53. EPILOGO
Habían pasado dos meses desde la pelea contra Mixe. Mike se encontraba sentado en el borde de la cama, volviendo a releerme la carta que su hermano le había dejado antes de morir.
"Hola Mike,
Soy Mixe, tu hermano, si estás leyendo esto significa que todo ha salido según lo tenía planeado y que he muerto. No te sientas mal, yo decidí este destino, yo fui el que decidió ser el malo de la peli para que tu pudieras ser el héroe. Lo primero, lamento muchísimo la forma en que te trate durante toda nuestra infancia, quería prepararte para luchar y que fueras un can fuerte y valeroso. Mis métodos no fueron los más ortodoxos, eso lo sé, pero no podía permitirme fracasar. También quería decirte, Que te quiero mucho hermano, siempre fuiste el ser má importante en mi vida, y el verte sonreír era mi único objetivo. Machaque tu sonrisa varias veces y te provoque lagrimas que aun a día de hoy prevalecen como una herida en mi corazón. Espero que puedas perdonarme algún día por todo el mal que te hice.
PD: Se muy feliz con tu gatito, cuídalo mucho y no dejes que sufra como lo hice yo al no poder tenerte. "
Finas lagrimas brotaban de los ojos de Mike al terminar de leer la carta. Se incorporó mostrando su cuerpo desnudo y comenzó a estirar. Se sentía con el cuerpo pesado y cansado por el ejercicio de la noche anterior. Después de aquellos estiramientos se volvió a acercar a la cama para observar a su hermosa pareja, el gato que tan loco lo volvía y que era capaz de hacerle feliz como ningun otro en el mundo. Acerco sus labios lentamente depositando un suave y dulce beso en los labios de su compañero. Acenix, al sentir el tacto de los labios de su compañero, despertó lentamente observando a su amado perrito. La luz del amanecer hacía relucir su pelaje como si de un angel se tratara.
- Buenos días, amor, espero no estés muy cansado de lo de ayer – el can sonreía cálidamente acariciando las mejillas de su pareja.
- Que va. Lo hiciste con mucho cariño y casi no me canse – sonríe de igual manera.
De repente, como si un torbellino hubiera invadido la habitación, Axel y Jon entraron en la habitación, corriendo como locos y saltando sobre la cama de la pareja. Mike comenzó a reír en el momento que los dos cachorros comenzaron a aplastar a acenix.
El momento era cálido y hermoso, Pero Mike, como líder de la aldea, no podía continuar divirtiéndose por los quehaceres que tenía pendiente. Tomó sus ropas, se preparó y se retiró del cuarto no sin antes depositar otro suave beso en los labios de su pareja.
Acenix, se quedó un rato más en la cama jugando con sus pequeños. Hasta que, de repente, unas nauseas horribles invadieron su cuerpo, se levantó rápidamente corriendo hacía el baño. Los vómitos eran inevitables, se sentía mareado y con un mal estar que le adormecía el cuerpo. Los dos pequeños se acercaron al ver a su padre en mal estado. Acenix puso su mejor sonrisa y solo trato de calmar a los pequeños mientras los acariciaba y abrazaba. Aunque, en el fondo, seguía preocupado por lo ocurrido.
Por otro lado, Mike se encontraba sentado en la silla del líder de la aldea, rodeado de sus leales compañeros, Los diez Canes. Flex había sido ascendido a cancerbero, por petición directa de Mike, lo que hizo que no pudiera negarse.
- Bueno, entonces ¿qué es lo que nos hace falta para terminar los acuerdos de comercio con la ciudad vecina? – preguntó mirando a sus compañeros.
- Bueno, nuestros vecinos parecen dispuestos a negociar y ofrecernos carnes y verduras a buen precio a cambio de armas y entrenamiento para sus soldados – respondió Anubis mientras miraba unos papiros que había sobre la mesa.
De repente, alguien irrumpió en la estancia haciendo que todos los presentes desenfundaran las armas. El animal estaba completamente encapuchado, mostrando únicamente unos ojos completamente amarillos que brillaban intensamente. Llevaba ropas oscuras que impedían poder ver al extraño.
- ¿Quién eres y como osas entrar en este lugar sin permiso? – grito flex con fuerza mostrándose autoritario.
- O vamos, no os pongáis así – Reía el joven mientras se quitaba la capucha.
Al quitarse la capucha se pudo observar un joven can de pelaje Negro con mechones amarillos que decoraban su cabeza y patas. Sus ojos eran completamente amarillos y su aspecto era parecido al de Axel, como si fuera el cruce entre un lobo y un Perro.
- Solo he venido a verte – señalo a Mike con su dedo índice mostrando una sonrisa de oreja a oreja – Hermanito.
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