Capítulo 5:

Opening:

En la universidad nos atrapaban siempre,

las cagadas nunca nos faltaban,

nos copiábamos sin pautas,

y director siempre nos congelaba.

¡Vamos! ¡Juntos!

¡Nos volveremos más tontos!

¿Listos? ¡Let's go! ¡Yugioh-gx! ¡Ah, ese no es!

¡Enciende! ¡Enciende! ¡Tus cosmos al máximo!

¡Enciende! ¡Enciende! ¡Las pocas neuronas que tienes!

[Instrumental fachera]

¡Por fin me copiaré!

¡Yugioh-Gx! ¡Oh no, otra vez!

¡Enciende! ¡Enciende! ¡Tus cosmos al máximo!

¡En la nueva temporada de Milo y Kanon X te tienes que encender!

Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon X... ¡Nuestros protagonistas se disfrazaron de las famosas cajitas Cindor, las cuales sirvieron para el calmar el conflicto de los tazos, sin embargo, Milo se re calentó cuando sucedió el rechazo de su traje de cajita, entonces, decidió hacer este problema algo personal, de ahí que hablaron sobre el último desafío, el cual tenía que ver con superar una serie de obstáculos en lo que iban subiendo para llegar a la dama KitKat, quien sería comida por el ganador, cosa que planeó malévolamente Camus, así que Milo no tendría otra opción que ganar. Y la verdad no sucedieron más cosas importantes ya que luego pasamos a Dohko, quien fue enviado a otra dimensión junto a su discípulo como ya es costumbre en esta serie. ¿Podrá Milo superar esta difícil tarea? ¿Se pondrán a estudiar en algún momento los caballeros dorados o seguirán boludeando? ¿Quién se quedará con las figus del mundial al final? ¿Podrán salir de la que los metió Saga a Dohko y Shiryu? ¡Todo esto y más en el capítulo de hoy!

Y así la competición empezó dándolo todo de parte de sus jugadores, quienes iban corriendo a la par, hasta que se toparon con la primera ronda, en la cual deberían ponerse unos patines, y un poquito de talco para poder evitar ampollas en los pies (xd). De ahí arrancaron de nuevo, comenzando a tirar tazos por todos los muñecos de Dégel que salían como blancos, y que tenían una equis justo en medio de los ojos.

—Esto no es para nada gracioso —señaló Dégel—. ¿Por qué soy el blanco de toda violencia?

—Eso es porque te tenés que ganar el derecho de piso —declaró Kanon.

—No estamos en Argentina, estamos en Grecia —le aclaró Dégel.

—Con la crisis que hay es medio imposible saber la diferencia de lo uno y lo otro —señaló el Geminiano.

—¿Cómo no puedes diferenciar el lugar en el que tuvo origen los mitos griegos del que es un fanático enfermizo del futbol? —indagó el del pelo verdoso.

Mientras los muchachos seguían con sus charlas incoherentes, los competidores llegaron a un empate muy parejo a la hora de derribar carteles de Dégel dentro de la casa de Aries con sus respectivos tazos, de ahí, procedieron al otro obstáculo en cuanto subieron las escaleras hacia la siguiente casa. Apenas entraron a Tauro, se encontraron con el juego "Dance" esparcido por todo el suelo, y justo después, unas enmascaradas les arrojaron a los chicos una sombrilla a cada uno, y debieron bailar al ritmo de: "El tema del verano de CTI", hasta atravesar el templo; los chicos iban danzando al ritmo de la canción, creando en su proceso toda clase de piruetas que les sirvió para adelantar a su contrincante, terminando en cabeza el mismo Milo de Escorpio. Sin embargo, apenas subieron las escaleras usando los impulsores de cohete que tenían en sus patines, aterrizando así en la entrada de la casa de Géminis, tuvieron una suerte veraniega, ya que no tendrían que seguir usando patines, es más debieron cambiarse a unos bañadores, para así, empezar tomar como nueva arma, globos de agua.

—Esta sí que es la mía —aseguró Radamanthys, quien poco después esquivó un globo de agua—. ¡Hey!

—Camarón que se duerme... —sugirió Milo con una sonrisota, y entonces arrojó uno de los globos que tenía dentro del balde, pero antes de llegarle a su contrario, éste se desinfló perdiendo agua; resulta que el globo fue pinchado por su uña roja, lo cual era una desventaja—. Ay...

—¡Qué lástima! —se burló de él, y entonces empezó a correr para adelantarse al bichito, a quien le empezó a arrojar también las bombuchas, acertando en algunas ocasiones, lo que ocasionó que Milo obtuviera una pinta, la cual se trataba de que, apenas llegara a la salida de la casa, debía esperar al menos medio minuto antes de seguir con la carrera, lo que le daría la delantera a Radamanthys; era una regla de mierda, pero debían respetarla—. ¡Nos vemos perdedor! ¡Yuju!

—Ese maldito... —Milo se tuvo que sentar un ratito hasta que pasaran los 30 segundos, y entonces, volvió a arrancar para cuando perdió de vista a ese espectro. Sin embargo, la prenda no sirvió de mucho porque se encontró a su contrincante parado delante de la siguiente prueba dudando si pasar o no—. ¿Por qué te detienes?

—¿Acaso estás ciego que no ves? —le preguntó señalando con su mano la casa, donde había un letrero que decía "la garganta profunda"; el título podría mal interpretarse—. ¿Quieres entrar primero?

—¡Me quieres mandar al frente como carne de cañón! —lo acusó.

—¡Por supuest-! ¡Digo! ¡No! ¡Solo estoy intentando ser justo contigo cuando tuviste que esperar un rato!

—¡Eso dices! ¡Pero qué clase de título es lo que pone ahí! "¿Garganta profunda?" ¡Puede significar varias cosas! —señaló el peliazul.

—¡Entonces no entres! ¡Quédate aquí y piérdete! —lo retó el espectro, a lo que este apretó los dientes mirando nuevamente al lugar, es entonces que se metió de una corrida adentro.

—Agh... debe de haber alguna otra forma —murmuró Milo manteniendo firmes sus dudas de entrar o no, es aquí que vio el espacio que había a un lado de la casa, entonces se le ocurrió pasar por ahí y evitar cualquier cosa—. ¡Eso es! —se puso un chupetín en la boca, y todo orgulloso, caminó tranquilamente por el costado pensando que Radamanthys no saldría de ahí nunca más, pero él no predijo que caería en una trampilla—. ¡Nooooo, mis chocolatessss! —cuando la caída terminó con sus dulces desparramados por todas partes, se torció el cuello al aterrizar sobre unas cuantas almohadas extremadamente cómodas, cosa que despertaba la duda de cómo podría haber salido todo mal si era algo suave y acogedor, pero como siempre, esta pregunta era algo que no iba a ser respondida.

Ahora, volviendo con Radamanthys, él atravesó la entrada, y apenas lo hizo, se quedó a oscuras; era como si alguien hubiera cerrado la entrada a la casa de Cáncer, de modo que se quedó completamente tieso y, con una inocencia absurda preguntó:

—¿Hay alguien ahí? —indagó, pero no recibió respuesta, en su lugar escuchaba algunos goteos desagradables, junto a una respiración bastante... sonora y profunda, la cual lo volvió a petrificar, de modo que tragó saliva—. No debo dejar vencerme por esta oscuridad, es más... ¡yo vengo del inframundo, así que no tengo nada que temer! —después de decir esto, el ruido de unas rueditas que venían a su dirección lo pusieron en alerta—. ¡Qué es eso! —enseguida el sonido se intensificó hasta que de repente, fue demasiado tarde, porque Radamanthys fue atropellado por un carrito que lo hizo subirse por obligación producto del impacto, es así cómo empezó con un paseo indeseado; ahora eran dos los que estaban inconscientes en la competición, porque este man no hacía otra cosa que ver estrellitas producto del viaje político que experimentaba, en donde escuchaba la voz de Alberto Fernández decir boludeces, lo que lo mantenía dopado.

Volviendo con los demás...

—Así que... ¿tienes novio? —Afrodita le movió las cejitas a Shura.

—¡Oye! ¿A quién le estás moviendo el trasero ahora, Afrodita? —se quejó el Canceriano.

—¡Tú no te metas cangrejo! ¡Ve a burbujear a otra parte! —cuando Shura perdió el foco de atención de Afrodita, éste aprovechó para alejarse.

—¿No vas a quedarte para el resto de la trama? —le preguntó Mu a su amigo.

—No, aparte de que ya están pidiendo papeles para Rebelde way, entonces prefiero ir ahí y probar suerte a seguir perdiendo mi tiempo aquí; en este lugar directamente no me pagan. Nos vemos —saludó Shura.

—Ah, de repente todo se ha vuelto súper aburrido —se quejó Aioria, apoyado en la pared junto a Mu—. Hasta Aldebarán se ha dormido de tanto esperar —se fijan cómo ronca el Tauriano en el césped—. ¿Cómo puede ser que ni siquiera hayan puesto cámaras como las que se usan en los combates de Yugioh para ver lo que ocurre en la competición? ¡Hasta en cualquier evento importante usan cámaras para eso!

—Se gastaron el presupuesto en estos trajes ridículos —se sujetó la chaqueta—. Los uniformes, el alquiler de la escuela, y claro, para armar todo esto supuestamente —se refería a los diferentes retos que se encontrarían Milo y Radamanthys en las casas—. Pero no les alcanzaron para las camisas, por eso no tengo nada abajo...

—Si lo pones así, me hace sospechar que hay mal versación de fondos detrás de todo esto —señaló el castaño entre cerrando los ojos.

—¿Es tu sentido gatuno? —preguntó Aioros acercándose a ellos—. Por cierto, ¿dónde está Shura?

—Se acaba de ir. Se supone que íbamos a encargarnos de Camus, pero creo que eso se descarta por falta de personal —aclaró Mu encogiéndose de hombros.

—¿Qué hay de Kanon? ¿No es uno de los protagonistas de la serie? ¿Por qué no está participando en la carrera? —consultó Aioria.

—Está ahí —le indicó con un dedo Mu; Kanon estaba siendo pateado en el piso por Aiacos, Minos y Camus.

—¡Por qué nadie lo está ayudando! —se llevó las manos sobre la cabeza el León—. ¡Oigan, salgan! ¡Shu, shu! —le quitó un rociador mata insectos que tenía en la cintura la hielera con patas, y le empezó a tirar a los chicos para que despejaran el camino—. ¡No deben abusar así de los débiles!

—¡Oye! ¡Más respeto que somos los malos de esta temporada! —declaró Minos alejándose siseando como una serpiente al igual que Aiacos, mientras que Camus le dio un par de cachetazos al que lo agredió, y una patada más por las dudas a Kanon.

—¿Cómo te atreves a usar mis armas contra mí? —le reprochó fríamente.

—¡Enloqueciste! ¡Se supone que eres el director de la escuela, por lo que no deberías agredir a tus alumnos! —dijo sobándose con ambas manos la cara por el dolor de los cachetazos.

—Es mi escuela, y son mis reglas —aseguró serio.

—No sé ustedes, pero para mí eso sigue siendo bastante convincente —dio por hecho Afrodita de lo más relajado.

—Por eso también tengo pensado prohibir el ingreso a los travestidos —anunció Camus.

—¡Oye! ¡Nadie me va a impedir maquillarme, maldito cubo! —lo encaró el Pisciano.

—¡Es más! —le estampó en medio de toda la jeta a Afrodita una hoja, quien luego se la sacó para mirar de qué se trataba.

—¿Qué se supone que es esto? —expresó confundido el Pisciano.

—¿Acaso no sabes leer? ¡Es un examen y todos lo harán ahora en castigo por perder la competencia contra la escuela rival! —señaló Camus.

—Pero ¿qué estás diciendo? ¡Aún no hemos perdido! ¡La competencia sigue en pie! —le reclamó Aioria—. ¡Ninguno de ellos ha llegado a cruzar aún los doce templos!

—¿Y cómo sabes eso? —entrecerró los ojos Camus.

—Es cosa de mi séptimo sentido —aseguró.

—Por un momento pensé que ibas a decir que era cosa del guion —comentó Mu.

—Lo hubiera hecho sino fuera porque sería muy repetitivo el chiste... —aclaró desanimado el León.

—¡No me importa si lo saben por haber calculado qué tan altas estaban las olas cuando Kanon se estaba ahogando en Junín o por la bola de cristal que usa ahora Shaka para su adivinación, e incluso por sus mismas bolas! ¡Harán todos el examen sin excepción, y deberán entregarlo en menos de doce horas si es que quieren salvar a Atenea! —dio por hecho.

—Pero Atenea nunca ha sido atrapada en toda la temporada hasta ahora —se excusó Saga.

—La acabo de meter en un placar con clavos, y es el mismo que usó troncha toro con Matilda, así que... apuren o se va a morir por claustrofobia —agravó su voz para sonar más fatalista, a lo que todos se mostraron horrorizados.

—¡Eso es muy infame de su parte! —lo criticó Dégel.

—Muchas gracias.

—No lo estaba alagando.

—Como sea... ¡vayan todos a estudiar! ¡Solo tienen 15 minutos antes de que la prueba empiece! —aseguró, y se retiró dándoles la espalda, y una patada en los testículos a Kanon, la cual lo derribó de nuevo.

—Oh, no... espero que Milo regrese pronto para ayudarnos —declaró Mu mirando al cielo demasiado angustiado por lo que debían atravesar.

—No le tengas tanta esperanza, que nosotros nos demoramos como 30 capítulos en pasar los 12 templos —le pinchó el globo Seiya.

—No sé cuánto tarden, pero... lo que sí necesito yo es un doctor -w-U —aseguró agonizando Kanon desde el suelo agarrándose su concha protectora que no sirvió para nada.

Ahora, desde otra dimensión...

Sin sospechar que las cosas habían escalado hasta un problema profundamente complejo de matemáticas, Dohko y Shiryu estaban ahí, domando a una mosca gigante, la cual se comportaba como un caballo mientras las lianas que habían agarrado de por ahí habían servido de correas.

—¡Eha! ¡Eso chica! ¡Compórtate! —le ordenaba Dohko hasta que al fin logró tomar el control del dichoso animal.

—¿Cómo sabe que es hembra viejo maestro? —le consultó el pelinegro montado justo detrás del anciano.

—Ah... la verdad es que no lo sé, simplemente estaba diciendo cosas que he visto en las películas —se sinceró, cosa que hizo que ese chico, suspirara profundamente—. Bueno, ¿al menos ya sabe cómo dirigirnos a Grecia?

—Con esta mosca gigante tal vez llegaríamos más rápido, pero... —se quedó en suspenso.

—¿Pero?

—Pero tal vez no a Grecia, y sí a una torre de mierda —de pronto, iban en picada hacia un terrible montículo de lo nombrado, y en lo que van gritando hacia su muerte, la cortamos acá.

Narrador: ¡Y este fue otro capítulo de Milo y Kanon X en la universidad! Las circunstancias cambiaron tan rápido para nuestros protagonistas que me ha dolido hasta a mí, el narrador. ¿Podrán recuperar la conciencia después de todos esos golpes y traumas? ¿Será legal que tomen examen ya el primer día de clases y de un año escolar inexistente? ¿Dégel les pasará machetes a todos? ¿Las doce casas acaso son infinitas? ¿Terminarán Dohko y Shiryu oliendo a excremento cuando lleguen a la universidad o se ahogarán en mierda? ¡Todas las respuestas a estas preguntas, las sabremos en el siguiente capítulo de Milo y Kanon x! 

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