No existe otro modo

DICEN QUE EL MISMO HOMBRE COLABORA CON LA MUERTE CUANDO ESTÁ DESTINADO A SU FINAL...

-—Lamentablemente no habia mucho que hacer, el ya había perdido mucha sangre al llegar al hospital.

—Pero, doctor debe existir algo para salvarlo —Insistió Mitsuya con varias lágrimas en los ojos.

—Lo siento mucho.

De lejos Mikey escuchaba la terrible noticia. Draken, su mas grande amigo.

Emma, Mitsuya y Takemichi quienes estaban presentes se rompieron de inmediato, sin embargo el rubio no emitió sonido alguno y sin llamar mucho la atención se fue alejando de todo.

Los pasos que daba eran lentos. De tan solo pensar en Ken-chin su corazón se partía.

«Lo apuñalaron por una venganza, Toman ya no es lo mismo. Toman no existe mas»

Estaba completamente solo mirando a su alrededor la maravillosa y exclusiva vista que la azotea del lugar le brindaba. 
"Conviertete en el hombre de bien que el desea para su hija, haste digno de ser el novio de alguien como Hinata Tachibana"
—¡Ken-chin! —Lentamente se dejó caer de rodillas.  —¡Es mi culpa!—había condenado a sus propios amigos a padecer un infierno eterno, la muerte de su amado amigo  había traído nuevamente la terrible oscuridad.

"Deja que Hina te ayude a salir esta mierda"
Aquellas palabras parecían devolverlo a alguna difusa realidad. Sus labios temblaron con una especie de sorpresa rudimentaria y se detuvo, como si tratara de orientarse en un mundo desconocido. —¡Ken-chin! —El sabía la verdad, el era el causante de todo lo malo de sus amigos. ¿Que seguia? ¿Emma? ¿Hina?

Una lágrima cayó de sus sombrios ojos, le dolia...

—¡No! ¡Ken-chin! —Entonces por fin se quebró su fortaleza y dejo de luchar contra su promesa de ser fuerte. —No, ¡No puedes estar muerto! ¡Ken-chin! —El dolor era terrible, casi como si la puñalada en el pecho también la hubiera sufrido el.  ¿Que iba a hacer ahora?

Sus oscuros ojos  distinguieron a la persona que en silencio lo miraba. Pero el sencillamente no apartó la vista de sus manos. No obstante, la dulce Hina insistió acercandose a el.

—¡Vete Hinata! —no pudo ocultar su furia y amargura, quería estar solo, queria encontrar una forma de escapar del dolor y jamás volver a mirar atras, quería olvidar lo que sabía, queria dejar de ser el. Quería desaparecer junto a Draken.

La chica le sonrió con desbordante amabilidad y comenzó a darle palabras de aliento, sin embargo llegó un momento en el que reaccionó tras escucharla decir que Kisaki se habia ofrecido a encargarse de todos los gastos del funeral de Draken ya que el no tenía familia.
El cuerpo de Mikey se tensó por unos segundos, pero logró disimularlo a la perfección. —¡¿Que dijiste?!—alzó la voz luego de tomarla de los hombros con extrema violencia. —¡¿Que es  lo que me acabas de decir?!.

—¡Mikey sueltame! —Gritó asustada tras sentir con la fuerza que la sujetaba.

—¡Repite esa mierda! —estaba molesto e indignado de tan solo pensar en la cara de Kisaki. Fue entonces que quiso respuestas de la chica ¿Por que ese perro se había comunicado con ella?, ¿Por que? ¿como se atrevia a decir que Draken estaba sólo? —¡Habla Hinata!— Gritó desesperado. Pero lo único que recibió fue un puñetazo en la cara, esto luego de haberla sujetado fuertemente de la blusa.

Suspiró alejándose de el.

—Entiendo tu dolor — sollozó Hina, tenía la cara empapada de lagrimas y las mejillas muy rojas. No le gustaba en absoluto esa horrible actitud de Mikey —¡Pero que te pongas de esta forma me asusta! —asi que muy asustada decidió marcharse de ahí, sabía que no era un buen momento para hablar, por ende lo dejó por fin solo en aquel lugar.

—¡Hina!.

Algo dentro se quebró y era imposible dejarlo pasar. Morir  lleva muy poco tiempo, se dice que no duele tan sólo es un desmayo  por etapas:Un Lazo más oscuro lleno de dolor y luego la preciosa luz del sol que nos ayuda a olvidar, esa infalible hora sin el menor cansancio. «¿Estas tranquilo ahora Ken-chin?» al ver que no había nadie mas, volvió a perderse en la nada. Parecia un psicopata. Mirando el vacío, recordando como había comenzado su amistad, sus charlas y todo lo compartido.

En especial aquella que tuvieron después de la muerte de Shinichiro. Mikey estaba destrozado y no paraba de visitar la tumba de su hermano. El pobre chico estaba sumido en la profunda depresión y con cada día moría un poco mas.  deseaba profundamente que de la nada su querido hermano le diera indicios para que este pudiera irse a su lado... sin embargo el silencio de Shinichiro confirmó que ninguno indicio iba a llegar. Su hermano estaba muerto,  Fue que comprendió, se habia resignado desde entonces a solo morir.

Fue entonces que su amigo apareció para cubrirlo con aquel paraguas. —Llevas horas bajo la lluvia, te arrugadas como pasa.

—Ken-chin

—Emma ya te espera en casa. Esta muy preocupada y te necesita.

—Esto es una mierda —sonrió —Se que la vida es asi, que todo termina pero... ¿Por que tenía que ser tan rápido? No solo perdí a mi hermano. También a Kazutora y Baji. El apenas y me dirige la mirada.

—No puedo imaginar la tristeza que debes estar sintiendo en este momento, pero estoy aquí, puedes contar conmigo. —colocó las manos sobre sus hombros —Quisiera poder quitar todo ese dolor que sientes por haber perdido a tu hermano. Algunas personas están de paso en la tierra para dejar gratos momentos que recordaremos siempre.  Shinichiro dejó lo mejor de si en ti Mikey. Además, se que no es tanto pero siempre vas a tenerme de tu lado.

Dolía

Dolía

Dolía demasiado.

lo siguiente fue obscuridad. Ni Siquiera se dio cuenta cuanto tiempo había pasado sin embargo ahora estaba allí, parado frente a la tumba de su querido amigo quien descansaba junto a Baji. Los Sano habían asumido todos los gastos del funeral debido a que Ken Ryuguji no contaba con una familia que lo hiciera.  ¿De que servia todo eso? fue el vice-comandante uno de los fundadores de la pandilla Tokyo Manji. Ya no servia de nada.  Todos en el lugar se había ido a excepción de el quien permanencia parado bajo la creciente lluvia.

—Tienes que volver, enfermarás si sigues aqui! —habló Mitsuya. Pero el rubio no respondió siguió rígido sin mover un solo musculo, ni cambiar de expresión en ningún momento. —¡Hinna esta muy asustada. Mikey, no has ido a casa en estos días! No puedes seguir así? —Mitsuya intento jalarlo pero molesto el invencible Mikey se dio la vuelta soltándose y dedicándole una mirada de odio profundo.

—¡Me importa una mierda! Necesito nada, no necesito nada de nadie — sorprendido el hombre del tatuaje escondido miró a Mikey.

—Te comportas como un idiota —Molesto Mitsuya apenas y pudo contener sus palabras. —Has perdido tanto y lo siento. Pero eso no es excusa para abandonar a aquellos que te aman. ¡Deja de ser un puto egoísta! —Terminó gritando y siendo callado de inmediato por nada mas y nada menos que por la furia de una bestia. Si, una bestia encarnizada, eso era lo único comparable con la terrible oscuridad que se albergaba en lo mas profundo de Manjiro Sanno. Una bestia, un monstruo que había estado ​tras barrotes metálicos, gritando, agitándolos, llenádolo a el mismo de terror. Sin embargó y justo en ese instante Y sin darse cuenta, le habia dejado la puerta  abierta.

Un extraño frio comenzo a cubrir la atmósfera del lugar. Mitsuya tambien lo golpeo, pero el invencible Mikey era eso invencible. Mitsuya intento caminar pero las fuerzas lo traicionaron haciéndolo caer.

—No te levantes Mitsuya —ordenó  con extrema frialdad  fuerzas.

—Mikey, déjame ayudarte  —el muchacho quiso detenerlo, pero Mikey se resistio.
Mitsuya miró con asombro como su amigo, tomaba fuerza de quien sabe donde y  con la poca fuerza que le quedaba comenzó a avanzar.

—Mikey —Suspiró con lagrimas en los ojos, mientras invadido de dolor gritaba el nombre de su amigo.

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.
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Al final decidió volver a casa.

Los ojos del muchacho se fijaron justo en al techo de la habitación que compartía con Hina.

Ella no estaba

De verdad la soledad era el peor de los castigos, el estaba roto. Sin embargo se había enamorado de Hina a un punto que sin ella le era difícil seguir viviendo.
Sin ella la vida ya no tenía sentido ni color, ni sonido. Pero no la merecía a su lado no era mas que escoria.

Se puso de pie y miro por la ventana.

El labio del chico estaba roto, uno de sus ojos se miraba con sangre y casi toda su ropa estaba empapada con este espeso liquido. Mikey se miró en el reflejo de la ventana y sintió vergüenza al verse de ese miserable estado. Sin nada de cuidado y con extrema furia se enjuago la cara en el impecable lavabo de su baño para que solo un segundo después golpeara con furia el espejo frente a el, como tratara de desquitar todo su frustración en su propio reflejo.

—¡Mikey! —la voz le provoco alzar la vista solo para encontrar a la chica de largo cabello castaño papada en lagrimas.
—Estaba muy preocupada por ti —No lo pensó ni un poco para lanzarse a sus brazos, sin importar que solo un día atras se había largado de ese mismo lugar jurando no volver jamás. —Tu cara, ¿Duele mucho? —pasó con cuidado sus pequeñas manos sobre su lastimado rostro.
—Tengo todo para poder curarte, por favor
sígueme— lo guió hasta su propia cama y ahí comenzó el arduo trabajo. Le limpio y desinfectó las heridas de su joven rostro.

—No debiste volver si ya te habías marchado.

—Queria saber si estabas bien —Los ojos se le llenaron de lágrimas —Es que no soporto pensarte herido. Mikey, se que lo nuestro no pinta para tener un final, que en este momento de tu vida lo nuestro es irrelevante per...

No la dejó terminar y le abrazo por la cintura  —Yo, no quise que todo esto pasará —comenzó a llorar de una forma descosoladora y llena de tristeza, parecia un niño pequeño y muy asustado. —Odio toda esta mierda en la que me he metido, veme soy un desecho del hombre que alguna vez fui, un miserable, una mierda  ¿Como puedes insistir en estar a lado de alguien como yo? —La tomó de manera brusca y la jaló hasta dejarla frente a el.
—Siempre te pense un persona un poco loca, pero creo que me quedé corto con eso.

Si embargo la chica con gentileza tomó su rostro y con sumo cariño lo acunó entre sus pequeñas manos. —Basta con eso, ¿Por que no solo dejas que te cuide? Al menos por hoy —sin que lo esperara depósito un casto y suave beso en sus labios —Ya te lo dije antes —Lo jaló hasta ella y le obligó a descansar sobre su regazo. —si estas cansado, yo te dejaré descansar en mis piernas, yo voy a cuidar de ti.

Unas cuantas lágrimas cayeron de sus grandes ojos, se notaba mucho lo desesperado y seguramente harto que estaba. ¿Podia ser que el chico estaba en su límite? ¿Hasta el fondo? No era menos lo que había sucedido. Había asesinado a su más grande amigo y aunque para el mundo entero el culpable era un tipo de otra pandilla que queria vengarse, Mikey sabía la verdad. A Draken lo habían acabado por su culpa.

—No pude hacer nada —miró el techo sin expresión. Esto lo cambia todo —desvío la vista. Voy a acabarlo.

—¿Que?

—Ya no podre cumplir mi promesa de una vida diferente a tu lado —se puso de pie —Voy a acabar con la vida del hijo de puta que lastimo a Draken.

—¡No, Mikey no tiene que ser de ese modo! —Desesperada cubrió su boca y empezó a llorar.

—Yo no conozco otro modo, merece morir...

CONTINUARÁ...

Este es el final del capítulo, todo se va a poner mas turbio apartir de aquí, asi que ya saben. Gracias por su apoyo y todos los comentarios los amo a todos.

En fin

Sin mas me despido. ¡Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía! Si les gustó no olviden votar o comentar, los amo. ¡Bye, Bye! ❤

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