Capítulo 065

Narra Millie

- ¡...diez, once y doce!- En la calle se escucharon los fuertes estallidos de los fuegos artificiales nada más acabar la cuenta.

Yo solo sonreí emocionada por saber que el dos mil diecinueve ya estaba aquí. Si el dieciocho fue genial, me imagino este nuevo año.

De pronto sentí una mano tomar la mía y sin evitarlo miré hacia el precioso y perfecto rostro de Esmeralda. Ella me sonrió mostrando su dentadura, me tomó de la barbilla con una de sus manos y me acercó a ella, besándome tan suave y cariñosa, como solo ella sabía hacer. Tan perfecta e imperfecta a la vez, que me enamoraba cada día de mi vida.

Nos separamos despacio y sin abrir los ojos.

- Feliz año nuevo, Mills.- Susurra abrazándome.

- Feliz año, mi vida...- Contesté yo abrazando su cintura.

Si pudiera retroceder en el tiempo, jamás hubiese sido novia de Jacob.
Mírala. Una chica amable, bondadosa, compasiva, fuerte, comprensiva, simpática, creativa, inteligente, artista... Vestida ahora mismo con un bellísimo traje rojo con escote y minifalda pegada a su cuerpo.
Sus penetrantes ojos verde claros. Era como si me pudiese leer sin problemas.

- ¿Te he dicho ya lo bonita que eres?- Me pregunta mirando mis labios pintados de  un rojo intenso.

- A cada momento y gracias a eso mi autoestima está estable.- Ella sonríe complacida.- Tus padres nos están mirando.-

- Tu familia igual.- Las dos reímos y simplemente ignoramos a nuestros padres.- Te quiero.- Susurra antes de atrapar mis labios.
Miré de reojo a mi familia (mis padres, hermanos, abuelos, tíos y primos) y vi como ellos desviaron la mirada incómodos, como si ver un beso entre nosotras les causara algo malo. Aunque a mis hermanos y a mi madre no parecían interesarse demasiado lo que hacíamos.

- ¿Dos niñas se pueden besar?- Pregunta Alan, mi primo de ocho años a sus padres. Mis tíos lo miran a él y a nosotras varias veces. Se acercaron a su hijo y simplemente preferí no escuchar.

- Ignóralos, Mills.-  Me susurra mi novia picándome la quijada a besos.- ¿Y si mejor nos vamos a la fiesta de Lilia?- Yo asentí con una leve sonrisa de tristeza.

Esmeralda se despidió de su familia y esperó a que yo hiciese lo mismo.

- Mmm... Me voy. Feliz año.- Digo desganada y sin mostrar mucho entusiasmo.

- Me gustaba más Jacob como novio. Era un chico, y era muy bonito y atento contigo.- Dice mi prima de dieciséis.

- Quédatelo, tengo a alguien mejor y que me hace feliz.- Rodé los ojos.- Si van a estar criticando a mi novia y a mí a mis espaldas, vayan todos a la mierda.- Mi madre se ahogó en su copa de champán y comenzó a reírse en bajó.- O sea... Feliz año.- Y por fin, salí de esa molestia de familia que me tocó.

[...]

Mierda.

Son las cinco y veinte de la mañana. Esmeralda está muy, pero que muy borracha y yo con ganas de irme, ya que la fiesta se estaba volviendo algo rara. Lilia también estaba borracha (aunque no me extraña, es su casa).
Me dirigí hacia la mesa en la que estaba subida la ojiverde.

- Esme.- Dije mientras tomaba su muñeca y la bajaba de ahí.

- Suéltame.- Alargó la 'e'. u voz sonaba muy extraña. Jamás la había oído así.- Vamos a bailar, Mills.- Dice ahora agarrándome la camisa y acercándome a ella. Su aliento olía a todo tipo de alcohol y era desagradable.

- Es muy tarde, debemos irnos.- Pero luego pensé en lo lejos que estábamos de mi casa y que no habían Uber ni taxis a estas horas.- Mejor... Sígueme.- Nada más acabar la oración, la ojiverde cae al suelo medio inconsciente.

La gente a su alrededor la ignoran aunque esté tirada en el suelo. Todos borrachos y saltando de un lado a otro al ritmo de la horrorosa música que sonaba en toda la casa. Dios, odio esta fiesta.

Tomé a Esme entre mis brazos y subí las escaleras para dirigirme a la habitación de invitados.
En el camino, ella no paraba de reírse ni de decir estupideces que yo trataba de ignorar pero que a veces era imposible, porque era demasiado tierna o divertida.

Entramos a la habitación y ella simplemente se quitó de entre mis brazos.
La miré sorprendida pero no me tomó importancia. Me empujó un poco para alejarme de la puerta y así cerrarla de un golpe y poner la llave. Me comió con su mirada verde y misteriosa, algo muy inusual en ella. Esta era una parte que nunca había visto de la persona que más conocía.

- ¿Esme?- La llamo a ver si reacciona. Lo único que consigo es ver cómo se acerca a mí despacio y mordiendo su labio inferior.

Me está provocando... Lo peor es que ya lo consiguió. Pero no podemos.

Me volvió a empujar, pero esta vez mucho más fuerte, causando que me cayése a la cama. Ahora mi corazón latía veloz debido a lo nerviosa y confundida que estaba.
Traté de levantarme pero Esme fue más rápida y se colocó a horcajadas de mis caderas.

- Hagámoslo, Mills.-

Miré sus mejillas y nariz enrojecida debido al alcohol en su cuerpo. Sus labios estaban muchísimo más hinchados de lo normal y su piel casi que ardiendo. Estaba segura de que no ardía por fiebre, sino por el pedo y por el deseo.

- E-es... Estás borracha.- Digo cuando veo que su rostro se acerca al mío.

- Soy toda tuya, Mills.- Nada más acabar la frase, siento sus caderas moverse hacia delante y atrás creando un roce inevitable y leve. Y sin poder evitarlo, las dos suspiramos pesadamente.

- No. No lo haré y menos sin tus cinco sentidos en buen estado.- Ella hace un puchero y sus dedos me acarician los labios, aún tratando de provocarme más.

No puedo hacerlo en este estado. No me quiero aprovechar de ella.

- Millster...- Susurra tratando de convencerme.- ¿No quieres verme?- Vuelve a morder su labio sensual a la vez que se ponía derecha de nuevo. Agarró un tirante de su vestido corto y trató de deslizarlo para quitárselo de su hombro, pero yo lo impedí agarrando su muñeca.

- Vamos a dormir.- Sonreí sin mostrar mi dentadura.

- Noo.- Protesta.

La aparté de encima de mí con cuidado aunque luchando un poco contra Esme para que no se desnudara del todo.
Porque de alguna manera logró bajarse el vestido hasta sus caderas.

Mi cara estaba ardiendo y mi cuerpo quería acceder ante la interesante e inusual petición pero debía controlarme. No era justo, obviamente.

Y de repente, ella se quita todo el vestido.

- Esta va ser una noche larga...- Digo en bajo y sintiendo los mejillas arder.

[...]

Narra Esmeralda

Mis ojos se abrieron debido al fuerte suspiro de alguien a mi lado. Me giré algo asustada para ver quién lo provocó. Sonreí al ver que era Millie.
Era tan tierna durmiendo; Sus grandes labios entre abiertos y su cara algo aplastada contra la almohada era algo que nadie podía ver. Y yo tenía el privilegio de poder dormir y despertar con ella.

- Hey...- Susurré suavemente a la vez que mi dedo índice exploraba sus labios. La tomé de la barbilla y cerré mis ojos a la vez que mis labios besaban los suyos.- Buenos días, pequeña.-

Ella dio un pequeño suspiro. Pero era obvio que la había despertado.

- Sé que estás despierta, tonta.- Dije sonriendo.

Millie se mantuvo neutral unos segundos para después comenzar a carcajearse sin parar. Interrumpí sus risas con otro beso. Ella me lo siguió al momento. Me sorprendió sentir como me lamía los labios con sutileza, pidiendo permiso. Me separé unos centímetros y la miré directo a los ojos.

- ¿Estás segura de que quieres...?-

- Sí.-

- Mills, cada vez que intentamos besarnos así, lo interrumpes y te pones muy nerviosa y casi no puedes hablar ni mirar a nadie por un largo rato.- Le traté de advertir.

- Solo... Déjame intentarlo.- Ella desvió su mirada hacia mis labios. Sin perder más tiempo me devoró los labios con una desesperación y deseo increíble.
Es decir, ¿esta es mi novia?

Entreabrí mis labios y ella con algo de timidez, entró sin mi oposición en lo absoluto. Al principio se movió despacio y yo la acompañaba paciente y feliz de ver que había perdido ese "miedo", pero luego fue más atrevida; mordiéndome los labios y jalando de estos a la vez que me los lamía.

Luego tomó algo de impulso y se puso encima de mí sin poner todo su peso.

Pero... ¿Qué pasó anoche? ¿Qué hice? ¿Dónde estoy? ¿De quién era la fiesta?

Mi corazón comenzó a latir rápido al acordarme de algunas cosas.

Dios, estaba muy borracha. Me he emborrachado por primera vez en mi vida... Mis padres me van a matar si se enteran.

Puse mis manos en el tórax de Millie y la aparté sin avisarla. Tomé una fuerte bocanada de aire tratando de recuperarme y la miré algo angustiada y asustada. Ella me miró confundida y algo preocupada, su cabeza se giró un poco mirándome mejor, como si estuviese inspeccionandome.

- M-mills...-

- Te quejabas de que yo siempre interrumpo y mira ahora.- Ella se ríe y luego se calla ver que no me río con ella.- Lo siento... ¿Qué pasa? ¿Estás bien?-

- ¿Qué hice anoche?- Su rostro cambió  y se enrojeció en menos de un segundo.

Mierda, mierda.

- ¿Mills?-

- Mmm...- Su mirada se desvió para pensar en que decir.

- Mills, mírame a los ojos y sé completamente sincera, por favor. ¿Lo harás?- Ella tragó algo de saliva y me miró. Yo más asustada, me quedé sentada y Millie tan solo seguía cerca de mí.- ¿Tan grave es?-

- No, no. Ni te alarmes, ¿si? No fue tan grave.- Dice acariciando mi mejilla dulcemente.- Anoche te pasaste de copas. Hubo un momento en el que quería besarte pero me apartaste y me dijiste que tenías una novia llamada Millie y que la amabas.- Yo no pude evitar reír avergonzada de que ella me hubiese visto en ese estado de ebriedad.- Luego se subiste a una mesa para bailar, te bajé de allí y te lleve a esta habitación. Me apartaste y...- Su rostro se puso aún más colorado.- Y... eh... Tú cambiaste por completo.-

- ¿P-por qué? ¿Qué hice?-

- Es que... No puedo contarlo sin parecer tonta.- Se tapó la cara con ambas manos y yo ya esperaba lo peor.

- M-mills... ¿Nosotras...?-

- Me empujaste a la cama y se pusiste encima mío, empezaste a moverte y tus palabras exactas fueron: "Hagámoslo, Mills". Te dije que mejor no, que estabas muy borracha y luego me dijiste "¿No quieres verme?", Te respondí simplemente que vayamos a dormir y eso hicimos.-

Pasaron unos minutos de completo silencio y, sinceramente, muy vergonzosos para mí. Mi mirada se mantuvo pérdida, porque no podía mirarla a los ojos luego de eso.

Debo decir algo para calmar un poco la situación.

- Si no hubiese estado borracha, ¿hubieses visto mi cuerpo?-

Mierda, así no.
Lo más que logró provocar es ver cómo se removía en su sitio incómoda y tensa. En su mirada pude fijarme que yo tenía razón.

- Oh, Mills...-

- Cállate.- Dice tapando su rostro con ambas manos.

Yo reí nerviosa y enternecida (en cierta parte). Apoyé mi mano derecha en su rodilla para captar su atención.

- No importa que quieras verme, Mills.- Ella se despegó un poco de sus manos y giró su mirada hacia mí.

- ¿Eso significa que no soy la única que quiere?- Suspiré un poco acalorada y asentí.

- Opino que eres hermosa.-  Solté.

Narradora

Esos pequeños comentarios le daban cien años de vida a Millie.
Su pequeño corazón comenzó a latir rápido de nuevo. Porque tenía la sensación de que algo pasaría luego de esta conversación.

- Me confunden tus cambios tan radicales de tema...-

- Mecanismo de defensa, quizá.- Millie carcajeó un poco y en segundos la miró profundamente.

- Debemos irnos a casa. Me acabo de acordar que estamos en casa de Lilia.- Esme se mantuvo inmóvil. Unos instantes después se abalanzó sobre su novia para besarla algo ruda.

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Que kk.

Por cierto, hola, tanto tiempo xdxd no me peguen xfa

-Deli

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