Mil grullas
«Primero tomamos una esquina y la unimos con la esquina contraria hasta formar un triángulo»
—Primero uno una esquina con otra y formo un triángulo... —susurra Light para sí mismo, como si la mujer del vídeo no acabara de decirlo. Acostado panza abajo en el suelo sigue cada indicación.
«Ahora abrimos el papel y hacemos lo mismo del otro lado, formando una línea diagonal. Recuerda marcar bien los dobleces porque serán tu guía»
El castaño estira la mano para poner pausa en la tablet que tiene enfrente, necesita tiempo para marcar bien cada doblez, pasando un poco las uñas en las líneas sin ejercer una presión excesiva.
«Abrimos de nuevo el papel y lo volvemos a doblar, esta vez a la mitad de cada lado»
Dice la mujer luego de que se reanuda el vídeo. Light intenta seguir cada paso al pie de la letra, está tan concentrado que sin darse cuenta frunce el entrecejo y se muerde con los labios la puntita de la lengua; mucho menos se da cuenta que la ventana se abre de pronto y que una larga y pálida pierna con un lodoso zapato se adentra.
—Pssst... ¿Light-kun? —Sentado en el alféizar de la ventana y aún con una pierna colgando afuera, Elle lo llama sin alzar mucho la voz—. ¡Psssssst! — Continúa el pelinegro, ahuecando las manos alrededor de su boca simulando un megáfono—. ¡Tierra llamando a Light-kun!
Esta vez el castaño voltea, sonriendo de inmediato al ver a su novio en la ventana. Sin dudarlo y perdiendo interés en el vídeo, se pone de pie y corre hacia él.
—Amoooor... ¡iugh! —Se detiene a escasos centímetros antes de abrazarlo. Ya había notado el uniforme del equipo de fútbol, pero de cerca es más fácil percibir el peculiar aroma de sudor y pasto.
—Sí, no estoy muy limpio que digamos —se excusa mientras rápidamente se retira los zapatos y los sacude fuera de la ventana, la noche anterior llovió y la cancha era más charcos que grama—. Podría haber ido a mi casa a ducharme pero saliste corriendo a la salida y pensé que estabas molesto, así que preferí pasar luego de la práctica. ¿Puedo entrar?
—¡Sí, por supuesto! —Exclama tras un respingo, no se había percatado de su descortesía—. ¿Por qué no me llamaste para que te tirara una sábana como siempre hacemos? —Pregunta mientras lo toma de la mano para ayudarlo.
—No era necesario, la rama del árbol ya está grande de nuevo así que fue fácil —lo codea con complicidad; llevan un poco más de un año de noviazgo y siempre han podido verse a escondidas de su temible suegro. Aunque sea solo por un rato en las noches luego de que él sube por esa ventana—. Además te llamé, pero nunca contestaste.
El castaño frunce el entrecejo, extrañado antes de tocarse los bolsillos del pantalón y ver hacia todas partes de la habitación.
—¿Mi teléfono? Mi teléfono, mi teléfono — murmura yendo de un lado a otro, moviendo almohadas y levantando el edredón—. ¡Yo recuerdo que lo tenía aquí!
—¿Buscabas esto?
De pronto la puerta de la habitación se abre y Elle siente que el almuerzo de hace cinco años se le sube por la garganta al ver al señor Yagami bajo el umbral.
—Lo dejaste en la mesa luego de almorzar —dice Soichiro mientras se adentra en la habitación, sin apartar la mirada de ese ojeroso de piernas pálidas y delgadas del que no se ha podido deshacer por más de un año—. Lleva vibrando desde hace un rato.
—Papá, te lo puedo explicar —Light habla con premura, acercándose a su progenitor, quien lo interrumpe antes de que inicie uno de sus monólogos.
—¿Qué parte?, ¿la parte en la que pandita pregunta si el ogro está en casa?—espeta, acomodándose los lentes para poder leer la pantalla—. ¿O la parte que dice: "Oh, ya vi su auto, creo que entraré por la ventana"?
—Emmm sí, puedo explicarlo —murmura Light a la vez que asiente con la cabeza como si así fuese a lograr que las palabras le lleguen con más rapidez, por primera vez en su vida no sabe qué decir.
—No te preocupes—. Se encamina erguido hacia la ventana, logrando que al pelinegro se le aflojen las piernas de solo pensar que iba hasta ahí para aventarlo por ella—. Mejor que Elle me lo explique mientras pienso qué hacer con ese árbol.
—Sí pandita, explícale a tu suegro —ni siquiera voltea a ver a Elle, porque sabe que debe quererlo matar con la mirada por lanzarlo así hacia su padre, pero es que siempre se queda mudo cuando lo ve así de molesto—. ¡Ya sé! Como ustedes se quieren taaaanto...
Soichiro no dice nada, pero solo la mueca que forma es capaz de callar a Light, lo cual tampoco ayuda a los nervios de Lawliet. No es ningún secreto que no ha sido santo de devoción para su suegro desde antes que iniciara una relación con su retoño.
—Pues, lo que pasa es que... —Elle pasea sus enormes ojos por toda la habitación, buscando algún objeto que pueda usar de excusa— ¡Por una tarea! —Exclama con una sonrisa al ver los papeles que Light tiene tirados en el suelo—. Debemos hacer figuras de origami.
—¿Y qué figuras? — pregunta Soichiro al instante, cruzándose de brazos, demostrando que no le cree nada. Pero para suerte del pelinegro, Light interviene.
—¡Sí! Es por una tarea, es que tenemos un profesor que el año pasado fue por primera vez a un zoológico y vio un colibrí, entonces recordó una tradición y nos pidió que entre todos hiciéramos 40 cada uno porque como somos 25 en todo el salón, así tendremos mil colibríes y él podrá pedir el deseo de que su perrito perdido...
—¿Colibríes? —Interrumpe Elle, enarcando una ceja. Soichiro, presintiendo lo que sucederá, intenta hacerle señas para que se calle, pero es demasiado tarde— ¿qué no son grullas?
—¿Grullas? —Light parpadea, confundido antes de dirigir la mirada a su padre, quien pretendía dejar la habitación silenciosamente— ¡Papá!
—¡Le temes a las grullas desde que te atacó una cuando fuimos a un día de campo!—. Se excusa Soichiro al instante—. Así que tu madre y yo cambiamos un poco la historia—. Finaliza, acomodándose nerviosamente el bigote.
Ambos ven como el cuerpo del castaño tiembla mientras empuña las manos. Los dos se quedan quietos, sin saber que esperar, pero es Elle quien se atreve a dar un paso.
—¿Light-kun...? —Lo llama suavemente mientras se acerca despacio—. Al menos solo llevabas una— espera que eso sea consuelo suficiente, pero solo parece molestarlo más.
Light se dirige a zancadas hasta su mesita de noche y abre la gaveta, sacando un puñado de colibríes de origami y los lanza al suelo. Elle se muerde los labios, aún cree que no es tan grave, no son tantas, pero antes de poder decir algo el castaño camina hasta el escritorio y con la misma furia abre los cuatro cajones, dándoles la vuelta y saliendo de ellos muchos colibríes más.
—Bueno... ummm —Elle se rasca la mejilla, sin saber qué decir. Voltea hacia su suegro para que sea él quien diga algo, al fin y al cabo es culpa de él por cambiarle la historia, pero Soichiro tampoco sabe qué hacer.
Y todo empeora cuando Light cae de rodillas entre todos los colibríes de origami, estallando de repente.
—¡No es justo! ¡Llevo semanas doblando todos estos tontos co-li-bríes! —Toma cuántos origamis caben en sus manos y comienza a hacerlos bollos antes de lanzarlos a cualquier parte de la habitación con rabia, los otros dos solo se mueven un poco si ven que alguna bola de papel va hacia ellos—. ¿¡Por qué no puedo hacer nada bien!? ¡¡Como cuando a los seis años saque a mi pececito del agua para que respirara!! ¡¡Goldie no se merecía morir así!!
—Light-kun —lo llama suavemente, porque se le estruja el corazón al ver los grandes lagrimones que le bajan por las mejillas. Por primera vez siente que Soichiro no puede reclamarle nada porque esta vez es su culpa.
—¡Yo solo quería pedir un deseo!—. Continúa el castaño, ignorando todo lo demás— ¿¡por qué no puedes aceptar que Elle y yo seamos novios, papá!?
Soichiro traga saliva, no esperaba esa pregunta, y para su mala suerte en ese momento entra su esposa, quien al escuchar el escándalo no dudó en ir hasta la habitación, encontrándose a su hijito llorando de rodillas en medio de un montón de papeles.
—¡Light! —Sachiko corre hasta el castaño, cayendo a su lado y examinándolo al instante, preocupada de que estuviese lastimado, pero al no encontrar ningún golpe, su furiosa mirada se dirige hacia los otros dos—. ¿Quién fue?
Elle y Soichiro se señalan mutuamente al mismo tiempo, notablemente nerviosos. Lo peor que hacer llorar a Light es hacerlo llorar y que Sachiko se entere. Elle no cabe en su asombro, abre los labios para defenderse, pero no es capaz de formular algo coherente, ¿cómo es posible que lo estén culpando justo ahora que no hizo nada?
—A ver mi niño... —Sachiko dirige su atención a Light y le enmarca el rostro al momento que los otros dos no dicen nada—, cuéntale a mami qué pasó.
—Es que... —el castaño sorbe por la nariz mientras se limpia las lágrimas, intentando calmarse—. Yo quería pedir un deseo, porque dicen que si formas mil coli... grullas de papel, puedes pedir un deseo, pero ustedes me mintieron —reprocha, haciendo un puchero—. Pasé semanas haciendo origami del animal equivocado.
—Bueno... —Sachiko no sabe qué decir en un principio, se siente un poco culpable, y la mirada de su esposo diciéndole "ves, te dije que no le mintiéramos" no ayuda—, pero ¿cuál es ese deseo que tanto quieres como para hacer todo esto, bebé?
—Es que papá no quiere a mi novio —comienza a explicar con la nariz roja y la voz aún quebrantada. En esta ocasión ella le devuelve la mirada a Soichiro, diciéndole con ella un "¿así que esto es tu culpa?"—. Y creí que la única manera de lograr que se caigan bien es a través de algo mágico, porque él no me quiere escuchar, siempre que le digo algo sobre Elle dice que no sin saber qué es, no puedo salir con Elle porque él no quiere, ¡Elle irá a Inglaterra de vacaciones y él no me quiere dejar ir! ¡Todo es no, no, no! ¡Como cuando quería practicar tomar el tenedor con el pie por si algún día me quedaba sin brazos ¡y no me dejo!
—Mi niño, tu papá quiere mucho a Elle —dice antes que su hijo comience a irse aún más por las ramas— ¿verdad que sí, Soichiro?
El mayor de los Yagami siente tres miradas distintas sobre él. Por una parte Elle, quien parece expectante y emocionado por la posible respuesta, luego su hijo quien casi pareciera que le suplicara con ella, y la menos favorita la de Sachiko, quien con el ceño fruncido le asegura que lo va a lamentar si contesta mal.
—Bueno... —balbucea, rascándose la coronilla.
—¡Ves!—. Grita Light al instante ante el titubeo de su padre—. ¡No lo quiere, mamá! ¡Así como nunca quiso a tus periquitos australianos y te dijo que los regalaras! ¡Me hará regalar a Elle!
El pelinegro da un respingo debido a lo último y disimuladamente se aleja un poco del señor Yagami, solo por si acaso.
—Nadie va a regalar a nadie, amor —continúa con toda la paciencia y amor del mundo mientras le acaricia las mejillas con los pulgares—. Es más, para que veas que se llevan bien, ¿por qué no cena Elle con nosotros? Puedes invitar a tu abuelo también.
Ella se lleva muy bien con Quillsh, toman el té todos los jueves desde el incidente de las pruebas de embarazo, Soichiro estaba muy molesto para hablar al respecto y ella necesitaba sacar el chisme con alguien, ¿quién iba a decir que sería tan divertido hacerlo con un señor de setenta años?
—¿En serio Elle puede cenar con nosotros todos los días?—. Pregunta Light inocentemente mientras se talla los ojos.
—Ella dijo ahora —corrige Soichiro, pero Sachiko rápido interviene.
—Todos los días está bien, bebé.
—¿Y podré ir a Inglaterra con él?— Continúa Light, ahora con una enorme sonrisa.
—Un paso a la vez, ¿sí?—. No tienen dinero para costear un ticket de avión ni los gastos que conlleva un viaje, pero sonríe al ver que su hijo asiente, no entiende porque Soichiro la acusa de consentirlo tanto si Light es bastante comprensivo—. Por ahora pongámonos de pie y limpiemos este desorden.
—Yo iré a casa a cambiarme, señora Yagami —dice Elle cuando se convence de que ya es un ambiente seguro para hablar y respirar—. Y volveré con mi abuelo a la hora de la cena.
Sachiko asiente con una sonrisa mientras se pone de pie, ayudando después a su hijo a hacer lo mismo.
—¡Me parece una buena idea, Elle! —Exclama Soichiro con una sonrisa, logrando tres reacciones: Sachiko pone los ojos en blanco por tan mala actuación, Lawliet se queda inerte sin saber cómo interpretar esa sonrisa y Light, quien parece ser el único que no captó la ironía en la voz de su padre, sonríe al creer que realmente está poniendo de su parte.
—Ya conozco la salida, señor Yagami —murmura Elle nervioso luego de que Soichiro le pusiera una mano, de forma nada delicada, sobre el hombro, con el fin de acompañarlo.
—¡Tonterías!, ¡sería muy descortés de mi parte no acompañarte! —Replica, haciendo más presión sobre el huesudo hombro del menor hasta que salen de la habitación.
—Sé que solo está fingiendo —lo encara el pelinegro tan pronto como llegan a la planta baja.
—¡Vaya, que muchacho más perspicaz!
—¿Eso fue sarcasmo? —Pregunta levantando una ceja, no sabe si debería ofenderse o sentirse halagado. Pero lo que recibe como respuesta es que el mayor ponga los ojos en blanco—. Como sea yo no le agrado y jamás le he dado un motivo para caerle mal.
—¿Se te olvidan las pruebas de embarazo? —Se cruza de brazos frente al pelinegro, quien inconscientemente agacha un poco la cabeza, queriendo convertirse en una avestruz para poder ocultarla bajo la tierra—, hubiese preferido no saber qué mi hijo es sexualmente activo, pero me enteré de la peor manera, y encima ¿tú qué haces? Meterte a la habitación de Light a escondidas y en horas de la noche, ¿no te parece un buen motivo? Creer que mi hijo anda con un patán al que le faltan huevos para esperarlo en la puerta principal en lugar de meterse a escondidas.
—Sí, bueno... eso parece un buen motivo para odiarme... —murmura Elle sin verlo a los ojos, sintiendo una gruesa gota de sudor bajarle desde la sien—, pero...
—Pero te daré una oportunidad —interrumpe tras un suspiro, sorprendiendo al pelinegro—. Te espero en la cena, y más te vale reivindicarte.
Elle sonríe, quiere prometerle que lo hará, que ya no se meterá por la ventana ni manoseara a Light en su patio trasero, pero antes de poder decir algo, Soichiro le cierra la puerta en la cara.
oOo
—¿Estás seguro que nos invitó a los dos? —Watari deja su tacita de café sobre el escritorio y se acomoda los lentes. Deberá corroborar con Sachiko porque hasta donde tiene entendido, su nieto no es bien recibido en esa casa por Soichiro, y no lo culpa, le ha dicho hasta el cansancio a ese muchacho que deje de vestirse como vagabundo pero no hace caso.
—Sip, solo vine a cambiarme —responde el pelinegro mientras se quita la camiseta del equipo de fútbol.
—¿Quieres que te preste un traje? —le pregunta con la esperanza que su nieto acepte.
Elle arruga el ceño al imaginarse cómo se vería con la ropa de su abuelo, e inevitablemente arruga la nariz debido a la imagen mental de él con canas y bigote.
—Supongo que mi ropa está bien —da media vuelta con intenciones de dejar la biblioteca del viejo antes que se le ocurra algo más.
Sin embargo, Watari habla antes de que logre su cometido.
—¿No quieres que te preste un libro sobre cómo actuar en una reunión familiar?
Los hombros de Elle se crispan al instante, es justo lo que quería evitar. La biblioteca de su abuelo es enorme y no importa la situación, siempre parece tener el libro perfecto para cada una. Le gusta leer, pero no comprende como un libro llamado "consejos para meter un gol en tu primer partido de fútbol" puede tener 500 páginas.
—Solo es una cena —se vuelve por un instante mientras hace un gesto con la mano, como restándole importancia—. No es como si algo malo fuera a pasar.
Watari suelta el aire al verlo salir, a veces aún le cuesta creer que ese muchacho tan desgarbado es su nieto, pero es buen chico, el problema es que lo que tiene de bueno lo tiene de necio.
oOo
Elle se arrepiente de haber elegido una simple remera blanca con jeans azules cuando su perfecto novio lo recibe con una pulcra camisa color bordo, dejando abierto los primeros tres botones y unos entallados jeans negros, luciendo tan hermoso como siempre. Puede sentir la mirada recriminatoria de su abuelo casi diciéndole que por lo menos se hubiera peinado, porque ni eso hizo, apenas y se pasó las manos para aplastar su abundante cabello. Sin embargo sonríe aliviado cuando Light, con las mejillas rojas, le dice que se ve demasiado bien.
—Trajimos esto, joven Yagami —dice Quillsh, extendiendo un recipiente de vidrio con un bizcocho de vainilla sencillo, no pude hacer algo más elaborado debido al poco tiempo.
—Oh, muchas gracias —recibe el detalle con una sonrisa, luego se hace a un lado, invitándolos a pasar—. Y por favor, dígame Light.
El anciano menea la cabeza con esa amabilidad característica de él. Respeta tanto a ese muchachito y a sus padres que siente que llamarlo solo por su nombre sería incorrecto.
—Watari, que bueno que vino —dice Soichiro tras llegar al recibidor para estrechar la mano del recién llegado. Entiende que Quillsh sea un anciano demasiado correcto pero él no se acostumbra a agregar el "señor", al menos con el tiempo se ha acostumbrado a dirigirse a él por su apellido—. Light, ¿podrías llevar el bizcocho a la cocina?
El castaño acata sin rechistar, siendo Soichiro quien los invita a pasar a la sala, diciendo que su esposa bajará en cualquier momento. Quillsh se adentra a la residencia con un suave «con permiso» tan típico de él.
—Buenas tardes, señor Yagami —dice Elle al quedarse atrás, haciendo una leve reverencia como leyó hace meses en un libro que su abuelo le obligó a leer titulado "Mil maneras de saludar correctamente - Tomo I"
El aludido sonríe, pero el de cabello negro percibe algo extraño en esa sonrisa, y lo confirma cuando la mano pesada y abierta del señor Yagami cae sobre su hombro.
—¿Alguna vez Light te ha contado sobre Ellward? —el pelinegro parpadea confundido y menea la cabeza mientras se muerde los labios para no quejarse cuando siente esos dedos hundiéndose más en su hombro—. Te lo resumo: es un amigo del amigo de Light... o algo así, y recuerdo que una vez el muy idiota hizo sentir muy mal al amigo de Light, ¿sabes porque te lo cuento? —Soichiro continúa con su voz suave para que Quillsh no se percate de lo que ocurre en el recibidor—. Porque decidí darte una oportunidad —añade luego de que el adolescente negara con la cabeza de nuevo—, y si no quieres que me arrepienta, espero que no seas como ese tal Ellward.
—¡No, señor! ¡Yo ni siquiera conozco a ese tipo! —responde con premura y nerviosismo el muchacho, adoptando inconscientemente una posición demasiado erguida, solo hace falta que se lleve una mano firme a la frente para parecer un soldado.
Soichiro entrecierra los ojos, no sabe si ese muchacho se está burlando al fingir que no ve que Ellward solo fue un mal intento de Light por ocultar su nombre o si acaso Elle realmente puede ser demasiado... digamos: distraído a veces. Como sea, lo deja pasar una vez que escucha los pasos de su esposa bajar por las escaleras, lo que menos quiere es que lo encuentre, según ella, atormentando a una inocente criatura.
A quien Sachiko saluda primero es a Quillsh, quien le dice que se ve muy bella con ese vestido floreado. Elle le adula el peinado, un sencillo pero elegante recogido, y Watari sonríe, al menos su nieto empieza la velada con el pie derecho, y si sigue los demás consejos que le dio en el auto podrían finalizarla de manera satisfactoria.
La cena empieza sin mayor acontecimiento, todos están acostumbrados a que Light tome el protagonismo no importa el lugar, la situación, ni la persona; como una vez que Soichiro le pidió que lo esperara afuera del supermercado, había tanto tráfico que dudaba encontrar un parqueo en el interior, para cuando llegó su hijo estaba en la esquina con las bolsas del mandado en las manos y hablando con un indigente, cuyo nombre era Hakura, tenía cuarenta y dos años, de los cuales llevaba tres viviendo en la calle y su color favorito era el verde; eso y más detalles que les contó Light de vuelta a casa, quien al siguiente día los convenció de llevarle ropa y comida a su "nuevo amigo".
Ahora Light cuenta la vez que metió tierra en un frasco y algunas hojas para después meter varias hormigas. Sus ojitos brillan mientras explica su experimento; él quería ver cómo construían el hormiguero, al ser el frasco transparente podría estar al tanto de cómo iban surcando los caminos. Terminó con las manos hinchadas porque resultó ser alérgico a las picaduras, pero al finalizar su caza cerró el frasco orgulloso. Aún no entiende cómo al día siguiente la mayoría estaban muertas, y al decir esto último, su semblante cambia a uno triste porque se siente mal por todas esas hormiguitas, no le gusta pensar en cuántas familias destruyó ese día.
—Está delicioso, Sachiko —comenta Watari en el momento que Light guarda silencio por un segundo, antes de llevarse a la boca con parsimonia un poco de arroz blanco y un trozo de pollo. Ella es a la única a quien ha aprendido a dirigirse por su nombre, sin formalismos de por medio, y solo hicieron falta unos meses de amistad y algunas amenazas.
Sachiko responde con una sonrisa antes de preguntar si alguien gusta más verduras, recibiendo como respuesta un «no, gracias» por parte de los suyos.
—Yo sí, señora Yagami —dice Elle mientras le extiende su plato para que le pueda servir más, no es muy fan de lo saludable, pero algo tienen esas verduras al vapor que están riquísimas.
—Yo quiero más pollo, mami —pide Light con un poco de timidez, también entregando su plato. Prometió que comería menos porque realmente estaba ganando peso, según Elle no ve el problema porque le crece el culo pero la mayoría de sus pantalones habían dejado de quedarle y decidió cambiar un poco sus hábitos. Pero hoy es una cena especial, puede darse un gustito, ¿no?
Sachiko le sirve sin rechistar, le parece una tontería que su hijo quiera hacer dieta, es cierto que ganó peso pero nada exagerado para su edad y altura.
—Entonces, Quillsh —retoma la conversación luego de volver a la mesa y entregar ambos platos—. ¿Sigues sin hacerle caso a la cajera del supermercado?
—Ya estoy muy viejo para eso —sin inmutarse continúa con la vista fija en su plato, moviendo con elegancia el cuchillo para cortar un trozo de pollo.
—Viejos son los caminos y aún echan polvo. —comenta Light con una sonrisa.
Elle traga de un solo al escuchar a su novio, pero intenta disimular, sin alzar la mirada continúa comiendo. Hace no mucho Light fue a visitarlo, sus amigos querían hacer una videollamada, pero aún faltaba un poco así que Elle primero aprovechó el tiempo a solas con su novio. Durante la videollamada les contó sobre el romance de su abuelo, o más bien, sobre lo enamorada que está esa mujer pero que el viejo pasa de ella por sentirse muy anciano. Fue el idiota de Mello quien hizo ese comentario pese a que les ha pedido que al menos en presencia de Light intenten comportarse. Al finalizar la videollamada habló con su novio, quería explicarle la frase para evitar malos entendidos, pero éste le aseguró haberla comprendido. El problema es que según Light, la frase se refiere a que para el amor no hay edad. Estaba tan equivocado, pero le pareció tan dulce su inocencia que no quiso corregirlo. Grave error.
Sin embargo Soichiro carraspea la garganta al instante, viendo de soslayo a Elle, quien sospechosamente parece estar más pálido y tenso mientras continúa comiendo.
—Yo creo que deberías darte una oportunidad —comenta Sachiko con el fin de desviar la atención, lo último que quiere es que Soichiro corra a patadas a cierto pelinegro. Entiende que su esposo quiera proteger a su niño pero es un exagerado, y Elle un idiota, si ya sabe que el suegro no lo quiere, ¿por qué no es más prudente con lo que le comenta a Light?—. Podrías invitarla al cine.
—Podría invitarla a ver el entierro de la anaconda, señor Watari. —sugiere el castaño con una sonrisa sincera.
Esta vez, tanto Elle como Soichiro comienzan a toser tras casi atragantarse con la comida, mientras Quillsh tan solo se acomoda los anteojos, luciendo tan apacible como siempre si no fuera por un leve sonrojo en sus arrugadas mejillas.
—¿¡Dónde escuchaste eso, Light!? —cuestiona Soichiro al instante con el ceño fruncido. Dejó pasar el primer comentario, pero esto ya es demasiado.
—Se supone que debería ser gracioso —se encoge de hombros y Lawliet ruega porque sea lo único que su novio diga, que por una vez mantenga la boca cerrada. Sin embargo...— Elle lo dice todo el tiempo y los demás chicos se ríen. ¿Por qué no se están riendo ustedes?
—¿Alguien quiere postre? —interrumpe Sachiko, dispuesta a ponerse de pie para comenzar a servir un pastel que compraron, pero su hijo no lo permite.
—Elle siempre dice que la vamos a ver, pero nunca la vemos...
—¡No, no, no yo nunca te he dicho eso! —Prorrumpe el pelinegro al instante, agitando las manos.
—Sí, ¿no te acuerdas? —Light, quien no es bueno captando las indirectas de su novio, sigue—. Siempre que vamos a tu casa me dices que vamos a ver la anaconda enterrada pero nunca la vemos —se cruza de brazos con un leve puchero, ignorando que todos en la mesa están demasiado rojos por diferentes razones.
—¿Así que eso te dice? —interviene Soichiro, apretando los cubiertos con demasiada fuerza.
—¡Sí! Y me da curiosidad porque Elle dice que en Inglaterra le decían Elleconda, lo cual rima con anaconda, bueno no a él sino a su...
—¡Light-kun! —El pelinegro se pone de pie con demasiada prisa, empujando la mesa un poco en el proceso. Al menos logra que su novio cierre la boca, quien de pronto abre los ojos de par en par.
—Aaaaah, ya entendííí —luego suelta una escandalosa carcajada—. Sip, es gracioso.
Y sin más vuelve su vista al plato frente a él para continuar comiendo, riendo aún para sus adentros al haber entendido el chiste.
—Señor Yagami... yo...
—Termina de comer, Elle —. Gruñe Soichiro, sin voltear a ver al pelinegro.
—¿Estás enojado con mi novio, papá? —Pregunta con fingida inocencia, la cual usa cuando quiere conseguir algo.
—No, no lo está. —Sachiko carraspea la garganta con intención de recuperar la atención de todos en la mesa.
—Mi Pandita no es malo... —murmura cuando pasados unos segundos, comprende el error que cometió. No lo hizo adrede, él realmente no entendía el chiste de la anaconda, pero ahora que lo gracioso de la frase se esfumó, se da cuenta que dejó mal parado a Elle frente a su padre... otra vez—. Yo soy feliz con él.
Soichiro suelta un suspiro mientras se limpia el sudor de la frente con el dorso de la mano. Él también fue un adolescente, sabe lo que son las hormonas y la idiotez propia de la edad, pero no deja de afectarle, ¡es su hijo de quien hablan! Sabe que Light ya no es un niño aunque la mayoría del tiempo sea demasiado inocente para su edad, pero eso no cambia la realidad, y cree que de no llegar a un acuerdo con respecto al pelinegro, lo único que logrará es alejarlo. No quiere que Light le oculte cosas, aunque hay algunas que preferiría seguir sin conocer, pero es casi imposible porque a su hijo se le olvida el significado de la palabra discreción una vez empieza a hablar.
—Yo le dije a Elle que le daría una oportunidad —comenta, acomodándose los lentes como si todo estuviera bajo control, cuando la realidad es que hace rato quiere sacar a ese ojeroso a patadas—, y pienso cumplir mi palabra.
Los ojos de Elle se vuelven más grandes de lo que ya son a la vez que un genuino brillo se apodera de ellos.
—¡Y yo prometo no decepcionarlo, señor Yagami! —Quiere tanto a Light que realmente añora que ese amargado sujeto lo acepte.
—Tengo el libro perfecto, Elle—. Menciona Watari con una sonrisa.
El pelinegro asiente con una sonrisa mucho más amplia que la de su abuelo y luego voltea hacia su novio, quien también sonríe, luciendo más hermoso.
Una vez que la cena y la sobremesa termina, Sachiko empaca un poco de comida para que los invitados se lleven ya que ambos quedaron encantados. Light pide permiso de subir un momento con Elle a su habitación, y Soichiro, intentando cumplir su palabra, les dice entre dientes que no sea más de cinco minutos y que dejen la puerta abierta.
—Debes despedirte de tu hijo— dice Light entre risas mientras lo jalonea escaleras arriba.
—Si quieres te hago otro—. Responde al llegar a la segunda planta, luego de asegurarse que nadie los estuviera espiando desde el recibidor. Sabe que debería evitar esos comentarios, pero la mayoría del tiempo salen por sí solos.
—¿Solo uno más? —Light, quien camina unos pasos adelante, voltea a verlo sobre su hombro con una mirada y sonrisa que lo vuelven loco.
Elle adora la inocencia de su novio, pero esa picardía que cada vez le sale más natural también lo encienden.
El castaño abre la puerta de la habitación antes de correr a la cama y tomar el peluche que descansa sobre las almohadas.
—¡Despídete del señor Fluffy! —Da media vuelta, estirando los brazos para que el oso quede más cerca del pelinegro.
Elle no objeta, tan solo da un beso en la frente del animal afelpado antes de rodear la cintura del otro con un brazo, jalándolo hacia sí. Las mejillas de Light se tornan rojas tan rápidamente que dista mucho de la actitud coqueta de hace unos minutos.
—También tengo que despedirme del papá—. Dice de forma galante mientras busca los labios de su novio.
Sabe de qué libros habla su abuelo, ya se los ha mencionado antes y siempre los ha rechazado. Uno tiene 800 páginas y se llama «Cómo evitar que el indiscreto de tu novio siga metiéndote en problemas», el otro es quizá tiene el doble y se titula «Logra que tu suegro te quiera en menos de una semana o muere en el intento». No cree mucho que dichos libros sean muy útiles, si es honesto no les tiene fe. Pero por Light haría hasta lo más bobo sin dudarlo.
—¿Amor? —Dice Elle tras detener de forma repentina el beso, como si acabara de acordarse de algo—. ¿Quién es Ellward?
Light abre los ojos de par en par, sintiéndose nervioso al instante.
—¡El amigo de un amigo!
—¿Qué amigo? —pregunta, entrecerrando los ojos, algo no le cuadra.
—¡Hay que bajar! —farfulla, tomando la mano de su novio para jalarlo consigo.
—¡No me cambies la conversación! —se queja mientras van escaleras abajo, pero no recibe respuesta.
Elle arruga la nariz, nunca se había considerado alguien celoso, hasta que empezó a salir con Light. No duda de su novio, pero está seguro que más de alguno quisiera estar con él, su Light-kun es perfecto, pero es suyo, y ese Ellward está muy equivocado si cree que puede quitarle a su novio de pláticas infinitas y bonitos ojos color miel.
—-
Era marzo de 2016 cuando decidí abrirme una cuenta. La verdad Wattpad comencé a usarlo hasta mucho después, porque yo pertenecía a Amor Yaoi, pero luego del hackeo comencé a subir y continuar mis historias aquí. Casi cinco años han pasado, soy una persona adulta, con tiempo limitado así que no tengo demasiadas historias pero todas están hechas con amors <3
En fin, este Oneshot es una pequeña manera de celebrar los Mil seguidores <3
Mi beta y yo disfrutamos escribiendo sobre estos dos y es bonito llegar a este número a pesar de que Death Note me parece cada vez más muerto (aunque últimamente he encontrado más fics de este hermoso fandom <3 )
Una personita me regaló un dibujo por los mil seguidores y me gustaría compartirlo con ustedes. Me encanta el dibujito, imaginemos a estos dos unos años antes, siendo amigos y con este Light tan parlanchín 😍 y un L que ya con el tiempo adora sólo escucharlo <3 aunque ya con unos años más me imagino a Light siguiendo igual de efusivo para contar las cosas. Muchas gracias HachiHimitsu
Gracias a mi beta BrokenSadGirl44 Porque es la que me aguanta y quien me ayuda tanto, no solo en corrección, también en trama. Si les parece que algunas de mis historias son hermosas es porque ella está detrás de todo esto, y le pago con galletitas :3
Ah, en cuanto a la portada... tenía buenas opciones dadas por alguno de ustedes peeeero ush al momento de querer ponerla, Wattpad las cortaba así que tuve que buscar una que quedara bien. Igual están hermosos
Para finalizar, muchas gracias a todos <3 esto es como una pequeña muestra de agradecimiento a ustedes🥰🥳
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