Ni en tus mejores sueños húmedos! —le gritó, y se echó contra su hermano para tirarle una piña, pero él lo esquivó, lo tomó del brazo como una vez hizo Radamanthys y le hizo una re turca, ok no, pero le dio unas buenas trompadas, y lo dejó en el suelo.
—Bien hecho Saga. Ahora con esto, has demostrado que eres digno de confianza —le dijo Apolo al Geminiano que aún estaba de pie.
—Muchas gracias mi señor —se inclinó Saga ante Abel.
—Esto no es bueno. ¡Hay que ayudarlos! —mencionó la mariquita al chico pelinegro.
—¿Qué vas a hacer entonces? —le preguntó susurrando.
—¡Esto! ¡Luky Charm! —así fue cómo Ladybug hizo girar su yoyo haciendo que soltará miles de corazones, y logrando que un objeto mágico apareciera para su uso personal, el cual era un control remoto—. Uh...
—¿Cómo es que nos va ayudar eso? —entre cerró los ojos Oliver.
—Pues... —ella se puso a mirar sus alrededores, pero lo único que titiló en aquel momento fueron Saga, quien estaba agachado, ella misma, y Oliver—. Creo que tengo una idea —la pelinegra sonrió, y se levantó, luego le explicó su plan al muchacho.
—Como recompensa, prometo no profanar tu culo —le dijo Apolo a Saga. Pero entonces, mientras Atenea le daba la espalda al peliazul, el otro aprovechó para sujetarla y meterle su fierro candente por su parte posterior, nah, mentira, pero la sujeto para evitar que se escapara.
—¿Qué haces? ¡Forro de mierda! —gritó la Diosa.
—¿Te creíste que me iba a convertir en tu puto esclavo? ¡Estás mal la concha bien de tu vieja! ¡Ahora soy yo el que va a tomar el lugar de mi hermano en la serie gracias a su muerte! ¡Es mi momento de brillar! —aseguró Saga.
—¿Quién está muerto? ¡La puta que te pario, Saga! —levantó la mirada Kanon hacia su hermano.
—¡Está vivo! —exclamó—. ¡¿Cómo puede ser después de la cogida que te di?!
—¡Ahora! —salió Ladybug de su escondite al igual que Oliver.
—¡Tomaaaaa! —Oliver le tiró un pelotazo a Abel, quien lo esquivó de pedo.
—¡¿Qué haces pendejo?! ¿Me quieres deformar mi hermosa cara de actor? —le reclamó el Dios.
—¡Aquí tienes un regalo! —Ladybug apretó el mando, y detrás del tipo se presentaron una serie de chicos que desconocían quienes eran.
—¿Quiénes diablos son? —gritó Abel, pero Ladybug lanzó su yoyo y apenas lo esquivo el Dios, los demás chicos capturaron al profanador de hoyos.
—¡El guardián de la reja te detendrá! —exclamó Darsien, quien lo sujetaba de las muñecas.
—¡Hay que atacarlo en su punto débil Rafe! —gritó Naty. Rafelina respondió asintiendo, y luego ambas le dieron un fuerte golpe en la entre pierna a Apolo.
—¡Ah! ¡MIS BOLAS! —fue así cómo a Abel le quebraron el alma.
—¿Y yo? —preguntó Roma, quien no sabía qué más hacer, pero se le ocurrió la idea de meterle un pañuelo que tenía en el bolsillo con sus mocos dentro de la boca al Dios, así no tendrían que escuchar sus quejas.
—¡Suéltame mal agradecido! —gritaba Atenea, pero obviamente Saga no la soltó.
—Bueno, parece que todo está arreglado, ahora sólo falta hacer esto. ¡Milagrosa Ladybug! —y lanzó el control en el aire, el cual se dividió en mariposas y sanaron tanto a los chicos como a la misma Grecia, sin mencionar, que Atenea terminó en la cárcel del cabo.
—¡Sáquenme de aquí! —gritó ella, pero obviamente nadie la iba a sacar, en cuanto al Dios Apolo, él también terminó encerrado, pero en un geriátrico.
—¡Les aseguro que me las van a pagar, malditos mocosos! —cerró su puño estando en una silla de ruedas ahora.
Obviamente, los chicos que habían venido con el control desaparecieron, y quedaron los anteriores personajes, además, todo volvió a la normalidad.
—¡Bien hecho! —gritó Aioria saltando a los alrededores de Ladybug.
—No ha sido para tanto, no es así, ¿gatito? —estiró su puño y lo chocó con el de él.
—Lo hicimos, My lady —Aioria sacó eufóricamente fotos de ellos dos.
—Siento que nos cagaron protagonismo -w- —Milo empezó a comer un pote de helado mientras lloraba la deshonrosa resolución del arco de los Dioses políticos.
—Y que lo digas amigo, y que lo digas ;v; —también se lamentaba tanto como el Escorpiano.
—No deberían desanimarse. ¿Por qué no mejor hacer una fiesta? —preguntó el chico de 12 años.
—¿Una fiesta? —Mu estaba con algo de dudas.
—¡Sí, suena genial! —vitoreó Chat noir.
—Bueno, no suena tan mal —dijo la pelinegra, y sonrió en aprobación, pero luego se acordó de que tenían que regresar porque París los necesitaba—. Lo siento chicos, me temo que no podremos quedarnos a la fiesta, así que tendremos que irnos —notificó un poco triste la pelinegra ya destransformada.
—Che, que lastima —los compadeció Milo.
—Bueno, al menos pueden tomarse ese taxi que va a su dimensión —mencionó Aioria, quien veía como Shaka estaba manejando ese taxi—. ¿Qué hace ese boludo ahí?
—No es esa la pregunta, la verdadera pregunta es... ¿cómo mierda no nos tomamos un taxi de regreso a acá antes? —levantó una ceja Kanon.
—Es mi trabajo de medio tiempo, y mi última vuelta de turno —les hizo saber el rubio de pelo largo—. ¿Se van a subir o van a seguir esperando como unos giles ahí?
—¡Oh, lo siento mucho! —se disculpó Adrien, y se llevó consigo a Marinette.
—¡Nos vemos muchachos! —saludó la chica a los caballeros, y al mismo tiempo, también Oliver se fue con ellos.
—¡Espérenme, no me dejen atrás! —gritaba el niño.
Una vez los chicos se fueron, ahora sólo quedaba una cosa que hacer.
—Bueno, ¿dónde llevamos a cabo la fiesta? —preguntó Aioria.
—¿Acaso no es obvio? —con una gran sonrisa Milo agregó—. ¡En la casa de Camus!
Narrador: Y así... nuestros héroes se preparan para el próximo arco que es en la casa de Camus, donde se desarrollará una gran fiesta por el regreso de los buenos sueldos. ¿Cuántos de los caballeros se pondrán en pedo? ¿Camus pondrá los hielos? ¿Acaso siquiera la hielera con patas los dejará entrar? ¡Todo esto y más en el siguiente capítulo de Milo y Kanon XX!
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