Cap.50
Mira a Jude con los ojos aguados.
— Los dos lo sabíamos hace mucho tiempo, ¿Verdad? - la chica asiente - Gracias - dicho esto le da un beso en la cabeza.
Crístal sale corriendo de la habitación con las lágrimas impidiendole ver el camino. Corre por las calles de su ciudad hundida. Sabía que algo le pasaba, lo que no imaginaba es que fuera a dejar aquella extraña relación que tenían. Con la respiración agitada llega a su casa y llama a la puerta. El ama de llaves le abre la puerta, al ver su estado, la deja pasar indicándole donde está Axel. Crístal no se lo piensa y abre la puerta sin importarle que se pueda encontrarse.
Axel está sentado en su cama con las manos tapándose la cara. No puede creer lo que ha echo, pero sabe que es lo mejor. Cyando la puerta se abre, i si quiera se preocipa en mirar quien es.
— Gigi, déjame solo por favor.
La chica se queda parada en la puerta, apretando los puños.
— Eres un idiota - dice apartandose las lágrimas de un manotazo.
Axel se sobresalta al oir su voz. Se levanta de la cama y mira a la chica. Algo por dentro se le parte al saber que él es el culpable de sus lágrimas.
— Crístal... Yo... Es lo mejor el sabrá como cuidarte, como hacerte feliz - traga el nudo que tiene en la garganta.
— Eres un idiota - repite. Se lanza a por él y empieza a darle puñetazos en el torax - Te odio, te odio tanto...
Los sollozos de la chica se hacen todavía más fuertes. Axel abraza a la chica con fuerza y esta se queda inerte entre sus brazos sollozando como una niña pequeña.
— ¿Cuan-cuando...?
— ¿Cuando que amor? - dice reteniéndo las lágrimas.
— ¿Cuándo te darás cuenta de que solo te quiero a ti?
Axel deja caer sus lágrimas sobre la coronilla de la chica a la que quiere. ¿Cómo iba él a imaginarse que la chica le fuera a buscar?
— Siempre has sido tu idiota siempre - sus sollozos entre cortan su voz.
Axel se separa de la chica y junta sus frentes.
— Siempre has sido tu - repite con voz melosa.
Aprieta a la chica más contra su cuerpo y la besa con todo el amor que tiene para dar.
***
El sonido de un móvil hace que me despierte. Axel se remueve con fastidio y me abraza más contra su cuerpo. Después de aquel beso, Axel me cogió en volandas, me tumbo en la cama junto a él y estuvo acariciándome el pelo y diciéndome cosas en el oído hasta que caí rendida por el sueño.
— No has avisado ¿verdad? - dice con voz ronca escondiéndose en mi cuello.
— Que va, tenía mejores cosas que hacer - noto como sonríe.
Cojo el teléfono de una vez por todas.
— Hola, Crístal Selius no esta en este momento por...
— Ven a casa ahora mismo - dice la voz grave de mi tío.
Me tenso y Axel lo nota, porque levanta la cabeza alarmado.
— Claro tío - la otra línea corta bruscamente y yo doy un respingo.
— ¿Va todo bien? - dice Axel acariciándome la mejilla.
Me encojo de hombros. No entiendo que hace mi tío en casa. Como no le haya llamado la víbora de mi tiastra no le veo otra opción.
— Tengo que irme, no me esperéis para ir al instituto - le doy un beso en los labios y me pongo las zapatillas.
— Te acompaño - dice levantándose detrás de mi.
Le empujo un poco y le hago caer en la cama.
— No quédate aquí, llegarás tarde si no. Además no te preocupes, no va a pasar nada.
Levanta un ceja.
— Me da igual llegar tarde, como si no llego, pero no pienso dejarte sola ni un momento. No quiero volver a sentir que te he perdido nunca más - dice abrazándome, dejando descansar su cabeza en mi estómago.
***
Abro la puerta con sigilo. Axel acaba de irse y ahora me encuentro yo sola contra el peligro. Me siento como en una película de terror. Mi tío no suele estar por casa. Mucho trabajo, muchos viajes... Solo se le ve el pelo en fiestas y algunos días de verano. Que haya venido ahora significa que algo malo a ocurrido.
O que hemos hecho algo malo.
Touché.
De puntillas me acerco hasta la estrada del salón.
— Hola jovencita.
Pego un salto que casi me hace llegar al techo. Una sonrisa nerviosa nace en mis labios. Me doy la vuelta encontrándome con el cuerpo de mi tío. Alto, corpulento... Da miedo encontrártelo por la calle.
— ¿Qué tal tío? Te veo bien.
Su cara no indica que se alegre mucho de verme. Frunce el ceño y señala hacia el salón.
— Creo que deberíamos de hablar muy seriamente tu y yo.
***
Axel mira al campo con el ceño fruncido. ¿Por qué justo ahora tenían que venir a tocar las narices? Era normal que se sintieran traicionados. Había huido en la final y ni si quieran conseguían a intuir el por qué, pero esto era llegar demasiado lejos. Debería de haber sido él el que aceptara el reto, pero por no querer entrar en sus juegos había denegado. Lo que no había pensado es que Mark aceptaría por él. Los mellizos son muy envidiosos y orgullosos y Mark había conseguido parar la réplica barata de la supertécnica de Axel, aunque esta seguro de que no han sacado toda la artillería pesada.
— Veo que no eres tan malo como pensábamos - dice uno de ellos.
— Haber si consigues parar nuestra supertécnica.
Jude se pone alerta. ¿Qué coño es eso? Nunca había visto nada igual. El balón acaba con la resistencia de Mark, haciéndole caer al suelo. ¿Cómo es posible?
Crístal camina por el puente apretando los puños. No la pueden hacer esto, no ahora joder. ¿Siempre tiene que torcerse todo? ¿Cuándo le van a dar un respiro? El sonido del balón hace que levante la cabeza. Sus ojos se dirigen directamente a Jude y a Axel, los más visibles; después repara en Mark tirado en el suelo. La ira acumulada, el miedo, la desilusión... Todos los sentimientos que ha guardado durante el camino salen en cuanto ve que sus amigos pueden estar en apuros. Le quita la pelota a un niño que juega cerca de ella, prometiéndole de que la devolverá sana y salva. Se sube a la barandilla del puente, da un slato y con el talón chuta el balón provocando un trobellino en medio del campo.
Los presentes allí se tapan los ojos con tal de que la arena no les afecte. ¿Quién a podido montar todo aquello? Axel destapa sus ojos y consigue ver la figura de su chica. Su chica que bien suena eso. Axel da un paso hacia ella.
— No volváis a proponer un duelo mellizos, o no os gustará nada ver como caeis uno a uno - dice la chica con voz neutral.
Los mellizos asienten rápidamente.
— ¿Se puede saber que hacéis aquí? - grita el entrenador del Kirwood.
La chica desvía su mirada hacia él.
— Entrenador, la próxima vez tendremos que informar a la federación. Ojalá no nos veamos obligados, su equipo merece seguir estando en las competiciones de alto nivel - dice Crístal.
El entrenador asiente serio. Sabe con quien está tratando, también sabe que en cualquier momento puede hundir a un solo equipo si quiere.
--- Bien, iros a casa chicos - dice mirándoles seriamente - Mañana hablaremos en el entrenamiento - los mellizos se alejan - Perdónanos Reina nosotros...
Crístal cambia la cara por completo.
— Ya ves, son cosas que pasan - dice intentando sonar alegre - A veces hay que dar algún que otro susto para que se comporten - guiña un ojo.
El entrenador sonríe y asiente.
Axel se acerca por detrás a Crístal. ¿Cómo es posible que sienta lo que ella siente en ese mismo momento? La abraza por detrás y apoya su barbilla en la coronilla de la chica. Crístal se gira y abraza con fuerzas a Axel. Este le corresponde con las mismas ganas.
— ¿Qué ha pasado?
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No queda nada, esto se acaba. ¿Cuál sería vuestro final ideal para la novela? Espero que os guste el capítulo. Besooos.
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