Capítulo 25.
25 de diciembre del 2019.
El reloj marcó las doce y dimos el turno a los regalos. Extrañaba estos momentos en familia debía admitirlo. Los Ralston nos llenaron de regalos, sin embargo los obsequios entre ellos fueron más simbólicos. De hecho, John le regaló calcetines a su hermana y desde el otro lado de la habitación me guiñó el ojo. El tipo era un desastre con los obsequios.
Creo que fui yo el que se llevó la mejor parte de los obsequios, al parecer mi familia extrañaba darme regalos en navidad porque después de que abrimos todo yo era el que tenía la montaña de obsequios a mi lado. El peor regalo había sido el de Sussie.
—¡Ábrelo, ábrelo, ábrelo!—gritaban todos.
Sussie por su parte se mantenía callada mientras bebía una taza de chocolate caliente.
Cuando terminé de romper la envoltura me di cuenta de que el peor regalo del mundo estaba en mis manos. Ella lo había prometido hace un año atrás, esta vez lo cumplió. La miré y ella sonrió por debajo de su taza. Se encogió de hombros.
—Te dije que te colocarías la chaqueta de Santa, está la hice con mis propias manos.
—Es horrible, Sussie.
—¡Jethro Andrew Cavanagh!—me regañó mi madre dándome la mirada.
Treinta y un años y todavía asustaba como la mierda.
—¡Pero me encanta!
Sussie se carcajeó porque sabía que lo odiaba con todo mí ser. Lo peor fue cuando todos empezaron a cantar para que me la pusiera. Tuve que hacerlo. La chaqueta era horrible y esta era peor que la de Sussie. No sabía cómo había hecho la chica, pero si presionabas un botón dentro de la chaqueta la condenada exclamaba un ¡Ho, ho, ho!
Por estas cosas podría volver odiar Navidad.
Mi regalo para Sussie en cambio fue lo máximo. Y esta vez no tuve que pedirle ayuda a nadie. Sussie jadeó sorprendida cuando vio que debajo de la envoltura había una tablet para su trabajo, era ideal para diseñadores. El beso que me dio después valió la pena cada centavo que gasté en la dichosa tablet.
Más tarde todo el mundo se fue a acostar, se habían habilitado los dormitorios para visitantes, así que los Ralston estarían cómodos. Por nuestra parte todos dormiríamos en nuestras respectivas habitaciones de la infancia. Nuestros padres hicieron que nuestras habitaciones fueran madurando con el tiempo, así siempre tendríamos una cama si alguna vez la necesitábamos.
Sin embargo, Sussie y yo nos quedamos en el sofá frente al árbol, cubiertos con una colcha para darnos mucho más calor en este frío invierno. El clima nos había dado una blanca navidad, afuera la nieve caía con fuerza del cielo, sabía que mañana todos tendríamos que colaborar para limpiar el frente de la casa.
—Ya que todo el mundo se fue a dormir—mencionó Susie levantándose.
Tomó algo que estaba escondido en el fondo del árbol de navidad. Una caja estaba envuelta con un bonito papel de regalo y una tarjeta.
—¿Tratando de arreglar el desastre de la chaqueta?
—Que malagradecido eres, la próxima vez como elfo de Santa te traeré el carbón más negro que consiga del Polo Norte—se burló ella sentándose a mi lado—. Pero no, no es mi regalo.
—¿Entonces de quién es?
—¿Por qué no lo abres y lo averiguas?
Curioso, rompí el papel rápidamente. Era solo una caja marrón. Procedí a abrirla y dentro de ella el brillo del cristal me hizo sonreír. Saqué la bola de nieve con cuidado, me sorprendí al ver su interior, tres estructuras estaban dentro de ella: Una casita roja, una casita azul y en el centro el edificio amarillo de la tienda de galletas.
Aún más curioso abrí la carta para saber quién sería el remitente.
¡Hola, Jeth!
Vine desde muy muy lejano para entregarte este pequeño obsequio. Sé que antes no eras muy fanática de ellas, incluso sé que tuviste una crisis años atrás cuando tú madre te regalo una de ellas. Luna las amaba, me enteré que las coleccionaba, sus favoritas fueron las que tú le diste cada navidad. No debería decirte esto pero su madre aún las conserva en una repisa, dice que es una manera de mantener viva a su hija.
Llegaron a mis oídos que sufriste mucho por su perdida y que al día de hoy sigues trabajando por seguir adelante. ¡Sigue trabajando en ello! ¡Podrás lograrlo!
Mi informante de orejas puntiagudas me contó que el año pasado accidentalmente chocó contigo. Lamento eso, a veces los elfos pueden ser un poco torpes, pero como habrás podido conocer a Sussie todos ellos tienen un corazón muy grande y con mucho amor para dar.
Ella me cuenta que fuiste su milagro de navidad. La verdad es que ella es tu milagro de navidad, Jethro. Todo pasa por una razón y que mi elfo favorito haya chocado contigo cuando más lo necesitabas explica que ella fue puesta ahí para poder seguir avanzando.
Está bola de nieve es parte de la colección de mi esposa, me permitió dártela aun siendo su bola de nieve favorita. Eso que ves ahí es el Polo Norte, pero sé que lo conoces. Sussie te llevó hasta ella con su magia, incluso me enteré de que galletas de chocolate fueron entregadas ilegalmente a tu persona.
No te preocupes, no te pondré en la lista de los chicos malos por eso. Pero ten cuidado, la próxima vez paga por ella y no dejes que Sussie te envuelva con sus bonitos ojos grises.
Gracias por pasarte hoy como el Grinch, se notó cómo es posible que la navidad cambia a una persona y es muy bonito habérselo mostrado a los niños que asistieron hoy al polo.
Sé fuerte Jethro, vive tu vida al máximo, para que cuando tengas mi edad puedas decir que no tienes ningún arrepentimiento, que eres feliz por más momentos tristes que hayas tenido, que tienes una mujer a tu lado que te ama, que viviste tu vida como quisiste que fuera vivida.
Tranquilo, puedes quedarte con el elfo, no la necesitaré hasta el año que viene. Tal vez podrías volver como el Grinch, no me enojaría para nada.
Cuida que sus orejas puntiagudas siempre estén felices, Sussie es mi elfo más leal, no le hagas daño, porque si no en tu próximo calcetín no tendrás una navidad entre bolas de nieve, una montaña de carbón estará en su lugar.
Sé feliz Jethro,
Santa (Ho, ho, ho)
—¿Cómo supo todo esto?—le pregunté.
—Le conté un poco de tu historia a Santa y él quiso investigar un poco más. No sé mucho de los detalles, la próxima vez que lo veas deberías preguntarle—Sussie se cruzó de brazos y me miró algo resentida—. Siento envidia porque Santa personalmente te dio un regalo de navidad este año.
—Creo que es el segundo año que lo hace.
—¿El segundo? ¿Qué te regaló el viejo el año pasado?
—La oportunidad de haberte conocido—susurré haciéndola sonrojar—. Si él no te hubiese mandado esa noche por la bola de nieve...
—Nos hubiésemos conocido de otra forma—se encogió de hombros—. Eras mi milagro de navidad y yo era el tuyo.
—Tienes razón—tomé su mano para besarla—. Feliz navidad, Elfo.
—Feliz navidad, Grinch.
La primera navidad junto a mi elfo, pero estaba seguro de que vendrían muchos más. Solo esperaba no recibir más chaquetas horrorosas de Santa, ¿alguien podría pedírselo a Sussie, por favor?
Fin.
¡¡¡FELIIIIIIIIIIIIIIIIIIIZ NAVIDAD!!!
¿Qué les pareció el final?
Dedicado a sofiaClaireWard <3 Espero que estés pasando un cumpleaños maravilloso, felicidades!!!!
Sigan leyendo :)
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