Capitulo 3 (¿A Quien Protegen?)
Y después de un gran tiempo sin publicar nada, tenemos nuevo vídeo, terrones.
Aquí se los dejo rapidito, por que si y obvio por ha promocionarme a mi misma, jajajja.
Les dejo el link
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Les dejo el nombre del vídeo:
Audio Fanfic Saint Seiya. Un Papá Para Kiki, Capitulo 13 (Temor) [ShaMu] {ShakaXMu}
Y el nombre del canal, para que me vayan a seguir:
AMMU TEIKOKU YUDAINA.
Espero que les guste y perdonar por tardar tanto, jajajjaa no había terminado el vídeo, pero ya, al fin algo mas para que disfruten.
Advertencia: Pues solo diré, Sufrimiento, dolor, desesperación y envidia.
Para saber como todo esto se relación, solo pasen a leer este One Shot que guarda relación con otros, como se los he dicho les narra una sola historia.
A leer se ha dicho.
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La noche ya ha caído y con ella, el fin de muchas cosas que han pasado en el día.
Puedes apreciar y admirar todo lo que has hecho en todo un día productivo.
Trabajo, limpieza, organización, juegos, fiestas, de todo un poco a veces ¿No?
En este caso el fin de una fiesta de cumpleaños que se terminó convirtiendo en un evento donde varios dorados hicieron sus típicos desfiguros, otros se integraron con los más jóvenes, algunos prefirieron juzgarlos, sin embargo, los más pequeños se divirtieron tanto hasta caer rendidos.
¿Y por qué una fiesta?
Por el cumpleaños del octavo dorado, Milo de Escorpio, ya que en este día esta de manteles largos, aunque en cuestión de minutos ya se estará pasando al día siguiente.
No sé puede quejar, sin duda tuvo todo lo que quería y más en este día.
Su comida chatarra preferida, la favorita que su Cubito le prepara, y en este día lo consintió muchísimo, su hijo le dio muchos dibujitos de regalos y miles de abrazos, sus amigos, sus suegros, también los mandamases lo colmaron de miles de atenciones.
Ya qué Milo siempre se ha sabido ganar a las personas y por eso, en este día tuvo tantos regalos y detalles, que solo puede ser el más feliz de todos, por tener la mayoría sus deseos vueltos realidad, incluso muchos más de los que pensaba.
Sin embargo, su felicidad supuestamente imperturbable, guarda un secreto que mantiene mudo por la envidia.
Si, Milo de Escorpio, un atolondrado caballero de un puro y sincero corazón, quien tiene a su lado a la mitad de su corazón y el fruto de esa unión, varios seres queridos cercanos, pero eso aun así no logra desvanece el pesar que lleva en su ser.
No lo puede ocultar, pues mientras el tiempo pasa, y ve lo que no tiene, algo aumenta más su dolor.
-Espero, qué te gustará— Ese tono siempre frío y reservado, muestra una pequeña sonrisa, mientras se acomoda en su lado de esa cálida cama junto al hombre de largos cabellos cerúleos.
El Griego sonríe y sigue admirando el bello dibujo que su hijo Camil le hizo -¡¡¡HA SIDO EL MEJOR DÍA DE MI VIDA!!!- Exclama con fuerza, completamente feliz, mostrando sus dientes a ese peliaguamarino que se recuesta a su lado -¡¡¡MUCHAS GRACIAS MI HERMOSO CUBITO!!!- Aún tiene mucha energía, es alguien que casi nunca se le acaba, pero no va a pedir nada atrevido al ver tan agotado al onceavo dorado.
Lanza un bostezo, mientras lo mira con los ojos pesados -De nada, lo más importante para mi...- Se cubre la boca pues otro segundo bostezo se le escapa -Es que tú seas feliz y la pasaras bien- Puede estar casado con el Escorpión, pero aún se avergüenza tanto al ser así de lindo con él.
Los sonrojos aun son muy evidentes en Camus, y siempre prefiere evitar la mirada cuando algo le avergüenza.
Sin embargo, apenas si levanta un poco su mirada, se sorprenden esos violetas ojos, al ver a su esposo hacer un puchero de emoción y dejando escapar unas cuantas lágrimas -¿Milo?- Lo llama algo aturdido y confuso por esa imagen, aunque el otro actué de otra manera.
Rápido dejar sobre esa pequeña mesita de su lado el dibujo de su artista hijo, y se avienta a abrazar al peliaguamarino hombre, quien recibe ese contacto qué lo hace incorporarse, disfruta esas espontaneas expresiones de afecto que su esposo le da, sentir contra su pijama, la piel del contrario es maravilloso para el Francés.
-¡¡¡GRACIAS, CUBITO!!! ¡¡¡GRACIAS POR PREPÁRAME LA FIESTA MÁS BONITA DE TODAS!!! ¡¡¡POR LEVANTARTE TAN TEMPRANO, A PESAR QUE AYER HICIMOS EL AMOR Y TE DEJE BASTANTE CANSADO Y...!!!- Justamente tiene que recordar y alardear un poco de la noche anterior, en donde el acuariano le adelanto su regalo de cumpleaños, uno muy caliente y apasionado.
-¡¡¡CÁLLATE!!! ¡¡¡NO DIGAS ALGO COMO ESO!!! ¡¡¡NUESTROS HIJOS TE PODRÍAN ESCUCHAR!!!- Camus de inmediato le reprende e intenta zafarse del agarre, pero es imposible, Milo esta aferrado y muy feliz.
No le queda más, qué aceptar que el boca flojo de su marido gano, y solo lo deja disfrutar, ya que aún es su cumpleaños.
Camus es considerado y bastante carioso con Milo, aunque lo intente ocultar. Él preparo todo con anticipación, pidió ayuda, organizó y preparo todo lo qué le gusta a ese bicho, ama verlo feliz, ama ver su sonrisa, adora qué disfrute momentos de una vida cotidiana, y desea darle toda la felicidad que Milo le ha entregado en esta nueva vida. Sin embargo, y conociéndolo tan bien, entiende muy bien que algo lo está aquejando, la parece tan raro que no le contara nada al respecto, pero no lo va a obligar...
Esperara pacientemente a que se lo diga.
Salvo que ahora Camus, quiere que Milo sepa que así como ha estado para él en todo momento de su vida, también él lo estará para él, para cualquier cosa sin importar que sea.
Después de una sesión de calientes besos, y lindad acaricias, como un masaje qué Milo quiso darle en los hombros a Camus a pesar de ser él el festejado.
Ambos ya han decidido acostarse, viéndose a los ojos, mientras Milo sigue hablando de todas las cosas que disfruto en este día, y Camus lo escucha pacientemente, riendo y negando con la cabeza por las locuras que hicieron en la fiesta.
-No sabía que mi suegro fuera tan bueno bebiendo- Cruza sus brazos delante de su pecho fuera de la cobija, mientras mira al techo -Nos terminó derrotando a todos en la competencia-
-No yo sabía que mi papá lo pudiera hacer- Se queda pensativo -A mi me gusta beber algo de vino de vez en cuando, pero creí que venía de parte de mi padre, y resulta que termino perdiendo contra ti— Sus ojos violetas denotan cierta sorpresa por lo que habla.
Se gira y lo mira sonriente -Quede en segundo lugar, no está nada mal—Se queda pensativo un rato y frunce el ceño -Camil no deberá probar alcohol nunca— Habla con completa decisión en su voz.
Con decir eso Camus asiente en complicidad, estando acurrucado a lado del Escorpión -Por supuesto que no, jamás lo hará- Ambos han decido mantener el licor lejos de su pequeño hijito, qué no tiene más que cinco años ahora –También lo va a tener prohibido Hyoga- Y de paso al adolecente que tienen.
Abre sus turquesas ojos con sorpresa –Entonces el invitarle su primera cerveza queda prohibido- Sonríe algo nervioso –Anotado cubito-
Camus solo lo mira de reojo, pero deja salir un suspiro de alivio.
Los minutos trascurren, y el sueño comienza a vencer a uno, pero a la vez, un clic qué en la mente de uno se presenta, siendo de un tema bastante particular.
-¿Crees que le hemos heredado ese vicio a nuestro Bichito?- El preocupado Milo, afila su mirada.
-Mmh... No creo. Aunque...- Se queda igualmente pensativo -Bueno, mis abuelos también soportan grandes cantidades de alcohol sin perderse, mis padres igual...- Parpadea pesadamente, conteniendo el bostezo –Bueno, mi padre si llego a emborracharse, y nosotros resistimos bastante, aunque yo nunca he probado mi límite... Así que- La parte superior de su rostro se frunce con esas peculiares pero bien definidas cejas qué posee, y se le ensombrece medio rostro –Es altamente probable que eso ocurra... Tsk, no me gustaría, Camil...- Se queda pensativo, armando escenarios ficticios de como ese vicio pueda afectar a su hijo menor.
Sin embargo... El cosmos de Milo parece perturbarse de golpe, y en su rostro se refleja una pequeña sonrisa de triste -Debe ser lindo... Conocer los vicios de tu familia...- No entiende por qué eso le parece un bonito detalle, ya que es perturbador las altas posibilidades de dependencia sobre un vicio, pero se le ha salido esas palaras, mientras la mueca de dolor se manifiesta.
-¿Eh?- Esto desconcierta al onceavo dorado qué lo mira sin entender nada -Milo, ¿De qué estás hablando?- Alza una ceja.
Un sobresalto se da por parte del pelicerúleo, desviando la mirada, pero... Ya no puede soportar el silencio.
El corazón de Milo es muy sincero, y más cuando ve ese rostro preocupado en su Cubito.
Se incorpora de su lecho, para sentarse, doblar sus rodillas y abrazarse las piernas -No es nada malo... Es solo que...- Suspira, para dedicar una sonrisa a aquella foto donde están los cuatro miembros importantes de su familia, ambos recién casados, Camil aun siendo un bebito tan lindo y su hijo mayor feliz por la el día especial de ambos dorados que quiere mucho, todo eso siempre lo ha motivado a mejorar y sacar sus preocupaciones de su pecho -Me he llenado de algo de envida, por ti y por varios de nuestros amigos...- Se siente avergonzado por decirlo en voz alta, sin embargo continua -Envidio qué ustedes tengan una familia... Y sabes a lo que me refiero con eso Cubito, por que... Tú y yo tenemos una familia- Se gira para ver a su esposo ahora sentado, mientras lo escucha atentamente –Una muy hermosa, que nunca la cambiaría por nada— No miente, es cierto que en verdad siempre los escogería por encima incluso de su deber como dorado, pero es evidente que tiene un pesar.
-Milo, no te preocupes. Yo te entiendo muy bien- Así como Milo aprendió a leer a Camus fácilmente. El mago de agua y hielo también lo ha aprendió hacer con su bichito, sus manos se posan en aquellas que están cruzados, apretando sus pantalones.
El escuchar esas palabras, saber el apoyo y comprensión de su Cubito lo hace muy feliz, pero a la vez un sentimiento se hace evidente.
Unas lágrimas caen de sus turquesas ojos, y esas frágiles manos las sujetas con mayor fuerza, mordiéndose los labios, apretando la mandíbula, para fruncir el ceño -¿Por qué para todos es posible conocer a sus padres...? ¿Por qué todos los pueden tener? ¿Pero por que yo no?- Dudas que han crecido en su corazón, y dolor que solo ha estado almacenando por un largo tiempo.
Camus, no tiene palabras ahora para reconfortarlo, pero su instinto es abrazarlo, y dejar que hable todo lo que quiera...
A veces la mejor forma de apoyar a alguien, es simplemente dejarlo hablar, abrir el camino para que exprese su pesar, y estar a su lado, escucharlo en silencio y hacerle saber que estas allí, qué estarás a su lado pase lo que pase y lo comprenderás en todo.
Un abrazo para reconfortarlo, sujetar sus manos para que siga, mientras le acaricia suavemente la espada.
-Sabes... Cubito... También quiero conocerlos, también quiero saber... Saber... Su historia de amor... ¿Como...- A cada palabra, su corazón se resquebraja y las lágrimas inundan su rostro -Vivieron a mi lado...? Su cariño de mi... De que... Si me amaron, los nombre qué pensaban darme antes del mío...- Cubre su rostro entre sus rodillas, temblando un poco en ese dolor que se le presenta -O... O... Lo que sea- Un puchero se forma en sus labios, para alza su cabeza de golpe, aguantando los deseos de gritar su desespero, solo porque Camil está a una habitación cercana a la suya, y no quiere asustarlo.
-Siento que... Debieron estar tan aliviados de no estar a mi lado, porque tal vez no... No me quisieron lo suficiente como para extrañarme...- Su mente lo ha hecho pensar en otras posibilidades más crueles.
Camus lo observa con confusión evidente, pero lo deja continuar.
No es capaz de ver a los ojos del onceavo dorado, so se queda fijo en las sabanas que cubren sus piernas -Me he estado preguntando... Y mucho... ¿Y si al final no fueron caballero dorados de antaño qué tuviera una segunda vida? ¿Y si en realidad me terminaron abandonando a las afueras del santuario?, y como dijo el patriarca...- Lanza un suspiró lastimero -Me encontraron en la entrada al santuario, cerca de Rodorio... Nadie sabía quién era, ni nadie sabía de donde venía... Solo que mi cosmos era fuerte y ningún escorpión me hirió...- Nadie puede culparlo de pensar esas cosas, de creer otras por no tener una respuesta clara -Tal vez... Al final... Sea mejor no saber nada. Ya que... Si en verdad no me amaron, y prefirieron abandonarme porque me odiaban...- Cabizbajo su pensamiento cambia a uno sumamente muy negativo, impropio en él -Puede ser... Que yo hubiera sido un estorbo... Un hijo no deseado para ellos o concebido de otras formas qué... Hubieran prefiero que muriera...- No puede evitar en aun peores escenarios.
Camus, es allí qué debe traerlo de nuevo a la cordura, antes de que su cosmos se siga perturbando.
Un fuerte abrazo le entrega, y lo llama con gentileza -Milo... No los puedes juzgar si no conoces toda su historia- Se acerca para ser aún más escuchado -No puedes hacerte conjeturas sin tener todas las piezas— Detestar qué algo borre esa preciosa sonrisa de aquellos cálidos labios -Puede que incluso... Y al no saber toda la verdad, ellos entregarán su vida entera para darte la oportunidad de que pudieras tener una mejor vida, por más tiempo...- Le habla con ternura y calma, intentando hacerlo entrar en razón -Nada justifica abandonar a un hijo, nada lo hará...- Niega con la cabeza, cierra sus ojos, pero continua hablando -Pero si ellos no tuvieron algún otra opción, y dejarte en el santuario fuera la única en donde tu estuvieras a salvo...- Acaricia la espalda del pelicerúleo qué ha comenzado a llorar con mayor fuerza, y ahora es quien se oculta contra su pecho para sentirse reconfortado, dejando escapar su pesar que no lo había dejado tranquilo –Debieron por eso tomarla-
-¿Tú... Tú... Té... Crees... Crees eso... Cubito? ¿Crees... Que... Que me... Llegaron a amar de verdad?- Milo parece en este momento un niño pequeño, deseando un amor muy diferente al qué tiene ahora... Que nadie puede ocupar, qué envidiaba y siempre deseo tener, pero que sentía que debía ocultar. Incluso aquel que llego a tener de parte del patriarca, comprendió con el tiempo que no le pertenecía por completo.
Camus lo entiende, pues también le dolería si él estuviera en el lugar de su esposo.
Por eso, y tal vez y solo tal vez, sea bueno decir lo que el Escorpión dorado desea escuchar al solo darle una repuesta ambigua.
-Si... Yo sé que te dieron amor mucho Milo. Por eso, posees un enorme y encantador corazón, que es capaz de amar con tanta fuerza y pasión— Lo abrazar con más fuerte, dejando qué manche su pijama con sus lágrimas, en silencio el pelicerúleo continua dejando que su dolor salga.
A Camus, no le importa lo cansado que pueda estar ahora, él lo sostendrá como miles de veces lo hizo Milo por él. Lo va a tranquilizar hasta que esté bien.
Por qué simplemente verlo sufrir es algo que no permitirá.
En silencio, pide también qué quienes le dieron vida a Milo, de verdad lo amarán, y algún día aparezcan, para que den una buena explicación de su ausencia ahora, y le digan a su esposo lo mucho que lo han amado.
Pero lamentablemente, y una vez más... Esos cobardes qué ahora así se sienten h hacen llamar, no pueden tener el valor de enfrentarse al pelicerúleo y decirle sus razones, que si bien es igual al de los demás... Existe algo que los vuelve diferente a las otras parejas de dorados.
A pesar de estar una vez más delante del santuario, a la entrada donde lo dejaron hace veintiséis años atrás...
No querían verse, al parecer el amor entre ambos se acabó, ni siquiera buscan encontrarse, sus ojos solo están fijos en la estrella resplandeciente de Escorpio.
Su amor pudo a verse acabo, pero el amor que le siguiente teniendo a ese mini bichito pelicerúleo qué sostuvieron alguna vez juntos, sigue estando en ellos y quieren volver a verlo, pero si lo hacen... Deberán enfrentarse a miles de dudas, preguntas y razones, del por qué no son como las demás familias que se ha formado en el santuario, y que Milo tenga una diferente por la razón de que sus padres ya no se aman... Tal vez lo haga sufrir.
Aunque, realmente es más para protegerse a ellos mismos.
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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj?
¿Como están mis terrones de azúcar?
Espero que mega bien. Yo aquí publicando el capitulo por el cumpleaños de Milo de Escorpio del año pasado, por lo tanto tendrán mas adelante mas cositas de todos jajajaa.
De seguro se preguntaran ¿Quienes son los padres de Milo? Bueno así como aun no del todo se sabe quienes son los progenitores de los gemelos, estos también por el momento no se sabrá, pero si todo marca bien en un futuro cercano sabrán.
No diré mas solo que felicidades Milo.
A cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar al buen bichito de cabellos cerúleos.
Y uno, y dos, y tres...
Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Milo, tu cumpleaños si que si.
Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Milo, tu cumpleaños si que si.
Me alegra que estén disfrutando el contenido que les dedico.
En fin terrones de azúcar, miles de gracias por disfrutar lo que les traigo, dejarme su comentario que es bien recibido jajajaj.
Nos leeremos en la próxima, terroncitos de azúcar.
Cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas.
Los mega quiero a todos.
Ammu se va.
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