Capítulo 21.

NOVIEMBRE.

Rebobiné la escena del día de Halloween al menos cinco veces por día, no podía creer que Sussie se me hubiese confesado en medio de una calle luego de que ambos nos hubiéramos besado apasionadamente en el bar de su fiesta de disfraces. Estaba seguro que para los que presenciaron la escena había sido algo extraño ver como el Grinch y un elfo de Santa Claus interactuaban de esa manera.

No había visto a Sussie desde esa noche, no nos habíamos llamado, no había recibido un mensaje de parte suya ni ella uno de parte mío, hasta el día de hoy.

Feliz cumpleaños, Grinch.

Más nada, solo un simple feliz cumpleaños. Desde que sabía que Sussie compartiría mi cumpleaños junto a mi pensaba que iba a ser unos de los mejores cumpleaños después de diez años de soledad en mi apartamento, pero los planes fueron arruinados por el simple hecho de ser el tipo más idiota en el mundo.

—Mamá cocinó para ti, ¿en serio vas a hacerle ese desplante, Jeth?—preguntó Sasha cruzándose de brazos, las niñas se encontraban una a cada lado de mi cama tratando de sacarme de ésta—. Jethro Andrew Cavanagh.

—Uy, ya desarrollaste el tono de voz mandón de mamá.

—Con papá es peor—explicó Anya—. Si papá no le hace caso ella le jala una oreja.

—Eso podría ser considerado maltrato intrafamiliar, Sasha.

Mi hermana algo cansada de mi actitud, les pidió a las chicas que esperaran en la sala mientras que ella hablaba con su tío Jeth. Cuando ambas salieron, mi hermana se sentó a mi lado y solo bastó con que alzara su ceja para yo darle una diarrea verbal de todo lo que había pasado.

—Soy un idiota, lo sé, no tienes que decírmelo—dije después de haberle contado lo que había pasado días atrás.

—No tengo que decírtelo pero lo haré. Eres un idiota, hermanito—suspiré. Sasha se acostó a mi lado rodeando mi cuerpo con su brazo—. Si te gusta tanto, ¿por qué no se lo dices?

—No creo que sea capaz de soportar otra pérdida, Sasha.

—Lo de Luna fue bastante desafortunado, Jeth. Pero no puedes vivir con el miedo de que todo aquel que ames se alejara de ti o morirá. Nadie sabe lo que pasará en el futuro, hermanito, debemos tratar de vivir el presente y superar nuestro pasado.

—No quiero dejar ir a Luna—confesé. Una lágrima traicionera es soltada, Sasha la enjuagó con sus dedos delicadamente.

—¿Y quién dijo que debes dejarla ir? Siempre la vas a tener aquí y aquí—señaló mi frente y mi pecho a nivel de mi corazón—. Para seguir adelante no debes olvidarla, hermanito.

—¿Y si...

—No empecemos con los "y si", sabes que lo odio—me interrumpió dándome un golpe en la cabeza, me quejé—. Ahora, ve a ducharte y a vestirte. Todos nos están esperando en casa.

Cuando llegamos a casa de mis padres todos me recibieron con abrazos y besos incluidos. Mamá fue la primera en reclamar su abrazo, estuvo un buen rato así, como si tuviéramos meses sin vernos. Besé su mejilla y cuando levanté la mirada fue cuando vi un rostro conocido observándonos desde la discreta esquina de la sala. Solo quería terminar de saludar a todos para ir tras Sussie. Al abrazar por último a mi nuevo cuñado, volví a buscar a Sussie con la mirada pero ésta ya no se encontraba ahí. Mirando confundido la esquina me pregunté si había traído a Sussie con mi imaginación.

—Está en el patio, dijo que quería hablar contigo a solas—susurró mamá en mi oído volviéndome a abrazar—. Ve tras ella hijo y por favor, no vuelvas a meter la pata.

—¿Cómo sabes que metí la pata?

—Porque traes esa carita de perro atropellado que solo haces cuando te has equivocado.

Dejé a todos atrás y caminé hacia el patio de la casa de mis padres. Cuando salí por la puerta trasera ubicada en la cocina me encontré con Sussie observando los arbustos de mi madre, estos estaban sin flores ya que estábamos en otoño y muy pronto volvería el invierno congela traseros.

—Pensé que no querías hablarme—susurré en voz baja mirándola en la distancia.

—Pensé lo mismo—se encogió de hombros, me observó y poco después me abrazó—. Feliz cumpleaños, Grinch.

Estuvimos abrazados por un largo tiempo, puede que hasta haya sentido mis brazos cansarse un poco por la posición. Pero me sentía feliz, me sentía a salvo en los brazos de Sussie. Ella era mi lugar feliz.

—Lo siento—susurré sobre su cabello—. Odio haberte hecho sentir mal la otra noche, fui un idiota. No debí ocultarme nuevamente en mi caparazón, debí ponerme mis pantalones de valentía y decirte... Decirte...

—¿Decirme qué?

Era ahora o nunca.

—Decirte que cuando te veo mi mundo se vuelve de cabeza, que el color de tus ojos se ha convertido en mi color favorito, que tu sonrisa es más brillante que mil estrellas en cielo, que tú risa podría ser considerada la sonrisa más hermosa del mundo, que tu olor no se compara con el de una rosa y que tu Sussie Ralston, me has convertido en un hombre enamorado después de tanto tiempo—hice una pausa mientras quitaba algunas lágrimas que se deslizaban en las mejillas de las chicas—. Es cierto, no eres Luna, tu personalidad te hace única, Sussie. Soy un tonto por no entender que debo finalmente vivir mi vida, ¿Y qué mejor manera de hacerlo que al lado de aquellas personas que me aman?

Nunca podría decirle adiós a Luna, siempre la llevaría conmigo, tal y como lo dijo mi hermana, en mi mente y en mi corazón. Pero era hora de dejar el dolor atrás y darle la bienvenida a la felicidad, a un nuevo amor, a compartir y abrirme con los demás, era hora de darle una oportunidad a... Vivir.

—Siento haberte dicho esas cosas la otra noche, solo... Me sentí muy mal cuando dijiste que solo había sido un beso y...

No quería hablar, solo quería sentir. La besé como si no hubiera un mañana, porque la amaba y quería que ella realmente lo sintiera.

—¡Mami, tío Jeth le está succionando la cara! ¡Funcionó!

—¡Anya, ven aquí ahora mismo!

Sussie y yo nos separamos agarrados infraganti. Observamos la sonrisa de mi pequeña sobrina, antes de irse mira seriamente a mi chica.

—Le haces daño a mi tío Jeth y te corto el cabello mientras duermes.

—¡Anya, ven aquí!

Mi sobrina se dio la vuelta y corrió rápidamente en dirección de los gritos de mi hermana. Miré a Sussie atónito, ésta también tenía su boca entreabierta.

—¿Realmente...

—Sí, mi sobrina de ocho años acaba de amenazar con cortar tu cabello. Tenía que ser hija de mi hermana.

Realmente adoro esta pareja, va a ser difícil dejarlos :(

¡¡¡¡¡SOLO 4 DÍAS PARA NAVIDAD AAAAHHH!!!!!

Mi pregunta de hoy es: ¿A qué edad descubrieron que Santa, los reyes o los regalos del niño Jesús eran sus papás :v?

Dedicado a Lina_181407_ :) Espero y te guste.

Nos leemos mañana :)

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