Capítulo 16

A la mañana siguiente...

Mi madre y Hans se sentaron frente al doctor y él los miró con seriedad...

_ Lamentablemente ni su hija, ni usted, son compatibles para ser donantes de Joey

_ ¡¿Qué?!

_ ¡Pero no es posible! – dijo su madre con angustia.

_ ¡Tiene que haber otra posibilidad! – intervino Hans y luego mi madre agregó con determinación.

_ Si, si la hay. Eso sí ¿Podría esperar unos dos días por favor?

_De acuerdo...

Veníamos de la cafetería con Lotta, su hermana y su madre y Hans nos miraron...

_ Ni yo, ni Lotta somos compatibles para ser donantes de Joey... - el corazón se me paralizó y me llevé las manos a la boca. Mi mundo colapsó y reventé en lágrimas...

<< No Joey, tú no. No puedes dejarme, tú no ¡No! >>...

Allá en Alemania, leía unos casos penales en el diario, cuando de pronto, comenzó a sonar el teléfono...

_ ¡Halo!

_ George... Hola...

_ Hola Emilia ¿Qué tal? ¿Cómo estás?

_... George – escuchó que yo lloraba.

_ ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras Emilia?

_ Joey está muy mal George. El trasplante que le habían hecho lo rechazó y ahora está muy grave

_ Oh no. Lo siento mucho Emilia. Si en verdad puedo hacer algo, tú solo dímelo

_ Tú eres nuestra última esperanza George. Salva a Joey por favor...

Él definitivo, pensó en mí y en su hermano Joey. Aquel bello sentimiento que había nacido en él aquel día, en nuestra boda, no lo pudo arrancar. Estaba dispuesto a todo por hacerme feliz.

Guardó su ropa y fue a tomar el primer vuelo de regreso a Londres...

Un avión aterrizó, yo lo vi y George me saludó a lo lejos. Yo lo saludé alzando la mano y me le acerqué con lentitud. Él me sonrió con destellos.

_ ¡Oh, pero miren como está esa barriguita!

_ George...

Lo abrasé fuerte, con mucho agradecimiento y él me abrazó con todo su amor...

_ Discúlpame por favor por hacerte venir así George. Si no hubiese sido urgente no te lo hubiera pedido nunca

_ Tranquila Emilia. Si yo vine fue porque tú me lo pediste y haré todo lo que esté en mis manos para salvar a mi hermano

_ Gracias. De verdad muchas gracias, George. Confió que con tu ayuda él saldrá bien de esto – me sonrió.

_ Así será

_ Gracias...

Todo había salido bien, el doctor junto a los tres nos sonreímos y Joey me miró perdidamente y tomó mi mano.

_ ¿Entonces fue un éxito el trasplante doctor?

_ Así es, ya ahora el joven aquí no tiene nada de qué preocuparse y todo gracias a este otro muchacho – Joey miró a George y le sonrió.

_ Si, es cierto

_ Muy bien muchachos, yo los dejo ¡Suerte!

_ Gracias doctor - George nos miró y sonrió.

_ Todo esto es gracias a ti hermano ¿Cómo te lo voy a pagar?

_ Cuidándote, cuidando a tu esposa y a este bebe que está por nacer – Joey me miró todo enamorado.

_ George, muchas gracias por todo – él me sonrió.

_ De nada Emilia. Ahora solo ustedes tienen que ser felices y criar a su pequeño

_ Así lo haremos

_ Si, así será – le dije y miré a Joey. Él con cariño acarició mi barriga y yo lo miré con todo mi amor.

Muchos días después...

Tomó fuerte mi mano y yo pujando con fuerzas, el doctor me ordenaba que no me detuviera.

Joey me miró.

_ Vamos amor mío. Lo estás haciendo muy bien...

Me miraba con admiración y yo pujando con más fuerzas, sentí su mano apretar a la mía, lo que me hizo amarlo aún más.

Respiré agotada, casi ya no podía más; el doctor me ordenó de nuevo que no me detuviera y seguido de eso, me dijo que ya podía verle la cabeza a nuestra bebe. Ambos sonreímos con ilusión, Joey me susurró que me amaba, y yo entonces pujé con todas mis fuerzas.

Él me miró con deslumbro, y de pronto, los dos escuchamos el llanto de nuestro bebe.

_ ¡Nació!

_... ¿Qué fue?... – pregunté más que agotada y a la vez ansiosa por saber que había sido y Joey me miró perdidamente.

Sostuve a nuestra hija y le di un besito en su frente. Joey tomó su pequeñita manito.

_ Es hermosa, es igual a ti mi vida – yo le sonreí.

_ Mira, tiene tus ojos

_ Es preciosa, es nuestra bebe. Esto es lo más hermoso que me has dado Emilia. Te amo

_ Y yo a ti. Te amaré siempre

_ Te adoro

Me dijo y me besó, mientras que la bebe lloraba y lloraba en mis brazos. La miramos con ternura, emoción y le hicimos cariño con todo nuestro amor.

_ Hola mi pequeña Emilia. Soy tu papá

_ Y yo tú mamá. Te amaremos y cuidaremos siempre – Joey nos sonrió.

_ Las amo a las dos. Son mis bellas princesitas

Dijo y me miró con destellos. Yo le acaricié su rostro y él volvió a besarme.

Así el tiempo pasó. Joey muy pronto comenzaría una nueva gira junto a su banda, la que había dado que hablar a todos sus admiradores, incluyéndome.

Había vuelto a ser el Joey del que siempre conocí y del que me enamoré y me inspiré para escribir todas mis historias de amor.

Mi nuevo libro "Mil veces tú" había sido todo un éxito y Joey halagado y orgulloso de mí, ese día era la inauguración y primera venta. Él me acompañó.

Todos nos aplaudieron y yo con nuestra bebe en mis brazos, a Joey le entregaron la primera copia de mi nuevo libro y él me miró con ternura. Yo le sonreí.

_ Será otra historia maravillosa

_ Así es. Es nuestra historia

_ Me fascinará ser el primero en leerla

_ Mi Joey

_ Te amo

_ Y yo a ti...

Cargó con cariño a nuestra hija, yo le sonreí y comencé a firmarle mis libros a mis ya fans de todas mis obras anteriores. Joey me miró orgulloso y me amó con locura...

2 años después...

Las flores y plantas por fin habían florecido allá en nuestro nuevo campo y yo buscando a nuestra pequeña hija, fui hasta allá, para ver si ahí se encontraba.

_ ¡Emilia! ¡Emilia! ¡¿Dónde estás?!

Ella más que feliz, jugaba con una mariposa. Yo la vi a lo lejos y fui por ella...

_ Pero mi amor ¿Qué haces aquí? Llevo rato buscándote

_ Mamá... - le sonreí.

_ Ven aquí...

La cargué en mis brazos, ella me miró y yo le sonreí. Acomodé su vestido y de pronto, llegó un auto. Ella lo miró y sonrió.

_ Es papá

_ Si. Ahí viene el papá

Joey se bajó, nos sonrió con destellos y Emilia corrió a sus brazos. Él feliz la cargó en sus brazos.

_ Hola mi niña hermosa ¿Cómo te has portado hoy?

_ Bien...

_ ¿Bien? ¿Sí? - le preguntó y sonrió. Luego se acercó a mí.

Ambos nos sonreímos, él me miró y volvió a sonreír.

_ Las vengo a invitar a almorzar

_ Oh sí, que rico ¿Escuchaste eso mi amor? – le pregunté a nuestra bebe y Joey la miró con ternura.

_ A ver ¿Qué quiere la consentida de papá?

_ ¡Papas fritas! – ambos nos reímos.

_ ¡Qué rico! ¡Entonces vamos a comer unas ricas papitas fritas!

_ ¡Sí!

Dijo ella y yo me puse a reír. Joey me miró con ternura y tomó mi mano con cariño.

_ Te amo

_ Y yo a ti. Con toda mi vida

Me sonrió con destellos, sostuvo mi rostro con cariño y me besó. Yo lo abrasé fuerte y nuestra pequeña corrió por el campo.

Los dos nos sonreímos y fuimos por ella.

Joey la alcanzó, la cargó con todo su amor en sus brazos, y yo la sostuve de la otra mano.

_ A ver, a la una, a las dos y a las tres...

Dijo Joey y los dos la elevamos; nuestra pequeña riéndose, corrimos con ella hasta el auto.

Los tres nos reímos; Joey y yo nos sonreímos y nos subimos al auto, con nuestra amada hija, y nos fuimos a almorzar al centro de la ciudad.


Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top