Capítulo 9

Otros días después...

Cansada y muy débil no entendía que me sucedía, y deprimida, escribía en mi libreta otra nueva idea, cuando sonó el timbre de la puerta...

Él me miró perdidamente y yo quedé sin aliento. No tuve palabras, él corazón se me paralizó y él se me acercó.

_ Hola Emilia

_ ¡¿Tú?! ¡¿Qué haces aquí en mi departamento!?

_ Emilia. Quiero explicarte lo que pasó

_ ¡¿Explicarme?! ¡¿Qué es lo que tienes que explicarme?! ¡¿De cómo solo te reíste de mi todo este tiempo?!

_ No. Yo nunca me reí de ti cariño. Por favor... - no quise seguir escuchándolo.

_ ¡No tengo nada que escucharte Joey! ¡Ahora sal de mi departamento! – se aceró más a mí.

_ No, no me iré – aquel acercamiento me intimidó. El corazón se me aceleró.

_ ¡¿Qué es lo que pretendes?! ¡¿Seguirte riendo de mí?!

_ Jamás me he reído de ti y si estoy aquí, es porque te amo Emilia. Te amo más que a mi vida - se me llenaron los ojos de lágrimas.

_ Entonces si me amas ¿Por qué te fuiste sin mí ese día? ¡¿Por qué?!

_...

_ Yo vi como la avioneta se fue y tú en ella... Yo te dije que iba a llegar y tú no me esperaste ¿Por qué? – dio un suspiro.

_ Porque...

_ ¡¿Por qué?! ¡Exijo saberlo! ¡Dime la verdad!

Joey ya no pudo más, me miró serio y determinado. Su mirada me provocó un poco de susto.

_...Pasa que estoy muy enfermo, Emilia. Tengo leucemia...

Lo miré perpleja, los oídos me agudizaron y él serio, me miró triste y casi acabado. Se me llenaron los ojos de lágrimas y lo comprendí todo. Sus desmayos y cansancio frecuente, sus pocos ánimos, y aquel día... Me puse en negación.

_ No, no es cierto

_ Mi enfermedad está en un punto crítico. Los doctores no me dan muchas posibilidades

_ No Joey, no – rompí en lágrimas y él trató de ser fuerte.

_ Ese día en que los dos viajaríamos, comencé a sentirme muy mal. No pude más y le pedí a Hans que me llevará rápidamente al hospital más cercano... Fue por eso que me fui sin ti, mi vida

_ Joey... - me miró desolado.

_ Perdóname, perdóname por lo que más quieras Emilia – el corazón se me apretó de dolor y no pude más.

_... Joey

Lo abrasé con toda mi alma y él me aferró fuerte y con todo su amor a sus brazos. Me sentí culpable.

_ No, tú perdóname a mí por haberme comportado como lo hice – acarició mi cabello.

_ Tranquila. Tú no eres culpable de nada – me sentí de pronto enfadar.

_ ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

_ Porque tenía miedo. No sabía cómo decírtelo

_...

_ Pensaba y pienso que no me queda mucho tiempo, de modo que, solo quiero disfrutar y vivir el poco tiempo que me queda a tu lado – el corazón se me apretó de agonía y tristeza.

_ ¡¿Y luego qué?!

_ Pienso dejártelo todo, una vez cuando yo no este

_ ¡Yo no quiero tu dinero, Joey! ¡Solo me importas tú!

le grité alterada y me vino un fuerte mareo. Joey lo advirtió.

_ ¿Qué te pasa cariño? – preguntó preocupado y me tomó con cuidado del brazo. Yo solo vi puntos de colores por todos lados. Todo me daba vueltas.

_... No lo sé, estoy mareada

_ ¿Mareada?

_ Si... He estado así todos estos días – le dije débil y él me observó.

_ Es mejor que te recuestes ahí en ese sofá

_ No es necesario. Ya se me va a pasar

_ No lo creo...

Lo miré y él me miró fijo.

_ ¿Hace cuánto tienes esos síntomas?

_ Ya te dije, hace un par de días, además no me cambies la conversación. Estoy muy sentida contigo ¿No pretendías acaso nunca contarme lo de tu enfermedad?

_ Pensé que así sería mejor

_ ¡¿Mejor para quién?! ¡Eres un egoísta! ¡No te has detenido ni un segundo en pensar en mí!

_ ¡Claro que si lo he hecho!... No quería preocuparte y que sufrieras por mí

_... – aún mareada, fui a sentarme al sofá. Él volvió a mirarme con detenimiento y se sentó junto a mí.

_ ¿Cómo te sientes?

_ Todavía mareada y cansada. Creo que he estado muy estresada con todo, es todo... Ahora quiero que te vayas. Necesito estar sola

_ No, no te dejaré así. Me quedaré aquí contigo

_...

Lo miré sin palabras. Lo amaba demasiado. Joey me miró perdidamente enamorado.

_ Te amo tanto Emilia – se me llenaron los ojos de lágrimas.

_ Y yo a ti Joey. Con todo mi corazón – sus ojos brillaron de ternura.

_ Niña mía – Yo solo quería llorar.

_ ¿Qué harás? ¿Estás en un tratamiento o algo así?

_ Hans, mi doctor, me dijo que, gracias al trasplante de medula, que pudieron hacerme allá en Santiago, estaré mejor, pero que, de todos modos, tengo que seguir el tratamiento

_ ¿Y lo vas a hacer? Joey dime que si vas a seguir ese tratamiento

_... – me sentí otra vez angustiar.

_ No me hagas esto Joey. Yo me muero si te pasa algo – le dije entre sollozos y lo abrasé. Él me abrazó triste y se lamentó.

_ Los doctores me dijeron que tenía pocas posibilidades

_ Agotemos esas pocas posibilidades. Yo tengo la fe que si te vas a salvar cariño. Lo sé

_ Niña mía... - dijo acabado y volvimos a abrazarnos.

_ No estás solo en esto mi vida. Yo estoy y estaré contigo pase lo que pase. Te lo prometo – me miró emocionado y tomó, con cariño, mi rostro entre sus manos.

_ Te amo niña mía

_ Y yo a ti mi Joey

Le dije emocionada y Joey no se contuvo más y me besó con todo su amor...

Besándonos, él me cargó en sus brazos y yo lo abrasé. Él me sonrió.

_ ¿Te sientes bien mi Joey? – le pregunté acariciando su mejilla.

_ Ahora que por fin te tengo en mis brazos, estoy de maravilla

_ Te amo

_ Y yo a ti. Ahora te lo quiero demostrar...

Le sonreí y él me llevó, así cargada, en sus brazos a mi dormitorio.

Desnudos, nos besamos muy apasionados. Joey se recostó sobre mí y ambos nos miramos perdidamente. Yo le acaricié su rostro y él me sonrió. Me destelló con sus intensos ojos celestes.

Acarició todo mi cuerpo, lo llenó de dulces caricias; besó mi cuello e hizo estremecerme por completa. Nos besamos sin parar, él entró muy suave en mí e hicimos el amor.

Dormía plácida en su pecho. Joey acariciaba mi rostro y me observaba con detenimiento. Recordaba una y otra vez que habíamos vuelto a estar juntos, y me miró perdidamente enamorado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top