Capítulo 13
Un poco cansada, estaba sentada en la cama. Miraba la ropa para nuestro bebe, la que era toda de color blanca por no saber aún que sería. Queríamos que fuera una sorpresa.
Miré con cariño sus pequeñas prendas y sus tiernos zapatitos; sonreí, los tomé y los coloqué sobre mi barriga. Me la acaricié pensando en Joey y en nuestro amado bebe.
_ Hola mi vida. Mi niñito lindo
De pronto sentí unos enormes deseos de llorar...
Él me vio, sonrió con ternura y se me acercó sin que yo me diera cuenta.
Lo miré perdidamente, él se sentó a mis pies y acarició mi pierna.
_ ¿Cómo te sientes hermosa?
_ Bien... Solo un poco cansada...
_ ¿Segura?
_ Si ¿Y tú? ¿Te sientes bien?
_ Sí, tranquila. Ahora solo me importan tú y mi bebe. Que los dos estén bien
_... Si...
Solo le dije y le sonreí con melancolía. Él lo notó.
Desvié la mirada y tomé un pequeño pijama de nuestro hijo. Joey se sentó junto a mí y me abrazó. Quería hacerme sentir mejor.
_ Que ropita más linda y tierna
_... – le sonreí y amé con todo mi corazón y él me sedujo con sus intensos ojos. Acarició mi barriga y yo me derretí por completo.
Me recargué en su hombro, él me miró perdidamente enamorado y me acarició con más cariño la barriga. Yo le volví a sonreír y le mostré un tierno suéter para nuestro bebe.
_ Mira que tierno este suéter ¿Te gusta mi vida? – sonrió.
_ Es muy bonito. Se le verá muy lindo a nuestro hijo
_ Si
Le susurré y me recargué mimada y con fervor en su hombro. Con mi sensibilidad a flor, Joey lo advirtió.
Di un suspiro, tomé un zapatito y él acariciándome, me miró fijo. Yo sentí una pequeña molestia y solté un silencioso gemido.
_ Es mejor que te recuestes, cariño. Parece que él bebe y tú quieren que yo les haga más cariño – sonreí apenada.
_ Sí, siempre... - me sonrió.
_ Anda, ponte cómoda
Me recosté y Joey guardó toda la ropa de nuestro hijo en uno de los muebles. Yo lo miré hacerlo y se me cubrieron los ojos de lágrimas. Lo quería y amaba tanto. No me imaginaba un solo día que él no estuviera.
Se acostó juntó a mí. Le fascinó sentir mi espalda y a mí se me aceleró el corazón por él. él bebe volvió a patearme fuerte, muy fuerte.
_ ¡Oh!
_ Tranquila hermosa. Aquí estoy
Me susurró y volvió otra vez acariciar mi enorme barriga. Yo le sonreí toda mimada y él acercó sus labios junto a mi oído.
_ Amo acariciar tu vientre mi Emilia. Estás muy preciosa
_ Pero estoy enorme. No me siento nada bonita, ni atractiva – sonrió perdidamente y movió su mano con más cariño en mi barriga. Él bebe me dio otra patadita.
_ Mira, volvió a dar otra patadita
_ Si...
_ Estás muy bella Emilia. Muy sexy
_ ¿Sexy?
_ Si. Eres la futura mamá más hermosa de todas. Tengo tantas ganas de estar contigo...
Me susurró e hizo estremecerme por completa; él me miró todo apasionado y me dio un pequeño beso en los labios.
Aquel beso lo intensificó e hizo estremecerme aún más por él. Solté un quejido con muchos deseos.
Nos miramos, así muy juntos los dos, y Joey levantó mi vestido. Metió su mano debajo de mis bragas.
_ ¿Tienes ganas de que lo hagamos aquí y ahora mi hermosa?
_ Si quiero mi amor. Solo quiero acostarme contigo Joey – me miró embelesado y más se excitó.
_ Oh hermosa. Así me gusta. Ven aquí, que me muero por ti...
Me dijo y comenzó a besarme. Yo lo abrasé y me le tumbé encima; le desabroché rápido su camisa, le saqué el cinturón de su pantalón y se lo bajé más que rápido. Él deleitado, me observó hacerlo y con más y más ganas por mí, los dos nos desnudamos rápidamente.
Besándonos, ambos gemíamos al unísono y él haciéndome suya, nos llenamos de caricias y besos. Me hizo el amor lenta y dulcemente...
Esperaba ansioso por mí en la bañera. Ya el agua estaba caliente, para que nos bañáramos.
Me miró perdidamente de arriba abajo al yo acercármele con lentitud, con mi enorme y levantada barriga. Joey me observó y sintió más deseos por mí. Yo lo miré y le sonreí con pudor; él se colocó rápido de pie y me ayudó a meterme a la bañera.
_ Ven mi hermosa. Con cuidado
_ Gracias...
Me acomodé en su pecho y él me sonrió apasionado. Abrí las piernas y me recargué más en él y di un suspiro.
_ Mi bebe, mi bebe – me sonrió con ternura y acarició con más anhelos mi barriga.
_ ¿Te sientes bien?
_ Sí, pero siento que la espalda se me va a partir en dos – me sonrió intenso.
_ Tal vez me cabalgaste demasiado – me susurró y yo lo miré otra vez con pudor.
_ ¿Te gustó?
_ Si, estuvo muy rico y apasionado. Eres maravillosa
_ Mi Joey... ¡Oh! ¡Ahí está de nuevo pateándome! – tomó mi mano.
_ Trata de acomodarte hermosa – tomé su mano y él la tomó con más cariño.
_ No sé porque ahora me duele...
_ Shuuu, no te angusties. La matrona nos dijo que podías sentir molestias, una vez cuando pasarás de los siete meses.
_ Oh...
_ Le voy a decir a nuestro pequeñín que no te pateé así tan fuerte. Te está lastimando -
sostuvo mi mejilla con ternura y yo lo miré perdidamente.
_ Te amo tanto mi Joey
_ Y yo a ti ¿Te digo una cosa? Me excitó mucho verte montarme como lo hiciste anoche. Me haces el amor increíble – le sonreí con picardía.
_ ¿En serio te gustó mi amor?
_ Mucho. Tanto así que quiero que lo hagamos de nuevo. Quiero verte cabalgarme una y otra vez amor mío – le sonreí y le acaricié su mentón con travesura.
_ Oh mi Joey. Eres todo un galán fogoso
_ Tú haces que yo actúe como tal. Ven aquí y cabálgame hermosa
Le sonreí toda derretida y me le subí. Comencé a cabalgarlo y él me miró intenso, lo que hizo que a ambos nos dieran ganas de sexo y nos besamos sin parar.
Entramos a la bañera y ahí nos acariciamos y disfrutamos plenos y felices de ese rico e íntimo momento, acompañado de las tiernas pataditas de nuestro querido bebe.
Días después...
Ambos mirábamos un programa en la televisión. Joey tomó mi mano, yo lo miré y él me sonrió; me recargué en su pecho y él me miró todo enamorado.
_ ¿Te sientes bien mi vida? – le sonreí.
_ Si. A tu lado siempre me sentiré bien mi Joey – me sonrió.
_ ¿Y él bebe? – me acaricié la barriga y le sonreí.
_ Está durmiendo – volvió a sonreírme.
_ Quiero sentirlo
_ Espera...
Le dije sonriéndole y tomé su mano y la coloqué en mi barriga. Presioné su dedo en ella y Joey me observó hacerlo.
Solté un dulce gemido al sentir una tierna patada y Joey sonrió.
_ Ahí está – le sonreí con cariño.
_ Si, ya te sintió – me miró derretido y me abrazó.
_ Oh niña mía. Me haces tan feliz
_ Y tú a mí. A los dos
_ Te amo
Me dijo y me besó con todo su amor.
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