11.7

Sábado por la noche, estaba sola en el bosque, no se perdería por que ya lo estaba conociendo, y había dejando marcas en los arboles, comenzó a juntar ramas secas al igual que hojas, hizo una fogata de estrella y la encendió, se sentó frente a ella mientras miraba el humo salir y el sonido característico de la madera quemándose. En la mañana todo estaba bien, ¿Como era posible que todo se fuera a la mierda si estaba bien? Escuchaba los gritos de su padre a la deriva, era una suerte de que la fogata no soltaba tanto humo y los árboles eran tan altos como un edificio. Limpio sus lágrimas y trato de calmarse, siendo le un poco difícil, su papá le había mentido todo ese tiempo, ya sabia que era el Ryodan la banda mas peligrosa de ladrones y asesinos a sangre fria... ¿Lo unció bueno tal vez eran los trabajos de caridad?, No importaba, aun así había hecho cosas tan malas.

— Aquí estas. — Murmuro el azabache se sentí a su lado y la abrazo, mas esta se alejo. — ... — El chico miro las estrellas y tomó sus mano, pero lo volvió a rechazar — Mila... Tenia mis razones...

— No hay razones para eso. No hay razón para asesinar gente. Nunca la hay, no importa si quieres venganza, o ajuste de cuentas. No hay razón para tomar algo que no te pertenece — Contestó sin dejar de mirar el fuego, palabras sabias para una niña. — Me voy a casa.

— No puedes ir a casa, esta muy lejos, y no te dejare ir y mucho menos sola.

— No te estaba pidiendo permiso.

— No iras y punto. — Chrollo no se desesperaba con facilidad, pero ahora, hoy era diferente.

— Te odio. — Aunque no fuera verdad, le pesaron esas palabras. — Ya no quiero vivir contigo, te odio. Dejame en paz. — Chrollo la tomó del cuello de la camisa y metió una fuerte cachetada sobre su mejilla dejándola con los dedos pintandos sobre esta.

— Di que me odias otra vez. — Sus mejillas se empañaron en lágrimas, era la primera vez que él la golpeaba.

— Te... Odio... — Y dio otra cachetada.

— Di eso cuando lo creas en verdad, superficial no me sirve nada. — Se levanto y se fue mas molesto que nada. Volvió a llorar en silencio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top