Capítulo 5

Había llegado la mañana. Yo dormía regada en su pecho, mientras que Joey me observaba.

Acarició mi desnudo brazo y recordó que anoche habíamos vuelto a hacer el amor. Se sintió maravilloso.

_ Oh niña mía, has cambiado todo. Ya no sé qué es lo qué debo hacer, pero solo sé una cosa, que no quiero apartarme de ti. Ya no puedo...

En eso, comenzó a sonar su celular. Vio de quien se trataba y se levantó con cuidado para no despertarme.

Volteó a verme, y yo dormida profundamente, se tornó serio y atendió la llamada.

_ Halo

_ Hola Joey ¿Qué tal? ¿Cómo te has sentido?

_ Bien Hans

_ ¿Te has tomado todos tus remedios?

_ Si, tal como me lo recetaste el mes pasado

_ ¿Y los exámenes? ¿Cuándo piensas hacerte el tratamiento?

_ Ya te lo dije Hans, no pienso seguir ningún tratamiento

_ Pero que testarudo eres hombre, por dios. Joey tu enfermedad no es un juego. Tienes leucemia

_ Lo sé, pero... No sé...

_ Entre más rápido comiences con el tratamiento, las posibilidades son mayores a que sigas viviendo – se desesperó.

_ Lo sé Hans, pero...

_ Pero ¡¿Qué?! ¡¿En qué estás pensando hombre?! ¿O qué? ¿Quieres que te dé otra vez esa crisis?

_...

_ ¿Joey?

_ Ahora no puedo hablar más Hans. Debo colgar – su doctor dio un suspiro.

_... De acuerdo

_ Cuando esté de vuelta pasaré a tu consulta. Nos vemos...

No podía seguir. Si, tenía que tomar rápidamente una decisión, la que dependería su vida...

Me miró con destellos al yo bajar por las escaleras, luciéndole mi vestido blanco y un listón celeste bajo mi busto y pequeñas flores también celestes. Le sonreí, amándolo perdidamente y ambos hicimos alusión a que habíamos vuelto a hacer el amor.

_ Estás realmente hermosa

Le sonreí con resplandor y él me miró cautivado, seduciéndome con sus profundos ojos. Solo pensó con anhelos en mi dulce entrega y acarició mi mejilla.

_ Te amo tanto

_ Y yo a ti mi Joey. No sabes la alegría enrome que siento ahora al tenerte así tan cerca de mí

_ Lo sé niña mía. Tus ojos me lo gritan a cada instante. No te imaginas cuánto más te amo ahora que te volviste a entregar a mí anoche – me dijo y me abrasó a su pecho con cariño, y yo feliz, me sentí ruborizar.

_ Solo a ti me entregaría, tal como lo escribí en mis historias – me sonrió intenso.

_ Así es, solo a mí, mi dulce niña

Me susurró, yo lo miré perdidamente y Joey comenzó a besarme.

Nos sonreímos y caminamos, tomados de la mano, hasta el mar. Ambos miramos las olas por un momento y sentimos esa agradable paz y tranquilidad. Joey apretó con más cariño mi mano.

Sin soltarnos de la mano, caminamos descalzos por la orilla y las olas reventaban débiles en nuestros pies. Podíamos sentir la fresca brisa en nuestros rostros.

No había casi nadie en aquella playa, éramos casi los únicos paseando por la orilla del mar.

Miré el pasivo mar, sus frágiles olas y sentí su enorme mano tomada de la mía y me sentí inmensamente feliz.

Sin darme cuenta, Joey me estaba mirando locamente enamorado y sonrió maravillado. No cabía duda, se sentía maravilloso y realizado. No quería pensar en su enfermedad, solo quería ser feliz.

Llegamos hasta el hotel; ambos nos sonreímos y nos sentamos en la arena.

_ Desde esa ventana, yo te observaba todos los días aquí sentada, solo mirando el mar – le sonreí.

– Es curioso. Una dulce casualidad que fueras tú, precisamente, él que siempre me observaba

_ Te amo tanto Emilia

_ Yo también te amo mucho mi Joey

Nos miramos fijamente, casi se me iba a salir el corazón. Joey me destelló con sus seductores ojos celestes y nos besamos apasionadamente.

Le sonreí y Joey sacó su guitarra, la que llevaba en su espalda.

_ ¿Cantarás para mí? – me sonrió.

_ Si. Cantaré solo para ti amor mío – yo le sonreí perdidamente y el corazón más rápido me palpitó de anhelos.

Comenzó a tocar una suave melodía y las olas reventando tras de los dos, yo lo miré embobada y mis oídos y corazón se armonizaron.

Era todo un maestro en la guitarra. Era perfecto, movía sus dedos sobre las cuerdas, me miró con ternura y yo más me derretí de amor. Comenzó a cantarme y su suave voz entró en mí. Me hizo volar al cielo y quererlo con toda la fuerza del mundo.

Observándome, me cantaba todo inspirado, y yo perdida en él y en su voz, lo miraba con todo mi amor. Joey me sonrió.

Miró las cuerdas que debía tocar, yo lo observé y lo encontré tan atractivo y guapo; para mí era el hombre más atractivo de todos.

Él día se había nublado, el mar jugaba con sus olas y Joey me miraba perdidamente, mientras me cantaba esa dulce canción "Pictures". Yo sentía que lo amaba y quería aún más.

Al cabo de cantármela, me sonrió, yo no pude más y lo abrasé con todo mi amor. Joey me abrazó fuerte a su pecho, como si fuera la última vez, y acarició mi cabello. Lo amé aún más, que hacia un segundo y él disfrutó de aquel inseparable abrazo. Miró con melancolía el mar y no pudo evitar pensar en su enfermedad.

_ Gracias por esa dulce canción. Me encanta y más ahora porque tú me la cantaste – me sonrió con ternura.

_ Mi niña. Eres tan dulce

_ Te amo

_ Y yo a ti. Ahora y siempre

Volví a sonreírle y me le abalancé encima. Joey me sonrió coqueto y vigoroso.

Arriba de mí, yo flexioné mis piernas alrededor de sus caderas, Joey me miró intenso y acarició mi rostro. Sacó los cabellos que colgaban alrededor de mi rostro, y ambos nos sonreímos.

_ Te amo

_ Y yo

Nos dijimos y nos besamos largamente en la arena. Joey me abrasó con sus enormes brazos, me rodeó y ambos oímos las modestas olas tras de los dos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top